La narrativa hispanoamericana de la segunda mitad del siglo XX
El boom de la narrativa: Borges, Cortázar, García Márquez, Vargas Llosa
En el siglo XX, la poesía y narrativa hispanoamericanas alcanzaron una importancia y un prestigio sin precedentes, influyendo de manera decisiva en la literatura española y europea. El desarrollo de la nueva narrativa se produce principalmente a partir de los años 40.
Realismo tradicional (Hasta 1940)
Se mantiene la tendencia de la novela realista del siglo XIX de carácter costumbrista y rural. Los personajes son esquemáticos y aparecen protagonistas autóctonos: gaucho, indio, mestizo. El narrador es omnisciente y alternan entre registro culto y popular.
Hay dos tipos de novelas:
- La regionalista con elementos románticos como Doña Bárbara de Rómulo Gallegos.
- La indigenista de carácter reivindicativo como Alcides Arguedas con Raza de Bronce.
Realismo renovador o «realismo mágico» (Años 40 y 50)
A partir de los años 40 se producen cambios a la hora de contar. Esto se debe a la llegada de intelectuales españoles exiliados y la emigración europea a partir de la Segunda Guerra Mundial, que dan a conocer las ideas de las vanguardias, la fundación de Escuelas de escritores y Liceos en varios países y la mezcla de tradiciones locales indígenas y las culturas autóctonas con la literatura y el arte de vanguardia.
Hay dos escritores claves en el desarrollo de esta narrativa: Miguel Ángel Asturias y Jorge Luis Borges. Estos autores utilizan los temas anteriores pero con procedimientos distintos. También surgen temas nuevos como el mundo urbano, existencialismo, irrupción de lo imaginativo y lo fantástico.
Esto último da lugar al «realismo mágico»: una representación compleja del mundo que admite al mismo nivel lo racional, lo onírico y lo fantástico. Es la manera de tratar la realidad sudamericana, diferente a la europea (pues pervive lo mágico y la fuerza telúrica de la naturaleza)
Las técnicas narrativas empleadas son el cuidado en el estilo, innovaciones formales e introducción de lo irracional y onírico procedente del surrealismo. Además, incluyen el perspectivismo, la mezcla de historias y el monólogo interior. Los personajes pertenecen a distintas clases sociales: terratenientes, militares, criados, campesinos…
Jorge Luis Borges (1899-1986)
Renueva el cuento como género literario en español en libros como Historia universal de la infamia. Sus obras Ficciones (1944), El Aleph (1949) y El libro de arena (1975) se caracterizan por su refinada intelectualidad y carga cultural, un estilo distanciado, pero emotivo; que destaca por su concisión e ironía. Indaga en temas como la unidad y pluralidad del hombre, el eterno retorno, el tiempo, la eternidad, el enfrentamiento entre el interior y la realidad exterior. Presenta motivos como el misterio de la identidad, el mundo como laberinto indescifrable o la concepción del tiempo circular.
El boom de la novela hispanoamericana. El experimentalismo
En los años 60 confluye una generación de escritores en diversos países hispanoamericanos que crean una novela nueva de gran éxito. Se une el «realismo mágico» anterior con técnicas vanguardistas creando así una «novela total». La publicación de La ciudad y los perros de Vargas Llosa en 1962 y de Cien años de soledad de García Márquez en 1967 suponen el principio de este movimiento.
Características generales de esta novela:
- Ampliación temática: Los temas y los personajes coinciden con los del «realismo mágico», aunque indagan con más precisión en la condición humana. El espacio sigue siendo predominantemente rural. Tratan sobre la crisis existencial del individuo, la figura del dictador (El otoño del patriarca de García Márquez) o la historia de Hispanoamérica (por ejemplo El siglo de las luces de Alejo Carpentier).
- Consolidación de la integración de lo fantástico y lo real.
- Preferencia por una narrativa sumamente intelectual
- Resurgimiento de la narrativa breve
- Profunda experimentación en el uso de las técnicas narrativas: Innumerables cambios de espacio y saltos temporales, multiplicidad de narradores y metarrelato experimentación en la estructura clásica: ,etc.
Julio Cortázar (Argentina, 1914-1984)
Es autor de una extensa obra, influida por la cultura francesa y las vanguardias. Junto con Borges fue el gran renovador de los cuentos entre los que podemos destacar los libros Todos los fuegos el fuego y El libro de Manuel. Su novela más celebre es Rayuela (1963). Se estructura en secuencias sueltas y permite distintas lecturas e interpretaciones. Trata sobre el caos, el azar de la vida, la relación del artista con lo creado. Se ha considerado una «antinovela» porque rompe con la estructura clásica al no describir personajes, mostrar muchas perspectivas y mostrar desorden espaciotemporal. Sus obras se caracterizan por su experimentalismo radical y al análisis del hombre contemporáneo con sus preocupaciones existenciales y sociopolíticas.
Gabriel García Márquez (Colombia, 1927-2014)
Recibió el Premio Nobel de Literatura en 1982. Su obra más representativa es Cien años de soledad (1967), donde recrea un gran mundo imaginativo, en los que se entrecruzan espectros familiares y sombras de imprecisa realidad con los hechos cotidianos. Trata sobre el destino de siete generaciones de una familia de Macondo (lugar mítico) y la explicación de sus vidas y se asoma a la tragedia de la vida humana con ironía o sarcasmo desde el humor grotesco. Otros títulos destacados son La hojarasca, El coronel no tiene quien lo escriba, El amor en tiempos de cólera y Crónica de una muerte anunciada, formada por distintas secuencias narrativas que explican a través de distintos puntos de vista y con saltos temporales el asesinato de Santiago Nasar. El periodismo y la literatura se entrecruzan en sus obras Noticia de un secuestro y Relato de un náufrago.
Mario Vargas Llosa (Perú, 1936)
Obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 2010. Su obra La ciudad y los perros inicia el boom de la narrativa hispanoamericana. En ella hay una crítica a la sociedad peruana a través de la violencia y el machismo en un colegio militar. Alterna novelas clásicas con otras más experimentales. En La casa verde se entrecruzan cinco historias en espacios y tiempos diferentes. Su obra más ambiciosa es Conversación en la catedral, donde presenta un retrato de la sociedad peruana bajo la dictadura a través de distintas historias con cambios de puntos de vista y constantes saltos temporales. Otros títulos importantes son: La tía Julia y el escribidor, La fiesta del chivo, El sueño del celta, El héroe discreto o Cinco esquinas.
Después del boom
Después del boom la narrativa hispanoamericana se caracteriza por una diversidad de tendencias. Decrece el experimentalismo y se decantan por temas más sociales y políticos o íntimos y personales. Podemos destacar a autores como Manuel Puig con Boquitas pintadas, Alfredo Bryce Echenique con la sátira afilada a la burguesía peruana en Un mundo para Julius o Mario Benedetti con La tregua. La estela del realismo mágico influyó en autores como Isabel Allende y su obra La casa de los espíritus o Luis Sepúlveda con El viejo que leía novelas de amor. En los años 90 conviven tendencias variadas como César Aira o Roberto Bolaño, que causó gran impacto con Los detectives salvajes y 2666, en las que trata sobre la violencia en México.