El Esperpento en *Luces de Bohemia*
En *Luces de Bohemia* (*LdB*), Valle-Inclán presenta tres perspectivas distintas de la Iglesia: la más retrógrada, con el **padre Restrepo**; la orientación social, con el **padre Antonio**; y la más politizada, con el **padre José María Dulce**.
Características del Esperpento y su Reflejo en *Luces de Bohemia*
LdB es la primera obra que el propio autor califica como **esperpento**, un género creado por él y que consiste en distorsionar sistemáticamente nuestro entorno para poder expresar lo trágico, lo grotesco y lo absurdo de la vida española. Se trata de una técnica que no es exclusiva del teatro valleinclanesco, ya que existe una importante tradición artística que degrada la realidad, como puede apreciarse en cuadros de Goya o El Bosco y en algunos poemas de Quevedo.
Para conseguir el objetivo de **deformar el mundo** circundante, Valle-Inclán emplea múltiples procedimientos, entre los que destaca la ridiculización de la realidad. Si la naturaleza del esperpento es crear una antitragedia, LdB es un ejemplo claro: los personajes se enfrentan, ciertamente, a un destino trágico, pero el distanciamiento del autor nos lo muestra como algo grotesco. En este esperpento asistimos a un enorme drama a nivel colectivo (la situación social española) y a nivel individual (la muerte de Max y el suicidio de su mujer y de su hija), pero estos hechos aparecen como ridículos debido a los personajes que les dan vida. Es más: la muerte de Max es grotesca, pues no hay nada solemne en el fallecimiento de alguien que agoniza en la calle. Además, no es su muerte la que cierra la obra, como en la tragedia clásica, sino que, para mayor escarnio, esta concluye con las palabras de un borracho.
La estética del esperpento también se alcanza por medio de la **degradación de los personajes**, que son presentados, en palabras del propio autor, como «enanos que juegan una tragedia». Esta degradación se manifiesta, fundamentalmente, a través de dos recursos estilísticos: la **animalización** («La Pisa Bien se apresura a echarle la zarpa»), y la **cosificación** («se mueve el bulto de un hombre»).
Otro de los rasgos del esperpento es la **literaturización**, consistente en la inclusión de gran cantidad de citas y referencias literarias y que se utiliza como un recurso más de deformación. Así, el género épico se nos presenta desfigurado: Max es ciego como Homero y su peregrinación por el Madrid bohemio y nocturno nos evoca la odisea que realiza Ulises desde Troya hasta Ítaca. Además, en la obra de Valle-Inclán encontramos también referencias a la Divina comedia (Max, que es guiado por don Latino como Dante por Virgilio, siente que ese mundo en el que vive es un círculo más del Infierno de Dante); citas directas de Rubén Darío, Shakespeare o Calderón de la Barca, y reminiscencias al Lazarillo de Tormes y al *Quijote* en las figuras de los dos protagonistas.
Otro de los recursos más significativos del esperpento es la **variedad de registros** empleados en los diálogos, variedad que no solo sirve para caracterizar a los personajes, sino también para parodiarlos o criticarlos. Destaca, por un lado, el uso de un lenguaje pedante y cursi propio de los modernistas, y por otro, la jerga vulgar de las bajas clases sociales, quienes emplean términos como «cuála» o «previlegiado». Incluso se aprecia en *Luces de Bohemia* la combinación de cultismos y gitanismos en una misma intervención, lo que evidencia ese empleo de contrastes tan peculiar de la estética valleinclanesca («Yo también chanelo el sermo vulgaris«).
Este contraste ya se percibe desde el mismo título, cuidadosamente escogido por el autor. Por un lado, Valle juega con la luz, con el brillo de una época modernista en decadencia; pero por otro lado, la peregrinación bohemia de los protagonistas transcurre por un Madrid nocturno alumbrado artificialmente con velas, candiles y lámparas. Se trata, en efecto, de un intencionado **claroscuro** con el que aspira a degradar la realidad.
El esperpento, asimismo, se caracteriza por **fusionar novela y teatro**. Esta indefinición de géneros se hace patente en la función de las **acotaciones**, que son muy extensas, tienen un excepcional valor literario y están escritas imitando las intervenciones de un narrador omnisciente. Con ellas se describen, con rapidez e intensidad, personajes y ambientes diversos.
Finalmente, en *LdB* se acumulan de manera intencionada **hechos y referencias históricas** en un confuso anacronismo, lo cual nos impide situar la acción de esta pieza teatral en un tiempo histórico concreto. De esta forma, la alusión a las últimas colonias españolas (1898), la mención a la Semana Trágica de Barcelona (1909), los comentarios sobre la Revolución rusa (1917), la coexistencia de modernistas y ultraístas o el hecho de que Rubén Darío —que muere en 1916— sobreviva a Benito Pérez Galdós —que fallece en 1920— serían sucesos temporalmente anacrónicos que servirían a Valle-Inclán para producir el efecto deformador que pretende. Esta confusión cronológica no es casual, sino que constituye un caso más de distanciamiento y permite explicar todo un periodo.
En conclusión, mediante la técnica del esperpento, Ramón María del Valle-Inclán muestra la realidad con óptica deformante para censurar y parodiar la decadente situación nacional. Nos hallamos, pues, ante la vertiente más crítica de la Generación del 98.
El Lenguaje Poético de Miguel Hernández
La primera etapa de Miguel Hernández, dominada por la poesía pura de Perito en lunas (1932), se caracteriza por ser una poesía hermética, de sintaxis compleja y acento culterano. Responde al deseo de crear un registro más culto y de elevar lo cotidiano y vulgar a una categoría superior. En esta obra el símbolo más utilizado es la **luna** —en la que él se considera un ‘experto’ (un perito)—, utilizada como reflejo tanto del paso del tiempo como de la muerte.