Andrés Hurtado los primeros días de clase no salía de su asombro. Todo aquello era demasiado absurdo. Él hubiese querido encontrar una disciplina fuerte y al mismo tiempo afectuosa, y se encontraba con una clase grotesca en que los alumnos se burlaban del profesor. Su preparación para la ciencia no podía ser más desdichada.
a) El fragmento pertenece a la primera parte de la novela
El árbol de la ciencia, de Pío Baroja.
Titulada La vida de un estudiante en Madrid, en esta primera parte se narran las experiencias del protagonista como estudiante de Medicina, sus prácticas en hospitales, las relaciones con su familia y con sus compañeros de estudios… En el fragmento que nos ocupa, Andrés Hurtado reflexiona acerca de su primer contacto con la carrera, ejemplificado con las clases que imparte un profesor de Química histriónico y ridículo a alumnos indisciplinados. La primera impresión es, por tanto, muy negativa, y se verá confirmada por experiencias posteriores.
Se trata de un fragmento relacionado con los que quizá sean los dos temas más importantes de la obra:
La desorientación existencial de Andrés Hurtado, y la crítica de la sociedad española de la época.
En cuanto al primero de estos dos temas, la decepción que recoge el fragmento es sólo la primera de una serie de desilusiones que experimenta el protagonista en su intento de encontrar una orientación para su vida: le fallan en este sentido la Universidad, su familia, la práctica profesional tanto en el campo como en la ciudad, la situación social y el sistema político que la rige… Sólo el matrimonio con Lulú parece aportarle estabilidad emocional y serenidad, pero por poco tiempo, de manera que, tras su muerte, carente ya de ningún asidero vital, acaba suicidándose.
A través de sus lecturas filosóficas y sus conversaciones con su tío Iturrioz, Andrés busca precisamente no sólo una explicación del mundo -que también intenta encontrar en la ciencia-, sino también un plan vital, objetivo en el que, finalmente, fracasa.
En cuanto al otro tema fundamental de la novela, se pueden apreciar en el fragmento varios de los aspectos de la realidad española que se critican en la obra: el sistema educativo, la Universidad, la ineptitud de los profesores, el atraso de la ciencia en la España de la época…
b) El árbol de la ciencia (1911) es una novela muy representativa de la obra de Pío Baroja. El propio escritor la consideraba su mejor novela. Hay que situarla en su primera etapa (de 1900 a la Primera Guerra Mundial), caracterizada por la elección de protagonistas que son, en gran parte, trasunto biográfico del autor, y destacan por su inadaptación y su enfrentamiento con el mundo.
Hagamos un repaso rápido de los aspectos en que podemos relacionar El árbol de la ciencia con Baroja.
Para empezar, las peripecias del protagonista tienen mucho que ver con la vida del autor. Él también estudió Medicina, residió temporalmente en Valencia con su familia, ejerció como médico rural (aunque en Cestona, y no en un pueblo manchego)… De hecho hay fragmentos de esta novela que encontramos de nuevo en las memorias de Baroja, con el único cambio del uso de la 1ª persona.
Además, Andrés Hurtado es un auténtico alter ego del escritor, cuya personalidad era muy similar a la de su personaje: hipersensible, pesimista, individualista, tímido pero rebelde ante lo que cree falso e inauténtico…
El árbol de la ciencia es, por otro lado, una novela de ideas que refleja muy bien el pensamiento de Baroja, particularmente en lo que respecta a la influencia de Schopenhauer, sobre todo su concepción de la vida como algo doloroso y cruel en que la conciencia intelectual intensifica el sufrimiento.
Otros aspectos del pensamiento de Baroja presentes en la novela son su desconfianza del ser humano, sus ideas regeneracionistas, su anticlericalismo, su concepción del amor como una mentira vital, el darwinismo social, su idea de que las características raciales son determinantes para los rasgos de identidad de pueblos y naciones…
Se trata también de una novela característica del estilo antirretórico de Baroja.
En efecto, el objetivo declarado del escritor de entretener al lector se aprecia en el uso de capítulos cortos, párrafos y oraciones breves, de descripciones impresionistas y no demasiado prolijas, de abundantes diálogos y de un tono conversacional.
Otro rasgo típico del estilo de Baroja presente en esta novela es la concentración de la trama en un único personaje protagonista. El narrador, omnisciente pero con el punto de vista parcial del protagonista, le sigue en su recorrido, que es aprovechado para introducir una variada muestra de ambientes y presentar numerosos personajes secundarios.
El único aspecto de la novela que quizá no sea muy característico del estilo del autor es el carácter evidentemente planificado de su estructura, más de lo habitual en Baroja, partidario de una novela abierta y espontánea. Aun así, lo estudiado de su organización no impide la inclusión de anécdotas laterales y elementos heterogéneos, en línea con la afirmación de Baroja de que la novela es un saco donde cabe todo.
En cuanto a la relación de El árbol de la ciencia con la época literaria en que se encuadra, hay que decir que esta novela es también muy característica de la Generación del 98, el grupo de escritores en que se suele incluir a Baroja (otros autores relevantes de la generación son Unamuno, Azorín, Machado y Valle-Inclán). Señalamos seguidamente algunos aspectos que lo demuestran:
– La alusión en la obra al hecho que da nombre a la generación, es decir, el desastre del 98, que se relaciona con uno de los temas más importantes de la Generación del 98 y de esta novela: la preocupación por el problema de España.
– El tratamiento del tema existencial, la preocupación por el sentido de la vida, los conflictos morales y psicológicos del ser humano, el papel de la religión en la sociedad.
– En relación con los temas anteriores, la influencia de filósofos como Schopenhauer o Nietzsche.
– El estilo de la novela es una muestra de la reacción de los autores de la generación contra el Realismo, de su búsqueda de un lenguaje natural alejado de la retórica de gran parte de la literatura del XIX.
– Se describe la realidad desde una perspectiva personal. La técnica descriptiva es impresionista, subjetiva.
– El relato se centra en un personaje que es el eje de toda la trama. Además, Andrés Hurtado es el típico protagonista abúlico de las novelas de la generación.
Las costumbres de Alcolea eran españolas puras, es decir, de un absurdo completo
El fragmento pertenece a la quinta parte de la novela de Pío Baroja El árbol de la ciencia, titulada La experiencia en el pueblo. Esta parte de la obra se ocupa de la experiencia del protagonista, Andrés Hurtado, como médico de Alcolea del Campo, un pueblo manchego. El autor aprovecha para hacer un retrato desolador de la sociedad rural de la España de finales del siglo XIX, aunque la sociedad urbana no queda mucho mejor parada en la novela (si el pueblo aparece descrito como un cementerio bien cuidado, Madrid es para Andrés un campo de ceniza).
Centrémonos ahora en el contenido del fragmento. ¿Cuáles son esas costumbres absurdas a que se refiere el narrador? Seguidamente destacamos algunos de los aspectos que se critican:
– La falta de solidaridad, de instinto colectivo, que había llevado a Alcolea a la ruina tras el fin del tratado de los vinos con Francia.
– La influencia perniciosa de la moral católica.
– La reclusión en que viven las mujeres del pueblo.
– La represión sexual, que conduce al auge de la pornografía.
– La explotación inicua de los miserables por los ricos.
– El turno de partidos, representados en Alcolea por los Mochuelos, conservadores, y los Ratones, liberales.
– La política de caciquismo, la concentración del poder en manos de unos pocos políticos corruptos, atentos sólo al beneficio personal.
– La pasividad ante esa corrupción de los habitantes del pueblo, que la consideran natural.
Andrés Hurtado sólo salva de sus críticas a los manchegos, a quienes considera muy buena gente, aunque sin ninguna conciencia de sus derechos.
B) Sitúe la obra en el contexto social, cultural y literario al que pertenece (1 punto)
Entre los años 1890 y 1914, aproximadamente, se producen una serie de profundos cambios sociales y culturales en todo el mundo occidental. Es lo que se ha llamado la crisis de fin de siglo.
El árbol de la ciencia (1911) es una novela que refleja muy bien esa crisis. Repasemos algunos aspectos de la obra que lo demuestran:
Para empezar, Andrés Hurtado hace alusión en varios momentos de la novela a los progresos técnicos y científicos que se están realizando en Europa y que le hacen concebir la esperanza de que en el futuro la ciencia pueda contestar a las grandes preguntas de la vida. En contraste con estos avances, se destaca en la obra el atraso cultural y científico del país, puesto de manifiesto en los estudios de Andrés y a través de los problemas de su amigo Fermín Ibarra para patentar sus inventos en España.
La novela también refleja el auge de la burguesía de la época frente a la miseria en que viven las clases bajas. La injusticia social se muestra en la obra a través del entorno de Lulú, la vida en Alcolea y la experiencia de Andrés como médico de prostitutas, aunque la visión que se da de los pobres no es tampoco positiva: se destacan su pasividad y su falta de conciencia de clase. La visión de estos y otros problemas que ofrece Baroja en la novela tiene mucho que ver con las ideas regeneracionistas de numerosos escritores e intelectuales de la época.
La obra muestra además de manera fiel la crisis del positivismo y del racionalismo, en parte a través del pensamiento y las lecturas de Andrés (sobre todo de la influencia de Schopenhauer), pero especialmente por medio del personaje de Iturrioz, que da a su sobrino consejos acordes con las corrientes irracionalistas y vitalistas características de la época. En las palabras de Iturrioz captamos la influencia en Baroja de Nietzsche, que exalta los impulsos vitales sobre la razón y el intelecto. Este pensamiento irracionalista llevaría poco después al existencialismo, que la figura de Andrés Hurtado ya preconiza.
Otro aspecto de la realidad española de la época que se trata en la novela es el desastre del 98 (la pérdida de las últimas colonias), en relación con el cual muestra el protagonista su disgusto por el patrioterismo anterior a la guerra y la indiferencia posterior al desastre.
Además ya hemos mencionado en la respuesta a la pregunta anterior cómo se reflejan en la quinta parte de la novela la alternancia en el poder de los partidos liberal y conservador y el sometimiento de los núcleos rurales al control de los caciques.
En cuanto al reflejo en la novela del contexto literario en que se creó, hay que decir que El árbol de la ciencia es también muy característica de la Generación del 98, el grupo de escritores en que se suele incluir a Baroja (otros autores relevantes de la generación son Unamuno, Azorín, Machado y Valle-Inclán). Señalamos seguidamente algunos aspectos que lo demuestran:
– La alusión en la obra al hecho que da nombre a la generación, es decir, el desastre del 98, que se relaciona con uno de los temas más importantes de la Generación del 98 y de esta novela: la preocupación por el problema de España.
– El tratamiento del tema existencial, la preocupación por el sentido de la vida, los conflictos morales y psicológicos del ser humano, el papel de la religión en la sociedad.
– En relación con los temas anteriores, la influencia de filósofos como Schopenhauer o Nietzsche.
– El estilo de la novela es una muestra de la reacción de los autores de la generación contra el Realismo, de su búsqueda de un lenguaje natural alejado de la retórica de gran parte de la literatura del XIX.
– Se describe la realidad desde una perspectiva personal. La técnica descriptiva es impresionista, subjetiva.
– El relato se centra en un personaje que es el eje de toda la trama. Además, Andrés Hurtado es el típico protagonista abúlico de las novelas de la generación.