El Romanticismo Español: Un Viaje a Través de la Literatura y la Sociedad del Siglo XIX

El Contexto Político del Romanticismo en España

La primera mitad del siglo XIX en España estuvo marcada por circunstancias políticas que influyeron en la tardía implantación del Romanticismo. La Constitución liberal de Cádiz (1812) fue abolida por Fernando VII, quien reinstauró el absolutismo. Tras su muerte, se permitió el regreso de los exiliados, lo que facilitó el desarrollo del Romanticismo en España.

La Mentalidad Romántica

El Romanticismo representó una nueva actitud ante la vida, surgida de una profunda crisis política y filosófica. Se gestó en la corriente política del liberalismo, que defendía los derechos humanos, la libertad y la soberanía popular. El pensamiento romántico se arraigó en el idealismo, que exaltaba el poder creador del espíritu y reivindicaba la imaginación y los sentimientos. El romántico se sentía inconforme con el mundo, mostrando desengaño y angustia.

El espíritu romántico, inconformista y rebelde, defendía la exaltación del ‘yo’, es decir, el individualismo y el subjetivismo frente a las normas sociales, así como la libertad en todos los ámbitos de la vida.

Implantación del Romanticismo en España

El Romanticismo español fue breve, dando paso al Realismo a partir de 1850.

Características de la Literatura Romántica

Los románticos defendieron la originalidad y la inspiración del genio creador. Rasgos característicos de su producción literaria:

  • Individualismo y Subjetivismo: Los sentimientos y deseos dominan la literatura.
  • Enfrentamiento con la Realidad: El choque entre los ideales románticos y la realidad provoca decepción, desengaño y escepticismo. Esto lleva a la admiración por los rebeldes y a la atracción por la muerte y lo sobrenatural.
  • Proyección en la Naturaleza: Los escritores buscan en la naturaleza un confidente, reflejando sus estados de ánimo.
  • Interés por lo Popular y lo Nacional: Gran interés por las manifestaciones genuinas del alma de los pueblos.

Los géneros preferidos por los románticos fueron la lírica y el drama, así como los romances, las leyendas y las novelas históricas. En la prensa, se manifestó a través del periodismo de opinión. El estilo se caracterizó por un lenguaje vivo y retórico.

La Lírica Romántica

La poesía romántica se caracterizó por:

  • Temas: Libertad, rebeldía, amor inalcanzable o trágico y la mujer.
  • Estilo: Retórico, con abundancia de adjetivos, interrogaciones, exclamaciones y apóstrofes.
  • Métrica: Polimetría, con diversos tipos de versos y estrofas en un mismo poema, y revitalización de los octosílabos.

La Prosa Romántica: Novela Histórica y Cuadro de Costumbres

El Romanticismo mostró un gran interés por la novela histórica.

  • La novela histórica se cultivó con éxito en Europa y se difundió en España gracias a las traducciones de las obras de Walter Scott.
  • Los cuadros de costumbres retrataban el habla y las costumbres del pueblo de forma idealizada y pintoresca.

El Teatro Romántico

El teatro fue uno de los géneros preferidos por los románticos, ya que se prestaba a reflejar su visión del mundo como conflicto y su mundo de sentimientos y pasiones. Características:

  • Temas: El amor trágico en conflicto con las convenciones sociales, la lucha del individuo por la libertad.
  • Protagonista: Un héroe misterioso marcado por un destino trágico que le aboca a la catástrofe final.
  • Ambientes: Lúgubres y retirados.
  • Libertad Creadora: Se mezcla lo trágico y lo cómico, la prosa y el verso; no se respetan las unidades de lugar, tiempo y acción.

Transición al Realismo

La literatura realista se caracterizó por:

  • Interés por la realidad.
  • Tendencia a la objetividad y al verismo.
  • Intención crítica.

La novela fue el género predilecto de los escritores realistas. En ella, todos los elementos apuntan a la creación de un mundo verosímil, basado en la observación de la realidad.

En la evolución del Realismo español se pueden distinguir tres fases:

  • Prerrealismo: Ofrece una visión idealizada de la realidad, de tintes costumbristas. Su principal representante es Pedro Antonio de Alarcón.
  • Realismo propiamente dicho: Adopta una actitud objetiva y se preocupa por la caracterización psicológica de los personajes. Los autores más destacados son Benito Pérez Galdós, José María de Pereda y Juan Varela.
  • Naturalismo: Recrea los aspectos más sórdidos de la realidad y tiene una visión determinista de la sociedad. Entre sus cultivadores sobresalen Benito Pérez Galdós, Emilia Pardo Bazán, Leopoldo Alas ‘Clarín’ y Vicente Blasco Ibáñez.

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