El español: Un idioma global en expansión

El español en el mundo

El español es la segunda lengua del mundo por número de hablantes nativos, detrás del chino mandarín; el segundo idioma de comunicación internacional tras el inglés, y el tercero más usado en internet. El anuario de 2012 del Instituto Cervantes cifra en más de 495 millones el número de hispanohablantes. Además del extraordinario crecimiento demográfico de sus hablantes, su demanda en todo el mundo la han convertido en una lengua de excelente presente y futuro. Si la Asociación de Academias de la Lengua Española se dedica a vigilar el buen uso de la lengua y a mantener su unidad, el Instituto Cervantes es la institución pública encargada de la promoción y la enseñanza de la lengua, y de la difusión de la cultura española. La mayor parte de hablantes de español se concentra en España y en los países de América Central y América del Sur, excepto en Brasil, donde se habla portugués. Hay también zonas de Estados Unidos y algunos lugares que estuvieron bajo el dominio de España en tiempos pasados en que se usa nuestra lengua.

El judeoespañol

El judeoespañol es un dialecto del castellano antiguo que conservan los descendientes de los judíos que fueron expulsados por los Reyes Católicos en 1492. Los serfadies conservan el castellano que se hablaba en los siglos XV y XVI. De ahí su carácter conservador y arcaizante. Se encuentra en proceso de decadencia. En la actualidad se habla en lugares diseminados por todo el mundo: Turquía, Egipto, Grecia… pero es en Israel donde encontramos el foco más importante de hablantes.

El español en Filipinas, África y Estados Unidos

El español fue el primer idioma oficial en Filipinas desde la llegada de los españoles en 1565. En la primera mitad del siglo pasado, fue lengua de la prensa, cultura, el comercio y de la política filipina. El 23 de febrero de 2010 se alcanzó un acuerdo por el que los alumnos de secundaria estudiarían español en el 2012. En Marruecos se habla por primera vez en 1492, momento en que se establecieron las primeras colonias de judíos y musulmanes procedentes de España. En la actualidad hay numerosos hablantes de español, sobre todo en la zona que fue protectorado español entre 1912 y 1956 y es uno de los idiomas más estudiados en el sistema educativo junto con el árabe clásico, el berber y el francés. Estados Unidos cuenta con la segunda comunidad de habla española más grande del mundo después de México. Texas, California y Nuevo México son las zonas de más hablantes, seguidas de Arizona, Florida y Nevada. El español es el segundo idioma con mayor número de hablantes después del inglés. El español de Estados Unidos guarda muchas similitudes con la modalidad mexicana, aunque existen numerosas variaciones según los lugares y la procedencia de los emigrantes hispanos. En algunas zonas señaladas, ha surgido el espanglish.

El español de América

Se entiende por español de América la variedad del español que se fue desarrollando en el continente americano fruto del castellano llevado allí por los conquistadores y expedicionarios desde el siglo XV, de las lenguas indígenas y otras lenguas en contacto. Constituye la variedad geográfica más rica y viva de nuestro idioma y la que cuenta con el mayor número de hablantes. La implantación del español en América no fue tarea fácil. Eran muchas las lenguas indígenas que proliferaban y sus hablantes se resistían a abandonarlas. Aún se conservan algunas de ellas como el náhuatl y el maya en México, el araucano en Chile… Por otro lado, los misioneros se oponían a una imposición por la fuerza de la lengua española y procuraban enseñarla mientras evangelizaban, al mismo tiempo que aprendían las lenguas autóctonas. Fue en el siglo XVIII cuando Carlos III ordenó la suspensión de todos los idiomas indígenas y la implantación obligatoria del español. Aun así, no se consiguió la expansión deseada. Fue con la independencia de los diversos países hispanoamericanos como se consigue una hispanización lingüística. El español de América es una prolongación del que se hablaba en España, sobre todo en Castilla y Andalucía. La influencia del andaluz parece hoy incuestionable. La influencia andaluza es más notoria en las Antillas y costas del Caribe. Es de destacar también que el andalucismo se registra con mayor nitidez en las tierras bajas y en las costas; mientras que las altiplanicies estuvieron y están más influidas por una base castellana. Hay que añadir que la mayoría de los expedicionarios pertenecían a estratos sociales bajos, lo que justifica y explica la tendencia a una fonética y a un léxico popular. Otro aspecto destacable es el de las posibles influencias en el español de América del sustrato indígena. Parecen fuera de toda duda las siguientes:

  • La entonación muy peculiar, rica en ascensos y descensos melódicos muy pronunciados frente a la castellana peninsular.
  • El sufijo –eco, -eca que aparece en palabras como azteca procede del sufijo –ecatl del náhuatl.

Pero donde más se nota la influencia de lo indígena es en el léxico. Muchas palabras de origen indígena han sido traídas a España y se las conoce como americanismos: canoa, cacique… También fue importante el número de leoneses y extremeños, así como de gallegos y portugueses, que emigraron a América. Ello dio lugar a la entrada de algunos términos de estas variedades.

En el español de América existe una serie de peculiaridades lingüísticas:

  • Rasgos fonéticos: Comparte muchos rasgos fonéticos con el andaluz, debido a que la mayoría de los expedicionarios en los primeros momentos de la conquista procedían del sur de la península: seseo, yeísmo, confusión de r y l, aspiración de la s final de la sílaba…
  • Rasgos morfosintácticos: Lo más característico es el voseo, que consiste en el empleo de vos como segunda persona pronominal de singular, en lugar de tú, para iguales o jerárquicamente inferiores.
  • Léxico: La mayor parte del léxico es común en las distintas repúblicas y en España; no obstante, es, sin duda, uno de los rasgos lingüísticos más característicos del español de América. En este aspecto podemos observar: el patrimonial, adaptado a las nuevas realidades; el autóctono, adaptado de las lenguas indígenas; el africano, debido a la llegada de esclavos de las Antillas y a las costas del Caribe.

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