El Mester de Juglaría, la Épica Castellana y el Poema de Mío Cid
1. El Mester de Juglaría
El género principal de la poesía épica fue el de los cantares de gesta, extensas narraciones en verso en las que se exaltan las hazañas y las virtudes de los héroes.
La poesía épica se encuadra dentro del mester de juglaría, esto es, la escuela poética propia de los juglares. Los cantares de gesta eran recitados de memoria por los juglares, que actuaban en las plazas de los pueblos y ciudades, en los castillos o en las estancias de la corte, a cambio de un pago por sus servicios. Sabían danzar, tocar instrumentos, recitar y realizar ejercicios acrobáticos y circenses.
2. Características de la Épica Española
Se han conservado muy pocos debido a que su transmisión era oral y no escrita. De otros cantares de gesta nos han llegado noticias a través de crónicas históricas que los utilizaron como fuente.
Otras características de los cantares de gesta de nuestra literatura son: su carácter anónimo, pues el autor no los firmó; su gran vitalidad, pues sus temas pervivieron en la literatura posterior; su realismo, pues se compusieron en fechas cercanas a los hechos que cuentan y apenas aparecen elementos fantásticos.
3. El Poema de Mío Cid
El Poema de Mío Cid, obra de los siglos XI o XII, es un extenso poema épico, máximo exponente del mester de juglaría (poesía hecha por los juglares), que cuenta las hazañas de Rodrigo Díaz de Vivar, quien por dos veces pierde su honor y lo recupera con creces. La obra está dividida en tres partes o cantares:
- El cantar del destierro: Narra cómo El Cid es desterrado por pedir juramento al rey Alfonso VI. El héroe abandona Castilla. Hace preso al conde de Barcelona.
- El cantar de las bodas: El Cid conquista Valencia, envía un regalo al rey y su mujer e hijas se reúnen con el héroe en sus nuevas tierras.
- El cantar de la afrenta de Corpes: Los infantes de Carrión, hombres cobardes, no soportan las burlas de los hombres de El Cid y deciden vengarse en las hijas del caballero castellano, a las que azotan. Ante esto, El Cid pide justicia al rey, quien convoca unas cortes donde se restaura el honor afrentado. Las hijas de El Cid terminan casándose con los infantes de Navarra y Aragón.
La métrica del Poema de Mío Cid es irregular: realizado en versos cuya medida fluctúa entre 10 y 20 sílabas, aunque predominan los de 13, 14 y 15, y que se agrupan en tiradas (grupos de versos con una sola rima asonante).
De su estilo cabe destacar:
- El uso del epíteto épico.
- Fórmulas dirigidas al oyente, con el fin de comunicarse con él y de que participe en la narración.
- Episodios humorísticos.
- El protagonista tiene una conducta ejemplar.
La Prosa Medieval: El Conde Lucanor
1. La Prosa Medieval
Hasta el siglo XII, toda la prosa literaria estaba escrita en latín. Tras el impulso y madurez que la lengua castellana adquirió durante ese siglo con la labor de Alfonso X el Sabio —que reinó entre 1252 y 1284— y la Escuela de Traductores de Toledo, aparecen algunos textos narrativos escritos en lengua romance: colecciones de cuentos, como el Libro de Calila e Dimna, o recopilaciones de sentencias, como el Poridat de Poridade.
2. El Conde Lucanor
El Conde Lucanor es la obra principal de Don Juan Manuel, sobrino de Alfonso X el Sabio, quien la escribió en el siglo XIV y quien afianzó la prosa literaria en castellano. El libro está formado por 50 ejemplos con la misma estructura: El Conde Lucanor pide consejo a su ayo Patronio sobre problemas que se le plantean. Éste le narra un cuento que le ofrece la solución. Cada narración acaba con una moraleja que resume la lección aprendida.
Todas las narraciones de estos cuentos tienen la misma estructura:
- Introducción: El Conde Lucanor tiene un problema y le pide consejo a Patronio.
- Núcleo: Patronio cuenta un cuento que se asemeja al problema planteado.
- Aplicación: Patronio aconseja la manera adecuada de solucionar el problema, en relación con el cuento narrado.
- Moraleja: Se termina con dos versos en los que el autor resume la enseñanza de la narración.
Las Coplas por la Muerte de su Padre, de Jorge Manrique
Las Coplas por la muerte de su padre, de asunto moral, es la obra más importante de Jorge Manrique. Esta obra, realizada con motivo de la muerte de su progenitor, pertenece al género poético de la elegía y es una reflexión sobre la vida, la fama, la fortuna y la muerte con resignación cristiana. Está formada por cuarenta coplas, cada una de las cuales se compone de dos sextillas, coplas manriqueñas 8a, 8b, 4c, 8a, 8b, 4c. En cuanto al contenido, las Coplas forman una elegía por la muerte del padre del autor, don Rodrigo Manrique, donde el poeta se lamenta de la inestabilidad de la fortuna, la fugacidad de las cosas humanas y de la vida, del poder igualatorio de la muerte. Otros temas que aparecen en la obra son:
- El paso inexorable del tiempo.
- La vida como camino.
- La vanidad de las cosas mundanas.
La estructura de las Coplas va de lo general a lo particular:
- Habla en un sentido general sin aludir a nadie (coplas 1-14).
- Pone ejemplos de lo dicho anteriormente en personas de la época, utilizando el tema clásico del Ubi sunt (coplas 15-24).
- Se centra por fin en la figura del padre, al que alaba como un ejemplo de virtud (coplas 25-40).
El Romancero
El romance es una composición poética de carácter épico-narrativo, nacida para ser cantada, formada por versos octosílabos con rima asonante en los pares y cuyo origen se encuentra en los cantares de gesta. El interés por éstos, con el paso del tiempo, fue decayendo, y sus fragmentos más atrayentes fueron transformados en romance mediante la ruptura de cada uno de los versos de aquél en dos partes para formar cada uno de los versos del romance.
Se denomina Romancero al conjunto de romances cantados por los juglares desde finales del siglo XIV hasta el siglo XV. Los escritos durante los siglos XV y XVI por autores conocidos, como Cervantes, Lope de Vega, Góngora o Quevedo, forman el Romancero Nuevo. El romance es una composición creada por la colectividad, por lo que su autor es anónimo, y constituye también la razón de que existan múltiples versiones de un mismo romance.
Por su tema, los romances pueden clasificarse en:
- Tradicionales: Provienen de un hecho histórico o de los cantares de gesta.
- Juglarescos: Su origen es diferente de los anteriores.
- De tema francés.
- Noticieros: Vienen derivados de la convivencia con los árabes y pueden ser fronterizos y moriscos.
- De invención: Fruto de la imaginación de los autores.
Por su estructura, el romance puede ser:
- Romance-cuento: relata una historia completa de principio a fin.
- Romance-escena: se concentra en un momento concreto de la acción.
Los romances presentan rasgos de estilo propios de la tradición oral:
- Uso de arcaísmos.
- Alusión a los oyentes.
- Utilización del fragmentarismo o truncamiento: la acción se interrumpe al final, dejando el desenlace a la imaginación del oyente o lector.
- Variedad en las formas verbales, mediante la aparición de distintos tiempos en un mismo romance.
- Uso de fórmulas para expresar sentimientos, circunstancias espaciales y temporales, etc.
- Lenguaje sencillo y con gran capacidad de sugerencia.
- Uso de repeticiones, paralelismos y aliteraciones.
La Celestina, de Fernando de Rojas
La Celestina es el título por el que se conoce la Comedia o Tragicomedia de Calisto y Melibea, la cual fue publicada en dos versiones diferentes: una en 1499, que constaba de 16 actos; y otra, en 1508, que tiene 21 actos. Pertenece al género de la comedia humanística, género inspirado en la comedia latina, que estaba destinado a ser leído y no representado.
El autor es Fernando de Rojas, que estudió leyes en Salamanca y fue alcalde de Talavera de la Reina. Murió en 1541.
La obra cuenta cómo Calisto, joven noble, entra en un jardín para recobrar su halcón perdido, y allí conoce a Melibea, de la que se enamora y la que le rechaza inicialmente. Calisto, por consejo de su criado Sempronio, contrata los servicios de Celestina para alcanzar los favores de la muchacha. Aquélla consigue con sus trucos concertar una cita entre Calisto y Melibea y, como premio, recibe del enamorado una cadena de oro. Sempronio y Pármeno, criados de Calisto y socios de Celestina en el negocio, reclaman su parte. La anciana se niega al reparto y ambos la asesinan, crimen por el que son ajusticiados. Sus compañeras, Elicia y Areúsa, deciden vengarse por lo sucedido en las personas de los amantes contratando a Centurio. Una noche, estando Calisto con Melibea, al oír los ruidos provocados por Centurio y sus acompañantes, el amante resbala de una escala y muere. Melibea, desesperada, se arroja al vacío desde una torre de la casa de su padre. Pleberio, lamenta por su hija muerta.
El rasgo más llamativo de la obra es su realismo psicológico, al retratar el ambiente burgués y la sociedad en crisis de la época. Se refleja una nueva clase de criados y su relación meramente económica con sus amos. Se pone en evidencia la crisis de los ideales heroicos y religiosos frente a la importancia que adquiere el dinero.
Los personajes celestinescos también muestran una perfecta caracterización:
- Melibea es una mujer enérgica y que toma sus propias decisiones. Es arrogante, apasionada, hábil para improvisar y con un carácter fuerte.
- Calisto se muestra débil de carácter, que olvida sus obligaciones y sólo piensa en sí mismo y en el interés sexual por Melibea.
- Celestina se presenta como una persona vital, movida fundamentalmente por la codicia.
- Los criados no guardan fidelidad a su amo y buscan su propio beneficio también. Esta actitud la muestra Sempronio desde el principio y Pármeno una vez que es despreciado por Calisto.
El lenguaje se muestra también con total realismo. Así, se utiliza el lenguaje culto —repleto de obscenidades, palabras malsonantes, amenazas, refranes, etc.—. Cada personaje utiliza el nivel del lenguaje que le es propio. Celestina utilizará el que más le interese en función del personaje con el que hable. La intención de la obra es claramente moral: advertir de los peligros del amor desenfrenado y de los engaños de criados y alcahuetas ante la ingenuidad de los locos amantes.