El Romanticismo: Un Movimiento Cultural del Siglo XIX

El romanticismo es un movimiento cultural de la primera mitad del siglo XIX que se desarrolló en Europa y América. Los románticos manifestaban insatisfacción ante los valores de la sociedad y consideraban que el mayor bien del individuo es la libertad. Por ella se lucha y se promulgan leyes que reconocen el derecho de todos los pueblos y de las personas. Los artistas románticos exaltan los sentimientos y rechazan las reglas del racionalismo ilustrado.

Sociedad y Cultura

La sociedad europea del s. XIX está marcada por dos circunstancias: la herencia de la Revolución Francesa y la industrialización. Ambos factores condicionan el pensamiento político (se expande el liberalismo) y la configuración social (aumenta el poder de la burguesía y aparecen las nuevas organizaciones obreras).

La primera mitad del siglo, época del Romanticismo, se caracteriza por los enfrentamientos entre el absolutismo y el liberalismo.

La burguesía aumenta su poder económico y político e intenta modificar las estructuras sociopolíticas dominadas por la nobleza. Se difunden las ideas de libertad, igualdad y fraternidad postuladas por la Revolución Francesa (1789). Esos principios son la base del liberalismo, que defiende las libertades individuales (de pensamiento, expresión y asociación) y la soberanía popular.

Una reacción nacionalista, pues los pueblos invadidos reafirman su identidad histórica y cultural frente al invasor.

El romanticismo expresa la insatisfacción desde actitudes tradicionalistas o revolucionarias. Ambas coinciden en rechazar una sociedad materialista y en la búsqueda de un mundo ideal.

Romanticismo Tradicional y Liberal

El romanticismo tradicional manifiesta el inconformismo de quienes desean volver a los valores religiosos, patrióticos, aristocráticos y tradicionales del Antiguo Régimen: Walter Scott en Inglaterra, José Zorrilla, Ángel de Saavedra (duque de Rivas) y Gustavo Adolfo Bécquer en España.

El romanticismo liberal defiende los principios de igualdad, fraternidad y libertad, que considera que han sido traicionados. En esta corriente destacan Victor Hugo y Alejandro Dumas en Francia, Lord Byron en Inglaterra y José Espronceda y Larra en España.

Características del Romanticismo

El romanticismo presenta las siguientes características:

  • Individualismo: El romántico se rebela contra todo lo que se opone a su yo personal. De ahí que las obras expresen la intimidad del artista y den una visión subjetiva de la realidad.
  • Rechazo de la realidad: Frente a ella reacciona mediante la evasión o la rebeldía.
  • Evasión: Le permite refugiarse en la imaginación de mundos fantásticos, de países exóticos (América, Oriente) o de épocas pasadas (Edad Media y Renacimiento).
  • Rebeldía: Contra el orden establecido y las costumbres, rebeldía política (el conspirador), defensa de los marginados (pirata, verdugo…) etc.
  • Defensa de la libertad: En el arte, los románticos aspiran a expresar el sentimiento, la pasión o lo irracional sin ataduras ni convenciones.
  • Naturaleza: El mundo natural adquiere importancia en el arte, y el paisaje se adapta al estado de ánimo del autor.
  • Nacionalismo: Los románticos valoran los rasgos peculiares de su país, como la historia, las costumbres, las tradiciones y la lengua.

La Poesía Romántica

Se distinguen dos tendencias:

  • Poesía lírica intimista: Expresa los anhelos y frustraciones del poeta: sentimientos como el amor, el desengaño o la soledad y temas sociales y religiosos. En esta corriente destacan Espronceda, Bécquer y Rosalía de Castro.
  • Poesía narrativa: Recoge leyendas y temas históricos, cultivada por Espronceda, el duque de Rivas y Zorrilla.

José de Espronceda (1808-1842)

Espronceda es el prototipo del romántico liberal exaltado, como refleja su obra literaria y su actitud rebelde frente a la sociedad. Su poesía es un apasionado canto a la libertad (Canción del pirata, El canto del cosaco), con un estilo inconfundiblemente romántico: brillante, musical y efectista. En su obra destacan dos extensos poemas narrativos, El estudiante de Salamanca y El diablo mundo.

Nació en un pueblo de Badajoz. Ya en su adolescencia sufrió la cárcel y el destierro por combatir el absolutismo. En el exilio se relacionó con conspiradores liberales y luchó en las barricadas de París a favor de la Revolución de 1830. Durante su destierro conoció al gran amor de su vida, Teresa Mancha. Ambos regresaron a España tras la muerte de Fernando VII y después de unas tormentosas relaciones sentimentales, ella lo abandonó y murió al poco tiempo.

Se dedicó a la política, integrado en la facción más exaltada del liberalismo. Murió en plena juventud a causa de una infección en la garganta.

Obra: Poemas juveniles, como el extenso poema narrativo incompleto Pelayo, que trata sobre la conquista de España por los musulmanes.

Sus poemas versan sobre los marginados sociales, con los que se identifica, porque él también se siente un rebelde que rechaza las convenciones sociales: La canción del pirata, El mendigo, El verdugo o El reo de muerte. En otras composiciones se lamenta por la juventud perdida, como en A Jarifa en una orgía o bien expresa sus ideales políticos o sociales como por ejemplo en El canto del cosaco. Sus obras poéticas más importantes son dos extensos poemas narrativos, que también contienen pasajes líricos: El estudiante de Salamanca y El diablo mundo.

Estilo: El estilo literario de Espronceda es, en general, grandilocuente y enfático, la expresión de un temperamento apasionado. Las imágenes llenas de violentos contrastes, los frecuentes cambios métricos, los versos rítmicos y sonoros, la abundante adjetivación efectista, las interrogaciones retóricas, las exclamaciones… etc., dan a su poesía un gran poder de evocación y una brillante musicalidad.

Romanticismo Tardío

La lírica intimista romántica alcanza su culminación tardíamente con Gustavo Adolfo Bécquer y Rosalía de Castro. Ambos se inclinan por una lírica introspectiva y sencilla. Estos son los poetas más importantes de la etapa de transición, que abarca de 1845 a 1870.

Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870)

La obra poética de Bécquer abre las puertas de la poesía contemporánea por su intimismo, su pureza, sensibilidad y autenticidad. El autor se aleja de la lírica efectista romántica y se inspira en la lírica romántica alemana y en las canciones populares andaluzas, breves y de suave musicalidad.

Vida: Gustavo A. Domínguez Bastida nació en Sevilla, huérfano de padre y madre. A los dieciocho años se trasladó a Madrid en busca del triunfo literario. Pasó muchas estrecheces económicas. Se enamoró platónicamente de Julia Espín, que parece ser la inspiradora de parte de sus Rimas. En 1861 se casó con Casta Esteban y del matrimonio nacieron dos hijos. Poco antes de morir, a los treinta y cuatro años, sumido en la pobreza y la enfermedad, se reconcilió con su mujer.

Obra: Bécquer destaca sobre todo por su poesía lírica, las Rimas, aunque también escribió prosa de calidad, especialmente las Leyendas, 28 relatos que condensan los motivos románticos: magia, medievalismo, naturaleza, sentimentalismo… etc. Algunas de las leyendas más conocidas son: El monte de las ánimas, Maese Pérez, el organista, El rayo de luna, Los ojos verdes… También son interesantes las Cartas desde mi celda, conjunto de artículos compuestos durante su estancia en el monasterio de Veruela.

La obra poética de Bécquer es breve y después de su muerte, los amigos del poeta la editaron con el nombre de Rimas. La primera edición constaba de 76 rimas, poemas breves, en general de verso asonante y estrofas variadas. El tono de las Rimas es profundamente intimista y emotivo. Según Bécquer su poesía nace de la evocación del sentimiento.

En lo que respecta al estilo, Bécquer se inclina por la lírica esencial, desnuda y condensada.

  • Rimas I-XL: La poesía como algo inexplicable y misterioso.
  • Rimas XII-XXIX: El amor esperanzado que evoca momentos de felicidad del poeta.
  • Rimas XXX-LI: El fracaso, el desengaño y la desesperación por el amor perdido.
  • Rimas LII-LXXVI: El miedo a la soledad, al dolor y a la muerte expresan la angustia por su final, que intuye cercano.

Rosalía de Castro (1837-1885)

Rosalía de Castro crea una poesía romántica intimista y melancólica, que se inspira en la sencillez y musicalidad de la lírica tradicional. Gran parte de su obra fue escrita en gallego; en castellano publicó En las orillas del Sar.

Destaca, sobre todo, por su extraordinaria poesía lírica de En las orillas del Sar (1884), Cantares gallegos, Follas novas (Hojas nuevas), libro fundamental para la lírica castellana. Además, sus libros escritos en gallego le convierten en el símbolo del Rexurdimiento o romanticismo gallego.

Con un estilo personal, sencillo y directo, la autora integra sus sentimientos sobre el amor, la soledad, el pesimismo, las injusticias… en la descripción de la naturaleza. Rosalía, junto a Bécquer, es el valor más importante de la lírica de la segunda mitad del siglo XIX.

La Prosa Romántica

Los géneros en prosa que alcanzan mayor desarrollo fueron la novela histórica, la leyenda y el costumbrismo periodístico.

  • La novela histórica: Trata generalmente temas legendarios situados en la Edad Media, sigue el modelo de Walter Scott, autor de Ivanhoe. En España, se escribieron muchas novelas históricas aunque no son de gran calidad: la más importante es El señor de Bembibre (1844) de Enrique Gil y Carrasco.
  • Las leyendas en prosa: Las más logradas fueron las de Bécquer.
  • El costumbrismo: Es un género estrechamente relacionado con el periodismo. Mariano José Larra cultivó el cuadro de costumbres. Los dos escritores más importantes del costumbrismo son Ramón Mesonero Romanos y Serafín Estébanez Calderón.

Mariano José de Larra (1809-1837)

Larra ocupa un lugar importante en la literatura gracias a sus artículos periodísticos, de tema costumbrista, político y literario. Logró un estilo personal, directo, sin grandes complicaciones, que se adapta a las necesidades periodísticas por su capacidad de comunicación.

Vida: Larra nació en Madrid. Su padre fue partidario de Napoleón y cuando terminó la Guerra de la Independencia, tuvo que huir a Francia con su familia. Volvieron a España cuando Larra tenía nueve años y estudió en Madrid. A los 19 años empezó a dedicarse al periodismo y fundó un periódico, El duende satírico del día, que duró poco a causa de las dificultades económicas y de la censura. A los 20 años se casó pero su matrimonio fue un fracaso. Se enamoró de una mujer casada, Dolores Armijo, con quien mantuvo relaciones difíciles e inestables. Su ideología política liberal evolucionó hacia posiciones más progresistas y finalmente hacia un profundo pesimismo: participó en política y fue elegido diputado, pero el Parlamento no se llegó a constituir. La mala situación general del país le decepcionó y exasperó. A esta insatisfacción política y social, se añadió el desánimo que sufrió cuando le abandonó definitivamente Dolores. Sumido en una profunda depresión, se quitó la vida de un pistoletazo.

Los artículos periodísticos de Larra, según sus temas se clasifican en:

  • Artículos de costumbres: Frente a la intención descriptiva y pintoresca del género, que se limitaba a reflejar las costumbres y tipos populares en tono amable, Larra ofrece una visión crítica y satírica de la sociedad. «El casarse pronto y mal».
  • Artículos políticos: «El día de difuntos».
  • Artículos literarios: Recogen comentarios críticos sobre la literatura del momento, especialmente el teatro. «Yo quiero ser cómico».

En sus artículos, Larra emplea el estilo adecuado al medio periodístico: funcional, directo y natural, muy eficaz para llegar a un amplio público. Larra como romántico que es se implica en los artículos. Utiliza como tesis una anécdota o un hecho cotidiano para expresar, con aguda ironía y fuerte carga crítica, su visión particular de la realidad. Como los ilustrados, piensa que al país le hace falta educación, ganas de trabajar y ansias de progresar. Los artículos de Larra mantienen su vigencia y su autor es considerado el iniciador de la prosa contemporánea española.

El Teatro Romántico

En el teatro romántico predomina el drama, cuyo objetivo es conmover al espectador. De ahí que se revalorice el teatro barroco de Lope y Calderón, y con frecuencia, las obras se ambienten en la Edad Media. Respecto a la forma, la libertad del autor prevalece sobre las normas clásicas. Por eso, se mezcla lo trágico y lo cómico, la prosa y el verso, no se respetan las tres unidades, etc. En cuanto a los temas, abundan los conflictos en torno al amor y la libertad que enfrentan al hombre romántico con el mundo exterior y que suelen desembocar en un final trágico.

El primer gran éxito del drama romántico se produce en 1834, con el estreno de La conjuración de Venecia, de Francisco Martínez de la Rosa. Le siguieron otros estrenos como por ejemplo Macías de Larra, Don Álvaro o la fuerza del sino, de Ángel Saavedra, el duque de Rivas, El trovador de Antonio García Gutiérrez, Los amantes de Teruel de Juan Eugenio Hartzenbusch o los dramas de José Zorrilla, como El puñal del godo.

Ángel de Saavedra, duque de Rivas (1791-1865)

Nació en Córdoba. Su obra más representativa es el drama Don Álvaro o la fuerza del sino, que sintetiza las características propias del drama romántico.

  • El tema principal es el destino trágico, sino fatal, que persigue al protagonista.
  • Formalmente, mezcla lo trágico y lo cómico, la prosa y el verso. No respeta las tres unidades, incluye escenas costumbristas… Su estilo tiene gran fuerza y dinamismo, aunque también hay excesos retóricos y sentimentales.

José Zorrilla (1817-1893)

Nacido en Valladolid, es el autor más famoso del romanticismo español. Escribió poemas narrativos en romances, que tratan sobre temas históricos o tradiciones populares. Pero es el teatro lo que le da la fama. Entre las casi 30 obras dramáticas que escribió, destaca Don Juan Tenorio (1844), la más popular del romanticismo español, que se inspira en El burlador de Sevilla, de Tirso de Molina.

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