El Arte y la Filosofía en la España del Siglo XX
Influencia Filosófica en el Arte
El arte no se desarrolla al margen de las corrientes filosóficas. La crisis de la filosofía racionalista y positivista da importancia a la intuición, la voluntad y el impulso vital, triunfando así el vitalismo con autores como Schopenhauer y Nietzsche. El movimiento surrealista considera el psicoanálisis de Sigmund Freud y el marxismo (materialismo histórico y dialéctico). El marxismo, como filosofía práctica, busca comprometer a filósofos e intelectuales en la transformación del mundo, abordando injusticias, desequilibrios y desigualdades.
Contexto Español a Principios de Siglo
En España, perdura el sistema político instaurado por Cánovas: la monarquía liberal de Alfonso XIII. Entre los problemas destacan la pérdida de las últimas colonias (Cuba y Filipinas), el atraso industrial, el analfabetismo y el descontento social.
El Modernismo
Génesis y Características
A finales del siglo XIX, la poesía española inicia una renovación estética: el modernismo. La Primera Guerra Mundial (1914) marca el final de este periodo literario. El modernismo se basa en dos corrientes poéticas francesas de finales del siglo XIX: el parnasianismo y el simbolismo. El parnasianismo busca la perfección formal, mientras que el simbolismo se centra en la creación de símbolos.
Los rasgos principales del modernismo son:
- Desazón romántica: Rechazo y rebeldía ante el mundo y la sociedad, similar al romanticismo. Temas recurrentes: el otoño, el crepúsculo, la noche, el jardín cerrado.
- Aristocraticismo estético: Desprecio hacia la sociedad burguesa, considerándose los artistas como una clase superior. Temas: exotismo romántico, gusto por lo medieval, lo oriental, lo clásico y lo renacentista. Incorporación de temas y mitos americanos e indígenas.
- Amor/erotismo: Concepción romántica del amor, con idealismo y melancolía, pero también con una conexión con la sensibilidad clásica y pagana.
- Lenguaje y métrica: Manejo prodigioso del idioma, creación de metáforas y comparaciones sensoriales. El cisne es su símbolo más representativo. Léxico enriquecido con cultismos. Utilización de metros tradicionales y experimentación con nuevos ritmos.
Rubén Darío, Figura Clave del Modernismo
Rubén Darío, nacido en Nicaragua y fallecido a los 49 años, personifica las características del modernismo: esteticismo, cosmopolitismo, gusto por lo clásico y pagano, sensualidad y colorido.
Trayectoria Poética
- Azul (publicado a los 21 años): consolida a Darío como figura del modernismo. Mezcla poemas y relatos en prosa.
- Prosas profanas: Poemas que muestran sensualidad elegante, vitalismo, bohemia, lujo de adjetivos y metáforas. Su hispanismo se refleja en poemas dedicados al Poema del Cid, a Gonzalo de Berceo y a La Gitanilla de Cervantes.
- Cantos de vida y esperanza: Tono grave, pesimismo, angustia, malestar vital y melancolía.
El Vanguardismo
La nueva concepción del arte (en torno a la Primera Guerra Mundial, 1914) se vio favorecida en España por la mentalidad o cultura novecentista.
Características de las Corrientes Vanguardistas
- Movimientos artísticos generales, transversales a todas las artes, con París como capital del arte. Valores estéticos: novedad y sorpresa.
- Actitud rebelde y reivindicativa. Temas: máquinas, deporte, juego. Lenguaje ilógico o absurdo.
- Movimientos efímeros: dadaísmo, ultraísmo, futurismo, cubismo, creacionismo, surrealismo (conocidos genéricamente como «ismos»).
En España, las vanguardias encontraron apoyo en figuras como José Ortega y Gasset (autor de La deshumanización del arte) y Ramón Gómez de la Serna, quien, desde el periodismo y las tertulias literarias, preparó el terreno para la novedad vanguardista, creando la «greguería»: una mezcla de humorismo y metáfora.
El Surrealismo
El surrealismo, la vanguardia más tardía pero también la más profunda y duradera, busca la liberación total del hombre como ser social oprimido y explotado, y como individuo creador de su propio «yo». Influyó de forma momentánea o duradera en casi todos los miembros de la Generación del 27. El surrealismo marca un cambio crucial en la poesía: el fin de la «poesía pura» y el inicio de la «rehumanización de la poesía».