El primer movimiento literario en el s.XX es el Modernismo, se caracteriza por: 1.- Rechazo de la realidad cotidiana. El poeta huye en el tiempo o en el espacio (los poemas se desarrollan en lugares exóticos.) 2.- Búsqueda de la perfección formal (de inspiración parnasiana).3.- Búsqueda de la belleza, que -según los modernistas- se consigue a través de imágenes muy plásticas, el color, la musicalidad de los versos y los efectos sonoros (influencias del simbolismo).4.- Fidelidad a las grandes estrofas clásicas como el gusto por ensayar variaciones sobre estos moldes métricos.5.- Gran riqueza léxica que no persigue tanto la precisión, sino el prestigio, la sonoridad o la rareza del vocablo. El desgaste del lenguaje modernista hizo que surgiesen críticos y detractores desde su mismo seno, como es el caso de Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez quien busca una depuración del simbolismo y un alejamiento del preciosismo, la palabra clave será pureza.
Las vanguardias españolas ocupan un espacio paralelo al anterior. La recepción de la vanguardia en España es un fenómeno bastante inmediato. Ya en 1909, la revista Prometeo publica el manifiesto futurista del italiano Marinetti. En la misma revista, Gómez de la Serna publica «El concepto de la nueva literatura», que bien puede considerarse como la primera manifestación original de esta tendencia. Las vanguardias rechazan:
La herencia romántica y la herencia realista o naturalista. Los rasgos que caracterizarían ese nuevo espíritu serían: el experimentalismo, el juego, la asunción de los nuevos inventos, la integración de las artes, la no división entre vida y literatura y las rupturas lógicas o la libertad formal. El ultraísmo es el movimiento pionero de la vanguardia española y junto a él surge otro movimiento de vanguardia importante: el creacionismo ambos sin excesivas distinciones de origen. Hacia 1923 el impulso renovador de las vanguardias ultraísta y creacionista comienza a flaquear, y los escritores intentan caminos nuevos.
Quien mejor definirá esos valores literarios emergentes es José Ortega y Gasset en La deshumanización del arte. En 1927 surge la llamada Generación del 27 que se dio a conocer con el homenaje que se dio al poeta Luis de Góngora en este año. La nómina habitual del grupo poético del 27 se limita a diez autores: Jorge Guillén, Pedro Salinas, Rafael Alberti, Federico García Lorca, Dámaso Alonso, Gerardo Diego, Luis Cernuda, Vicente Aleixandre, Manuel Altolaguirre y Emilio Prados. Fue un grupo poco homogéneo; habitualmente se les ha solido ordenar por parejas o tríos. Así, por ejemplo, los poetas del Neopopularismo, Rafael Alberti y Federico García Lorca, dos catedráticos de Filología hispánica que comparten intereses comunes Jorge Guillén y Pedro Salinas. El grupo surrealista donde destacan Vicente Aleixandre y Luís Cernuda, el llamado grupo de Málaga…Para la difusión de sus obras fue muy importante la labor de algunas revistas literarias como Litoral , Cruz y Raya y Caballo verde para la poesía .
Cada uno de los poetas de la Generación del 27 cultiva la poesía con una voz muy original; sin embargo, todos ellos comparten rasgos comunes:
– Mezcla de tradición y modernidad
La pasión por la literatura clásica y el cultivo intenso de la imagen y la metáfora.
– Innovación métrica
Se utiliza el versículo junto a estrofas tradicionales.
– Variedad de temas
Por un lado, utilizan temas vanguardistas y por otro recuperan temas tradicionales. Los grandes asuntos del ser humano (amor, universo, destino, muerte) pueblan las obras del 27. Los motivos temáticos están relacionados con la apreciación de los avances técnicos, del desarrollo urbano, también del sentido de la libertad como un principio que abarca todas las vivencias del individuo. En la evolución de la Generación se distinguen tres fases:
– Primera etapa
Abarca primeros años veinte, bajo la influencia de las vanguardias y de la poesía pura de Juan Ramón.
– Segunda etapa
A partir de 1929, las circunstancias históricas de España llevan a la mayoría de los autores a intervenir directamente en los acontecimientos. Se produce un proceso de rehumanización.
– Tercera etapa
En 1939 el grupo se dispersa de forma dramática. Uno de sus miembros (Lorca) es asesinado, otros debieron exiliarse, y algunos permanecieron en España.
Miguel Hernández poeta y dramaturgo de especial relevancia en la literatura española del siglo XX. Aunque tradicionalmente se le ha encuadrado en la generación del 36, mantuvo una mayor proximidad con la generación anterior hasta el punto de ser considerado por Dámaso Alonso como «genial epígono de la generación del 27». Su poesía se caracteriza por su intenso lirismo, tanto en su primera colección de poemas, sumamente elaborados, Perito en lunas (1933), como en los sonetos de corte clásico de El rayo que no cesa.
Sus poemas tratan principalmente del amor, la muerte, la guerra y la injusticia, temas que conoció y experimentó con intensidad. Luchó en el bando republicano durante la Guerra Civil española. Fue condenado a muerte pero, tras las airadas protestas que provocó esta condena, se le conmutó la sentencia por cadena perpetua. Durante su estancia en prisión escribió Cancionero y romancero de ausencias (1958), una serie de poemas dedicados a su esposa, que vivía en condiciones miserables. Murió en prisión a la edad de 31 años. La Generación de 1936 o primera generación de posguerra es un movimiento literario formado en España por aquellos que empiezan a escribir principalmente después de la Guerra Civil Española (1936 – 1939) . La poesía de los años cuarenta desarrolla fundamentalmente dos tendencias: una esteticista, la poesía arraigada, y una poesía desarraigada, disconforme con la realidad del momento, germen de la poesía social de la década siguiente.