Julio Cortázar (Argentina, 1914-1984)
Si bien sus textos también se caracterizan por incorporar el elemento fantástico o maravilloso, la influencia de la cultura francesa y de la europea en general El realismo de Cortázar se caracteriza por una peculiar manera de contar de forma objetiva lo anómalo y fantástico, con lo que consigue que lo insólito e imaginario resulten creíbles y verosímiles. El absurdo, la incongruencia, la irracionalidad también forman parte de lo cotidiano.
Juan Rulfo (México, 1918-1986)
La intensidad de su narrativa, la depuración estilística y la capacidad de penetración en lo humano hacen que se le haya considerado la gran figura de la literatura hispanoamericana del siglo XX. Su obra se reduce a un libro de relatos, El llano en llamas, una novela corta, Pedro Páramo, y algunos guiones cinematográficos recogidos en El gallo de oro y otros textos para el cine. Los dieciséis cuentos de El llano en llamas presentan un mundo cerrado, hostil, en el que habitan unos personajes solitarios, ensimismados, agobiados por sentimientos de culpa y rodeados siempre por el mismo paisaje: desértico. Con Rulfo el realismo mágico da un notable giro: lo real no es menos mágico y maravilloso, lo fantástico e imaginario apenas puede distinguirse de lo cotidiano. La América ancestral y mítica (en este caso el México heredero de la mitología azteca y su culto a la muerte) no es paradisíaca sino infernal.
El Boom de la Novela Hispanoamericana
Durante los años sesenta se produce la difusión internacional de la narrativa hispanoamericana. Se habló por ellos de boom de la novela hispanoamericana y de nueva novela hispanoamericana. En realidad, esta renovación se había producido ya en décadas anteriores. Así pues, desde finales de los sesenta la novela hispanoamericana se convirtió en referencia inexcusable en la narrativa mundial y ejerció un gran influjo en la narrativa española.
De modo general, se puede decir que los nuevos novelistas asimilaron las innovaciones técnicas que se habían producido en la novela universal a lo largo del siglo XX, que son deudores de la tradición narrativa hispanoamericana anterior y, asimismo, reciben la influencia de lo más relevante de la narrativa española clásica: Cervantes, los libros de caballerías y los autores barrocos.
Gabriel García Márquez (Colombia, 1928)
Ha compaginado desde su juventud la actividad periodística con la escritura de cuentos y novelas. Su primera novela corta La hojarasca se desarrolla ya en Macondo, lugar imaginario en el que se dan la mano lo mítico y lo histórico. En Macondo también se ambientarán otras muchas novelas y relatos: El coronel no tiene quien le escriba, La mala hora, Los funerales de la Mamá Grande y Cien años de soledad.
Esta novela gira en torno a dos temas: el tiempo y la soledad. El tiempo aparece en la obra de dos modos distintos: por un lado, el tiempo cíclico, concebido de forma circular, donde los hechos parecen repetirse sin fin al modo en que lo hacen los fenómenos naturales; por otro lado, un tiempo histórico, cronológicamente lineal, a través del cual se pasa del prehistórico y arcádico Macondo, al Macondo tribal, feudal, al de la colonización española, al de la independencia y el creciente poder militar, al de la prosperidad de la belle époque, al del desarrollo industrial con la llegada del ferrocarril y la invasión de la multinacionales estadounidenses, que acaban en el desastre de la destrucción de Macondo. Por otra parte, la soledad es una característica permanente de los principales personajes de la novela.
Posteriormente a Cien años de soledad ha publicado novelas tan importantes como El otoño del patriarca, novela de dictadores, Crónica de una muerte anunciada, El amor en los tiempos del cólera. En la obra de García Márquez se funden lo mágico y lo real con absoluta naturalidad. Recibió el Premio Nobel de Literatura.
Mario Vargas Llosa (Perú, 1936)
Conoce el éxito literario desde muy joven con su primer libro de relatos, Los jefes, y su primera novela, La ciudad y los perros, novela que inaugura el famoso boom de los sesenta. A diferencia de otros autores hispanoamericanos, Vargas Llosa no incorpora al texto elementos fantásticos o maravillosos, sino que se mantiene en el plano de la realidad común.
La capacidad de fabulación, el virtuosismo narrativo, la abundancia de elementos autobiográficos y el realismo mordaz y crítico caracterizan sus principales novelas: La casa verde, Los cachorros, Conversaciones en la Catedral, Pantaleón y las visitadoras, La tía Julia y el escribidor, La fiesta del Chivo… Ha recibido el Premio Nobel de Literatura el año 2011.