El Siglo XVIII: Ilustración, Reformas y Literatura en Europa y España

El Siglo XVIII: Marco Histórico y Cultural

El siglo XVIII, también llamado “Siglo de las Luces”, establece el límite entre el Antiguo Régimen y la Edad Contemporánea. La llamada “crisis de la conciencia europea” propicia una revisión en profundidad de todos los valores sobre los que se sostenía el Antiguo Régimen. A ese movimiento reformista se le llama Ilustración. La Ilustración exalta la razón como el único medio de llevar a los pueblos hacia un auténtico progreso. Se inicia en Francia y se basa en las ideas reformistas de Descartes (“pienso, luego existo”). Sus principios son los que siguen:

  1. Exaltación de la razón
  2. Desarrollo del espíritu crítico
  3. Búsqueda de una religión natural: se postula la separación entre Iglesia y Estado
  4. Desarrollo y aprecio de las ciencias
  5. Fe en el progreso
  6. Búsqueda y aprecio del bienestar y la felicidad mundanos
  7. Despotismo ilustrado: “todo para el pueblo, pero sin el pueblo”. Se considera que solo una minoría elitista y preparada puede conducir a los pueblos hacia el progreso y la felicidad.

Todo este fermento ideológico culmina en la Revolución Francesa de 1789, que provocará un cambio radical y profundo, antes o después, en toda Europa.

El Siglo XVIII en España

Tras la muerte de Carlos II sin herederos, se produce una dura lucha por el trono. Los Borbones ganan la partida y con Felipe V se inicia el despotismo ilustrado. Las reformas que se llevaron a cabo, especialmente en el reinado de Carlos III, son de dos clases:

  1. Reformas políticas
  2. Reformas culturales, que se cristalizan en la creación de la Real Academia Española (1713); la Biblioteca Nacional (1712); la Real Academia de la Historia (1735).

Pero todas estas reformas no se hicieron sin esfuerzo. Hubo que luchar contra importantes e influyentes sectores reaccionarios. Así, por ejemplo, la universidad se mantuvo fuera del control de la Ilustración: se siguió hablando en latín y manteniendo los valores más medievales.

La Literatura en el Siglo XVIII

La literatura se convierte, en general, en este siglo, en un vehículo de transmisión de las ideas ilustradas. Así, el didactismo se impone a la originalidad. Podemos distinguir 3 etapas en la literatura dieciochesca española:

  1. Posbarroquismo. Se continúa imitando a Góngora, pero ya sin su genialidad.
  2. Neoclasicismo. Supone una vuelta a los preceptos clásicos: regla de las 3 unidades; equilibrio y mesura en la expresión; cultivo del ensayo.
  3. El Prerromanticismo. En las últimas décadas del siglo se acusa un cansancio ante la rigidez de los preceptos neoclásicos.

Géneros, Autores y Obras Más Importantes

Poesía

El didactismo lo invade todo. Los géneros poéticos más destacados son la poesía anacreóntica y la pastoril. La primera es artificiosa y canta los placeres mundanos; la segunda sigue la estela poética de Garcilaso de la Vega. Otros géneros poéticos como la sátira, la epístola y la oda son formas de expresión muy adecuadas para tratar temas de carácter social y cívico, como la amistad, el progreso, etc. Destaca aquí Gaspar Melchor de Jovellanos. El último género poético, la fábula, responde a la finalidad didáctica que se pretende dar a la literatura. Son cuentos populares en verso, que ofrecen una moraleja y cuyos protagonistas son animales. Destacan Félix María de Samaniego, Tomás de Iriarte y José Cadalso, que cultivó todos los géneros.

Prosa

La prosa de este siglo es esencialmente didáctica. La narrativa sirvió de pretexto, en todas sus manifestaciones, para hacer un discurso teórico o moral. Entre los narradores merece destacarse a Diego Torres de Villarroel (1694-1770), extraño y contradictorio personaje (médico, catedrático de matemáticas y, al mismo tiempo, astrólogo) al que la crítica etiqueta como rezagado del Barroco. Pero el género por excelencia de este siglo es el ensayo. Es el género que mejor se adapta a los fines de la Ilustración: la difusión de ideas. Presenta una estructura libre y un lenguaje moderno. Sus temas son muy variados. Los autores más importantes son:

  • Fray Benito Jerónimo Feijoo (1676-1764). Fraile benedictino que llevó a cabo una obra enciclopédica durante toda su vida. Destacan su Teatro crítico universal y sus Cartas curiosas y eruditas.
  • Melchor Gaspar de Jovellanos fue uno de los ilustrados más influyentes. Manifestó su honda preocupación por los principales problemas de la sociedad de su época y mostró un gran interés por temas relacionados con la educación.

La crítica fue muy utilizada para satirizar sobre usos y costumbres que se consideraban obsoletos y causantes del atraso del país. José Cadalso se explaya sobre la España del momento.

Teatro Ilustrado

En la primera mitad del siglo XVIII continuó la producción de obras barrocas, herederas de los dramas de Lope y Calderón. Aparece hacia mediados de siglo. No supo conectar con el público. Sus principales características son las siguientes:

  1. Total separación de géneros.
  2. Sometimiento a la regla de las 3 unidades.
  3. Finalidad didáctica.
  4. Planteamiento verosímil.
  5. Estructura en 3 actos.

García de la Huerta, con su tragedia neoclásica Raquel, no se ciñe por completo a las reglas neoclásicas, puesto que llega a verse un asesinato en escena. Leandro Fernández de Moratín. Los sainetes se convirtieron en el género dramático más popular en las tablas dieciochescas. Se trata de piezas cortas y sin pretensiones con el único propósito de divertir al público. El autor más reconocido fue Ramón de la Cruz.

Finalmente, en las últimas décadas del siglo llegará desde Francia la llamada comedia lacrimosa. En esa línea encontramos la obra de Jovellanos, El delincuente honrado.

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