Lógica Propagandística y Comunicativa del Terrorismo
1. Principio del ‘Frente Informativo’ del Terrorismo
Primer principio: te modifican el lenguaje y, con ello, la percepción de la realidad. Frecuentemente, los partidos políticos a veces instrumentalizan el terror y facilitan que se suplante en la sociedad y en los medios de comunicación el lenguaje. Y los grupos políticos afines a los grupos también consiguen que se suplante esta manera de expresarse.
El segundo principio es que el terrorismo necesita de la publicidad ventajosa en los medios de comunicación. El fundamento que se verifica es que, en realidad, lo importante de una acción terrorista es la publicidad y el éxito que tenga en los medios. Su éxito informativo es mayor que el éxito militar porque consiguen modificar el mismo lenguaje. Esto es tan importante que se llega a decir que existe una relación simbiótica, pero es falso porque no es verdad que ambas partes se necesiten; los medios no tienen por qué estar hablando necesariamente de terrorismo.
El tercero es que el periodismo necesita de ese oficio ejercido por periodistas para ocupar el espacio público, necesita ocupar el frente informativo. Lo peligroso es sugerir que lo mejor es no hacer mención en los medios al terrorismo, pero lo que eso estaría haciendo es coartar las libertades. Es más, si no se habla con claridad en una sociedad de terrorismo, se promueve el rumor, la gente se enteraría por medios alternativos, que acaba facilitando aún más la propaganda. El grupo, en un primer punto, no querrá atacar a la prensa, lo hará cuando la información se haga adecuadamente y consiga desacreditar la causa terrorista. El terrorista buscará que la prensa sea, en todo caso, equidistante y no se ponga de parte del Estado.
El cuarto principio es que la manera de construir la información impacta en la manera en la que se entiende el terrorismo. Es muy complejo conseguir la neutralidad, esta no existe, en hechos vinculados con las CCSS todos somos sujetos y subjetivos. La neutralidad en terrorismo supondría no acercarse a los hechos, entronizas a la imprecisión del tipo de violencia. ‘A más ignorancia más miedo’ y cuando más miedo tengo más efecto tiene el terrorismo. Cuando más desconocimiento tengo del terrorismo, más miedo tengo y más fácil es la transferencia de la culpa y más fácil es que la población esté abierta a que el estado se abra a la negociación. A esto nos referíamos cuando decíamos que el terrorismo es teatro, se tiene un guion, se busca el drama y la espectacularidad.
El quinto principio construye un lenguaje propio para los medios de comunicación y la sociedad. Esto lo hace porque el terrorista habla para la opinión pública, elabora un léxico que tiene los dos componentes: el narcisista y el victimista. Además, construye un futuro utópico y se basa en un pasado falaz. Ese lenguaje pensado para acuñar la realidad y monopolizar el espacio público (expulsando a otros del mismo), se termina de fabricar con el comunicado. Es más, el acto terrorista sin comunicado marcado de este léxico propio, está incompleto porque con él tú construyes. *La intención es exculpar al que lleva a cabo el acto: soy ETA y tengo culpa de víctimas, pero el Estado también tiene culpa de que se prolongue el conflicto, y toda Euskalerria es víctima.
El punto seis es que los terroristas hacen esto y utilizan este lenguaje para someter a la población, para controlarla. El terrorismo mata, pero también genera opresión cuando modifica el régimen de libertades y se crea un clima de dictadura permanente.
El séptimo principio: el terrorismo quiere perpetuarse en el espacio público mediante el control de los medios de comunicación. Pero un Estado no puede coartar a la prensa, unos medios sometidos a un estricto control del gobierno acaban siendo favorables al terrorismo. La libertad de prensa hay que cuidarla de manera exquisita. Además, si censuras, estás infantilizando y sobreprotegiendo a tu población.
El octavo criterio: el terrorista lo que quiere es que publique: sus objetivos, sus acciones y sus planes, todos ellos engrandecidos y sobredimensionados. Esto facilita que se logren. Se le da especialmente importancia a la imagen visual o imágenes televisivas porque son interpretables, es la versión moderna de la propaganda por el hecho. Lo que más se busca hacer es una demostración de la fuerza, evidenciar la fuerza. Además, si soy muy fuerte, se facilita la transferencia de la culpa y que la población crea que es mejor la negociación. Normalmente la sucesión de imágenes violentas crea anonimato de la víctima.
El noveno es que el terrorismo organiza su violencia de una manera muy concreta, buscando la noticia. Los atentados son hechos noticiosos por tres factores o características: tienen un toque de espectáculo, alteran el orden público y afectan a la clase dirigente. Afecta al orden político, al teatral y al criminal. Al romper la normalidad del orden público atrae la atención. Además, el terrorismo adquiere una característica inmediata de intencionalidad. Los actos suelen darse de manera acumulada y veloz, por lo que favorece la cobertura mediática.
El punto décimo: la verdad del terrorismo importantes son sus actos, no sus palabras. Las palabras más verdaderas son los comunicados internos, no lo que se dice, en todo caso, como texto público. No significa que sea ilegítimo leer los textos de los terroristas, lo malo es hacerlo siguiendo sus intereses.
El once, a tenor de esto, lo que quiere el terrorista es que el periodista sea su aliado, casi siempre involuntario. Normalmente el terrorista logra que el periodismo hable con cierta neutralidad de él porque es lo ‘menos malo’. Esto suele tener el efecto de que el ciudadano de una sociedad democrática acabe teniendo una imagen negativa del Estado y su capacidad.
El doce: si se logra que un hecho noticioso vuelva aliados involuntarios al periodista, no se puede hacer una información aséptica. El terrorismo busca la asepsia y, sobre todo, que se indague en las causas. En nuestra cabeza buscamos ir a las causas por nuestro racionalismo ilustrado.
2. Pautas de Cobertura Informativa del Terrorismo
Tres cosas que no se deben hacer:
- Cuando se difunde información, hay que intentar no difundir mucha cantidad de información. Esto se debe a que estos temas generan mucha atracción y, aunque parezca bueno, lo que pasa es que las empresas instrumentalizan el terrorismo. Además, hacen una intromisión en el Estado: intromisión (se convierte en cuarto poder) y no hacerle caso. Además, normalmente se llama a hacer una actuación rápida e inmediata del Estado, se asumen papeles que no son el suyo, lo cual acaba siendo un despropósito político. Si el gobierno se equivoca, al final las consecuencias se las come igualmente el Estado y la ciudadanía, ni siquiera el medio. Además, si hablas mucho, sobredimensionas la importancia y generas un medio irracional generando más. La acumulación de información dificulta la eficacia de lo que se relata. Se agravan las emociones del público por la manera en la que se explica la información.
- No debe haber silencio informativo por una cuestión democrática, es decir, no debe haber una medida de exención a un acto de exención. No es posible conseguir el apagar el aparato informativo en democracia, es decir, incluso si un pacto de silencio fuera posible, la violencia aumentaría hasta que alguno rompiera el pacto. Además, se fortalece la opción del rumor. El tipo de terrorismo que se siente más cómodo es el terrorismo de Estado. Esta no puede ser la pauta, pero sí hay dos excepciones: si hay vidas en juego y cuando es la fase inicial de un grupo terrorista porque se le ayudaría enormemente.
- No se cuentan historias de una forma grandilocuente, sobre todo si tiene que ver con el ser humano. Cuando se hace mucho hincapié en la parte humana, se piensa que la solución tiene que ir hacia el dolor de esas víctimas olvidando el trasfondo político. Cuando se intenta arreglar el dolor de la víctima, al factor humano, se plantea que lo más importante es buscar una solución para las víctimas que será firmar la paz lo más rápido posible aunque se salten los procedimientos lentos pero democráticos para solucionarla. El terrorista quiere justamente eso. Además, en la misma línea de la humanidad, buscarás pensar en el humano que ha cometido el acto, buscando sus causas y justificándolas, lo que acabará por invisibilizar a las víctimas.
Cosas que sí hacer:
- Tiene que prevalecer el relato de los hechos porque si no habrá especulación porque habrá causa, contexto y precedente. La obsesión por el contexto, que en periodismo es importante pero en temas concretos de terrorismo no, puede darle legitimación causal indirecta. Los hechos deben ser explicados, interpretados, no se trata de un periodismo puramente declarativo.
- Al terrorista se le trata, cuando se habla de él, como lo que es, no como lo que dice que es, hacerlo será darle una legitimidad, convertirle en un hombre de estado a nivel internacional.
- Hay que sacar las imágenes de los actos terroristas con los límites de la ética que la prensa tenga. Si conocemos las identidades de las víctimas sí, si no, hay que dudarlo porque los insensibilizan, los convierten en una masa sin forma como quiere el terrorista. La foto debe ir acompañada de un relato bien construido.