Look, if you had one shot, or one opportunityTo seize everything you ever wanted-One momentWould you capture it or just let it slip
tenemos toda la vida por delante, hay tiempo de sobra
Ésta debe ser otra fase de lo de enamorarse. Ya he pasado la de cometer errores, la de intentar corregirlos, la de llorar, y ahora debo estar en la que asimilo todo y me canso. Me canso de ti y de todos. De ti, y de todos. No encuentro las ganas de dar explicaciones. Aunque tampoco quiero. Claro que querer… ya no sé lo que quiero. Ya no sé qué tipo de aire respiro. He perdido mis bragas favoritas, no recuerdo cuales eran. Y lo peor es que no tengo un plan. Yo siempre guardo ases debajo de la manga, por si algo se estropea tener un parche y arreglarlo. Habrá sido la lluvia o yo que sé, pero ya no me quedan parches. Ni parches, ni libido cuando me pienso contigo.
Ahora sólo me pregunto qué pasará luego. Qué número saldrá en el dado y cuándo saltaré a la otra fase. No es que me muera de ganas, a lo mejor la siguiente es peor. Pero mientras más avance, antes terminará todo esto. Es la única esperanza que me queda. Saber que no es para siempre. Que cuando llegue al último nivel y lo pase, si aguanto, la pantalla se apagará como en los juegos nuevos que anuncian por la caja tonta y podré tumbarme en el sofá sin derramar ni una maldita lágrima, sin sentir que me estoy pudriendo, sin tener que silenciar el teléfono ignorando a todos esos que llaman y no son tú. Y no son tú.
Esas las recuerdas a la perfección… En cambio, las más importantes se te van… se van tan lejos que es como si nunca hubiesen ocurrido
Nunca tu intensidad ha durado más que unas horas. Nunca escribes con sentido, pero todo el sentido eres tú. Nunca te comes todo el plato pero te mueres de hambre cada vez que me ves.
Nunca dejas de observarte en el espejo por si olvidas cómo eres. Nunca devuelves las miradas, te mueres de vergüenza demasiado rápido que al final no te da tiempo. Nunca dejas de mirar las nubes, no dejo de pensar qué estarás pensando. Nunca combinas los zapatos con la bufanda, combinas la bufanda con los días.
Nunca quieres llevar reloj y nunca quieres dejar de perderte. Nunca nadie supo cómo contentarte. Nunca dejas de comportarte como una niña. Nunca te has dejado besar si no es por sorpresa. Nunca te gusta compartir paseos, pero adoras compartir una siesta para dos. Nunca sabes qué decir y en cambio siempre lo dices todo. Nunca te preocupas por ti, prefieres estar más pendiente de los demás. Nunca abandonas el miedo, pero sin embargo no tienes miedo a llorar.
Nunca admites que me quieres y aun así me dejas cartas en el buzón una vez por semana. Nunca te gustó el café y adoras las cafeterías. Nunca te bañas cuando vas a la playa, sólo juegas con las olas y corres por la orilla. Nunca quieres que te acompañe hasta la puerta pero te encanta que te espere en cualquier sitio. Nunca llegaré a conocerte del todo.
Nunca dejas que te rescate, prefieres que nos rescatemos juntos. Nunca dejas de hacerme daño, pero nunca he estado tan seguro de que sin ti no podría sobrevivir.-terminó de decir mientras tomaba aire- Es extraño, porque he dicho tantas veces nunca que hasta creo haber perdido la cuenta de todos los siempres.
-Entonces yo…yo nunca hubiera esperado que dijeras algo así, aunque bueno…siempre supe que algún día lo harías.- dijo ella, acariciándolo
No me van a convencer de que abandone. Querido miedo, te digo adiós. Y a ti inseguridad. Y a ustedes, dudas. Adiós. Que voy a tropezar igual con o sin zapatos. Que en la vida no hay cuerdas, y que yo no quiero atarme. Que de repente, ¡pum!, he espabilado. Al menos, un poco. Y no crean que me voy a dejar pisar. He renacido un poco. Soy la chica de ayer, pero en hoy. Soy alguien que no va a dejar su vida para otra ocasión.
– del cerebro?
– asi es harry , con cada vaso de licor que tomas acabas con cientos de esas celulas , pero eso no importa mucho porque tenemos millones..
Primero mueren las de la tristeza , asi que estas sonriente. Luego mueren las del silencio y todo lo dices en voz alta aunque no haya ninguna razón , pero eso no importa no importa , porque después mueren las de la estupidez y hablas con inteligencia , y por último , las células de los recuerdos , esas son dificiles de matar.
Tal vez, me sobra el dolor, me falta el valor para decirte adiós. Y sigo alzando la voz, cantando la misma canción que un día me hizo pensar que el amor era cosa de dos era cosa de dos. Nada es cierto, nada nuevo, nada más que lo que quieras ocultar, tras una mascara que no me deja ver lo que hay detrás. Lo que daría por entrar en tu cabeza una vez más para saber que nos pasó…
¿Qué nos hace volver atrás? ¿Qué nos hace pensar que, recordando, se van a arreglar las cosas? Es más, ¿qué nos hace sentir así? El amor (o lo que sea esto) es raro, dulce, asfixiante, desesperante, satisfactorio, agobiante, puro, real, inspirador… pero sobretodo es complicado.Te pasas el tiempo buscando aquéllo que es mejor para ti, esa persona que te ayude a ser feliz, que comparta y sea contigo, y cuando crees que él se parece, resulta ser todo lo contrario.
Pero ¡Oh,oh! Mal asunto. Ya estás ahí, pensando en que no es él, en que no estás enamorada, en que sólo es un capricho, pero no. Estás pensando en él. Ya no hay vuelta atrás. Miras a tu alrededor y las palabras se repiten como si te hubiesen puesto unos auriculares y estuviesen dando al ‘play’ todo el rato… Que le dejes ir, que no te merece, que no te quiere, que te haces daño a ti misma y una larga lista que no para de repetir lo mismo una y otra vez. Y tú dices: ‘Si.. tienen razón’. Y crees que puedes con todo, que el pasado ya se irá, no ahora, pero si más tarde. Y sales a la calle, inspiras y ves que todo eso está hecho para ti, ¡sal a disfrutarlo!
Es entonces cuando le ves o, simplemente, cuando sabes de él. Y ahi la calle se vuelve vacía, sólo está él, mirándote, sin decir nada y tú queriendo que te diga todo. El inspirar se vuelve difícil, te ahogas, te asfixias si no está contigo. Y el resto te da igual porque.. ¡qué demonios! ¿Qué vale el resto si no tienes lo que quieres? Es ahí cuando tú misma lo fastidias TODO. Cuando piensas que él es el que da sentido a tu vida y en realidad está acabando con ella. Cuando piensas que él es quien te ayuda a respirar y en realidad es él por quien no puedes respirar. Cuando piensas que es él el que necesitas y en realidad solo necesitas otros brazos… porque al fin y al cabo, unos amores se borran con otros. Y yo solo necesito una goma de borrar.
Lo malo de los sentimientos es que tienen ese modo sigiloso de aflorar cuando menos te lo esperas
Tal vez en el preciso momento de pensarlo, él piensa en mí. Estoy ansiosa por verlo, ver su rostro y sus ojos, ¿estará esperándome tal y como yo lo espero a él?, me hago preguntas que sé que sólo él me puede responder. Y esque quiero que sea sólo mío; ya que si hablamos de nosotros, compartir no está en mi vocabulario. No me arriesgo a decir que es enamoramiento, tal vez lo es, más el miedo que tengo a reconocerlo me confunde el alma, el corazón.
He decidido algo… no me cansaré hasta encontrarlo, sólo en ese momento podré descansar y será a su lado. Buscaré lo únicos ojos que me pueden hipnotizar, la boca que me puede calmar y los brazos que me protegerán de todo el mal. Seremos una persona que entregue amor, amor del bueno, amor sano, amor recíproco. Buscaré mi tranquilidad en él, e intentaré ser sólo para él, insistiré en que sea mío, es egoísta pero es mi realidad, mi corazón le pertenece. Y cuando así sea, nuestro futuro comenzará un capítulo que nadie ni nada podrá borrar, porque vivimos para estar juntos. Somos dos individuos que no se separarán, somos invencibles. Es un poco loco pero te buscaré y te encontraré cueste lo que cueste, estás en mi corazón, en mi destino. Correremos hacia nosotros y con el primer abrazo abriremos nuestra historia, con un beso la pactaremos y con mi promesa y tu promesa de amor seremos eternamente UNO…
Sácame de quicio, hazme sufrir… Ponme a secar como un trapo mojado. Lléname de vida, líbrame de mi estigma. Llámame tonto. Olvida todo lo que haya podido decirte hasta ahora. No me arrastres, no me asustes. Vete lejos…pero no sueltes mi mano. Empecemos de nuevo. Toca mis ojos, nota la textura del calor. ¿Por cuánto te vendes? Píllate los dedos. Deja que te invite a un café, caliente claro. Y sin azúcar… sin aliento…
¿Podemos ser protagonista y antagonista a la vez? Aunque parezca increíble, podemos… Y las luchas sin motivo, sin razones aparentes, debilitan. Hay heridas que simplemente no pueden cerrarse nunca. Se intentan olvidar, porque tienes que pasar a otro capítulo. Tenemos que enfrentarnos a ellas si queremos llegar al final. Si queremos dejar de mirar atrás. No importa si podemos o no, tenemos que completar la película. La vida no nos informa de que el tesoro -lo que buscamos, necesitamos o anhelamos– está con nosotros todo el tiempo…
Tengo miedo de que nunca haya nadie al otro lado de la cama. Que algún día me levante y no consiga sentir nada por nadie, solo porque no me atrevo a decir que sí. Tengo miedo que las cosas se queden tal y como están; me gustan los cambios, me encantan las sorpresas y las cosas impredecibles (quizá por eso me fije en él). Tengo miedo de que nunca pueda sacarlo de mi mente. Tengo miedo de pensar que algo puede llegar a ser perfecto porque cuando vuelva a la realidad, cuando pise este frío y duro suelo, todo va a dolerme más. No me avergüenza decir lo que siento, lo necesito, esta es la única forma que tengo de desahogarme y sinceramente me encanta. Por eso digo que tengo miedo, no quiero dejar de ser la que soy, ni de hacer lo que hago y no quiero que nadie me aparte de mi mundo, quiero seguir viendo las cosas como las veo, quiero acostarme con ganas de escribir todas las noches, y quiero seguir pensando que todo tiene solución, que las cosas cambian tan rápido como yo quiero que lo hagan y quiero seguir pensando que esto está bien, que mi vida no es tan mala…
¿Me ayudas?
Que no importa cuán lejos esté la gente que yo quiero, porque siempre serán parte de mi corazón. A desbaratar mis propios esquemas. A bañarme en el mar sin mirar el fondo… y sin aterrarme ante tanta inmensidad oculta. A dejar de estar preocupada por la imagen que tienen de mi, sino sólo por la que yo tengo de mí. A hacer lo que me gusta sin estar pensando en qué dirá el resto. Que ser diferente me hace ser especial y única. Que puedo lograr lo que me proponga.
Que uno puede estar rodeado de miles de personas y sentirse solo. A no sentirme sola. A no sacar conclusiones apresuradas. Que puedo equivocarme…, que no se acaba el mundo. A no confiar tanto… o quizá a confiar más. Que no todo es lo que parece. A alegrarme porque mis sentidos me dicen que estoy viva. Que soy la dueña de mi futuro. Que todo lo que hago tiene consecuencias… buenas o malas… A no ser tan orgullosa. A no temer al rechazo cuando le digo a alguien cuanto le quiero. A no temer… En definitiva, a vivir…
—Ah… me olvidaba decirte que…
—Dilo.
—… Que tengo unas ganas de hacerte el amor que no te puedes ni imaginar. Pero esto no se lo diré a nadie. Sobre todo a ti. Deberían torturarme para obligarme a decirlo.
—¿A decir qué?
—Que quiero hacer el amor contigo. No una vez solo, sino cientos de veces. Pero a ti no te lo diré nunca. Sólo si me volviera loco te diría que haría el amor contigo, aquí, delante de tu casa, toda la vida.
Me gustan las caricias, que me retiren el pelo, me gustan las sonrisas, y las horas interminables hablando. Me gusta romper el papel por las líneas de puntos, chupar el Colacao que se queda pegado en la cuchara. Me gusta acercar la cara a los ventiladores y gritar, me gusta correr, sentirme libre.
Me gusta explotar burbujas, y que suenen como una tormenta. Me gusta reír, me gusta el color gris, y el azul, y el negro y el amarillo y el violeta. Me gustan todos los colores. Me gusta coger la nata con el dedo, y la gente que escribe en cualquier sitio, en servilletas, cuadernos, manos, paredes…
Me encanta leer, y evadirme de mi realidad durante muchas horas. Me gustan los cuentos, los que acaban bien. Y también los que no. Me gustan los corazones dibujados en los árboles, y el olor a primavera, y a gasolina, y a nuevo y a papel. Me gusta el olor de muchas comidas, y el de las personas, también el recuerdo que ese olor me trae. También el olor a lluvia, y a café recién hecho, y a tostadas.
Me gusta la gente que se besa por la calle, me gustan los atardeceres, y ver amanecer. Me gustan los vestidos, y los zapatos de tacón, y las gafas de sol… También abrir un libro, y ver fotografías viejas, o entradas de cine. Me gustan las cosas pequeñas, y los detalles. No me gustan las marcas, pero sí las señales. Me gusta ser niña, y adulta a la vez. No me gusta crecer, ni tomar decisiones. Me encanta el silencio, y la música. Me gustan las cosas clásicas y antiguas, pero también lo moderno.
Me gustan las noches, ver la Luna desde el jardín, y las películas de amor. Y tú, tú también me gustas, siempre me gustarás… y me encanta vivir, aun con todo lo que conlleva…
Dicen que el segundo después al flash, aparece la persona que te hace sonreir…e inconscientemente, nos dormirmos…
Pero no temas, no pares, no te rindas, porque la vida esta para vivirla cada momento, así que disfruta del presente y no le temas al futuro. Un futuro que debe de estar cargado de experiencias, y no importa si el resultado es bueno o malo, sino lo que aprendes de ellas cuando acaban, los recuerdos que te dejan y los buenos momentos que has pasado viviéndolas, momentos felices, con risas, muchas risas… Y eso es lo verdaderamente importante, ya que no hay día más perdido que aquél en el que no hemos reído. Recuerda que es de héroes sonreír cuando el corazón llora. Y lo que debes saber es que si luchas puedes perder, pero si no luchas ya estas perdido…
Una vez que llegó el amor te cambia, para siempre. Desde el más cruel hasta el más inocente, todos necesitamos sentir que somos amados.
— Son tus flores favoritas.
— ¿Cómo has podido encontrar tantas?
— He llamado a todas las floristerías de cinco estados, les dije que era la única manera de que mi esposa se casara conmigo.
— ¡Ni siquiera me conoces!
— Tengo el resto de mi vida para conocerte…
Es como si llegaras al mundo con una caja de lapices.
Tu caja puede ser de 8 ó de 16…
…pero lo que importa es lo que haces con los colores que te dan.
No debe importar si coloreas fuera o dentro de las líneas. Colorea fuera de la página, que no te limiten.
Aquel que dijo más vale tener suerte que talento, conocía la esencia de la vida.
La gente tiene miedo a reconocer que gran parte de la vida depende de la suerte. Asusta pensar cuantas cosas se escapan a nuestro control. En un partido hay momentos en que la pelota golpea el borde la red y durante una fracción de segundo puede seguir hacia adelante o caer hacia atrás. Con un poco de suerte sigue adelante y ganas, o no lo hace y pierdes.
¿Cómo voy a cicatrizar? ¿Cómo puedo cicatrizar si no siento… el paso del tiempo?
recuerda todos los movimientos, las sensaciones, ese juego de luces, la penumbra entre las rocas… Esa mujer abandonada entre sus brazos, debajo de él, esa pasión que pasa por encima de todo, como si se tratara de un hambre repentina que no se puede controlar y que impide ver lo que hay fuera. Y, como si fuera víctima de un arrebato, se vuelve a ver allí, viviendo esa pasión que ahora le resulta nítida e intensa, de una belleza casi molesta. Escruta excitado en el vacío, en la oscuridad de la noche, y oye una vez más el eco remoto de aquellos suspiros, la respiración entrecortada del deseo y la espléndida hambre de amor. Lo invade una tristeza inesperada que lo transporta muy lejos…
Estabas enamorada?
Sólo por la noche. Él no entendía nada de mí. Sólo mi cuerpo. Y yo entendía el suyo. De día le despreciaba. Pero no podía vivir sin él. Me traicionaba, me humillaba y después con un beso le perdonaba todo.
Una noche no volvió. Se había ido con otra. Sin una palabra. Pero con las prisas, se olvidó la pistola.
Yo pensaba ¿Me disparo o le disparo a él?
Pero de repente me vi frente al espejo y empecé a cepillarme así, despacio, pasada a pasada y se me iban deshaciendo los rizos(…)con la centésima pasada el pelo estaba liso. Me miré.
Él ya no tenía poder sobre mí. Era otra.
Le quiero porque cose disfraces a mis días malos y los convierte en buenos. Sé que no se enfadará si no me entiende, ni me entiendo y lo mareo. Que no da por hecho que siempre voy a estar ahí pero que tampoco lo duda. Le quiero porque no me hace sufrir porque sí; y le amo porque no me vende amor eterno manoseado. Porque no puede caminar conmigo por la calle sin cogerme de la mano; porque no me compra con regalos, pero tiene mil detalles conmigo. Me encanta que no le guste verme llorar y me haga reír hasta cuando no tengo ganas. Me gusta que me mire, lo mire, y me tiemblen las piernas sin remedio…
Quiero que esté loco por mi, y no se le olvide decírmelo los días de resaca y que si se pone animal, sea solo en la cama, y me mate a besos por la mañana. Que si mira a otra, luego me guiñe un ojo, y se ría de mis celos de hojalata. Pero sobre todo espero que no tenga que perderme para darse cuenta de que me ha encontrado…
No he venido aquí a hacerle la autopsia a los que fuimos.
No es eso.
Los 2 tenemos claro que no puede ser por encima de razones y discursos. Sólo quiero decirte lo que siento,
soltar lastre, coser las alas, que me digas que a pesar de todo todavía piensas que mereció la pena.
camino de otro corazón donde no sea tan caro soñar
Por que estás en las canciones, en otros labios y otros besos.Detrás de todo, ahí estas tú.
Ella se vuelve y ve que está muy cerca. Mucho. Demasiado. Los envuelve la penumbra de ese recoveco que se encuentra bajo la copa verde de un gran árbol. Las ramas más largas descienden sobre ellos formando un gran paraguas natural. Los protegen incluso del más simple rayo de luna.
Ahí están, lejos de todo el mundo. Un viento ligero, más cálido, agita algunas hojas y su pelo. Ese mechón rebelde se desliza por su cara y se diría que traza sobre ella un bordado vacilante, un signo de interrogación, un rizo curioso que acaba su recorrido en el borde de la mejilla. Un silencio hecho de mil palabras. Sus miradas y esos ojos que sonríen serenos, conscientes de la belleza del momento. De ese instante que parece durar una eternidad. Él mueve la mano, la alza con delicadeza hacia su cara, aparta ese rizo rebelde y le acaricia el pelo.
Sin dejar de mirarse, lentamente, sus bocas se aproximan con un movimiento milimétrico a la vez que se abren como flores en ese lecho del río. Esos labios rojos, esos delicados pétalos de dos jóvenes sonrisas, casi se rozan ya.
Sí, no podemos decidir que sueños se harán realidad, solo podemos esperar, porque a veces los milagros ocurren cuando ya no contamos con ellos…
Puedo decir que tu risa es algo que siempre me he tomado muy en serio. Cada cual tiene su gasolina para rugir, la mía es mezcla de labios y cuentos con leve inclinación de gesto cuando la risa te desborda la boca.
Por supuesto el tiempo es tiempo, y la arena no siempre es playa. Estar ahí, cogerte la mano al dar un paseo, ayudarte a dormir, todo eso. Alguna vez te vi llorar y alguna vez también te vi contener las lágrimas. Te escuché hablar con voz cansada de cuna mientras por dentro había una hoguera de hielos que te quemaban.
Y me quedé en silencio, sin saber qué decir, yo, que te confesé que solo tenía un puñado de palabras y prometí usarlas para hacerte reír. Me quedé en silencio, roto al verte resquebrajada. Asustado y muerto de miedo, como un niño feliz que al mirarse solo ve la pálida cara de un hombre triste al otro lado del espejo.
Tragué saliva, respiré, y pellizqué mis heridas para entender que lo bueno de los malos momentos es que se pasan. Lo malo, es que los buenos también.
Pero a veces esta noche puede cambiarte la vida.
Cuando el amor ya no es un drama, sino magia, que de repente convierte a la vida en la cosa más simple y bella del mundo y todo encaja a la perfección. Y tu realidad es exactamente como la habías imaginado. Entonces, las ideas que te faltaban, aparecen.
Ya no hay ganas de hacer lo de siempre, porque lo de siempre ha perdido el encanto. Podría seguir saliendo de casa con la venda en los ojos y actuar como si todo siguiese igual, pero la hipocresía nunca ha sido lo mío. Así que prefiero llevar mi vida como realmente me apetece y hacer caso omiso a los reclamos de la gente que necesita mi presencia para que su mundo no se derrumbe, para que todo siga como antes, para que el equilibrio este ahí. El equilibrio es imposible.
La magia de librar batallas más allá de lo humanamente soportable se basa en lo mágico que resulta arriesgarlo todo por un sueño que nadie más alcanza a ver excepto tú.
─ Hoy no.
─ ¿Qué?
─ Hay días que no es cierto, y hoy no es de verdad. Quizá estés más enamorado de la magia que de mí. Te aseguro que me gusta notar la diferencia, hace que los días que es verdad sean especiales.
La obligación es la de mantener eso bueno que las cosas o las personas nos dieron, pero es complicado, a la vista está de todos. Siempre mirando hacia adelante, queriendo. Pero no buscar en el amor una cura, que cura sí, pero no desesperada y ciegamente, porque eso significa alargar el problema.
Yo fui de los pocos que aprendí que si uno no quiere morir de remordimiento la única opción es correr el riesgo.»
Quiero poder agarrar yo el control de mi vida, quiero que hasta mis errores sean míos. Quiero decidir yo, quiero equivocarme yo, quiero saber que nadie me manipula ni me maneja. Quiero ser responsable de mis decisiones.
Cuando alguien entra en tu vida y logra imponer su punto de vista hace que sientas, que pienses, que actúes como ella quiere, estás como manipulado, como manejado a control remoto… Y yo no quiero que eso me pase, yo quiero tomar mis propias decisiones, no quiero que la vida decida por mí, yo quiero decidir
Me preguntaste dónde estaba, y quiero contestarte. Estaba en un lugar donde todo era nada, donde cada palabra duele, cada minuto es un paso atrás y el cielo carece de color y esperanza. Intenté salir, pero me perdí. Mientras andaba perdido te conocí; y no me di cuenta de que había encontrado mi hogar. Una sabia amiga me dijo una vez que todos tenemos nuestro hogar, y ahora sé que es verdad. Espero que recibas esta carta… creo que tengo 75 posibilidades. Cuando la recibas sabrás que he encontrado lo que buscaba. Encontré mi hogar, Bertie, cuando te encontré a ti. Espero que tú encuentres el tuyo pronto, y corras hacia él lo más rápido que puedas.
Escríbeme cuando la tengas. Un beso, Joe.
Por pedir, pido y preciso que exista un preciso momento, en el que se te escape un beso… cuando menos te lo esperes, y cuando más lo lleve esperando yo. Por pedir, te pido en una tarde lluviosa, dentro de una casa sin gente, sobre un sofá sin cojines para que sólo puedas abrazarte a mí, en frente de mi película favorita… Bueno, si quieres, en frente de tu película favorita…
Me pido entonces tus dedos acariciando mi brazo, y mis cosquillas jugando al escondite con ellos. Por pedir, pido dar un paseo al mismo paso, frenarnos en seco de repente, y mojarnos los labios sin que nos vea la gente.
Pido, mientras caminamos por cualquier calle, llevarte y traerte al contarte cualquier estupidez, agarrando con mi mano tu brazo, y tu risa fuese la mejor de mis melodías, y después, en un intento por no dejarme ir, me hagas perder todo menos la sonrisa.
Y a veces él, distraido, levanta la mirada y me ve observándolo. Me sonríe y me pregunta «¿qué pasa?». Y yo se lo resumo todo en un simple «te quiero», lo beso, y sigo haciendo aquello que estaba haciendo.
Si. Son las 22:43.
¿Sabes cuánto tiempo llevas con su recuerdo?
Sí, eso también lo sé.
¿Y… te da igual?
Supongo que haga lo que haga va a estar siempre aquí dentro, puesto que el camino que comencé no tiene ni comienzo.
Todo ha sido un reflejo, ha sido como mirarme al espejo todas las mañanas y encontrarme más radiante al pensar, que tal vez, hoy iba a ser el día, sí, el día en que…. ha sido como escuchar esa canción que siempre hablaba sobre lo mismo, pero que nunca me cansé de escuchar.
Ha sido como imaginarme escalar esa cima, y que, al final, estuviera allí… esperándome… Ha sido como sentir que el corazón te engorda un kilo más cada vez que leía sus palabras, cada vez que volvía a aparecer cuando menos me lo esperaba, cada vez que me hablaba, de todo o de nada.
Ha sido como sentirme viva con notar que su mirada no había cambiado, que seguía siendo la misma de hace años…
¿Y por qué has despertado
y solo tus ojos y los mios dan luz a todo aquello…
Sueños que espera cumplir algún día, cuando pueda librarse al fin de esa absurda cobardía y rompa las reglas.
Su corazón se siente solitario porque ella tiene miedo, miedo a compartir sus emociones con alguien y ése alguien rompa su corazón en millones de pedazos. Aunque en la vida te rompen el corazón mas de una vez y tienes que pegar cada uno de sus pequeños pedazos una y otra vez.
Es como tropezar, levantarte, tropezar y nuevamente levantarte… y eso también es parte del encanto de vivir.
Niki exhala un suspiro, largo, larguísimo. Mira a Alex y en unos instantes pasa por su mente toda su historia. Desde su primer encuentro a la primera salida, desde el primer beso a la primera vez que hicieron el amor. Apenas escucha al sacerdote, que sigue hablando, la homilía de la misa, los invitados que se levantan y vuelven a sentarse marcando los diferentes momentos de la ceremonia.
Estoy enamorada. Soy feliz, no tengo miedo, es mi boda, lo he elegido todo y lo mismo sucederá con todos los momentos de mi vida, los elegiremos mi marido y yo, para nosotros y para nuestros hijos. Parece casi una oración, y en ese instante comprende lo que es la belleza, la felicidad, y se da cuenta de lo corta que puede ser la vida y lo absurdo que es no tener el valor suficiente para ser felices.
Mira alrededor llorando de alegría en su interior y ve todo lo que ama, lo que siempre ha amado y lo que querría amar eternamente. Pero Niki sabe ya que quizá algún día eso no será posible. Por eso debe apreciarlo, vivirlo y respirarlo ahora. Porque la felicidad sólo llama una vez a la puerta. Porque no hay un mañana si no se vive hoy. Y la alegría no se puede posponer. Si un día todo esto cambia seré feliz por haberlo vivido con profundidad, por no haberlo delegado a los demás, por haber disfrutado mientras tuve la posibilidad de hacerlo. Y no seré yo la que diga basta o la que se escape. Jamás.
Oye una voz:
– ¿Niki?
– ¿Eh?
Alex la mira sonriente.
– Yo he contestado ya a la pregunta de si quiero casarme. He dicho que sí. Ahora te toca a ti. Tienes dos opciones: o dices que sí… – arquea las cejas ligeramente preocupado -, o dices que no…
El sacerdote la observa intrigado. Niki mira detrás. Simona, Roberto, los padres de Alex, los parientes, las Olas y el resto de sus amigos. Todos esperan curiosos y algo asustados su respuesta. Niki exhala un suspiro y vuelve a mirar al frente. Esta vez no tienen ninguna duda. Sonría. Está preciosa, como siempre, más que nunca.
– Sí, amor mío. Sí. Quiero casarme contigo – Y después añade, aún más convencida – : Y quiero que sea para toda la vida.
Es hora de ponerse codo a codo y hacer de la vida un paisaje de esos que sólo pueden ser vistos cuando se miran con 4 ojos a la vez.
No quedarse parados frente al arroyo mirándose mirándose para no romper la imagen en el agua y acabar muriendo de sed. Bébetela toda y olvídate de ti.
Conozco todos las formas de romper un corazón las he fabricado y, como tú, sobre todo, las he llorado
pero nadie va a convencerme de que es posible acercarse al amor con la escuadra y el cartabón.
Calma, a todos un día nos pisaron las entrañas
y nos cubrieron de promesas que no se llegaron a cumplir
pero no hagamos pagar a nuestros futuros amantes
los rencores del pasado.
Este mundo está loco pero aun respiran muchos seres humanos que valen la pena.
Es tiempo de olvidarse de la cabeza y volver a usar el corazón.
– Por nada, había que romper el momento.
– Dani…
– Bueno, no hay más que verte cuando estás con él. Las sonrisas, el toqueteo de pelo, el pestañeo supersónico. Vas con el neón en la frente Lis, y se va a dar cuenta…
– ¿Cuenta de qué?
– De que si te mira más de cinco minutos, se va a quedar enganchado a ti…
– No voy a estar con él… con Aitor… Me ha rechazado, asique ya no habrá nada con él…
– Es una pena…
– ¿Por qué?
– Verás Lis…las chicas tenéis una tendencia rara a engancharos a los chicos que os rechazan. Si os hubierais liado igual te hubieras cansado al mes, pero así puedes estar pensando en él en todos los trenes y todos los metros de los próximos cien años…
Nunca se ha sentido tan sucia, pese a que no lo engañó del todo. La situación le parece absurda. ¿Qué quiere decir “del todo”? ¿Qué hay algo que menoscaba y no menoscaba el amor? ¿Qué hay algo que te empuja a engañar o no?
Sabe de sobra que cualquier relación más estrecha de lo habitual, cualquier sintonía que vaya más allá de la mera amistad, cualquier pensamiento de más sobre otra persona significa alejarse de la historia que uno está viviendo. Es inútil negarlo.
Se siente morir. Madura, diferente, mujer y lejana. El mero hecho de haber pensando en otro, de haber imaginado una nueva relación con él, una nueva posibilidad, un nuevo futuro, sólo eso ya implica el mayor de los engaños…
Porque no somos una pareja normal y feliz, porque no somos una pareja en absoluto; somos simplemente dos extraños que se chocan por casualidad cuando nuestros respectivos momentos se rozan durante un breve instante. Tú me llevas como un recuerdo, cada vez más pequeño a medida que el tiempo pasa. Yo te llevo como una esperanza que crece con el paso del tiempo. Mi recuerdo de ti es miles de veces más grande que nosotros mismos.
Creo que nunca jamás voy a poder cambiar mi forma de ser, porque de verdad, no podría vivir sin todos los detalles que me llenan el corazón. Y me di cuenta que tampoco quisiera cambiarlo… me rindo ante mí misma, me rendí. Y no resultó tan malo.
Hay miradas insistentes, misteriosas, recurrentes y las hay indiferentes, como las de tanta gente. Hay miradas que ocultan verdades que dañan y las hay que en la diaria lucha fortalecen y acompañan.
Hay miradas que perdidas entre miles de miradas andan solas por la vida en busca de otras miradas y hay miradas que cautivan por lo bellas y profundas, como tu mirada azul, que me atrapa día a día.
Hay miradas que por tristes enlutan a quien las viste y hay esas miradas dulces que ennoblecen a quien las luce. Hay miradas que derriten hasta el corazón más duro e iluminan suavemente el pensamiento más oscuro.
Hay miradas que perdidas entre miles de miradas andan solas por la vida en busca de otras miradas…
– En cosas bonitas… – respondió en voz baja, y por la expresión de sus ojos, comprendió que sabía que pensaba en él. Le alegró que se diera cuenta y deseó que él también hubiera estado pensando en ella.
Antes es de cobardes. Tenemos que luchar hasta el final. Caer está permitido, pero levantarse es obligatorio. Debemos recordar el valor supremo del ser humano: nunca darse por vencido. No importa la historia, el teatro o el escenario, el poder de cambiar la historia esta en nuestras propias manos, somos dueños de nuestro propio destino.
Sueña. A lo grande. Lucha por lo que amas. Y el universo conspirara para hacer tus deseos realidad.
Y sin saber por qué… sin saber por qué el destino ha vuelto a perdonarme, a hacer válido el intento por volver a ser solo en mi universo: letra en el papel, frío en este invierno… Y tengo lo que hoy no ves, tengo lo que siento y lo que sentiré, como pasa el tiempo y no me perderé, estaré despierta, puedes encontrarme en mi pequeño invierno… Ese al que nunca llega nadie, nadie, nadie… Pero que se ha fundido por ti, y solo por ti es como lluvia que no llega y es como no aguantar en pie ese alma vieja y verdadera, es algo que siempre tendré… El amor que por ti, SIEMPRE sentiré…
Habitualmente se interpreta como un sentimiento, relacionado con el afecto y el apego, y resultante y productor de una serie de emociones, experiencias y actitudes. Con frecuencia el término se asocia con el amor romántico. Su diversidad de usos y significados, combinada con la complejidad del sentimiento implicado en cada caso, hace que el amor sea especialmente difícil de definir de un modo consistente.
Las emociones asociadas al amor pueden ser extremadamente poderosas, llegando con frecuencia a ser irresistibles. Con todo, el amor interpersonal se considera sano o «verdadero» cuando es constructivo para la personalidad, para lo cual es indispensable tener una buena autoestima.
perdido en la solapa del azar.
Estoy tratando de decirte que me desespero de esperarte, que no salgo a buscarte porque se que corro el riesgo de encontrarte.
Que me sigo mordiendo noche y día las uñas del rencor,
que te sigo debiendo todavía una canción de amor.
No corras si te llamo de repente, no te vayas si te grito piérdete, a menudo los labios más urgentes no tienen prisa dos besos después.
Se aferra el corazón a lo perdido, cantar es disparar contra el olvido; vivir sin ti es dormir en la estación.
Te cierras de pronto. ¿Qué pasa? ¿Qué me ha ocurrido? Bloqueas la ilusión para que el raciocinio te haga reflexionar. Lloras y lloras pero el dolor se hace fuerte. Quieres volver a confiar, quieres volver a emocionarte, quieres volver a saber lo que es el amor.
– ¿Qué cosas?
– Comer hormigas. Insultar a los parados que salen del INEM. Amarte como loco…
Fijaos en ese imbécil, sentado en su banco, fingiendo hacer muecas porque está echando el bazo. ¡Todo excusas!
¿No sería mas sencillo como dice Edith Piaf en La Vie en Rose?
Tomarla entre tus brazos, hablarle al oído, decirle palabras de amor, palabras normales y corrientes… y decirle que en cuanto la ves sientes latir tu corazón
Eres la combinación perfecta entre lo que quiero y necesito, entre lo que no tengo y de lo que dependo. Eres todo aquello que no encuentro en nadie más y la verdad es que…te odio por eso, por ser único en mi vida.
No por conseguirlo, sino porque estas condenado a no quererlo en cuanto lo consigas…
Todo se vuelve un tanto espeso. Espesez absoluta. Pero, ¿qué más da? Ahógame con tus labios. Déjame sin respiración. Que solo se oiga el quejido de mis pulmones sin aire.
Suéltame, pero no te separes de mí. Apriétame fuerte. Regálame otro beso, espeso, como el gel. Y luego bailemos al ritmo que nos marque la luna. Dancemos entre planetas. Sin respiración. Sin aire. Vacío, pero a la vez lleno. Lléname de Octubre. Vacíame tu calor. Mírame otra vez…y bésame de nuevo.
– No, no, espera… La culpa ha sido mía, yo soy el único cabrón de esta historia… pero ha servido para demostrar que el matrimonio y yo no estamos hechos el uno para el otro, y ha servido para demostrar algo más… Cuando estaba allí delante del altar, por primera vez en mi vida me di cuenta de que estaba perdidamente enamorado de una mujer, y esa mujer no era la que estaba a mi lado sino la mujer que está delante de mí ahora, bajo la lluvia…
– ¿Todavía llueve? No me había dado cuenta…
– La verdad es que te quiero desde el primer instante en que te vi… Oye, ¿no irás a desaparecer otra vez?
– No, puede que me ahogue, pero desaparecer no…
– Oh claro si… claro, entremos… Espera, antes quiero hacerte una pregunta… ¿Crees que cuando nos hayamos secado y hayamos pasado mucho tiempo juntos, aceptarías no casarte conmigo, y crees que no casarte conmigo podría convertirse para ti en algo que durara el resto de tu vida?… ¿Quieres?
– Sí, quiero…
– Bueno eso…
– Tú me enseñaste a conducir. Y en el baile de fin de curso sabías que el brazalete que llevaba era de mi madre. – (le desabrocha la camisa lentamente) – Tú me besaste primero y la segunda vez contaste hasta diez mentalmente antes de volverlo a hacer por si yo quería impedírtelo. Me compraste una pared… – (le quita la camisa y le besa las manos)
– No te la compré, más bien…
– Estuvimos en un barco tres meses y te diste cuenta de que no estaba preparada. – (le quita suavemente la camiseta que cae al suelo) – ¿Vas a preguntarme si ahora lo estoy? Pacey; voy a contar hasta diez y cuando acabe voy a empezar a besarte y si no quieres que lo haga tendrás que impedírmelo. – (le pasa su mano por el torso mientras cuenta mentalmente) – Diez
-Improcedente.
-Usted si es improcedente, protesto por la forma en la que se ha tratado a mi cliente, protesto por el hecho de que mis juicios profesionales se hayan visto obnubilados por mis sentimientos hacia mi cliente… Protesto por como parece girar esta sala cada vez que ella aparece, protesto señoría porque amo a esta mujer.
Permanece inmóvil en el agua, apabullada por esa infinidad de preguntas sin respuesta. Silencio. Necesito silencio. No me preguntes nada, corazón; deja que me vaya, mente. Sólo una lágrima cae entonces de sus ojos, resbala por su mejilla al amparo de todo y de todos, furtiva, escondida, como una pequeña ladronzuela que acaba de sisar algo en el mercado y se escabulle así, perdiéndose entre la gente, de la misma manera que esa lágrima acaba en el agua poniendo fin a su breve recorrido y a todos los porqués que la habían generado.