El Renacimiento
Durante el siglo XVI se desarrolla el movimiento artístico y cultural conocido como Renacimiento. El Renacimiento implica una nueva concepción del ser humano y de la vida, representada por el humanismo, una corriente de pensamiento surgida en Italia en el siglo XIV y que alcanza ahora su máxima difusión. El humanismo considera al hombre centro de todas las cosas y entroniza el arte de Grecia y Roma como modelo digno de imitación.
El movimiento renacentista tuvo su origen en Italia, desde donde se extendió al resto de Europa. Los artistas italianos establecieron los nuevos cánones de la pintura, la escultura y la arquitectura. De la misma manera, en la literatura, son los autores italianos -Dante Alighieri, Giovanni Boccaccio, Francesco Petrarca- quienes se convirtieron en modelos indiscutibles, equiparables a los autores clásicos.
En el caso de la literatura española, la instauración de las formas italianas parte de una fecha concreta: en 1526, el embajador veneciano Andrea Navagero convence al poeta español Juan Boscán de que escriba poesía empleando dichas formas. A partir de esa fecha, Juan Boscán y su amigo Garcilaso de la Vega adoptan la métrica y los temas de la poesía italiana.
El Siglo XVI
En el siglo XVI España se convirtió en un gran imperio que se extendía por Europa y la recién descubierta América. Los reinados de Carlos I (1516-1556) y Felipe II (1556-1598) se caracterizaron por las continuas guerras, encaminadas a mantener la hegemonía española y a sostener la autoridad papal frente a las ideas reformistas surgidas en Alemania y los Países Bajos.
La financiación de los ejércitos supuso para la Corona española un progresivo endeudamiento. Y como reacción a las ideas reformistas, durante el reinado de Felipe II se adoptaron severas medidas, entre ellas la prohibición de ciertos libros y autores, lo que supuso el cierre del país a buena parte de las corrientes culturales externas.
Durante el Renacimiento se instaura una actitud vitalista, que invita al disfrute de la existencia. Se exaltan las capacidades humanas y surge un ideal de persona que cultiva las cualidades físicas e intelectuales: el cortesano renacentista que domina las armas y las letras. Por otro lado, la confianza en el poder de la razón y el afán de conocimiento harán que esta sea una época de grandes descubrimientos geográficos y científicos.
El triunfo del humanismo convierte las obras de los autores clásicos en modelos que deben ser imitados y provoca una reforma de la espiritualidad que reivindica el sentimiento interior frente a las manifestaciones religiosas externas.
Características de la Literatura Renacentista
La literatura española, bajo el influjo de la literatura italiana y de la literatura clásica grecolatina, experimenta durante el Renacimiento una renovación que afecta al estilo, la forma y los temas:
- El estilo: basado en la sencillez y claridad expresivas, persigue la naturalidad de la lengua hablada. Así, Juan de Valdés, uno de los más destacados humanistas españoles, afirma en su Diálogo de la lengua: […]
- Las formas: a las formas características de la literatura española se incorpora el verso endecasílabo y, con él, las estrofas, composiciones y modalidades genéricas propias de la poesía italiana.
- Los temas: se recuperan los temas clásicos, en los que el amor y la naturaleza reciben un tratamiento idealizado, y se revitalizan los mitos grecolatinos.
En la literatura renacentista española cabe distinguir dos tendencias contrapuestas: por un lado, la idealización de la realidad, que se observa en la lírica italianizante o en las novelas de caballerías; y, por otro, el realismo crítico, presente, por ejemplo, en la prosa de pensamiento o en la novela picaresca.
La Lírica Italianizante
La lírica italiana influyó de manera decisiva en la poesía española y europea. Su modelo más importante es el Cancionero, de Francesco Petrarca, cuya influencia se percibe en los temas, la métrica y los géneros.
- Temas: Los temas principales son el amor, concebido como un proceso psicológico en el que se idealiza a la amada; la naturaleza, vista a la vez como manifestación de la armonía de la creación divina y como confidente del poeta; y la mitología. Son frecuentes los motivos clásicos del beatus ille (‘feliz aquel’) y el locus amoenus (‘lugar idílico’), que ensalzan el retiro en la naturaleza, y los del carpe diem (‘aprovecha el momento’) y el collige, virgo, rosas (‘coge, doncella, las rosas’) que invitan a disfrutar de la vida.
- Métrica: El verso endecasílabo (once sílabas), proveniente de la poesía italiana, trajo consigo composiciones y formas estróficas como el soneto, poema de versos endecasílabos dispuestos en dos cuartetos (ABBA ABBA) y dos tercetos (CDC DCD, CDE CDE …); la octava real, compuesta por ocho versos endecasílabos (ABABABCC), y la lira, estrofa de cinco versos endecasílabos y heptasílabos (7a 11B 7a 7b 11B).