El Grupo Poético del 27: Componentes, Características y Evolución

EL GRUPO POÉTICO DEL 27

1. Componentes del Grupo

La Generación del 27 está conformada por un grupo de poetas, nacidos entre 1891 y 1905, que celebraron en Sevilla un homenaje a Luis de Góngora. Presentan un nexo común: la recepción del vanguardismo, unida a la recuperación de la tradición literaria española. La conjunción de estas influencias da como resultado una producción literaria que ha sido considerada como la Edad de Plata de nuestras letras.

2. Rasgos Generacionales

Entre las características comunes a todos ellos cabe señalar las siguientes:

  • Todos son de edad aproximada.
  • Tienen talante liberal, progresista y laico.
  • Recibieron una similar educación e incluso algunos ejercieron la actividad docente.
  • Los unen lazos de amistad.
  • Realizaron diversas actividades comunes, estando entre estas:
    • La convivencia en la Residencia de Estudiantes de Madrid.
    • La colaboración en las mismas revistas (La Gaceta Literaria, Revista de Occidente).
    • La conmemoración del tercer centenario de la muerte de Góngora en 1927 (fue el acontecimiento que marcó la vida del grupo y que dio nombre a la generación, y hacia el que todos sintieron devoción).
    • La recopilación de su producción en antologías.

3. Raíces Literarias

Los escritores del 27 integran en su obra los elementos más novedosos y la herencia de la tradición literaria. Entre los primeros, se encuentran la herencia de la Generación del 98 y del Novecentismo, la admiración que sienten hacia Miguel de Unamuno y Antonio Machado. No menor es el entusiasmo que despierta Rubén Darío, aunque no comparten los excesos de sus seguidores. Pero hay tres personalidades que dejan una profunda huella en el grupo: Gómez de la Serna y sus greguerías, Ortega y Gasset y Juan Ramón Jiménez. Entre el magisterio de los clásicos destaca el rescate de la poesía tradicional de los cancioneros y romanceros. El poeta que suscita mayor fervor es Luis de Góngora como precedente del hecho literario como arte puro desligado de la realidad. De la tradición del siglo XIX reciben la influencia de Gustavo Adolfo Bécquer, cuya huella se aprecia en las primeras obras de algunos de ellos.

4. Temas

Entre los temas más recurrentes se hallan la ciudad (de una inicial valoración positiva pasan a una actitud crítica cuando descubren los males que la gran urbe trae consigo); la naturaleza; el amor, en plenitud, libre y despojado de prejuicios; el compromiso con la creación literaria y otras artes; el compromiso político y social (Lorca protesta contra la injusticia y la deshumanización de la sociedad capitalista; Alberti y Prados se pronuncian a favor de opciones políticas de signo marxista); y el destino individual del hombre.

5. Etapas y Tendencias Poéticas

5.1. Primera etapa (1918-1929)

Comprende una poesía vanguardista que muestra interés por la imagen y los inventos del mundo moderno (futurismo), y a la que pertenecen obras como Cal y canto de Rafael Alberti; la poesía pura, desprovista de toda anécdota, en la que podríamos incluir Presagios, Seguro azar o Fábula y signo de Pedro Salinas; y el neopopularismo, caracterizado por el cultivo de la poesía popular, en el que se encuadraría Marinero en tierra de Rafael Alberti, Poema del cante jondo o Romancero gitano de Lorca.

5.2. Segunda etapa (1929-1939)

Los escritores manifiestan un renovado interés por los temas humanos (rehumanización). Esta etapa abarca una poesía de carácter surrealista que recurre a la escritura automática o la transcripción de los sueños. Pertenece a este tipo de poesía Sobre los ángeles (Alberti), Un río, un amor, Los placeres prohibidos (Cernuda), Poeta en Nueva York (Lorca); el neorromanticismo de obras como La voz a ti debida y Razón de amor de Pedro Salinas, que concibe la pasión amorosa como una experiencia intelectual, o Un río, un amor, Los placeres prohibidos y Donde habite el olvido de Luis Cernuda. Otro poeta que cultiva esta tendencia es Lorca (Sonetos del amor oscuro). Y, por último, la poesía social y política de aquellos que adoptan posturas a favor de la causa republicana: El poeta en la calle, De un momento a otro, Entre el clavel y la espada (Alberti).

5.3. Tercera etapa (a partir de 1939)

Al finalizar la Guerra Civil el grupo se dispersa. Algunos como Lorca han muerto, otros permanecen en nuestro país (poesía arraigada) y otros se exilian (poesía desarraigada).

Pedro Salinas (1891-1951)

La poesía es para él un modo de acceso a las honduras de la realidad, a la esencia de cosas y experiencias vitales. De ahí que la principal característica de su arte sea el “conceptismo interior” que se manifiesta en paradojas, sutiles juegos de ideas, condensación de conceptos, etc. Su lengua poética es, aunque sólo en apariencia, sencilla, antirretórica, coloquial. Igualmente es sencilla su métrica: prefiere los versos cortos y renuncia casi siempre a la rima o emplea suaves asonancias.

  • Primera etapa. Formada por tres libros (Presagios, 1923; Seguro azar, 1929; y Fábula y signo, 1931), esta etapa recibe la influencia de la poesía pura de Juan Ramón y del vanguardismo de raíz futurista y cubista, de temas tecnológicos (automóvil, radiador, bombilla eléctrica, cine, máquina de escribir).
  • Segunda etapa. Está compuesta por la trilogía amorosa La voz a ti debida (1933), Razón de amor (1936) y Largo lamento (inédito hasta 1975). En estos libros se recorren todos los estadios de la aventura amorosa, desde el deslumbrado hallazgo del otro hasta los indicios terribles del desencuentro.
  • Tercera etapa. Durante su exilio en Estados Unidos, Salinas abandonó la temática amorosa para dar voz a su inquietud por el destino del hombre tras la Segunda Guerra Mundial. Fruto de ella fueron El contemplado (1946) y Todo más claro (1949), un diálogo airado con la sociedad contemporánea. De esta etapa debe destacarse el poema “Cero, suscitado por el horror de la bomba atómica.

Federico García Lorca (1898-1936)

Como poeta, fue siempre fiel a unos mismos temas: la muerte anunciada, el destino trágico, la violencia, la marginación, el deseo frustrado, la esterilidad, el erotismo, el misterio; la imposibilidad de realización.

  • Primera etapa (1920-1928). Entre 1920 y 1928 Lorca escribió cinco libros que se encuadran dentro de la corriente neopopularista: Libro de poemas, Suites, el Libro del cante jondo, Canciones y el Romancero gitano. El autor mezcló en ellos distintos géneros de la poesía popular con sus obsesiones temáticas y las innovaciones vanguardistas. La obra maestra del período, y uno de los libros mayores de la poesía del siglo XX, es el Romancero gitano (1928), que dio a Lorca una enorme popularidad. Ilustra el tema del destino trágico, a través de seres al margen de un mundo convencional y hostil, marcados por la frustración o abocados a la muerte.
  • Segunda etapa (1929-1936). Su estancia en los Estados Unidos (1929-1930), precisamente en el momento dramático del crack de la bolsa neoyorkina, es un hito crucial en la vida de Lorca. Su contacto con Nueva York –expresión máxima de cierto tipo de civilización- es una sacudida violenta. En aquel mundo tentacular que convierte al hombre en una pieza de un gran engranaje, el poeta se ahoga y se revela. Con dos palabras define el ambiente: “geometría y angustia”.

Con Poeta en Nueva York (1929-1930), Lorca imprime a su trayectoria un giro estético radical, adoptando el irracionalismo surrealista en su lenguaje poético y sustituyendo el metro tradicional por el verso libre o versículo. Los temas del destino trágico, de la frustración amorosa y de la muerte resultan intensificados en el escenario de la ciudad de los rascacielos, donde la existencia humana es amenazada por la incomunicación y la geometría. A su vuelta a España, Lorca se consagra al teatro y reduce su producción lírica. No obstante, en 1931 inicia la composición del Diván del Tamarit y hacia 1935 escribe los Sonetos del amor oscuro, libros que quedaron inéditos. En ellos el binomio trágico del amor y la muerte sigue actuando como eje temático. Mención aparte merece el Llanto por Ignacio Sánchez Mejías (1935), extraordinaria elegía dedicada al torero amigo, muerto en la plaza.

Luis Cernuda (1902-1963)

De espíritu rebelde, aristocrático y solitario, Luis Cernuda reunió toda su obra poética bajo un mismo título: La realidad y el deseo (editado por primera vez en 1936). Este título destaca ya el tema primordial de su obra: la lucha entre los anhelos íntimos y la restrictiva realidad. El talante romántico del poeta y un altivo sentimiento de diferencia, arraigado tal vez en su homosexualidad conflictiva, hicieron de él un inconformista nostálgico.

Dejando al margen un periodo de formación poética bajo el influjo de la poesía pura (Perfil del aire, 1927) y del neoclasicismo (Égloga, elegía, oda, 1928), cabe distinguir en la obra de Cernuda tres etapas:

  • Primera etapa. Bajo la inspiración surrealista escribió Un río, un amor (1929), acerca de la hostilidad del mundo ante el amor, y Los placeres prohibidos (1931), donde proclama el derecho al amor físico.
  • Segunda etapa. El poeta renuncia a la imaginería surrealista para escribir Donde habite el olvido (1933), que responde al influjo del neorromanticismo.
  • Tercera etapa. A esta etapa pertenecen Como quien espera el alba (1944), Vivir sin estar viviendo (1949), Con las horas contadas (1956) y Desolación de la quimera (1962), su libro culminante, marcado por la idea de despedida, que le da carácter de conclusión y testamento, en el que trata además el desarraigo y la amargura del destierro.

Rafael Alberti

Su poesía se caracteriza por la variedad de estilos y temas (existenciales, humorísticos, políticos, personales…) y por el dominio de la métrica. En sus primeras obras, Marinero en tierra (1925), La amante (1926) y El alba del alhelí (1927), cultiva el neopopularismo.

Más adelante, su poesía cobra acentos gongorinos. Cal y canto (1929), Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos (1929) y Sobre los ángeles (1927-1928) son algunas de sus obras vanguardistas.

A partir de 1931 evoluciona hacia la literatura comprometida con libros menos estéticos y más propagandísticos, como El poeta en la calle (1931-1936). Alberti fue, además, un gran dramaturgo y prosista, como lo atestigua su libro de memorias La arboleda perdida (1949-1987).

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