El Cuervo de Poe: Un Viaje a la Locura y la Desesperanza

El Cuervo de Edgar Allan Poe: Un Viaje a la Locura y la Desesperanza

Contexto y Significado

El Cuervo es un poema narrativo publicado en 1845 en el diario Evening Mirror de Nueva York. Son notables su musicalidad, su lenguaje estilizado y su atmósfera sobrenatural. Algunos críticos afirman que es una balada, es decir, una composición poética en un tono sentimental y melancólico.

La intencionalidad del poema era entretener tanto a las clases populares como a aquellas de gusto más refinado. Todo esto lo explica Poe en su ensayo Filosofía de la composición, publicado en 1846, donde propone una teoría acerca del método de escritura que debería usar todo autor que pretenda “escribir bien”. Este ensayo sirve como una importante visión general de la teoría literaria de Poe y explica que el tema fue elegido porque “la muerte de una bella mujer es el tema más poético del mundo” y dicho desde “los labios de un desconsolado amante” es lo más apropiado para lograr el efecto deseado. Además, sugiere que ningún aspecto del poema fue un accidente.

Trama y Personajes

El poema habla de la misteriosa visita de un cuervo parlante a la casa de un amante afligido y del lento descenso hacia la locura de este último. El amante, que a menudo se identifica como un estudiante, llora la pérdida de su amada, Leonora. El negro cuervo, posado sobre un busto de Palas, parece azuzar su sufrimiento con la constante repetición de las palabras “nunca más”.

En el poema, Poe hace alusión al folclore y a varias obras trágicas.

El poema está inspirado en momentos de la vida de Poe, como la duradera enfermedad de su esposa Virginia.

La obra pertenece al Romanticismo y se publicó justo dos años antes de la muerte de su esposa y gran amor. Este poema le dio fama, ya que a partir de ahí comenzó a estabilizarse económica y literariamente.

El morbo que traía consigo el poema causó furor en los lectores, quienes se vieron conmovidos ante la profunda tristeza del personaje principal, el cual intenta día a día sobrellevar la muerte de su amor, Leonora.

Los personajes son el enamorado (narrador) y el cuervo. Aunque Leonora no aparece, también está presente en los dichos, pensamientos y sentimientos del enamorado.

¿Por Qué un Cuervo?

Poe quería una criatura que no razonara pero que fuera capaz de hablar, repetir palabras o frases. Además, su aspecto sobrenatural intensifica el aspecto tenebroso y triste en contraste con su imagen hermosa por brillo y postura. Su presencia invoca la presencia de muerte, desgracia, dolor, tristeza, a diferencia de cualquier otro animal parlante como el loro.

Elementos del Romanticismo en El Cuervo

  • Paisaje externo: La tormenta y la oscuridad son comparables con los sentimientos del enamorado y le dan el toque misterioso característico.
  • Contexto interior: La habitación donde ocurren los hechos, el contraste de lo negro y rojo que se da en el ambiente da idea de algo infernal, demoníaco, que se acentúa con el cuervo. Una arquitectura antigua, casi gótica, una biblioteca de épocas anteriores, la presencia del color rojo de los tapizados y las brasas de la estufa casi apagadas. El ámbito es lujoso, aunque decadente y algo abandonado, lo que concuerda con la depresión del protagonista.
  • El personaje de Leonora: Según como se describe, es angelical, en contraste con el ambiente. Ella está en el cielo y ya no pertenece a ese mundo oscuro.
  • El cuervo: Aporta lo sobrenatural, tenebroso, por su color, aparición y sonidos desagradables.
  • El “yo lírico”: Esa manera de expresar en primera persona desde el interior del espíritu.
  • El uso del tiempo: La medianoche, la hora de los fantasmas, del miedo, las horas que se hacen más largas acentuadas por el “nunca más” del cuervo.

Recursos Literarios en El Cuervo

Son utilizados para reforzar los contrastes, lo romántico y los sentimientos del lector.

  • Metáforas: Por ejemplo, “quita el pico de mi pecho”.
  • Reiteración: De la frase “nunca más”, que acentúa lo definitivo de la muerte.
  • Gradación ascendente: La creación de una atmósfera cada vez más misteriosa, más aterradora, más cautivante para el lector.
  • Símbolos y alegorías: Como la imagen de Palas, que significa la sabiduría, y el cuervo, la fatalidad. En los primeros versos es posible sentir el miedo del personaje, los escalofríos de los ruidos misteriosos, el deseo de volver a ver a su amada o de compañía para aliviar su soledad. Sin embargo, una vez que entra el cuervo, el yo lírico no siente más miedo, no lo espanta, sino que lo toma como un signo.
  • Hipérbole: Exageración.
  • Anáfora: Repetición de una o varias palabras al principio del verso.

Estructura Externa del Poema

El poema está compuesto por 18 estrofas de 6 versos cada una. Los primeros 5 son de 16 sílabas y el último de 8, que es considerado el estribillo.

La rima se da generalmente entre los versos 2, 4 y 6.

Estructura Interna del Poema

Primer Momento: Presentación del Personaje (Estrofas 1-6)

Se hace la presentación del desconsolado amante, triste y melancólico por la pérdida de la mujer amada, y la sorpresa ante un golpe en la puerta, lo cual le hace sospechar de un espíritu, característico del Romanticismo oscuro.

Típico comienzo narrativo que es “cierta vez”.

El autor, para ambientarnos en la situación, utiliza frases como “triste noche”, “tétrico diciembre”, “rojo espectro” y “purpúreo cortinado”.

Exotismo: Es una característica romántica ligada a la antigüedad, es decir, “leyendas de otra edad”, leyendas para olvidar el dolor de la muerte de Leonora, que sabemos que está muerta porque dice “ya en vano he de nombrar”, “«Leonora» por los ángeles nombrar”.

Segundo Momento: La Llegada del Cuervo (Estrofas 7-10)

Narra la entrada del cuervo majestuoso, seguro, que se posa sobre el busto de Palas encima de la puerta y refiere a su estado. Despierta la curiosidad del narrador.

En la última estrofa lo compara con una bestia.

En este momento, al aparecer el cuervo por primera vez, dice también por primera vez “Nunca más” respondiendo a la pregunta de cuál es su nombre. Aunque parezca una respuesta incoherente (al yo lírico y al lector), no lo es, ya que eso es el cuervo: la materialización de lo irreversible, de lo que nunca más va a ser.

La respuesta provoca asombro y le resulta “irrelevante”, es decir, carece de todo significado para el yo. Es más, hasta le produce gracia: “tocó mi tristeza en sonrisa”.

En cierto momento, el protagonista asume que ese «Nunca más» es lo único que el pájaro sabe decir. A partir de allí, todas las preguntas subsecuentes son formuladas conociendo de antemano cuál será la respuesta.

Cada vez que se usa la respuesta, esta adquiere connotaciones distintas que se las va a aportar las preguntas que le dirige el yo lírico al cuervo, cada una de ellas aportará un significado más aterrador que el anterior, cada vez más abismal.

Tercer Momento: Diálogo y Desesperación (Estrofas 10-16)

En este momento se da el diálogo entre el narrador y el cuervo.

El yo recurre a una serie de adjetivos y sustantivos que aluden al carácter sagrado, superior del cuervo, pero a la vez desgraciado para el yo.
Cada vez que se refiere al Cuervo, lo hace señalando algunas de sus características que lo confirman como símbolo de la aniquilación de su alma.

Ejemplo: “Aquel flaco, torpe, lúgubre, rancio cuervo inmemorial con su eterno “nunca más””.

Hay además una compulsión irrefrenable del yo a la autodestrucción, ya que es él mismo quien crea su propia asfixia y deja cada vez más claro su situación de desgracia.

Las preguntas son cada vez más graves y trascendentes, por lo tanto, la respuesta, aunque sea siempre la misma, lo hunde cada vez más en esa devastación sin salida.
El cuervo se hace un vocero de la muerte, pero no física, sino de la peor muerte: la de la esperanza, la ilusión, dejando nada en el interior del yo.

Cuarto Momento: La Derrota del Yo Lírico (Últimas 2 Estrofas)

El yo lírico acusa de falso al cuervo y lo echa. “Ni una pluma aquí, sombría, me recuerda tu falsía”, “¡Abandona ya ese busto! ¡Deja en paz mi soledad!”.

“Quita el pico de mi pecho”: esto es una metáfora por el inmenso dolor que siente, ya que el pico es un elemento punzante.

Trata al cuervo de diablo mismo.

Con el último “nunca más” cortará toda posibilidad de diálogo. Destruye la capacidad racional del yo lírico. El sujeto queda atrapado por la situación, corta conexión con la razón y la sensatez (con la realidad), para sumergirse en un mundo de tinieblas, soledad, desesperanza (“proyecta su sombra en el suelo”) donde no podrá salir nunca más.

Esta aniquilación del yo es un concepto típicamente romántico, ya que no concebían la vida sin la esperanza y sin el amor. En este caso, el yo pierde ambas, por lo tanto, su vida es un continuo sufrir, así como también lo será su muerte, que no representa la posibilidad de salvarse y dejar de sufrir, ya que su alma “nunca podrá elevarse”.

Es en la última estrofa que el cuervo adquiere su total dimensión de símbolo, ya que no habla, no se mueve, no se va, sino que permanece quieto, confirmando con su sola presencia las respuestas que dio antes, independiente de la mente del personaje. Se adueñó del mundo interior y exterior del yo, lo venció totalmente. La sabiduría del más allá, el cuervo, venció a la sabiduría del más acá: la razón, crítica que puede ser interpretada hacia el trascendentalismo como las obras típicas del Romanticismo oscuro.

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