El Romanticismo: Orígenes, Características y Autores Clave en Europa y España

El Romanticismo: Un Movimiento Revolucionario

El Romanticismo se opone al racionalismo ilustrado y reivindica la libertad en todos sus aspectos (individual, colectivo, creativo). Se valora en el creador la originalidad y la subjetividad, el genio.
  • El yo romántico es un yo desengañado, escindido entre el deseo insaciable y la realidad, entre el ideal y su imposibilidad.
  • Su desprecio hacia la sociedad deriva en inconformismo o en escapismo, hacia el pasado, lo exótico o lo salvaje.
  • El universalismo ilustrado es sustituido por la reivindicación de lo popular y lo nacional.

El Romanticismo en Europa

El Romanticismo nació en Alemania, pero pronto se extendió por toda Europa, y en cada país adquirió rasgos propios. De especial importancia son:
  • El alemán Johann Wolfgang Goethe, quien antes de abjurar del Romanticismo, inaugura la sensibilidad romántica. No sólo se imitaba la exagerada sensibilidad o el gusto por un vestuario concreto, sino que incluso aumentaron los suicidios de jóvenes que se identificaban con el héroe romántico.
  • El inglés Lord Byron, encuadrado en el grupo de los poetas satánicos (en referencia a su rebeldía, comparable a la de Satán), quien representó el arquetipo de héroe romántico, con una obra llena de personajes pasionales y antisociales.
  • Walter Scott, poeta y narrador del pasado legendario e histórico de Escocia, es considerado el fundador del género de la novela histórica moderna.
  • En cuanto a la escena teatral, destaca el francés Victor Hugo, que formuló los principios de la nueva teoría dramática.

El Romanticismo en la Literatura Española

En España, el Romanticismo llegó en la primera mitad del siglo XIX y significó la rehabilitación de la propia tradición literaria (la Edad Media, el romancero, el Barroco), que el siglo XVIII había debilitado notablemente, sobre todo en los géneros poético y teatral.
La historiografía literaria ha tendido a destacar el retraso con que la literatura castellana acogió la estética romántica, una circunstancia en gran parte debida a la falta de libertad y a la férrea censura impuestas por el régimen absolutista de Fernando VII.

El Teatro

El Romanticismo supuso una revolución en el mundo teatral, si bien basada en parte en la reivindicación de los modelos y actitudes teatrales del siglo XVII: mezcla de verso y prosa, de lo trágico y lo cómico, ruptura de la regla de las unidades de acción, tiempo y lugar.
En lo técnico, se recuperó el efectismo en la puesta en escena; y, en lo temático, se cultivó un drama de corte histórico y nacional (fruto de la añoranza por el pasado propia de la época), centrado en el conflicto trágico que, en torno del amor, se establecía entre el individuo y la convención social o religiosa, entre sus ansias de libertad y la ciega y brutal fuerza del destino que acabará con él.
Los dramas más representativos del espíritu romántico fueron Don Álvaro o la fuerza del sino, del Duque de Rivas.
Cabe anotar el interés de esta época por el localismo, lo popular o lo pintoresco, el auge de la prensa periódica en la que se inscribe, así como el acelerado cambio social y en las costumbres, que los escritores quisieron testimoniar, fuera a través de una actitud progresista y crítica, o bien de nostálgica inmortalización de las tipos y formas de vida tradicionales.

La Poesía

Se decantó en lo formal por la polimetría, la creación de estrofas y ritmos nuevos, la recuperación de lo popular y la vuelta a la rima aguda; en cuanto a los temas, se recuperaron el pasado histórico y legendario o se expresaron las inquietudes del yo más íntimo, a veces con verdadera profundidad. Asimismo, se incorporaron a la lengua poética un buen número de vocablos.

Posromanticismo

A mediados del siglo XIX se produjo un cambio de dirección estética.

Resumen de los principales rasgos del Posromanticismo

  • Búsqueda de nuevas formas estróficas de carácter popular.
  • Preferencia por la rima asonante, y la sencillez en general, como muestra del rechazo de la poesía retórica y la sonoridad espectacular del primer Romanticismo.
  • Búsqueda de la comunicación íntima con el lector.
  • Utilización del símbolo como principal recurso poético.
Dos son los grandes protagonistas de este periodo: Gustavo Adolfo Bécquer y Rosalía de Castro.

Gustavo Adolfo Bécquer

Bécquer, autor de las Rimas y las Leyendas, resumió a través de una escritura caracterizada por su lirismo y poder de evocación lo mejor de la herencia romántica, anticipando algunas de las búsquedas del simbolismo en ciernes. De ahí que tanto los poetas del modernismo como los de la Generación del 27 lo reconocieran como uno de sus maestros fundamentales.
Bécquer aspira a la belleza ideal, pero partiendo siempre de la realidad sensible, de la belleza que se puede percibir, aunque fugaz, a través de los sentidos. El poeta tiene como misión unir el mundo sensible con el mundo ideal a través de la palabra poética. Sus poemas destacan por su efectismo y su poder sugestivo.

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