El Romanticismo Español: Literatura, Sociedad y Libertad en el Siglo XIX

El Romanticismo: Un Movimiento de Libertad en la España del Siglo XIX

El Romanticismo, movimiento artístico y social de la primera mitad del siglo XIX, tuvo como principal objetivo el ejercicio del derecho a la libertad, tanto en el ámbito individual como colectivo. En España, se desarrolló de forma más tardía en comparación con el resto de Europa. Los artistas románticos, guiados por este principio de libertad, se alejaron de las reglas clásicas, dando paso a la pasión y a la subjetividad en sus obras.

La expresión de los sentimientos y emociones personales se convirtió en el tema central, encontrando su principal cauce en la lírica.

La Lírica Romántica: Dos Etapas

La lírica fue uno de los géneros más cultivados durante el Romanticismo español, distinguiéndose dos etapas principales:

  • Primera etapa: Vinculada a la actividad política, los poetas mostraban su desacuerdo con la sociedad, adoptando una postura combativa, aunque respetando las estructuras métricas tradicionales. Destaca la figura de José de Espronceda.
  • Segunda etapa (Romanticismo tardío): Se abandona la conciencia social y se enfatiza la expresión de temas personales. El tono se vuelve intimista y la métrica se utiliza con mayor libertad.

José de Espronceda (1808-1842): Poesía y Compromiso

En la poesía de Espronceda predomina el género lírico. Durante sus años de exilio, conoció el Romanticismo europeo, evolucionando desde la estética neoclásica de sus primeras composiciones hacia una expresión más espontánea, mezclando géneros y esquemas métricos. Sus extensos poemas narrativos, como «El estudiante de Salamanca» y «El diablo mundo», son ejemplos destacados. Su lírica gira en torno a sus ideales románticos y su experiencia amorosa.

La Narrativa Romántica: Identidad y Costumbrismo

Las narraciones románticas buscaban dar a conocer al público elementos que formaban parte de la identidad del país. Para ello, se recurrió a:

  • Evocación del pasado: A través de la novela histórica, cuyo autor más importante es Enrique Gil y Carrasco con «El señor de Bembibre», y la leyenda (en prosa o verso), se recreaban argumentos basados en la Edad Media y los siglos XVI y XVII.
  • Observación del presente: La novela de costumbres, con Cecilia Böhl de Faber como figura destacada, y el artículo de costumbres, con Ramón Mesonero Romanos como principal representante, describían ambientes y personajes típicos de España. Ambos géneros se consideran precedentes del Realismo.

Dentro del costumbrismo, destaca Mariano José de Larra, quien en sus artículos periodísticos no solo expuso la vida cotidiana de los españoles, sino que añadió una intención crítica.

Mariano José de Larra (1809-1837): Crítica y Compromiso Social

Larra, exiliado debido a las ideas de su padre, tuvo una sólida formación cosmopolita. Se le considera heredero de los ilustrados, defendiendo sus proyectos de mejora del país a través de sus artículos periodísticos. Su personalidad combativa y crítica, reflejada también en su lírica, teatro y novela histórica, es un claro ejemplo del espíritu romántico y liberal.

Su estilo es claro y directo, empleando la ironía para exponer de forma humorística los problemas sociales. Su léxico sencillo le granjeó una amplia aceptación popular. El tono de sus últimos artículos se vuelve más amargo y pesimista, reflejando su decepción ante la imposibilidad de reformar el país.

El Teatro Romántico: Libertad y Exageración

Los autores teatrales se inspiraron en el teatro español del siglo XVII, retomando temas y aspectos formales. Entre los rasgos formales de origen barroco destacan:

  • Empleo del verso.
  • Sustitución de los actos por jornadas.
  • Rechazo de las tres unidades (tiempo, acción y espacio).

En cuanto a los temas, se observa una preferencia por asuntos medievales y relacionados con el honor. Se repiten los arquetipos del teatro de Lope de Vega y Calderón de la Barca (galán, dama, anciano, gracioso). El héroe y la heroína del drama romántico se convierten en símbolos de la libertad, desafiando las normas sociales y luchando por su amor, aunque su destino suele ser adverso.

El «drama romántico» se caracteriza por la mezcla de lo trágico y lo cómico, y los constantes cambios de escenario (ruinas, claustros, cementerios), que le otorgan un gran dinamismo. Su estilo grandilocuente, con expresiones desgarradas y gestos exagerados, ha sido criticado por su falta de verosimilitud.

El Duque de Rivas (1791-1865): «Don Álvaro o la fuerza del sino»

Ángel de Saavedra, Duque de Rivas, incorporó a su obra elementos del Romanticismo europeo: el gusto por los temas históricos, las descripciones costumbristas y las situaciones misteriosas o marcadas por la fatalidad.

Compuso «Romances históricos», relatos inspirados en crónicas medievales y en la tradición oral, como «Una antigualla de Sevilla». Su obra dramática más famosa es «Don Álvaro o la fuerza del sino» (1835), escrita en prosa y verso, que concentra todos los ingredientes formales y temáticos del drama romántico.

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