Estructura y Funciones del Sintagma Nominal: Claves para Entender su Uso

El Sintagma Nominal: Estructura y Funciones

Llamamos sintagma nominal (SN) a un grupo de palabras articuladas en torno a un núcleo que, generalmente, es un sustantivo o un pronombre. El SN actúa dentro de la oración de modo unitario y puede desempeñar diversas funciones. En la oración «La ventana del patio se abrió«, la palabra «ventana» es el núcleo en torno al que se articulan otras: «la«, «del«, «patio«. El SN «la ventana del patio» funciona como sujeto del verbo «abrió«, pero ese mismo sintagma podría desempeñar otras funciones. Así, en «Tapiaron la ventana del patio«, el SN funciona como complemento directo del verbo «tapiaron«.

Estructura del Sintagma Nominal

Se puede deducir que las posibilidades de combinación para formar un SN son muy variadas. Sin embargo, se debe tener en cuenta que el único componente imprescindible es el núcleo. Así, es posible encontrar SN compuestos únicamente por un sustantivo, como en «Juan trabaja en Holanda» (donde «Juan» es un SN en función de sujeto). Pero lo normal es encontrar estructuras más complejas.

Si el SN es un grupo de palabras que funciona de forma unitaria, la relación de sus componentes ha de estar marcada por elementos gramaticales. Veamos la descripción de esas relaciones:

  • A) El sustantivo impone su género y número a los determinantes y adjetivos.
  • B) La preposición que introduce un complemento del nombre (CN) señala la relación de dependencia sintáctica y semántica con respecto al núcleo.
  • C) La relación de dependencia de las oraciones subordinadas adjetivas y sustantivas con respecto al núcleo está señalada por medio de los correspondientes nexos (pronombres relativos y conjunciones).

Funciones del Sintagma Nominal

Un SN puede desempeñar varias funciones dentro de una oración. A continuación, se presentan ejemplos de cada una de ellas:

  • Sujeto: La finca es muy grande.
  • Aposición: Antonio, el guardián, se jubila.
  • Complemento del Nombre (CN): La caseta del perro es de madera.
  • Complemento del Adjetivo (C. Adj.): Estoy contento de tu comportamiento.
  • Complemento del Adverbio (C. Adv.): Vive cerca del río.
  • Atributo: Antonio es abogado.
  • Complemento Directo (CD): Juan come peras.
  • Suplemento o Complemento de Régimen: Pienso en ti.
  • Complemento Indirecto (CI): Le regalaron eso a mi prima.
  • Complemento Circunstancial (CC): Habla con ella.
  • Complemento Agente (C. Ag.): El árbol fue talado por él.

El SN puede ir también como vocativo (señalando a la persona u objeto personificado a quien se dirige el mensaje): «Clara, ven aquí«. Como la interjección, el vocativo forma una unidad con estructura y entonación propia, al margen de la oración, desempeñando una función apelativa.

Componentes del Sintagma Nominal: El Núcleo

Como sabemos, el núcleo del SN es normalmente un sustantivo o un pronombre. Mediante la sustantivación, otro tipo de palabras (adverbios, adjetivos) pueden también funcionar como núcleo.

El Sustantivo

En cuanto a su función, el sustantivo es el núcleo del SN y, en cuanto a su significado, es la palabra que designa a seres, acontecimientos, procesos, ideas, etc., concebidos como independientes y autónomos. En cuanto a su forma, es una palabra compuesta por un lexema al que se añaden morfemas de género y número.

El Género

Es un accidente gramatical que permite clasificar los sustantivos en masculinos o femeninos. En nuestro idioma no hay sustantivos neutros, solo algunos pronombres y la forma «lo» del artículo. La mayoría de los sustantivos son inmóviles en cuanto al género, pero una parte de los sustantivos puede presentar a veces la alternancia entre ambos géneros: «profesor/profesora«. Por lo que respecta al morfema del género en los sustantivos, cabe distinguir los siguientes casos:

  • A) Hay sustantivos que no presentan ninguna marca especial de género; es decir, no hay nada en la palabra que nos obligue a considerarla masculina o femenina: la palabra «coche» y la palabra «noche» son muy similares, pero la primera es masculina y la segunda, femenina. Solo el determinante o los adyacentes nos permiten señalar su género.
  • B) Entre los sustantivos con marca de género, la terminación que se presenta con más frecuencia es «-o» para masculino y «-a» para femenino. Estas se dan tanto en los sustantivos que pueden variar su género como en los que no varían, pero tenemos que tener en cuenta que existen excepciones (como «la mano«).
  • C) Sustantivos que nos permiten alternar su género y que presentan otras posibles terminaciones, o el cambio de terminación para el femenino. Los llamados heterónimos cambian toda la palabra para modificar su género.
  • D) Sustantivos comunes en cuanto al género. Solo distinguen el masculino del femenino mediante el determinante. En algunos de estos nombres hay una tendencia actual a regularizar su flexión («el médico/la médica«).
  • E) Los sustantivos epicenos. Aun refiriéndose a realidades con sexos distintos, no muestran variación de género. «La hormiga» y «la liebre» son sustantivos femeninos, aunque en esas especies haya machos y hembras. Lo mismo pasa con palabras como «víctima» y «persona«.
  • F) Sustantivos ambiguos. Son aquellos que, sin modificar su significado, pueden recibir los dos géneros: «el calor/la calor«.
  • G) Algunos sustantivos adquieren significados diferentes según sean masculinos o femeninos.
El Número

Es un accidente gramatical que indica si el sustantivo se refiere a un solo objeto de la realidad que nombra o se refiere a varios objetos. El singular no lleva marca de número, mientras que el plural puede señalarse mediante las terminaciones «-s» o «-es«. En general, la norma para la formación del plural es la siguiente: los sustantivos terminados en vocal átona forman el plural con la terminación «-s«, mientras que los terminados en consonante lo forman con la terminación «-es«. Sin embargo, se dan los siguientes casos especiales:

  • A) Los sustantivos acabados en vocal tónica, excepto si terminan en «» o ««, añaden «-s» en el plural. Por ejemplo: «café/cafés«. En el caso de «» o «» tónicas finales, se añade «-es«. Sin embargo, la tendencia predominante en la actualidad es la terminación en «-s«.
  • B) Los sustantivos acabados en diptongos tónicos forman el plural en «-es«, pero en palabras de reciente creación se dan vacilaciones, como en «convoy/convoyes«.
  • C) Los cultismos ofrecen soluciones diferentes: los más recientes y poco difundidos forman el plural en «-s«; en usos cultos, adoptan el plural original latino. En otros, el plural no varía en relación con el singular. Los de uso general han regularizado su formación.
  • D) Los extranjerismos más recientes deberían mantener la norma general cuando se adaptan al idioma, como en «yogur/yogures«. Sin embargo, no es raro encontrar irregularidades.
  • E) Los nombres propios deben formar el plural según la forma general, excepto los patronímicos terminados en «-ez» y en «-s» y los nombres extranjeros, que no varían: «los Montoya«. Pero tampoco es extraño encontrar el singular: «los Montoya«.
  • F) Los sustantivos con acentuación llana cuyo singular termina en «-s» o en «-x» no se modifican en el plural, que se señala por medio del determinante: «la tesis/las tesis«.

Por último, se pueden señalar otras peculiaridades relacionadas con el número. Hay sustantivos, los llamados singularia tantum, que aparecen normalmente solo con la forma del singular. Los llamados pluralia tantum, en cambio, solo suelen usarse en plural. Algunos de estos últimos se refieren a objetos compuestos de partes simétricas, como «las tijeras» y, aunque se usen en singular, su significado es el mismo. También hay que tener en cuenta que el singular de un sustantivo se puede usar en sentido general, con lo que resultaría equivalente a un plural.

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