(Entran POZZO y LUCKY. POZZO se ha vuelto ciego. LUCKY, cargado, como en el primer acto. Cuerda como en el primer acto, pero mucho más corta para permitir a POZZO seguir más cómodamente. LUCKY, tocado con un nuevo sombrero. Al ver a VLADIMIRO y ESTRAGÓN se detiene. POZZO sigue su camino y tropieza con él. VLADIMIRO y ESTRAGÓN retroceden. LUCKY cae, soltándolo todo, y arrastra a POZZO en su caída. Quedan tendidos, inmóviles entre los bultos.)
ESTRAGÓN: ¿Es Godot?
VLADIMIRO: En buen momento llega.
POZZO: (Con voz inexpresiva.) ¡Socorro!
ESTRAGÓN: ¿Es Godot?
POZZO: ¡Ayúdenme!
ESTRAGÓN: Pide ayuda.
VLADIMIRO: Ya no estamos solos para esperar la noche, para esperar a Godot.
ESTRAGÓN: Pero solo están de paso.
POZZO: ¡Ayúdenme!
VLADIMIRO: Ahora el tiempo pasa de otro modo. El sol se pondrá, se levantará la luna y nos marcharemos… de aquí.
ESTRAGÓN: Pero si solo están de paso.
VLADIMIRO: Será suficiente.
POZZO: ¡Piedad!
VLADIMIRO: ¡Pobre POZZO!
ESTRAGÓN: Sabía que era él.
VLADIMIRO: ¿Quién?
ESTRAGÓN: Godot.
VLADIMIRO: Pero si no es Godot.
ESTRAGÓN: Entonces, ¿quién es?
VLADIMIRO: Es POZZO.
POZZO: ¡Soy yo! ¡Soy Pozzo!
VLADIMIRO: No puede levantarse.
ESTRAGÓN: Vámonos.
VLADIMIRO: No podemos.
ESTRAGÓN: ¿Por qué?
VLADIMIRO: Esperamos a Godot.
ESTRAGÓN: Es verdad.
VLADIMIRO: Quizá aún tenga huesos para ti.
ESTRAGÓN: ¿Huesos?
VLADIMIRO: De pollo. ¿No te acuerdas?
ESTRAGÓN: ¿Era él?
VLADIMIRO: Sí.
ESTRAGÓN: Pregúntaselo.
VLADIMIRO: ¿Y si le ayudáramos primero?
ESTRAGÓN: ¿A qué?
VLADIMIRO: A levantarse.
(POZZO se retuerce, gime y da puñetazos en el suelo.)
ESTRAGÓN: ¿Y si antes le pidiéramos los huesos? Si no nos los da, le dejamos ahí.
VLADIMIRO: ¿Quieres decir que está en nuestras manos?
ESTRAGÓN: Sí.
La Tentación y el Temor
VLADIMIRO: Está bien pensado, desde luego. Pero hay algo que temo.
ESTRAGÓN: ¿El qué?
VLADIMIRO: Que de golpe Lucky se levante. Entonces la habríamos fastidiado.
ESTRAGÓN: ¿Lucky?
VLADIMIRO: El que te atacó ayer.
ESTRAGÓN: Te digo que fueron diez.
VLADIMIRO: No, hombre, antes: el que te pegó las patadas.
ESTRAGÓN: ¿Está ahí?
VLADIMIRO: Mira. (Gesto.) Ahora está inmóvil. Pero de un momento a otro puede ponerse en movimiento.
ESTRAGÓN: ¿Y si le diéramos un escarmiento entre los dos?
VLADIMIRO: ¿Quieres decir, si nos tiráramos encima de él mientras duerme?
ESTRAGÓN: Sí.
VLADIMIRO: Es una buena idea. Pero ¿somos capaces? ¿Está dormido de verdad? (Pausa.) No; lo mejor sería aprovechar que Pozzo pide auxilio para socorrerle, haciéndonoslo agradecer.
ESTRAGÓN: Ya no pide nada.
VLADIMIRO: Es que ha perdido la esperanza.
ESTRAGÓN: Quizá. Pero…
VLADIMIRO: No perdamos el tiempo en discusiones inútiles. (Pausa. Con vehemencia) Hagamos algo… Gogo… eeehh… Gogo…!
ESTRAGÓN: No te escuchaba.
VLADIMIRO: Bien es verdad que quedándonos de brazos cruzados no hacemos nada. “¿Qué hacemos aquí?”, es lo que tenemos que preguntarnos. Tenemos la suerte de saberlo. Sí, una sola cosa está clara: esperamos que venga Godot.
ESTRAGÓN: Es verdad.
VLADIMIRO: Tenemos una cita, y se acabó. Pero hemos acudido a la cita. ¿Cuántos pueden decir lo mismo?
ESTRAGÓN: Multitudes.
POZZO: ¡Socorro!
VLADIMIRO: Lo evidente es que el tiempo pasa despacio y nos lleva a llenarlo con acciones a las que estamos acostumbrados. Pero he aquí lo que me pregunto a veces: ¿no anda errante ya en la continua noche de los grandes abismos? ¿Sigues mi razonamiento?
ESTRAGÓN: Todos nacemos locos. Algunos siguen siéndolo.
POZZO: ¡Socorro! ¡Les daré dinero!
ESTRAGÓN: ¿Cuánto?
POZZO: Diez pesetas.
ESTRAGÓN: Es poco.
VLADIMIRO: No serás capaz.
ESTRAGÓN: ¿Te parece bastante?
VLADIMIRO: No.
POZZO: Veinte pesetas.
La Diversión y la Soledad
VLADIMIRO: Estamos esperando. Nos aburrimos como ostras, qué duda cabe. Bueno… Se nos presenta una diversión, y ¿qué hacemos? La dejamos que se pudra. Venga; manos a la obra.
(Avanza hacia POZZO, se detiene.) Dentro de un momento todo habrá pasado. Estamos otra vez solos en medio de las soledades. (Piensa.)
POZZO.-Veinte pesetas.
VLADIMIRO.-Ya vamos.
(Trata de levantar a POZZO, pero no lo consigue. Redobla sus esfuerzos, tropieza
con los bultos, cae, trata de levantarse sin conseguirlo.)
ESTRAGÓN.-¿Qué os pasa a todos?
VLADIMIRO.-¡ Socorro!
ESTRAGÓN.-Me voy.
VLADIMIRO.-¡ No me abandones! Me matarán!
POZZO.-¿Dónde estoy?
VLADIMIRO.-¡ Gogo! ¡Ayúdame!
ESTRAGÓN.-Yo me voy.
VLADIMIRO.-Primero ayúdame. Después nos marcharemos juntos.
ESTRAGÓN.-¿Y no volveremos nunca?
VLADIMIRO.-¡ Nunca!
POZZO.-¡ Treinta! ¡ Cuarenta!
VLADIMIRO.-¡ Pronto! ¡ Pronto! Dame la mano!
ESTRAGÓN.~Me voy. (Pausa. Más fuerte.) Me voy.
VLADIMIRO. –Al fin y al cabo, acabaré por levantarme solo. (Trata de levantarse, vuelve a caer.) Tarde o temprano.
ESTRAGÓN.-¿Qué te pasa?
VLADIMIRO.-¡ Déjame en paz!
ESTRAGÓN.-Levántate, anda; vas a coger frío.
VLADIMIRO.-NO te preocupes por mí.
ESTRAGÓN.~Pero, hombre, Didi, no seas cabezota (Tiende la mano a VLADIMIRO, que
la coge rápidamente) ¡ Venga, arríba!
(ESTRAGÓN tira, tropieza, cae. Largo silencio)
POZZO.-¡ A mí!
VLADIMIRO.-Estamos aquí.
POZZO.-¿Quiénes son ustedes?
VLADIMIRO.-Somos hombres.
(Silencio)
ESTRAGÓN.- ¡Qué bien se está en el suelo!
VLADIMIRO.-¿ Puedes levantarte?
ESTRAGÓN.-NO sé.
VLADIMIRO.-Prueba.
(Silencio)
POZZO.-¿Qué ha ocurrido?
VLADIMIRO.-(En alto.) ¿Te quieres callar de una vez ¡Vaya perra! Solo piensa en él.
ESTRAGÓN.-¿ Y si intentáramos dormir?
VLADIMIRO.-¿ Has oído? ¡ Quiere saber lo que ha pasado!
POZZO.~¡ Piedad! ¡ Piedad!
ESTRAGÓN.-(Sobresaltado.) Qué, ¿qué pasa?
VLADIMIRO.-¿Dormías?
ESTRAGÓN.~Creo que sí.
VLADIMIRO.~¡Otra vez ese asqueroso Pozzo!
4
ESTRAGÓN.-¡ Dile que se calle! ¡Partele la boca!
VLADIMIRO. –(Pegado a POZZO.) ¿Has acabado? ¿Quieres callarte? ¡Sabandija! (POZZO se desprende, lanzando gritos de dolor, y se aleja, arrastrándose) ¡ Se ha escapado! (POZZO se desploma. Silencio.) ¡ Se ha caído!
ESTRAGÓN.-¿ES que se había levantado?
VLADIMIRO.-NO.
ESTRAGÓN.-Y, dices que se ha caído.
VLADIMIRO.-Estaba a gatas. (Silencio.) Quizá nos hemos excedido.
ESTRAGÓN.-NO tenemos demasiadas oportunidades.
ESTRAGÓN.-Por haber querido ayudarle, estamos ahora en este atolladero.
VLADIMIRO.-Es verdad.
ESTRAGÓN.-¿No has golpeado demasiado fuerte?
VLADIMIRO.-Le he sacudido unos cuantos golpes.
ESTRAGÓN.-NO debiste hacerlo.
VLADIMIRO.-Tú lo quisiste.
ESTRAGÓN.-ES verdad. (Pausa.) ¿Qué hacemos ahora?
VLADIMIRO.-Si pudiera arrastrarme hasta él.
ESTRAGÓN.- No me dejes!
VLADIMIRO.-Y si le llamara?
ESTRAGÓN.-Eso, llámale.
VLADIMIRO.-¡ POZZO! (Pausa.) POZZO! (Pausa.) No contesta.
ESTRAGÓN.-Los dos a la vez.
VLADIMIRO y ESTRAGÓN.- ¡POZZO! ¡ POZZO!
VLADIMIRO.-Se ha movido.
ESTRAGÓN.-¿Estás seguro de que se llama POZZO?
VLADIMIRO.-(Angustiado.) ¡ Señor POZZO! Vuelve! ¡ No te haremos daño!
(Siencio.)
ESTRAGÓN.-¿Y si probáramos con otros nombres?
VLADIMIRO. –Me temo que la cosa sea grave.
ESTRAGÓN. –Sería divertido. Vamos a verlo. Veamos. (Medita.) ¡ Abel! ¡Abel!
POZZO.-¡ A mí!
ESTRAGÓN.-¿Lo ves?
VLADIMIRO.-Ya me estoy hartando.
ESTRAGÓN.~Quizá el otro se llame Cain. (Llama.) ¡ Cain! ¡Cain!
POZZO.~¡ A mí!
ESTRAGÓN-ES toda la Humanidad (Silencio.)
ESTRAGÓN.~¿Hacemos otra cosa ahora?
VLADIMIRO.-Era justamente lo que iba a decirte.
ESTRAGÓN.-Bueno; pero ¿qué?
VLADIMIRO.-¡ Ahí está el asunto!
(Silencio.)
ESTRAGÓN.-¿Y si empezáramos a levantarnos?
VLADIMIRO.-Probemos.
(Se levantan.)
ESTRAGÓN.-Bien fácil ha sido.
VLADIMIRO.-Querer es poder.
ESTRAGÓN.-Y ahora, ¿qué?
5
POZZO.-¡ Socorro!
ESTRAGÓN.-Vámonos.
VLADIMIRO.-NO podemos.
ESTRAGÓN.-¿Por qué?
VLADIMIRO.-Esperamos a Godot.
ESTRAGÓN.-Es verdad. (Pausa.) ¿Qué hacemos?
POZZO.-¡ Socorro!
VLADIMIRO. -¿Y si le socorriéramos?
ESTRAGÓN.-¿Y después?
VLADIMIRO. -Quiere que le ayudemos a levantarse.
ESTRAGÓN.-Bueno, ayudémosle. ¿A qué esperamos?
(Ayudan a POZZO a levantantarse, se separan de él. Vuelve a caer.)
VLADIMIRO.-Hay que sostenerle.
POZZO.-¿Quiénes son ustedes?
VLADIMIRO.-¿No nos reconoce?
POZZO. -Soy ciego.
(Silencio.)
ESTRAGÓN.-Puede que vea más adelante.
VLADIMIRO.-¿ Desde cuándo?
POZZO.-Yo tenía muy buena vista; pero ¿ustedes son amigos?
VLADIMIRO.-La prueba es que le hemos ayudado.
ESTRAGÓN.- Eso! ¿Le habríamos ayudado si no fuésemos sus amigos?
POZZO.-¿No son ustedes bandoleros?
ESTRAGÓN.~¡Bandoleros! ¿Tenemos aspecto de bandoleros?
VLADIMIRO.-¡ Bueno! Es ciego.
ESTRAGÓN.- Anda! Es verdad. (Pausa.) Según él.
POZZO.-No me dejen.
VLADIMIRO. –Nadie piensa en ello.
ESTRAGÓN.-De momento.
POZZO.-¿Oué hora es? ¿Es de noche?
(Silencio. VLADIMIRO y ESTRAGÓN miran la puesta del sol.)
POZZO.-(Angustiado.) ¿Es de noche?
POZZO.-¿Por qué no me contestan?
ESTRAGÓN.-NO quisiéramos decirle ninguna tontería.
VLADIMIRO. -(Tranquilizador.) Es de noche, señor; ya ha anochecido. Mi amigo trata de hacerme dudar, y debo reconocer que por un momento lo ha conseguido. ESTRAGÓN.-¿Cuánto tiempo nos queda aún de aguantarlo? (Le sueltan un poco, y vuelven a cogerlo al ver que se cae.) No somos cariátides.
VLADIMIRO.-Si he oído bien decía usted que antes tuvo usted una vista excelente.
POZZO.-Sí, muy buena.
(Silencio.)
ESTRAGÓN.-(Irritado.) ¡ Explíquese, explíquese!
VLADIMIRO.-Déjale en paz. ¿No ves que está recordando su dicha? (Pausa.)
POZZO.-Sí, muy buena.
VLADIMIRO.-¿Y esto le ha ocurrido de repente?
POZZO.-Muy buena.
VLADIMIRO.-Le pregunto si esto le ha ocurrido de repente.
6
POZZO. –Un buen día me desperté ciego como el Destino. (Pausa) A veces me pregunto si no estaré durmiendo.
VLADIMIRO.-¿ Cuándo fue eso?
POZZO.-No me pregunten. Los ciegos no tienen la noción del tiempo. (Pausa.) No ven las cosas del tiempo.
VLADIMIRO.-¡ Vaya! ¡ Hubiera jurado todo lo contrario!
ESTRAGÓN.-Me voy.
POZZO.-¿ Dónde estamos?
VLADIMIRO.~No se.
POZZO.-¿A qué se parece esto?
VLADIMIRO.-(Mirada alrededor.) No puede describirse. No se parece a nada. No hay nada. Sólo un árbol.
POZZO.-¿Dónde está mi criado?
VLADIMIRO.-Allí.
POZZO.-¿Por qué no contesta cuando le llamo?
VLADIMIRO.-No sé. Parece dormir. Quizá esté muerto.
POZZO.-¿Qué ha pasado, exactamente?
VLADIMIRO.-Se han caído ustedes dos.
POZZO.~Vayan a ver si está herido.
VLADIMIRO.-Pero no podemos dejarle a usted.
POZZO.~No tienen necesidad de ir los dos.
VLADIMIRO.-(A ESTRAGÓN.) Ve tú.
POZZO.~Eso es, que vaya su amigo. Apesta.
ESTRAGÓN.-¡Después de lo que me hizo! ¡ En mi vida!
VLADIMIRO.-¡ Ah! ¿Ya te acuerdas de que te hizo algo?
ESTRAGÓN.-Nome acuerdo muy bien. Tú me lo has dicho.
VLADIMIRO.-Es verdad. (A POZZO.) Mi amigo tiene miedo.
POZZO.-No tiene que temer nada. ¿Qué espera?
VLADIMIRO.-(A ESTRAGÓN.) ¿Qué esperas?
ESTRAGÓN.~Espero a Godot.
VLADIMIRO.-(A POZZO.) Le he dicho que mi amigo tiene miedo. Ayer su criado le atacó
cuando lo único que pretendía mi amigo era enjugarle las lágrimas.
POZZO.-¡ Ah!, nunca hay que portarse bien con gentes como estas. No lo soportan.
VLADIMIRO.~Entonces, ¿qué tiene que hacer exactamente?
POZZO.-Pues, en primer lugar, tirar de la cuerda, cuidando de no ahogarle. Generalmente, eso le hace reaccionar. Si no, que le pegue patadas en el bajo vientre y en la cara, si es posible.
VLADIMIRO.-(A ESTRAGÓN.) ¿Lo ves? No tienes que temer nada. Incluso es una ocasión para vengarte.
ESTRAGÓN.-¿Y se defiende?
VLADIMIRO.-YO acudiría en tu auxilio. Primero, mira si está vivo. Si está muerto, no vale la pena golpearle.
ESTRAGÓN.-(Inclinándose sobre LUCKY.) Respira.
VLADIMIRO. –Pues ¡hala!
(Enfurecido súbitamente, ESTRAGÓN, aullando, pega patadas a LUCKY. Pero se hace daño en un pie y se aleja cojeando y quejándose. LUCKY reacciona.)
7
ESTRAGÓN.~(Apoyándose sobre una pierna.) ¡ Qué bestia! (Se sienta y trata de quitarse los zapatos. Pero renuncia en seguida y mete la cabeza entre las piernas y los brazos delante de la cabeza.)
POZZO.-¿Qué pasa ahora?
VLADIMIRO.~Mi amigo se ha hecho daño.
POZZO.-¿Y Lucky?
VLADIMIRO.~¿Así que es él? ¿Y usted es POZZO?
POZZO.-Desde luego, soy POZZO.
VLADIMIRO.~¿Los mismos de ayer?
POZZO.-¿ De ayer?
VLADIMIRO.~Nos vimos ayer. (Silencio.) ¿No se acuerda usted?
POZZO.-No me acuerdo de haber encontrado ayer a nadie. Pero mañana no me acordaré de haber encontrado nadie hoy.
VLADIMIRO.~ Usted veía.
POZZO.-Si usted lo dice… Déjeme, haga el favor. (VLADIMIRO se aparta.) ¡En pie!
(LUCKY se levanta y coge los bultos.)
VLADIMIRO.-¿Adónde va usted?
POZZO.-Yo no me ocupo de eso.
VLADIMIRO.-¡Cómo ha cambiado!
(LUCKY, cargado con los bultos, se coloca delante de POZZO.)
POZZO. -¡Látigo! (Lucky deja los bultos, busca el látigo, lo encuentra, se lo da a POZZO y vuelve a coger los bultos.)
VLADIMIRO.-¿Qué hay en esa maleta?
POZZO.-Arena. (Tira de la cuerda.) ¡En marcha!
(LUCKY se pone en movimiento, seguido de POZZO.)
VLADIMIRO.-Un momento. No se marche todavía.
POZZO.-Me voy.
VLADIMIRO.-¿Qué hacen cuando caen en donde no hay quien pueda ayudarles?
POZZO.-Esperamos poder levantarnos. Y después, nos vamos.
VLADIMIRO.-Antes de irse, dígale que cante.
POZZO.-¿A quién?
VLADIMIRO.-A Lucky.
POZZO.-¿Cantar?
VLADIMIRO.-Sí. O que piense. O que recite.
POZZO.-Pero ¡si es mudo!
VLADIMIRO.-¡Mudo!
POZZO.-Totalmente. Ni siquiera puede gemir.
VLADIMIRO. -¡Mudo! ¿Desde cuándo?
POZZO. –(Repentinamente furioso.) ¿No ha terminado de envenenarme con su historia sobre el tiempo? ¡Cuándo! Un día, ¿no le basta?, un día como los demás, se volvió mudo, un día me volví ciego, un día nos volveremos sordos, un día nacimos, un día moriremos, el mismo día, el mismo instante, ¿no le basta esto?. (Tira de la cuerda.) ¡En marcha!
(Salen. VLADIMIRO los sigue hasta el lateral y les ve alejarse. Un ruido de caída.
subrayado por los gestos de VLADIMIRO, anuncia que han vuelto a caer. Silencio.
VLADIMIRO se dirige hacia ESTRAGÓN, que duerme, le mira un instante y después le
despierta.).aquí!