El coloquio de los perros (título por el que es más conocida, aunque su título real es Novela, y coloquio, que pasó entre Cipión y Berganza, perros del Hospital de la Resurrección, que está en la ciudad de Valladolid, fuera de la puerta del Campo, a quien comúnmente llaman «Los perros de Mahudes») es una de las Novelas ejemplares de Miguel de Cervantes
.
La consideración de esta pieza como una novela independiente dentro de las Novelas ejemplares es problemática, ya que el Coloquio es en realidad un texto que uno de los personajes de la novela anterior, El casamiento engañoso, da a leer a un amigo. Así pues, en cierta manera ambas novelas forman una unidad.
Escenifica la conversación entre dos perros, llamados Cipión y Berganza, que guardan el citado Hospital de la Resurrección de Valladolid, en cuyo solar se encuentra hoy la Casa Mantilla
. Al comprobar que han adquirido la facultad de hablar durante las noches, Berganza decide contar a Cipión sus experiencias con distintos amos, recorriendo lugares como Sevilla, Montilla (Córdoba
) y Granada, hasta llegar a Valladolid.
El relato de Berganza está construido según los principios estructurales básicos de la novela picaresca (principio de viaje, principio de servicio a varios amos, etc.). Mediante el contrapunto de los comentarios del otro perro, Cipión, Cervantes cuestiona algunos de los presupuestos y las técnicas de la picaresca, a la vez que reflexiona sobre las relaciones entre la literatura, la verosimilitud y la realidad.
La gitanilla es la más larga de las novelas ejemplares, y puede tener elementos autobiográficos en una historia amorosa que tuvo un pariente lejano de Cervantes. Como muchas otras de estas tramas, se centra en el artificio de la agnición o reconocimiento de una persona al final de la obra. Se trata de una muchacha de origen noble raptada por unos gitanos y educada por ellos, y un noble que se enamora y decide llevar vida gitanil tras ella, hasta que al fin se descubre todo y la historia termina felizmente, posibilitándose el matrimonio de la pareja.
El amante liberal es una novela morisca donde también aparece el tema del rapto, con la historia de un joven siciliano llamado Ricardo que es raptado al igual que a la bellísima Leonisa que es vendida a dos moros por un judío para regalársela al gran turco, entramada con líos amorosos, y aventuras.
En Rinconete y Cortadillo dos muchachos «se desgarran» (se fugan de la casa familiar) y emprenden una vida picaresca con ayuda de la baraja y del hurto, hasta que van a parar a Sevilla, donde mientras trabajan de esportilleros son captados por una asociación mafiosa de malhechores, una especie de sindicato del crimen sevillano gobernado como una cofradía por el hermano mayor, Monipodio. Se suceden diversas escenas de género propias de un entremés o una jácara donde se presentan alguaciles corruptos, ladrones, matones, chulos y prostitutas; acabado este desfile de tipos, los pillos muchachos deciden regenerarse.
En La española inglesa el rapto vuelve a aparecer en la persona de una muchacha arrebatada en la invasión inglesa de Cádiz y que se educa en Londres como dama de compañía de la reina Isabel I de Inglaterra, que aparece descrita sin animadversión. Pierde el cabello por un bebedizo pero todo se arregla al final.
En El licenciado Vidriera el estudiante pobre Tomás Rodaja marcha a Salamanca a estudiar acompañando a un noble y allí se licencia con honores; viaja por diversas ciudades de Italia, pero pierde la razón a causa de un filtro de amor que le han suministrado en secreto y cree tener el cuerpo de vidrio y ser sumamente frágil. Sin embargo, su agudeza es sorprendente y todos le consultan. La novela es en realidad una colección de las agudezas en prosa del protagonista, al estilo de una de las misceláneas tan frecuentes en el Siglo de Oro
. Finalmente recobra el juicio, pero ya nadie le contrata ni va a verle.
En La fuerza de la sangre se construye un relato casi policíaco, en el que una doncella violada con los ojos tapados logra reconstruir intelectualmente el crimen hasta dar con el culpable, cuya madre busca medios para casar a los dos jóvenes para salvaguardar la honra de ambas familias.
El celoso extremeño narra los celos patológicos de un viejo indiano que vuelve a España enriquecido y encierra a su jovencísima esposa en una casa, sin permitirle que salga ni que nada masculino pase la puerta, en la cual ha instalado como vigilante a un esclavo negro con orden de no dejar pasar a nadie. El truhán Loaysa sí logra pasar la puerta engatusando al negro, al que le encanta la música, con una vihuela. No obstante, sin poder seducirla, Loaysa cae dormido en los brazos de la moza. En cambio, en el manuscrito de Porras de la Cámara los dos jóvenes sí tienen relaciones sexuales. El viejo, humillado, se muere de pena.
En La ilustre fregona dos jóvenes de buena familia, Carriazo y Avendaño, deciden lanzarse a la vida picaresca. En un mesón de Toledo
Avendaño se enamora de Constanza, una fregona o sirvienta, lo que hará que los dos jóvenes decidan detener allí su viaje. Finalmente se descubrirá que Constanza es de noble nacimiento, hija natural del padre de Carriazo, por lo que nada impedirá su boda con Avendaño.
En Las dos doncellas, Teodosia confiesa a un desconocido, que resulta ser su hermano, las relaciones y promesa de matrimonio con Marco Antonio. En busca del marido, encuentran a Leocadia, a quien también dio su palabra, sin tomar su honra. Marco Antonio acepta ser el marido de Teodosia, y su hermano, Rafael, el de Leocadia. El final feliz evita un duelo.
La señora Cornelia reúne los elementos de una novela bizantina. Aquí, Juan y Antonio optan por dejar sus estudios, pero deciden proseguirlos en la ciudad de Bolonia, donde toda la gente los tiene por buenos mozos. Ellos escuchan mucho acerca de una damisela llamada Cornelia Bentibolli, que vive en el encierro por voluntad de su hermano.
El casamiento engañoso narra el timo que hace una señorita aparentemente honesta a un militar casándose con él; éste ignora que ha sido una meretriz y ésta lo abandona dejándole una enfermedad venérea que debe purgar con sudores en el hospital de Atocha, donde transcurre la próxima novela.
En El coloquio de los perros el militar, que está purgando su enfermedad en medio de fuertes fiebres, asiste de noche a la conversación entre dos perros, Cipión y Berganza; uno cuenta al otro la historia de su vida y sus muchos (y muy sinvergüenzas) amos y dejan para el día siguiente la relación del otro. Se trata de una fantasía al estilo de las de Luciano de Samosata y el desfile entremesil de tipos, entre ellos unos pastores y una bruja, recuerda al de una novela picaresca o un entremés.
También se ha atribuido a Cervantes la paternidad de un relato de estilo y carácterísticas similares a los de las Novelas ejemplares, llamado La tía fingida
.