Contexto Histórico y Social del Realismo
La consolidación del capitalismo en la segunda mitad del siglo XIX provocó muchos cambios políticos y sociales:
- Afianzamiento de los Estados nacionales: Nacen los Estados modernos, lo que trae consigo grandes transformaciones en el mapa político europeo (unificación de Alemania e Italia).
- Expansión colonial europea: Ampliación de mercados, importación de materia prima, etc.
- Segunda Revolución Industrial: Auge de la tecnología, la ciencia y la industria química.
- Aparición de los movimientos obreros.
Pensamiento y Cultura
El Realismo surgió, en parte, del cansancio que provocaba la retórica romántica. El Realismo es el arte de la burguesía, y aparece en el momento en que esta domina las sociedades occidentales. El escritor se va a interesar ahora por reflejar la realidad. Esta nueva tendencia está arropada por:
- Positivismo: Escuela filosófica para la que solo los datos empíricos y comprobables poseen valor como conocimiento (Augusto Comte, Curso de filosofía positiva).
- Evolucionismo: Idea de que los seres vivos evolucionan por medio de la selección natural y la adaptación al medio (Charles Darwin, El origen de las especies).
- Marxismo: Doctrina que estudia las leyes del capitalismo, y que aspira a transformar el mundo por medio de la lucha de clases (Karl Marx, El capital).
Estas ideas repercuten de forma decisiva en los rasgos más destacados de la literatura realista:
- Observación y descripción precisa de la realidad: Principio básico del Realismo. Se trata de un método paralelo al de la observación científica.
- Cercanía de los hechos narrados: Después de la tendencia romántica al exotismo en el tiempo y en el espacio, los escritores realistas prefieren situar sus obras en épocas contemporáneas y en lugares cercanos al lector.
- Crítica social y política: Algunos escritores realistas conciben sus obras como vehículo para realizar determinadas críticas sociales (Benito Pérez Galdós, Doña Perfecta).
- Estilo sencillo: Una muestra más de la crítica implícita a la visión romántica de la literatura: se rechaza el retoricismo y la importancia de los aspectos formales, a favor del estilo más sencillo: ideal de claridad estilística.
Predilección por la Novela
La novela se convierte en el género literario por excelencia de la literatura realista, por su capacidad para recoger toda la complejidad de la realidad que se quiere reflejar en las obras (Stendhal, importante autor realista francés, decía que la novela era «un espejo a lo largo del camino»).
Los rasgos típicos de la novela realista son los siguientes:
- Verosimilitud: Desaparecen del relato los elementos fantásticos o los hechos maravillosos.
- Protagonistas individuales o colectivos: En las novelas de protagonista individual, prevalece el análisis psicológico del personaje; en las novelas con protagonista colectivo, el análisis social.
- Narrador omnisciente: El ideal de objetividad de los autores realistas les lleva a preferir la técnica del narrador omnisciente como modo de recrear mejor la realidad (en el Naturalismo, por ejemplo, el autor actúa como el científico en su laboratorio).
- Didactismo: En las novelas realistas llamadas «de tesis» (porque tratan de explicar una idea o defender una postura), predomina el rasgo neoclásico del «didactismo»: hay una intención implícita de «ilustrar» al lector.
- Estructura lineal: Generalmente, las novelas realistas respetan el orden cronológico de las historias que cuentan.
- Descripciones minuciosas: Las novelas realistas prodigan las descripciones, rasgo derivado, precisamente, de la intención de retratar fielmente la realidad.
- Uso del lenguaje coloquial: El lenguaje, especialmente en los diálogos, tiende a aproximarse a su uso real.
El Naturalismo
Dentro del Realismo, hay una corriente denominada Naturalismo, cuyo máximo exponente es el novelista francés Émile Zola, que concibe la novela como un método de estudio del medio social, a imitación de las ciencias naturales. Así pues, sigue los principios de la observación y la experimentación. Para lograrlo, se radicaliza el uso de algunos rasgos realistas (la descripción, el lenguaje coloquial, etc.), y se insiste en la función moral y de crítica de las novelas.
En España, se creó una polémica considerable en torno a la validez estética de este movimiento (su principal defensora e introductora en España fue Emilia Pardo Bazán: La cuestión palpitante).
La Literatura Realista en España
Como ya ocurrió con el Romanticismo, el desarrollo del Realismo en España es más tardío que en el resto de Europa. Pueden señalarse varias razones: el menor desarrollo del medio urbano, las circunstancias históricas (no se dan las condiciones sociales necesarias hasta después de la Revolución de 1868), el escaso mercado editorial, etc.
Sin embargo, no ocurrió lo mismo con el Naturalismo, que se conoció muy pronto, aunque sus defensores en España (Pardo Bazán y, en parte, Galdós y Clarín) no aceptaban sus pretensiones cientifistas y deterministas.
Autores Realistas
- Fernán Caballero: Pseudónimo de Cecilia Böhl de Faber, es la autora de la que se considera primera novela realista española, *La Gaviota* (1849), aunque es aún deudora del mundo sentimental de los escritores románticos.
- Pedro Antonio de Alarcón.
- Juan Valera.
- José María de Pereda.
- Emilia Pardo Bazán: El Naturalismo que esta autora defendía era puramente formal (ambientes degradados, importancia de la descripción), pero la ideología cristiana y conservadora de la autora le impedía aceptar el determinismo social implícito en los planteamientos naturalistas: la fe religiosa basta para resolver los errores de la naturaleza. Sus obras más importantes son: *La Tribuna* (1882), *Los Pazos de Ulloa* (1886) y *La Madre Naturaleza* (1887).
Benito Pérez Galdós
Pérez Galdós es, sin duda, el escritor más representativo del Realismo español, tanto por la calidad como por la cantidad de novelas que escribió. Desde que inició la publicación de los *Episodios Nacionales* (1873), pudo vivir de la literatura y el periodismo. Su extensa obra puede dividirse en dos grandes apartados que Galdós va alternando toda su vida: las novelas y los episodios.
Las Novelas
Vamos a dividir su producción novelística en tres bloques:
- Primeras novelas: Son las publicadas en la década de los 70; casi todas ellas son lo que se denomina “novelas de tesis”, porque tanto su argumento como sus personajes están trazados de tal manera que se defiende una idea, lo que implica que se trata de una literatura didáctica, puesta al servicio de una idea, que en el caso de Galdós suele coincidir con la ideología de los liberales e ilustrados españoles: *La Fontana de Oro* (1870) o *Doña Perfecta* (1876) son los títulos más representativos de esta etapa.
- Las *Novelas Contemporáneas Españolas*: Así llamó Galdós al ambicioso ciclo novelesco que forman todas sus novelas de su época de madurez y que son el equivalente de ficción de sus *Episodios Nacionales*, algo así como la historia privada de los españoles del siglo XIX. El ciclo se inicia con *La Desheredada* (1881), en la que adopta ciertas técnicas naturalistas, pero con mayor hondura psicológica en el tratamiento de los personajes. Son novelas dedicadas a retratar a la clase media española: *El Amigo Manso* (1882), *La de Bringas* (1884) o *Miau* (1888), por ejemplo. Su obra más extensa y ambiciosa, *Fortunata y Jacinta* (1886-87), es también la más rica en el tratamiento de la historia y de la sociedad española de la época, así como en el retrato global que se hace de unos personajes poderosamente individuales.
- Últimas novelas: A partir de 1889, el agotamiento de las formas realistas está dando paso a otro tipo de literatura más simbólica y espiritualista, así como a nuevas formas y técnicas narrativas. Obras como *Nazarín* (1895) o *Misericordia* (1897) usan diálogos, formas epistolares, elementos fantásticos o sueños, etc., para tratar de ampliar el campo de la novela.
Los *Episodios Nacionales*
Están formados por 46 novelas repartidas en cinco series de diez novelas cada una (la quinta está inacabada), con las que Galdós pretende realizar una reconstrucción histórica del siglo XIX español. Las dos primeras series fueron escritas entre 1873 y 1879, y las tres últimas entre 1898 y 1912. En las dos primeras series se distingue al Galdós simpatizante del liberalismo español, y abundan en recursos folletinescos propios de la narración romántica. En las últimas series, en cambio, se nota la madurez del novelista, tanto en la mayor variedad de técnicas narrativas, como en el conocimiento de la materia histórica que se utiliza para construir las novelas.