Apuntes sobre El Caballero de Olmedo
1) Datación.
La obra se imprime por primera vez en La veinticuatro parte perfecta de las comedias del Fénix… (título completo: Veinticuatro parte perfecta de las comedias del Fénix de España Frey Lope de Vega Carpio. Sacadas de sus verdaderos originales), en 1641 en Zaragoza. No hay seguridad sobre la fecha en que fue escrita, se proponen diversas fechas en torno a 1620.
- Fuentes.
Debemos distinguir entre las fuentes históricas y las literarias.
Fuentes históricas.
El 6 de noviembre de 1521, Juan de Vivero, un notable caballero de Olmedo, regidor del ayuntamiento, caballero de Santiago, casado con doña Beatriz, fue asesinado de una lanzada por el también olmedano, Miguel Ruiz, que iba acompañado de otros 3 hombres. El asesinato se cometió cuando Juan regresaba por el camino real de Medina hacia Olmedo, iba montado en una jaca y acompañado de un criado.
Los móviles no fueron esclarecidos, dicen que Juan y su gente habían apaleado a Miguel y también que el suegro de Juan se había negado a prestarle unos galgos a Miguel.
Los asesinos se acogieron a la protección de un monasterio, el asesino consiguió escapar, pero se le condenó y su familia tuvo que indemnizar a la viuda. No se le volvió a ver en la península. La viuda consiguió que la justicia declarase a Miguel enemigo legal de forma que sus familiares podían matarlo, herirlo o lisiarlo.
Fuentes literarias:
Este hecho histórico dio lugar en una época cercana al suceso a un romance perdido, que ha dejado algunos restos.
Casi un siglo después de los hechos se creó un baile dramático, inspirado en el antiguo romance que también se ha perdido. Pero del mismo se produjeron varias versiones, algunas conservadas, incluso hay una que fue falsamente atribuida a Lope de Vega. Probablemente procede de este baile dramático la famosa seguidilla que aparece en El caballero de Olmedo, que con toda seguridad es anterior a este y aparece en otra obra de Lope y en la de otros autores. No sabemos si Lope conocía el romance originario, por lo que consideramos fuente primaria el baile del caballero que incluía la seguidilla.
«Que de noche lo mataron / al caballero,/ la gala de Medina,/ la flor de Olmedo.»
Lope parte, al hacer esta obra teatral, de la historia de un asesinato, lo que desarrolla en el acto 3º. Los 2 1ºs actos los inventa Lope. Inventa un móvil para un asesinato del que no se conocía la causa.
- Estructura externa.
La obra está dividida en 3 actos, con pocas acotaciones y sin escenas marcadas.
- Estructura interna.
Empieza la obra evocando un suceso de la tarde anterior. Alonso se ha enamorado de Inés. La obra termina evocando 2 sucesos futuros. Los asesinos serán ajusticiados y Alonso seguirá siendo famoso después de muerto.
Los 2 1ºs actos son más cómicos y alegres. El 3º es trágico. Sin embargo, en los 2 1ºs actos ya aparecen presagios del fatal desenlace. La recomendación que hace Lope en su Arte nuevo, en el sentido de guardar la intriga hasta el final aquí no puede cumplirse.
El público sabe lo que pasará, aunque no sabe por qué.
De cualquier forma, hay un primer acto en que se plantea una situación, un 2º en el que se llega al nudo de la historia y un 3º en el que se produce el desenlace.
- Espacio.
El lugar en el que se producen la mayor parte de las escenas es Medina. Alonso es de fuera y eso hace que esté desprotegido, no conoce a nadie, es un extraño, debe buscar los servicios de una alcahueta.
El acto 1º sucede todo en Medina. (En la calle, en la casa de don Pedro, en la posada de Alonso, en la reja de la casa de don Pedro.)
El acto 2º. Sucede entre varios lugares. El camino de Medina. Medina (calle, interior y exterior de la casa de don Pedro) corte de Valladolid y Olmedo (casa de don Alonso)
El acto 3º. Sucede en Medina (plaza mayor y lugares cercanos. Exterior de la casa de don Pedro. Palacete de Medina y también en el camino de Medina a Olmedo. Acaba en el palacete de Medina
- Tiempo interno y tiempo externo.
Tiempo externo. Lope sitúa temporalmente su obra en el reinado de Juan II (1405-1454). Hace anacronismos, por ej. habla de las Indias.
Tiempo interno. (Duración)
El primer acto dura 3 días. El tiempo del 2º acto no es tan claro, sabemos que en el intervalo entre el 1r. y el 2º acto Alonso cada 3 días visita a Inés. Los hechos del 2º acto suceden en las fechas inmediatamente anteriores a la fiesta de la Santa Cruz que se celebra el 3 de mayo. Los hechos del tercer acto suceden el 3 y el 4 de mayo. Hay una anticipación de lo que sucederá el día 5 en el que los asesinos serán degollados.
- Tema.
El tema principal es la dualidad entre el amor y la muerte. La primera palabra que abre la obra es “amor”, seguida de una descripción de sus propiedades que corresponde a las teorías filosóficas del ileformismo. Lope asume concepciones renacentistas del amor: ser fruto de una inclinación astral, que entra por los ojos a través de espíritus o átomos espirituales y llega al corazón esperando la respuesta armónica de la pareja (ahora diríamos que es química) (vv 1-20)
Alonso asume, como la mayor parte de los galanes de Lope, la concepción del enamorado propia del amor cortés, en la que destaca el galanteo y la vivencia de la ausencia o la separación de la dama como algo muy doloroso, equiparable a la muerte. Por eso la dualidad entre vida y muerte está presente desde el principio como parte de la misma relación amorosa. Pero, además, desde el principio va habiendo referencias, en el v155 Alonso dice que se vio sentenciado a muerte en la iglesia y, durante toda la obra, parece tener premoniciones sobre su trágico destino. En sus monólogos aparece el tema del amor siempre en unidad con la mención de la muerte. Alonso siente un miedo inexplicable en varios momentos, por ejemplo cuando explica su sueño a Teyo.
En el acto final la sombra y el labrador, que canta la copla en la que nace el drama, se muestran como elementos sobrenaturales y son ya marcadores clarísimos de la muerte que se avecina. En ese momento se encuentra en la mitad del camino desde Medina hacia Olmedo. Es una escena muy simbólica y de gran suspense: Medina representa el amor y la vida, Olmedo la muerte. Todavía tiene la oportunidad de volver con Inés a Medina. Pero decide seguir de camino y cumplir sus obligaciones filiales en Olmedo. Poco después es asesinado por Rodrigo.
Sin embargo, en la obra se mantiene el suspense y la simultaneidad simbólica del amor y de la muerte. En la escena siguiente aparece Inés con su padre, su hermana y luego más tarde con el rey. Aún no se ha enterado de la muerte de Alonso y está llena de felicidad porque su padre y el rey apoyan su matrimonio con el caballero que ya ha muerto. Aquí se crea una dualidad muy fuerte.
En algún momento de la obra Fabia compara a Alonso con héroes muertos tempranamente, Rodrigo mata a Alonso porque para él es la única solución, a pesar de no ser un ser inmoral, que sabe que Alonso lo ha salvado en los toros. Pero el instinto cainista puede más que cualquier otra consideración moral.
El poder nefasto de los celos es uno de los temas que subyace en la obra y marca su desenlace, Rodrigo es un hombre cegado por los celos y la envidia, que no es en esencia mezquino, pero que es incapaz de evitar su papel de asesino injusto ni eludir su trágico destino.
- Personajes
Don Alonso. Su personaje se corresponde con el del galán, es noble, rico y virtuoso. Respecto a sus virtudes cabe destacar:
Ama a Inés de una forma correcta y desea casarse con ella, posiblemente hubiera podido acostarse con su amada, pero no lo hizo. “Bien sabe aquella noche que pudiera ser mía”. (vv.1654-1655)
- Se preocupa por sus padres (el deseo de ir a verles para que no se preocupen por él será la causa indirecta de su muerte, camino de Olmedo)
- Es valiente y generoso. Demuestra su valor en la fiesta de los toros y también su generosidad al salvar a Rodrigo
- Goza del favor del rey, quien lo conoce y valora.
- Es un hombre apuesto.
Su principal error ha sido contratar los servicios de una alcahueta-bruja. Seguramente este es el motivo que Lope tenía en mente para considerar que con su muerte se cumplía la justicia poética.
Doña Inés. Su personaje se corresponde con el de la dama.
Es bella (su belleza física refleja los tópicos de la lírica petrarquista: tez de nieve, mejillas de coral y rosa, labios de púrpura, dientes de perlas…)
- Es noble e ingeniosa.
- Sabe que como mujer está sujeta a la autoridad del padre, aunque no duda en engañarlo, fingiendo que quiere ser monja y metiendo en su casa a Teyo y a Fabia con mentiras.
- La decisión final de entrar en un convento es muy significativa sobre el rol de la mujer en la época.
- Ella es el centro del conflicto. Se enamora de Alonso, posiblemente antes de que intervenga Fabia. Pero suscita también el amor de Rodrigo.
Fabia. Recuerda al prototipo de celestina; alcahueta, bruja, vendedora de cosméticos, refacedora de vírgenes perdidas… Como celestina es una defensora del carpe diem “la fruta fresca, hijas mías, es gran cosa, y no aguardar a que la venga a arrugar la brevedad de los días” (vv.315-318).. Practica conjuros y hechicería, “¡Qué buena invención! Fiero habitador del centro, fuego accidental que abrase el pecho de esta doncella” (vv.393-396).
El hecho de que Alonso le regale una cadena de oro, que Teyo quiere quitarle, es una referencia más a la celestina. Hay unos versos en que Teyo hace alguna referencia directa a los personajes de La Celestina.
Alonso acude a ella porque está en un lugar en el que es forastero, solo quiere que actúe como mensajera, no le pide que actúe como celestina respecto a Melibea. No queda claro si usa sus artes de brujería para que Inés se enamore de Alonso, más bien parece que Inés ya se había fijado en él. En la obra se habla varias veces de sus poderes. Fabia atribuye a ellos el enamoramiento y también Rodrigo, pero es lógico pensar que para Rodrigo era más duro creer eso. Al final de la obra cuando Alonso se cruza con el misterioso labrador que canta la seguidilla, este dirá que Fabia fue quien se la enseñó, de lo que parece deducirse que Fabia conocía el triste final de Alonso antes de que lo asesinaran.
Teyo. Su personaje se corresponde con el del gracioso.
Es el fiel criado de Alonso. Su fidelidad es total. Cuando encuentra a Alonso moribundo desea la muerte “¡Traidores, villanos, perros, volved, volved a matarme, pues habéis, infames, muerto el más noble, el más valiente, el más galán caballero que ciñó espada en Castilla!” (vv.2491-2499).
Es el confidente de Alonso. Su relación es casi de amistad. Le consuela, le anima y a veces ironiza sobre su amor.
Funciona como contrapunto de este. Añadiendo elementos divertidos al texto.
También es valiente, aunque cae en el autobombo en la escena de los toros.
Se muestra materialista en el asunto de la cadena, pero no se parece en nada a los criados de Calixto, capaces de matar salvajemente a una anciana.
Cuando Alonso muere será el encargado de pedir justicia al rey y también proclamará la imperecedera fama de su señor.
Don Pedro. Su personaje corresponde al del viejo. Es un padre amoroso, que sabe que debe salvaguardar el honor de su familia, pero se deja engañar fácilmente y en el fondo desea la felicidad de su hija y acaba plegándose a los deseos de esta, tanto cuando decide ser monja, como cuando se entera de que desea casarse con Alonso. Es curioso que en la época no afectara a su valor moral el hecho de que hubiera acudido en más de una ocasión a Fabia, cuando era joven, para que le buscara amantes.
Don Rodrigo. Está enamorado de Inés y por error piensa que es correspondido, por ello acude a don Pedro y solicita la mano de su hija. En cuanto descubre que Inés está enamorada de Alonso se siente dominado por los celos. No es un personaje totalmente negativo, reconoce el valor de Alonso, sabe que le debe la vida, pero los celos le ofuscan y por eso no ve otra salida que matar a su rival, haciéndolo de una forma deshonrosa: de noche, acompañado de otros hombres y sin darle ninguna oportunidad de defenderse.
La muerte que le impone el rey es el justo castigo a su actuación, según el código de Lope y de la época.
En él se centra uno de los subtemas de la obra, el poder de los celos, que es uno de los elementos recurrentes del teatro barroco que Lope tocó en muchas de sus obras y que llevó hasta sus extremos otro autor barroco: Calderón de la Barca.
Don Fernando. Es el amigo de don Rodrigo y pretendiente de Leonor, acompaña a su Rodrigo durante toda la obra, es su confidente y aunque intenta que su amigo actúe de una forma racional no duda en participar en el asesinato de Alonso. Al igual que su amigo es condenado a muerte por el rey.
Leonor. Es la hermana de Inés, su confidente y también encubridora de su relación con Alonso. Es un personaje sobre el que Lope profundiza poco. No se nos detalla su amor hacia Fernando, ni su pena cuando este es condenado a muerte.
El rey. Su personaje corresponde al del poderoso. Es el encargado de hacer justicia. En las obras de Lope de Vega se respeta totalmente la estructura social establecida, hay una voluntad clara de presentar ante el público, formado en buena parte de gente del pueblo, a una clase social poderosa, justa y llena de valores y como máximo representante de ese poder al rey.
El rey Juan II interviene en la última parte de la obra como representante de la justicia. Castiga a los culpables y restablece el orden moral de la época. Lope de Vega siempre favorecía la monarquía y muchas veces sus obras contienen propaganda de ella. Su ideología fue que […] la monarquía -de inspiración divina- es la forma superior del estado, y el rey es una especie de representante de dios en la tierra.
En El caballero de Olmedo, el rey favorece a los buenos (quiere honrar a Alonso con una encomienda real) y castiga a los malos. Su comportamiento es ejemplar y al final es el que soluciona el conflicto que había entre Alonso y Rodrigo.
El condestable. Sirve de contrapunto a la figura del rey y nos permite saber lo que este piensa de don Alonso y de otros asuntos que se plantean.
Ana. La criada de la casa de don Alonso tiene un papel insignificante en la obra.
La sombra y el labrador. Estos personajes encarnan la corporeización de los elementos lúgubres que se ciernen sobre el protagonista. Dan un ambiente misterioso, incluso terrorífico a la obra. En otras ocasiones habían aparecido sombras en las obras de Lope siempre con la misma finalidad. Debemos tener en cuenta que en esta época la gente admitía los elementos prodigiosos en su visión de la realidad.
9) Lengua y estilo.
En El caballero de Olmedo, Lope de Vega utiliza un lenguaje típico barroco, aunque menos complicado que el de algunos de sus contemporáneos.
Evita las exageraciones del conceptismo y del culteranismo, y toma de ellos aquellas expresiones o recursos literarios, claros y fáciles, con los que embellecer la realidad; de ahí que se muestre como una síntesis moderada de esas dos corrientes. Ello no es óbice para que, a veces, pueda ser cultista, como, por ejemplo, en los 30 1ºs versos; o retórico, como en el parlamento de don Alonso en el que describe la belleza de la amada (vv.75-130). Estos fragmentos no podían ser comprendidos por una parte importante de su público.
Lope construye su diálogo teatral empleando el verso corto que le permite mayor agilidad. En la obra aparecen un gran número de estrofas distintas que Lope adecua a los distintos diálogos o a los monólogos.
Otro hecho importante es que el autor busca un lenguaje adecuado para cada uno de los personajes y las situaciones. Como reclama en su Arte nuevo de hacer comedias, el vocabulario sirve también para imitar a los que hablan. Así vemos que la manera en que habla cada uno de ellos está relacionado con el personaje-tipo que representa: al rey -el poderoso- le corresponde un discurso elevado, retórico. A don Pedro -el viejo- le corresponde un lenguaje sentencioso. A los amantes un lenguaje amoroso, lleno de metáforas y elementos líricos. A Teyo –el gracioso- y a Fabia les corresponde, en la mayor parte de la obra, un lenguaje jocoso, agudo, lleno de elementos cómicos, incluso imágenes escatológicas, sin embargo, hay momentos en que su parlamento, especialmente el de Teyo adquiere una gran seriedad.
- Elementos retóricos.
Encontramos a lo largo de la obra enumeraciones, paralelismos, antítesis, quiasmos, paradojas, hipérboles, derivaciones, metáforas. Juega también Lope con el recurso del doble sentido cuando un personaje cree que le están diciendo una cosa y en cambio el público sabe que se está refiriendo a otra. Un ejemplo claro es cuando don Pedro y Fabia hablan del compromiso de Inés con Dios, mientras el público o el lector saben que se está refiriendo a su compromiso con Alonso. Otro elemento que aparece en la obra son las alusiones mitológicas.
De las figuras retóricas aparece con frecuencia la metáfora, por ejemplo, en el monólogo de Alonso a partir del verso 74 para describir la belleza de Inés. Otras figuras como la antítesis, el contraste o el paralelismo aparecen ocasionalmente.
11) Elementos supratextuales.
Son los elementos que apoyan a la palabra en una representación teatral. Los decorados, los disfraces, los objetos que tienen los personajes.
No tenemos documentos de cómo se representaba la obra en el escenario durante la época de Lope, ni del montaje escénico que lo acompañaba, en la primera parte del barroco las representaciones solían ser sobrias y poco a poco se fueron añadiendo elementos escénicos (decorados, luces e incluso efectos escénicos)
El texto de El caballero de Olmedo trae pocas acotaciones o indicaciones para su representación, como era habitual en el siglo de oro.
La pobreza del decorado se completaba con las palabras de los personajes; estas incluían tanto menciones expresas a aspectos del decorado como descripciones de aquellos elementos y circunstancias que no aparecían ante los espectadores (si estaban ante una casa, en la calle, etc).
El vestido sirve también para localizar el momento de la acción, ya que el vestido para salir de noche era distinto del de salir de día. Hemos de tener en cuenta que las comedias se representaban en los corrales a plena luz del día. Don Alonso explica que va a mudar vestido para salir galán y bizarro a las fiestas; Fabia (que va de tocas y monjil) se disfraza de beata “con rosario y báculo y antojos”, y Teyo de “gorrón” (media sotana, guantes, cuello…v.1675); don Rodrigo lleva una capa que pierde en la riña.
Hay elementos que tienen valor en la obra como el listón que deja Inés en la reja y será causa del equívoco. La capa que Teyo usa imprudentemente y permite que Rodrigo sepa quién corteja a Inés, las cartas que intercambian los enamorados. También es posible que en algún momento aparecieran caballos en el escenario, ya que ello no era infrecuente
En el tercer acto hay muchos elementos supratextuales como la música y el griterío asociados a la fiesta taurina. También tiene mucho valor la sombra que ve Alonso antes de partir a Olmedo.
Los ruidos y la música tenían gran importancia en las representaciones: en El caballero no faltan los ruidos significativos: la fiesta de toros se expresa a través de los ruidos de caballos con petrales (cascabeles) y gritos de los espectadores (dentro, en el vestuario, tras el paño); el disparo que acaba con don Alonso ha de resonar en el tablado.
La música indicaba cambios de lugar o anunciaba entradas y salidas de personajes.
Todos estos elementos enriquecían el efecto que la obra producía en el público.
12) Elementos relacionados con la obra.
La justicia poética.
En las obras de Lope lo habitual es que se haga justicia poética. Es decir, que se castigue o premie a los personajes según haya sido su comportamiento. La boda o la consecución de algo deseado son galardones y la relación frustrada o la muerte castigos.
Don Rodrigo es castigado cumpliéndose la justicia poética, pero también Alonso e Inés son castigados. Si analizamos el argumento vemos que ellos desean casarse y no se dejan llevar por la pasión como Calixto y Melibea en La Celestina, no parece que sea justo lo que les ocurre.
Hay críticos, sin embargo, que justifican la muerte de Alonso como cumplimiento de la justicia poética. Don Alonso se ha equivocado al buscar la ayuda de Fabia, ha inducido a Inés a engañar a su padre y a mentir en un tema tan serio como el de la vocación religiosa. Todas estas razones y muy especialmente el hecho de pedir los servicios de una alcahueta con poderes de bruja son para muchos analistas las razones del funesto desenlace.
Otros críticos, sin embargo, piensan que el final de Alonso corresponde a la fatalidad del destino. Hay un brutal enfrentamiento entre el bien y el mal. El bien está representado por el amor, la generosidad y la valentía y el mal por la brujería, el engaño y sobre todo los celos. Al final el bien triunfará ya que los culpables son castigados, Inés entra en un convento y Alonso adquiere la fama póstuma.
Coincidencias con La Celestina.
Una vez, Teyo expresa la referencia directamente en los versos 1003 y 04, comparando los dos amantes con Calixto y Melibea. Pero, salvo en el caso de Fabia, las coincidencias de los personajes de las dos obras son solo parciales:
Teyo no es evidentemente como Sempronio, de quien lo separa la lealtad y el afecto por el amo; Alonso es un caballero como Calixto, pero lo aleja de él su carácter ejemplar -aparte de que Lope de Vega lo trata con una simpatía que Rojas no sentía por su criatura-; Inés tampoco es Melibea.
La mayor diferencia está en que entre Inés y Alonso se trata de un amor que se orienta al matrimonio, mientras que la relación entre Calixto y Melibea es caracterizada por una pasión carnal e inmoral.
Nos queda la pregunta, ¿por qué establece Lope de Vega dicha semejanza? Claramente quiere entretener al espectador culto de la época haciendo un homenaje a la antigua obra maestra. A lo mejor también lo hace para justificar el caso de justicia poética y la muerte del protagonista al final de la obra. Alonso, aunque es caballero y hombre de honor, ha fallado utilizando métodos inmorales para conseguir sus fines.
Otros elementos: la autoridad paterna. El rol de la mujer. El poder infinito del rey.
Otros elementos que subyacen en la obra son la autoridad paterna, representada por don Pedro, el papel de la mujer, el recurso del sacerdocio ante la dificultad de afrontar la vida, la resolución violenta de los conflictos y muy especialmente la personalidad casi divina del monarca que se convierte en el factor de la justicia. Si valoráramos la historia contada según la concepción de la vida de nuestra época seguramente nos parecería terrible que un rey condenara a muerte a dos hombres porque se ha observado su turbación manifiesta vv 1726-1727, o que entrar en un convento sea la solución para una mujer a la que se le ha muerto el amado. Lo que es evidente es que leer El caballero de Olmedo es una buena manera de descubrir los valores que imperaban en la sociedad española del siglo XVII.