Aportaciones de Escritores Extremeños a la Literatura del Siglo XX
Introducción
Aunque a veces se ha acuñado el término de «literatura extremeña», sería incorrecto reivindicar la existencia de este concepto, puesto que la generalidad de las obras escritas por autores nacidos en nuestra comunidad no presenta diferencias significativas con la literatura en castellano.
Sí cabría destacar a ciertos autores que practicaron una literatura en la que trataban de reproducir los rasgos del habla de nuestras zonas y que abordan temas sobre las costumbres y modos de vida. Son Gabriel y Galán y Luis Chamizo, a quienes sí se podría atribuir el concepto de «literatura extremeña».
Dicho esto, a continuación hablaremos de las aportaciones de escritores extremeños a la literatura del siglo XX.
Poetas Extremeños
Extremadura ha aportado algunos nombres importantes como Luis Chamizo, quien tuvo inicios modernistas para decantarse después por el casticismo y el uso dialectal en su lírica. Su obra esencial es El miajón de los castúos. El modernismo de principios de siglo también se da en Enrique Díez Canedo con Versos de las horas.
Jesús Delgado Valhondo cuenta con una obra poética extensa que abarca casi todo el siglo. Los diversos temas que aborda son la naturaleza y el paisaje extremeño, los lugares de la infancia y la juventud, la vida, el amor, Dios, etc. Estuvo ligado a revistas como Espadaña y escribió libros como El año cero, La vara del avellano y Huir.
En la segunda mitad de siglo destaca Manuel Pacheco, quien desarrolló una obra poética bastante extensa, influida en muchas ocasiones por el surrealismo, recogida en diferentes antologías: Poesía en la tierra, Azules sonidos de la música, hasta la publicación de su Obra completa.
Junto a Valhondo y Pacheco, hay que citar a Luis Álvarez Lencero, quien destaca por su compromiso con los más desfavorecidos, con versos marcadamente líricos y trascendentes, con obras como Poema de hierro.
Estos tres autores constituyen la trinidad poética de los años 50 y 60 en Extremadura.
Un poeta de importancia nacional es José María Valverde. Aunque es un poeta de difícil clasificación, algunos lo relacionan con los poetas católicos de la generación del 36, no solo por su actitud religiosa que manifiesta en Hombre y Dios, sino por el carácter sosegado de su lírica.
Otros poetas destacados en la segunda mitad de siglo son Ángel Campos Pámpano, cuya lírica se caracteriza por la brevedad de los textos, de una gran intensidad lírica y muy cuidados. El amor, la familia y sus espacios queridos son los temas más habituales. Destacan La ciudad blanca, Siquiera este refugio y El cielo casi.
También ha destacado Álvaro Valverde, quien se caracteriza por la sobriedad expresiva. El empleo de verso libre le permite adoptar un ritmo pausado para hablar de la soledad del ser humano, el paso del tiempo, la memoria, etc. Sus libros más importantes son Territorio, Las aguas detenidas y Ensayando círculos.
Existen poetas jóvenes que han alcanzado reconocimiento a nivel nacional y premios de prestigio: Javier Rodríguez (Naufragios, Frágil); Ada Salas (La sed, Variaciones en blanco); Santos Domínguez (es probablemente de los poetas actuales más premiados). Obtuvo el Premio Nacional de Poesía con Cavernas de la piedra.
Narradores Extremeños
Muchos son los narradores nacidos en Extremadura o vinculados con ella. La calidad de los mismos es bastante desigual y la fama que han cosechado dista mucho de unos a otros.
En la primera mitad de siglo destaca Felipe Trigo, novelista que denuncia la situación social de su época, y en especial la vida rural que sitúa en la Extremadura que tan bien conoce. Destacan Jarrapellejos y El médico rural. En ellas denuncia el atraso, la manipulación, la opresión de las clases, el caciquismo, etc. Se trata de novelas de corte naturalista y su estilo, descarnado y violento en ocasiones.
También destaca Antonio Reyes Huertas, novelista de corte tradicional, de marcado realismo al estilo de Galdós con La sangre de la raza. Otros autores: Alfonso Albalá, Francisco Valdés, Luis Grande, Juan Cordero, etc.
A partir de los años 60 aparecen nuevos narradores extremeños como José Antonio García Blázquez, autor de No encontré rosas para mi madre, El rito, La memoria cautiva, etc.
En el último tercio del siglo XX han destacado novelistas de prestigio nacional como:
- Luis Landero: en su obra aparece una pasión desbordada por el puro relato de historias y un cuidado extremo del lenguaje. Juegos de la edad tardía, Caballeros de fortuna, El guitarrista.
- Dulce Chacón: sus cinco novelas publicadas se pueden clasificar en dos grupos: [Aquí falta información sobre los dos grupos].
- Javier Cercas: conoció el éxito con Soldados de Salamina, una historia reconstruida a partir de un hecho real. Se trata de una metanovela, ya que el narrador-periodista va emprendiendo la búsqueda de su narración. Otras novelas: El móvil, El inquilino y El vientre de la ballena.
Otros narradores más jóvenes son Alonso Guerrero (Los imaginarios y Los ladrones de libros); Eugenio Fuentes, que ha alcanzado fama cultivando una peculiar novela negra (Las manos del pianista, El interior del bosque, Cuerpo a cuerpo); y Pilar Galán, quien ha obtenido más de veinte premios de relatos (El tiempo circular, Cuentos para ser contados, etc.).
Dramaturgos Extremeños
El teatro es, tal vez, el género literario de menor cultivo en Extremadura.
Manuel Martínez Mediero: sus obras se relacionan con los movimientos teatrales alternativos y de vanguardia, empleando una crítica social y política. Entre sus obras destacan Las hermanas de Buffalo Bill y El bebé furioso.
Miguel Murillo también escribe piezas muy críticas con la historia de nuestro país (El reclinatorio, Dogma de fe). Defiende la libertad de los individuos (Perfume de mimosas, Las maestras) y se rebela contra la injusticia social y la insolidaridad (Sudaca y Si viniera de la niebla).