El Siglo de Oro Español: Barroco, Literatura y Teatro

El Siglo de Oro Español: El Barroco

A pesar de la crisis reinante, el siglo XVII será el Siglo de Oro español gracias al esplendor de las artes. Sin embargo, la característica predominante será el pensamiento pesimista. Los dos grandes movimientos estilísticos del Barroco, aparentemente opuestos y enfrentados entre sí, son los siguientes:

  • Culteranismo o gongorismo: la expresión se desarrolla a costa del contenido. El tema puede ser nimio, pero desarrollado a través de un estilo suntuoso y rico, lleno de metáforas, latinismos, voces sonoras y retorcimientos gramaticales. El resultado es una obra de máxima belleza formal. El principal representante es Luis de Góngora.
  • Conceptismo: el contenido se desarrolla a expensas de la forma. El ideal es decir mucho con pocas palabras, es decir, a veces una palabra puede significar varias cosas a la vez. El resultado es una obra en la que la agudeza del ingenio sea lo más destacado. El principal exponente es Francisco de Quevedo.

Sin embargo, veremos como ambos estilos pretenden lo mismo (y, por lo tanto, no son tan diferentes): romper el equilibrio entre fondo y forma, por lo que resultan ser estilos difíciles, en un caso por los giros gramaticales, alusiones mitológicas… y en el otro por los significados recónditos, aunque la apariencia sea sencilla.

Temas del Barroco

Continúan predominando los tres que ya habíamos visto durante el Renacimiento: amor, naturaleza y mitología. Sin embargo, el desengaño barroco implica una visión pesimista del hombre, así que se insiste en temas como la fugacidad de la vida y de las cosas terrenales, la muerte, temas satíricos y burlescos, temas picarescos extraídos de la realidad social, temas filosóficos y religiosos (autos sacramentales), y temas históricos y legendarios (especialmente en teatro).

Recursos Literarios del Barroco

Las dos corrientes predominantes utilizan los personajes históricos, la personificación (prosopopeya), el encabalgamiento, la aliteración, la prosopografía (retrato físico) y la etopeya (retrato moral), la caricatura… Aunque habrá algunos propios de una u otra corriente: el conceptismo prefiere recursos conceptuales (juego de palabras, hipérbole, antítesis y paradoja, elipsis…) y el culteranismo utilizará principalmente recursos que oscurezcan el significado (perífrasis, hipérbaton, metáforas prodigiosas, adjetivación, cultismo y neologismo…). En todo caso, ambos movimientos compartirán estos y otros muchos recursos estilísticos.

Géneros Literarios del Barroco

  1. Poesía

    Comienza un nuevo auge de la poesía narrativa a través de romances moriscos, pastoriles e históricos, a menudo anónimos, que continúan la tradición de los medievales. Todos ellos conforman el llamado Romancero nuevo. Además, se consolidará el tipo de poseía italianizante que se había dado en el siglo anterior, al lado de la poesía más tradicional, que vuelve a los temas y formas populares (villancicos, uso del octosílabo…). Sin embargo, en la poesía lírica van a triunfar las dos corrientes más importantes del Barroco: el conceptismo de Quevedo (poesía filosófico-moral, amorosa, satírica y política) y el culteranismo de Góngora (Fábula de Polifemo y Galatea, Soledades…). Al margen de ambos se sitúa la obra de Lope de Vega, no encuadrable en ningún estilo (destacan sus sonetos). Todos ellos cultivarán también otros géneros. [Ver libro para la obra lírica de estos tres autores].

  2. Narrativa

    La novela también se desarrolla con éxito, especialmente la Novela corta: por ejemplo, Novelas ejemplares y amorosas de María de Zayas. Desaparecen definitivamente los libros de caballerías, pero continúan las novelas pastoriles (como la Arcadia de Lope de Vega), las moriscas y sobre todo las picarescas, que alcanzarán su máximo esplendor: Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán (1599 y 1604), El Buscón de Quevedo (1626), El Estebanillo González

  3. Prosa Didáctica

    El pensamiento filosófico, político y moral se propagó en el siglo XVII gracias a la prosa doctrinal, cultivada, entre otros, por Francisco de Quevedo (La cuna y la sepultura, por ejemplo) y, sobre todo, por Baltasar Gracián: su afán es claramente moralizante; medita sobre el hombre, proponiendo modelos de conducta y criticando duramente las debilidades humanas. Sus principales obras son: El héroe (virtudes del buen gobernante y/o del hombre triunfador), El político don Fernando (donde habla del rey Católico como arquetipo del buen político), Agudeza y arte de ingenio (tratado sobre los artificios literarios), Arte de prudencia… Pero destacaría El Criticón (novela alegórica, en la que censura la corrupción).

  4. Teatro

    Estamos en una época de apogeo gracias a la fórmula de la “comedia” creada por Lope a finales del XVI: es la llamada Comedia Nacional o Comedia Nueva, que seguirá con tanto éxito durante todo el XVII y cuyas características aparecen en el ensayo titulado Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo (1609): el teatro ha de ser en verso; se rompe la regla de las tres unidades clásicas; se mezcla lo trágico y lo cómico; se divide la obra en tres actos o jornadas, a su vez divididas en escenas; se guarda el “decoro” poético; se intercalan elementos líricos; habrá variedad de versos y estrofas; se busca la naturalidad; y las obras han de someterse a los gustos del público.

Temas del Teatro Barroco

Los temas más destacados son el honor u honra, la propaganda monárquica y de las instituciones religiosas, el donjuán, la venganza y, por supuesto, el amor. Seguirán este tipo de teatro (pertenecientes a la llamada Escuela de Lope) autores como: Tirso de Molina (El burlador de Sevilla), Ruiz de Alarcón (La verdad sospechosa), Vélez de Guevara (Reinar después de morir), Guillén de Castro (Las mocedades del Cid), entre otros muchos.

Lope de Vega

Félix Lope de Vega y Carpio (1562-1635), creador de la Comedia Nacional, trata de destacar los ideales religiosos y monárquicos, el amor y especialmente la honra (honor social, y, a menudo, la venganza) en sus obras dramáticas. Utiliza la figura del “donaire”, el gracioso, frente al caballero enamorado protagonista y, por primera vez, le da un papel relevante a la mujer. Sus comedias cubren todas las temáticas, aunque destacan las siguientes: religiosas, mitológicas, de historia extranjera, épicas, históricas y sobre leyendas españolas: El mejor alcalde, el rey; Fuenteovejuna; El caballero de Olmedo; Peribáñez y el comendador de Ocaña… Pero también tiene obras de asunto inventado, como sus comedias de enredo o “de capa y espada”: La dama boba, El perro del hortelano, El villano en su rincón… [Véase libro para la clasificación del teatro de Lope].

Calderón de la Barca

Un coetáneo de Lope de Vega, que sigue su estela y adopta los preceptos de la Comedia Nueva, es Calderón de la Barca. Este longevo autor (1600-1681) crea escuela propia y se consagra por entero al teatro: escribe unas 120 obras, entre comedias (La dama duende, Casa con dos puertas mala es de guardar…) y dramas (El médico de su honra, La vida es sueño, El alcalde de Zalamea…), cerca de 80 autos sacramentales (El gran teatro del mundo, El gran mercado del mundo…) y 20 piezas menores (zarzuelas, entremeses…). Como hemos dicho, Calderón tiene sus propios seguidores, y pertenecerían a la escuela de Calderón, por ejemplo: Agustín Moreto (El lindo don Diego) o Rojas Zorrilla (Del rey abajo, ninguno).

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