El Boom de la Novela Hispanoamericana
La consideración internacional de esta novelística se ciñe a la década de los años 70, cuando alcanzó la primacía en las letras hispánicas y un interés excepcional y universal gracias al llamado «boom» de la novela hispanoamericana.
Orígenes y Contexto del Boom
Las claves que explican esta nueva novela deben buscarse en las décadas de los años 40 y 50. Se trata de una novela con fuerte experimentación lingüística, influida por los «ismos» precedentes, sobre todo por el surrealismo. Son novelas enriquecidas por la influencia de los grandes narradores europeos como Proust o Joyce, por los avances científicos e ideológicos como el psicoanálisis o el existencialismo.
La novela hispanoamericana saltó a otra dimensión desde que en la década de los 50 irrumpiera la tendencia del «realismo mágico», una de las que tuvo mayor influencia en la aparición posterior del «boom». Ese realismo fue y ha sido algo genuinamente latinoamericano, y logró catapultar al mundo una narrativa de primer orden, con autores como Gabriel García Márquez o Vargas Llosa.
En los años 70 el fenómeno «boom» encontró en España y en Europa un panorama huérfano de calidad narrativa y que fue motivado por factores no solo literarios sino que también ideológicos y sociales.
Factores que Provocaron el «Boom»
- Identificación ideológica de la mayoría de los autores con la Revolución Cubana.
- Preocupación por los problemas culturales; los premios, los concursos y los congresos mantuvieron viva la conexión entre los escritores del «boom».
- Gran apoyo del sector editorial español. Editoriales como Seix Barral.
- Creación de diversos premios literarios que dieron a conocer a muchos autores.
- Difusión de muchas traducciones de estas novelas.
Rasgos Particulares de la Narrativa desde el «Boom»
- La desintegración de las formas tradicionales de la novela, debido al tratamiento de nuevas técnicas narrativas que convierten al lector en «lector cómplice».
- Simultaneidad del lenguaje: los autores utilizan un lenguaje variadísimo para reflejar las distintas clases sociales de los personajes, la diversidad de lugares y regiones.
- El argumento de la novela es a veces «borrado» por el lenguaje tanto de los personajes como del propio narrador, puesto que ambos se convierten ahora en «hablantes» simultáneos.
- La novela como ficción total. La imaginación creadora y el realismo mágico con la invención de lugares, nombres y personajes. Un gran ejemplo es «Cien años de Soledad»; con Gabriel García Márquez la novela se convierte en un territorio imaginativo que totaliza la realidad en todos sus planos.
Contexto Político y Social
Los años 1960 y 1970 fueron décadas de inestabilidad política en toda América Latina. Los acontecimientos políticos más importantes del periodo fueron la Revolución Cubana en 1959, el golpe de Estado de Chile, la caída del General Perón de Argentina, la brutal represión en Argentina y Uruguay, o la violencia sin fin de Colombia.
De ahí que en muchos casos, las producciones novelísticas giran en torno a dos grandes rasgos que estaban presentes:
1. Magia
El realismo mágico se convierte en un instrumento con el que intentar explicar la historia del continente sudamericano, de ahí que lo irreal se narre de manera casi mundana y lo más habitual se disfrace con tintes legendarios. Uno de los mejores cultivadores de esa tendencia fue García Márquez con «Cien años de Soledad» y «El amor en los tiempos del cólera».
2. Historia
Del mismo modo que se acude a la magia para explicar los orígenes, también se usa la ficción para señalar las lacras más importantes de la época, por eso afloran las llamadas «novelas de dictador», en las que critican las dictaduras y las tiranías que aún predominan en muchos países. Títulos como «El otoño del patriarca» de Gabriel García Márquez.
Influencias y Legado
Las influencias literarias recibidas por estos autores, es preciso recordar a Rubén Darío y José Martí en cuanto a autores latinoamericanos, y también a James Joyce, Marcel Proust, Jean Paul Sartre desde el panorama europeo. A finales de los años 60 empezaría a afianzar sus principales valores: el lenguaje callejero, personajes muy complejos, saltos cronológicos, experimentaciones formales, y todo ello mezclando una potentísima imaginación con una afilada actitud crítica hacia la sociedad en la que viven, y hasta con los orígenes de la misma. «Rayuela», (Julio Cortázar), «La ciudad y los perros» (Mario Vargas Llosa), «El túnel» (Ernesto Sábato).
El boom tuvo un impacto inmediato. Nombres como José Donoso, Manuel Puig, Roberto Bolaño, Ángeles Mastretta, Antonio Skármeta, etc.
Gabriel García Márquez
Es el creador del mítico Macondo, un lugar que existe solo en la frontera que separa la realidad de la fantasía, reutilizando en algunas otras novelas además de «Cien años de Soledad», pero también un lugar simbólico que habla de toda Colombia.
Producción Novelística:
- «La hojarasca»
- «El coronel no tiene quien le escriba»
Obra Breve, Teatro y Relatos:
- «Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo»
- «La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y su abuela desalmada»
Obra Periodística:
- «Vivir para contarla»
Gabriel García Márquez nació en Aracataca en 1927. «El amor en los tiempos del cólera» se inspira en el dificultoso noviazgo al que tuvieron que hacer frente sus padres. Los abuelos, el coronel Nicolás Márquez, de las guerras civiles. Doña Tranquilina casi ciega. Como puede verse, ambos dejaron en el autor las respectivas improntas de la realidad histórica y la magia. En 1947 se trasladó a Bogotá a estudiar derecho. Se trasladó a la Universidad de Cartagena, donde siguió siendo un alumno irregular. Nunca se graduó, pero inició una de sus principales actividades periodísticas: la de columnista en el recién fundado periódico El Universal. Gabriel García Márquez se vinculó al grupo de Barranquilla.
«La casa», «La hojarasca», y el pueblo ya no fue Aracataca, sino Macondo, en honor a los corpulentos árboles. En 1954 García Márquez se integró en la redacción de El Espectador, donde inicialmente se convirtió en el primer columnista de cine del periodismo colombiano, y luego la revista Mito, que tenía influencia en la vida cultural colombiana.
En 1955 ganó el primer premio en el concurso de la Asociación de Escritores y Artistas. Escribió dos novelas, «El coronel no tiene quien le escriba» y «La mala hora», vivía esperando el giro mensual que El Espectador debía enviar pero que demoraba. Esta situación se refleja en «El coronel».