El Siglo XVIII: Un Siglo de Luces y Transformaciones
El siglo XVIII fue una época de crisis en Europa, y en España se acentuó por el cambio de dinastía (de los Austrias a los Borbones) y por el derrumbamiento del imperio. Todo esto llevó a un impulso renovador llamado la Ilustración, que en último término daría lugar a la Revolución Francesa.
Felipe V trajo las novedades de la Ilustración de Francia, impulsando un nuevo modo de gobierno llamado despotismo ilustrado, que tendría como lema: «Todo para el pueblo, pero sin el pueblo». La Ilustración es un movimiento basado en el poder de la razón, por ello a esta época se la conoce con el nombre del «siglo de las luces«. La razón es la fuente del conocimiento (racionalismo), que hasta entonces había sido la religión. En este movimiento se busca la libertad, igualdad y fraternidad del hombre, y a través de él se pretenden difundir conocimientos útiles para la sociedad, es decir, el didactismo. El propósito principal de la Ilustración es lograr la felicidad del hombre.
Tendencias Literarias del Siglo XVIII
En cuanto a la literatura de este siglo, se desarrollarán tres tendencias:
- Posbarroco
- Neoclasicismo
- Prerromanticismo
El posbarroco es un movimiento que tiende a la exageración hasta el extremo del Barroco, sin ningún fundamento. Después de este aparece el Neoclasicismo, que pretende llevar a la literatura los ideales ilustrados, con lo que buscan una literatura útil y didáctica, puesto que pretenden enseñar y, por el contrario, se alejan del sentimiento y la pasión. Los autores neoclásicos se guían por tres reglas:
- La obra debe tener alcance universal.
- Los géneros deben estar separados.
- Debe tener un fin educativo y moralizador.
La frialdad de este movimiento hace que los autores quieran recuperar el terreno del sentimiento en la literatura, así que aparece el Prerromanticismo. Una obra representativa es Noches lúgubres (José Cadalso).
Géneros Literarios: Prosa Ensayística y Teatro
Por lo que se refiere a los géneros literarios, la prosa ensayística plasmará las ideas ilustradas y la finalidad pedagógica y moralizadora. Fray Benito Jerónimo Feijoo (padre del ensayo español) tuvo como propósito educar al pueblo para desterrar las supersticiones. Su obra más importante fue Teatro crítico universal. También cabe destacar a Gaspar Melchor de Jovellanos, que se centra en los problemas del país. Su obra representativa es Informe del expediente de la ley agraria. Otra figura importante del género es José Cadalso. Este hace un análisis y crítica de la situación española. Su obra Cartas marruecas pone de manifiesto la decadencia de la nación a través de tres personajes que se envían cartas entre sí.
Por último, el teatro es utilizado como medio para educar al pueblo, así que posee un afán didáctico. Para ello el autor se somete a:
- La regla de las tres unidades (acción, tiempo y lugar).
- La separación de tragedia y comedia.
- La búsqueda de argumentos verosímiles.
En tragedia, el autor más relevante es Vicente García de la Huerta con su obra Raquel. En comedia, el principal autor es Leandro Fernández de Moratín (dramaturgo más importante del momento). Su afán didáctico se plasma en sus temas, que giran en torno a la libertad de la mujer. Sus obras más conocidas son El sí de las niñas, El viejo y la niña y La comedia nueva o el café, en la que se ridiculiza el teatro posbarroco.
Como puede observarse, la literatura del siglo XVIII está marcada por el espíritu de un movimiento ideológico que cambió el curso de la historia: la Ilustración.
Análisis de El Sí de las Niñas de Leandro Fernández de Moratín
El sí de las niñas es una comedia en prosa escrita por Leandro Fernández de Moratín en 1801 y estrenada en 1806. Es la obra más representativa del teatro del siglo XVIII, ya que define con claridad los principios de la Ilustración y es un perfecto ejemplo de comedia neoclásica. Referido a lo primero, la Ilustración se observa en los tres temas principales:
- La educación
- El papel de la mujer en la sociedad
- La religión, vistos desde un punto de vista crítico.
En cuanto a la educación se refiere, Moratín critica que esta se base en la obediencia incondicional. Esto se puede ver en doña Paquita, que no es capaz de mostrar sus sentimientos, y en su madre, doña Irene, que se lo impide e incluso presume de la «buena educación» de su hija por el hecho de hacer todo lo que se le pide. Así, la educación se basa en la hipocresía y el disimulo de los sentimientos. Este tipo de educación es criticada dentro de la obra por don Diego en frases como «con tal de que no digan lo que sienten (…) ya están bien criadas».
El autor critica también la manera de educar, que lleva a la falsedad, que tienen las monjas, ya que estas tienen tanta responsabilidad en la educación de Paquita como su madre.
Por todo ello, las jóvenes del siglo XVIII no son libres de elegir su destino; este depende de los padres y parientes de cada una. Moratín muestra que esta educación va en contra del sentido común. Por eso, don Diego acaba resolviendo el conflicto, renunciando a la boda que él deseaba y permitiendo la felicidad de doña Paquita y don Carlos. Don Diego es, por tanto, la representación de la Ilustración en la obra, puesto que hace que se imponga la razón.
Como se ha dicho antes, la obra es un magnífico ejemplo del teatro neoclásico. Esto es gracias a su clara finalidad didáctica y moralizadora. A esto se le suma el cumplimiento de las reglas del teatro clásico:
- Hay una sola acción (el matrimonio de doña Paquita y don Diego).
- El tiempo es menos de un día (desde las 7 de la tarde hasta las 5 de la mañana).
- El lugar es solo uno (una posada de Alcalá).
Además, la comedia se divide en planteamiento, nudo y desenlace, propio de la estructura clásica.
A esto se le unen otros rasgos identificativos del teatro neoclásico: la sencillez formal, la claridad del lenguaje, la separación entre tragedia y comedia. Con todo ello, Moratín busca la verosimilitud para cumplir el objetivo didáctico, de acuerdo con la idea ilustrada del teatro como «escuela pública».
Cómo Identificar un Texto Literario
Para saber si un texto es literario, se establece el doble circuito (dos planos: el real, que no nos interesa (autor-lector), y el que nos interesa, el yo poético). Para conseguir centrar la atención en el plano que no existe, se utiliza la función poética (importa cómo se dice, no lo que se dice). Esta tiene:
- Polisemia: lleva a la ambigüedad, conseguida por la connotación.
- Conduce a la originalidad.
- Se buscan recursos literarios:
- Antítesis: opone ideas.
- Comparación: usa el «como».
- Hipérbole: exagera.
- Ironía: se dice lo contrario a lo que se quiere decir.
- Metáfora.
- Metonimia: instrumento por la persona que lo usa.
- Paradoja: contradicción.
- Personificación.
- Calambur: «Su majestad escoja».
- Retórica: no espera respuesta.
- Hipérbaton.
- Anáfora: = palabra al inicio del verso.
- Asíndeton: no nexos.
- Polisíndeton.
- Paralelismo: = estructura.
- Enumeración.
- Aliteración: repetir consonantes para simular un sonido.