El Psicoanálisis y la Novela Modernista
La Teoría Freudiana
Freud divide la psique en tres niveles:
- El Ello: La parte instintiva, compuesta por dos pulsiones fundamentales: eros (pulsiones sexuales) y tánatos (pulsiones de agresión).
- El Yo: La parte consciente y racional que media entre el Ello y el Superyó.
- El Superyó: La interiorización de la ley moral.
Estos tres niveles se encuentran en constante conflicto y tensión. El inconsciente, un conjunto de contenidos inaccesibles a la consciencia, determina en gran medida la conducta del individuo. Freud descubrió que la única manera de abordar los comportamientos patológicos es accediendo al subconsciente a través de métodos como el análisis de los sueños y la asociación libre. En los sueños, los mecanismos de defensa del Yo se relajan, permitiendo el acceso a contenidos reprimidos. Freud también observó la manifestación del inconsciente en actos fallidos de la vida cotidiana.
El impacto de Freud en la comprensión del sujeto y sus motivaciones fue revolucionario, influyendo profundamente en el arte, la literatura y el cine.
La Novela Modernista: Innovaciones Estilísticas y Narratológicas
La Cuestión del Perspectivismo
En la novela realista, el narrador omnisciente, con su autoridad epistemológica, imponía su visión ideológica del mundo. La novela modernista, en cambio, se caracteriza por un descentramiento de la autoridad enunciativa. Se prefieren narradores en primera persona (homodiegéticos) o en tercera persona con un saber limitado, que deben ganarse la credibilidad del lector. Estos narradores pueden ser ambiguos moralmente, irónicos o incluso inseguros. El uso de múltiples narradores ofrece distintas versiones de un mismo hecho.
Subjetivismo y Temporalidad
El subjetivismo es una característica clave de la novela modernista. Las historias se presentan desde la perspectiva de uno o varios personajes, sin pretensiones de objetividad. Se da prioridad a la representación de la intimidad y el mundo interior de los personajes: sus pensamientos, reflexiones, emociones y recuerdos. Para ello, se emplean técnicas como el monólogo interior, inspirado en Freud, que busca reproducir la corriente de conciencia, y el monólogo narrado (o estilo indirecto libre), que combina la voz del narrador en tercera persona con el punto de vista del personaje.
La representación del tiempo también se transforma. El tiempo psicológico adquiere relevancia, explorando la temporalidad de la memoria. Autores como Proust investigan cómo los recuerdos se organizan según la intensidad emocional, dando saltos en el tiempo y desafiando la cronología lineal. La memoria, desde un presente, indaga en el pasado, reconstruyendo la experiencia subjetiva del tiempo.