La triple voz de la radio:
- La voz humana, expresada en palabras.
- La voz de la naturaleza, del ambiente, los llamados efectos de sonido.
- La voz del corazón, de los sentimientos, que se expresa a través de la música.
La seducción de la radio no se logrará sin explotar todas sus posibilidades sonoras, sin una original combinación de las tres voces mencionadas.
Los efectos de sonido consisten en describir los ambientes, pintar el paisaje, poner la escenografía del cuento. Los efectos van directo a la imaginación del oyente.
Lo más propio del lenguaje musical es crear un clima emotivo, calentar el corazón.
La música le habla prioritariamente a los sentimientos del oyente.
La voz humana es la más transparente.
Entre las tres voces del lenguaje radiofónico, es la palabra la que más se dirige a la razón del oyente. La generadora de ideas.
La palabra humana es la principal portadora del mensaje y su sentido.
Protagoniza la emisión, mientras las otras dos la refuerzan, la destacan.
En radio se llama bache cuando se produce un silencio inesperado.
Los baches constituyen ruidos peligrosos en la comunicación.
La pausa, está cargada de sentido. Hacer pausas es tomarse el tiempo para subrayar una frase o una situación.
Todas las emociones se intensifican con pausas oportunas que la siguen o predicen.
Esos silencios pertenecen al ritmo propio de las otras tres voces.
Los distintos tipos de silencios vienen siendo como el sistema de puntuación en el lenguaje escrito. Comas y puntos. El silencio refuerza otros decires.
La Primera Sensualidad de la Radio
Una gran mayoría de gente prende la radio, simplemente, para oír música. Porque el oído humano es musical.
La palabra es expresiva: encantamiento.
Todos los seres humanos somos cautivados por la música.
La atmósfera musical toca ese nivel primario, del placer artístico, de la belleza.
La música es sensual, deleita todos los sentidos.
La primera compañía que brinda la radio es su programación musical.
La sensualidad del lenguaje radiofónico no se agota en lo musical.
Hay expertos para quienes los efectos de sonido ya pasaron de moda.
Lo que se requiere es tiempo, es imaginación por parte del emisor para hablarle a la imaginación del receptor.
Se trata de dramatizar la programación.
Incorporando efectos de sonidos a nuestra tarea de producción, superaremos, entre otras cosas, la mitificación del silencio en la cabina.
Esa campana de vacío en la que se suele encerrar al locutor, sí que está pasada de moda, al menos para los programas vivos, en directo, de participación popular.
Con demasiada frecuencia, los muy estudiados, incluso los de ciencias de la comunicación o periodismo, resultan inservibles ante un micrófono. Los mejores comunicadores con que contamos en nuestras emisoras nunca han estudiado comunicación.
Lenguaje Activo y Pasivo
Las palabras que usamos cuando hablamos por radio tienen que ser sencillas.
Podemos clasificar las palabras en tres tipos:
- Lenguaje activo: son las palabras que la gente usa en su vida diaria.
- Lenguaje pasivo: son las palabras que la gente entiende pero no usa frecuentemente.
- Lenguaje dominante: son las palabras que la gente ni usa ni entiende.
Para usar por radio el lenguaje es el activo. El pasivo también, en la franja de palabras que se entienden aunque no se utilicen demasiado.
Sería erróneo renunciar al lenguaje activo en áreas del pasivo como limitarnos al activo.
Que la radio hable como habla su gente.
Eso es lo que permite entablar una mejor comunicación con sus oyentes.
Malas Palabras
No constituyen un problema moral, ni siquiera de buenos o malos modales. Lo que hay en el fondo son las clases sociales.
Las malas palabras varían de un lugar a otro. Lo que es palabra inocente aquí, es grosería allá.
Imágenes
Lo que generalmente llamamos lenguaje poético consiste en traducir conceptos abstractos en imágenes. En muchos de nuestros himnos nacionales se habla de romper las cadenas como figura de no tolerar más la esclavitud.
Le adjudicamos colores a los sentimientos, la esperanza es verde.
Esto nace de la necesidad de imaginarnos las cosas, de poder ver lo que oímos.
Nuestro lenguaje cotidiano también está repleto de imágenes que hacen más amena la conversación. Burlarse es tomar el pelo, equivocarse meter la pata.
Comparaciones y Metáforas
Podemos hacer comparaciones más vistosas.
Para hacer más enérgica la comparación se le quita el puente (como, que, más) y se pasa directamente al segundo significado. Esto se puede trabajar con todos los sentimientos, desde el más romántico al insulto.
Exageraciones
Todo lo exageramos. Los matices como son buenos pero no tanto. Lo que se quiere decir se va debilitando, incluso confundiendo, y al final, nos quedamos en una nube.
Refranes
Una gran mayoría de refranes, por su misma extracción popular, se construyen con imágenes y comparación bien concretas.
Los refranes concentran la sabiduría y la experiencia acumulada durante años.
Narraciones
En la forma narrativa relatamos hechos, acontecimientos, contamos lo que ocurrió. En la discursiva exponemos ideas. El narrador pasa de un hecho a otro. El orador de una idea a otra. La narración es cronológica.
Preguntas, Admiraciones y Órdenes: 4 Formas de Expresión
Las interrogativas interpelan al oyente, lo enganchan, lo hacen participar.
Las admirativas sirven para resaltar algo. Atraen la atención, recuperan a los distraídos.
Las apelativas o imperativas son para esos momentos de acusación a las autoridades incumplidas.
Se le da distintos ritmos a las frases.