El Modernismo: Un Movimiento de Renovación Literaria
El Modernismo es un movimiento literario fundamentalmente hispano que se inicia a finales del siglo XIX y se prolonga hasta la segunda década del siglo XX (hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial, en 1914). Se trata de un movimiento de renovación estética que abarca tanto las artes plásticas como la literatura. Aunque influenciado por autores españoles como Bécquer y Rosalía de Castro, el Modernismo sintetiza principalmente dos corrientes poéticas francesas del siglo XIX:
- Parnasianismo: Esta corriente defiende el culto a la perfección formal, «el arte por el arte», a través de un léxico selecto y depurado, rico en cromatismo y plasticidad. Sus obras se ambientan en civilizaciones lejanas y exóticas (la antigua Grecia, Oriente, el mundo bíblico, etc.).
- Simbolismo: Se caracteriza por el arte de sugerir a través de símbolos. Proclama que bajo las apariencias del mundo sensible subyace una realidad a la que no es posible acceder a través de los sentidos; los sueños, las obsesiones y las angustias solo pueden sugerirse mediante símbolos.
El Modernismo nace en Hispanoamérica, y el poeta nicaragüense Rubén Darío es el líder y la figura más representativa del movimiento. Su obra Azul, publicada en 1888, marca el inicio del Modernismo.
Figuras Clave del Modernismo Español
Las figuras más sobresalientes del Modernismo español incluyen a los poetas Manuel Machado (Alma, 1902), Antonio Machado (Soledades, 1903, su obra más simbolista), Juan Ramón Jiménez (Arias tristes, 1903), y Valle-Inclán, cuyo libro Sonatas (1902-1905) es el máximo representante de la prosa modernista.
Rubén Darío (1867-1916): Vida y Obra
En la obra de Darío, la influencia francesa convive con un profundo conocimiento de la tradición española. Su poesía integra influencias que podrían parecer incompatibles, pero para él, el arte es una «armonía de caprichos».
Etapas de la Obra de Rubén Darío
La obra de Rubén Darío se divide en dos etapas, donde conviven el gusto por la tradición y el Romanticismo con la influencia del Simbolismo y el Parnasianismo.
- Primera etapa (plenamente modernista): Se centra en la creación de un lenguaje original y en la musicalidad del verso. A esta etapa pertenecen:
- Azul (1888): Un canto al amor que combina prosa y verso, abundante en imágenes (cisnes, hadas, fuentes, etc.) y adjetivación sensorial.
- Prosas profanas (1896): Continúa con el tema del amor, aunque de un modo más sensual. La mujer es un ser inalcanzable que causa tristeza y dolor.
- Segunda etapa (más reflexiva): El poeta se vuelve más sobrio y expresa su angustia. Su obra más significativa es Cantos de vida y esperanza (1905), una obra de madurez que se sitúa en la línea del modernismo intimista. Se observa un ahondamiento espiritual que refrena la exaltación vital del primer modernismo y acentúa el tono nostálgico, e incluso de amargura existencial, que solo esporádicamente se advertía en los libros anteriores. Reflexiona sobre la propia existencia, el tiempo y la muerte («Canción de otoño en primavera»).
Temas Fundamentales de la Poesía de Rubén Darío
- Malestar vital o desazón romántica: Expresa la tristeza y la melancolía que le produce el rechazo a lo establecido y a la sociedad vulgar («Yo detesto la vida y el tiempo en que me tocó nacer»). Se manifiestan el hastío, la tristeza, la melancolía y la angustia. El reflejo de estos sentimientos es la presencia de lo otoñal, el crepúsculo y la noche.
- Escapismo: Descontento con su entorno, busca alejarse en una realidad inventada, creada a su gusto. Se evade en el tiempo (refugiándose en el pasado legendario o en el mundo sensual de la mitología clásica) y en el espacio (buscando lo oriental o lo exótico).
- Cosmopolitismo: Otra forma de evasión era acudir a las ciudades que le ofrecían el modo de vida que anhelaba. Esto determina el interés por viajar, no solo de Rubén Darío, sino de todos los modernistas. Surge la devoción por París: sus calles, su vida nocturna, sus cabarets, el estilo de vida bohemio, etc.
- Amor, erotismo y sensualidad: Por un lado, el amor se idealiza y la mujer inalcanzable produce insatisfacción y tristeza; por otro, se presenta el erotismo desenfrenado, encarnado por la mujer fatal, lasciva y dominadora.
- Indigenismo e hispanismo: Convive con el afán cosmopolita. Inicialmente, cultiva esta temática (mitos y leyendas de las culturas precolombinas y española) como forma de evasión de la realidad circundante; posteriormente, como exaltación de lo hispano frente al poder dominante de los Estados Unidos. En Cantos de vida y esperanza, Rubén Darío exalta lo español como un conjunto de valores humanos y culturales frente a la civilización yanqui.
Renovación Estética: El Lenguaje Poético de Rubén Darío
Es precisamente en el culto a la belleza de la palabra donde Darío muestra su ruptura con la tradición anterior. Enriqueció enormemente el lenguaje poético mediante la utilización de variados recursos:
- Recursos que aportan musicalidad: Recursos de repetición, pero sobre todo aliteraciones («la libélula vaga de una vaga ilusión») y juegos fónicos variados. Con esta finalidad, emplea abundantemente palabras esdrújulas.
- Recursos que aluden a lo sensorial: La poesía se dirige directamente a los sentidos. De ahí la utilización copiosa de sinestesias o asociaciones de elementos que proceden de sentidos diferentes («verso azul», «sol sonoro», «nostalgias amargas») y la adjetivación referida al color, al sonido, al tacto, etc., a través de la cual se intenta captar un mundo lleno de goce y belleza.
- Riqueza verbal y capacidad de sugestión: Las metáforas deslumbrantes y el adjetivo se convierten en recursos decisivos. Además, utiliza un léxico poco habitual: cultismos (áurea, ágata), neologismos, arcaísmos y palabras exóticas (loto, cisne, ninfa, palacio).
- Renovación métrica: La obra de Darío es la más variada y rica en lengua castellana. Cultiva composiciones clásicas e introduce novedades audaces, como el soneto de versos alejandrinos. Además de emplear versos hasta entonces prácticamente inexplorados (de quince y diecisiete sílabas), Darío recupera el eneasílabo y el alejandrino, versos que habían caído en desuso.
El Modernismo, tan vinculado a la obra de Rubén Darío, supone una revolución de alcance esteticista cuyos frutos se perciben en la obra de la poetisa uruguaya Delmira Agustini, una de las voces poéticas más originales del Modernismo hispanoamericano.