El Barroco Español: Literatura y Contexto Histórico

Siglo XVII: El Barroco

Periodo de decadencia que se desarrolla en los reinados de los últimos Austrias: Felipe III, Felipe IV y Carlos III. Supuso la decadencia del Imperio Español. Los monarcas delegan poder en validos incompetentes, lo que, sumado a la corrupción de la administración, la burocratización del sistema, la incapacidad de los políticos y el desgaste de la Guerra de los Treinta Años, condujeron al país a la descomposición.

Entre sus rasgos destacamos:

  • En economía, destacamos las malas cosechas, la expulsión de los moriscos y de los judíos, y la crisis demográfica (emigración a América). Todo ello llevó al país a la bancarrota.
  • En lo social, destacamos el conflicto surgido entre la burguesía, que aspiraba al poder, y la nobleza, aliada de la Iglesia, que luchaba por mantener su estatus. La burguesía sale derrotada, lo que implica la imposibilidad de movilidad social y supone un mayor distanciamiento entre clases sociales. La crisis económica originó mucha pobreza y mendicidad.
  • El pensamiento se alejó de la modernidad racional que imperaba en la Europa de la época y se aproximó a una explicación divina del mundo. La Inquisición impedirá cualquier ideología que se apoye en la razón.

La Lírica Barroca

Momento del proceso de renovación temática y complejidad formal que se desarrolla en la lírica del Siglo de Oro. Este movimiento lleva al límite las posibilidades expresivas de la lengua para reflejar una realidad compleja y contradictoria.

Distinguimos tres tendencias en el Barroco:

Conceptismo

El equilibrio clásico entre expresión y contenido se rompe a favor del contenido. El término abarca multitud de recursos estilísticos, serían conceptos la comparación, la alegoría, la metáfora, etc. Aunque ninguno de estos recursos es exclusivamente barroco, en este periodo se convierten en rasgo de estilo por su empleo sistemático y por su abundante uso.

El concepto abarca no solo el plano del contenido, sino la relación entre significantes. Así, encontramos figuras como la paronomasia, el calambur, etc.

Dentro de esta tendencia, señalamos a Quevedo y Baltasar Gracián.

Culteranismo

Propio de Góngora y sus seguidores. Tradicionalmente, se ha entendido como opuesto al conceptismo, pero no es más que la evolución de este, a cuyo lenguaje se le suma un extremado latinismo sintáctico, léxico y semántico, y se añaden metáforas arriesgadas (a veces dobles). Así, el equilibrio expresión-contenido se inclina a favor de la forma. Los conceptistas escriben para la inteligencia, los culteranos lo hacen para los sentidos.

Equilibrio entre Expresión y Contenido

Propia del Renacimiento. El barroquismo de estos autores se muestra en su tendencia al pesimismo, su visión desengañada de la realidad o en su vitalismo extremo. Se podrá apreciar esta tendencia en Lope de Vega.

La Lírica de Lope de Vega

Su obra lírica ha quedado ensombrecida por su obra dramática, mucho más importante. Es uno de los mejores autores líricos del siglo XVII. Escribió letrillas y romances populares, además de sonetos burlescos o moralizantes, amorosos o religiosos. Destacamos Rimas, Rimas Sacras, Rimas humanas y divinas del licenciado Tomé de Burguillos.

El estilo de Lope de Vega se mantiene alejado del conceptismo y del culteranismo. Tiende a la revitalización de la lírica tradicional y al clasicismo. A él se le debe la dignificación del octosílabo en la poesía culta.

La Lírica Conceptista: Quevedo

Es un poeta burlón, crítico y despiadado, pero también le preocupaban los problemas de su tiempo. Con una personalidad de contraste, es capaz de la burla más atroz y del sentimiento más elevado, de la crítica más dura y de la reflexión más profunda. Su poesía es una de las más densas y sorprendentes de este siglo. Se publicó póstuma en 1648 bajo el título de Parnaso español. Recoge temas políticos, filosóficos, amorosos y burlescos, en los que muestra una desconfianza en el hombre y un escepticismo casi generalizado. También le preocupó el tema del envejecimiento y de la muerte.

El Culteranismo: Góngora

Su obra es exclusivamente lírica y la clasificamos en:

  • Poemas menores: letrillas, romances y sonetos.
  • Poemas mayores: Fábula de Píramo y Tisbe, Panegírico al duque de Lerma, Soledades (era la de mayor extensión, pero quedó sin concluir, compuesta en silvas), Fábula de Polifemo y Galatea (sesenta y tres octavas reales en las que se cuenta la historia del cíclope Polifemo, que se enamora de la joven ninfa Galatea, quien ama al pastor Acis).

Destacamos sus sonetos sobre temas variados (amorosos, satíricos, filosóficos, etc.) en los que desarrolla el tema del Carpe diem y el tema de la decrepitud, vejez y paso del tiempo.

Su estilo se divide en dos épocas: la primera, manierista (hasta 1610), con poemas más ligeros, y la segunda, más artificiosa, plagada de dificultades, representa el punto más alto del culteranismo. El carácter innovador de la poesía de Góngora ha sido modelo en distintos momentos históricos. Corrientes como la poesía pura surgida en Francia a principios del siglo XX o la Generación del 27 lo han considerado precursor en la indagación lingüística hacia la perfección formal.

VARIABLES

INVARIABLES

SUSTANTIVOS, ADJETIVO, VERBO, PRONOMBRE, DETERMINANTE

ADVERBIO, PREPOSICIÓN, CONJUNCIÓN, INTERJECCIÓN

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