El amor es como un imperdible

Look, if you had one shot, or one opportunityTo seize everything you ever wanted-One momentWould you capture it or just let it slip

tenemos toda la vida por delante, hay tiempo de sobra

No está demostrado, pero quien escucha a su corazón sabe lo que siente. Orgullo, por haber hecho algo bien. Un recuerdo amargo, por la persona que te ha destruido la vida. Un enorme vacío, por no haber amado de verdad. Ira, por no saber si el corazón roto alguna vez cicatrizara. Pero si uno tiene fé, se pueden volver a pegar los pedazos. Solo que nunca sabes cuánto tardarás hasta que en tu corazón vuelva a caber otra persona, ni quien querrá entra en el.

Ya no tengo ganas de nadie.
Ésta debe ser otra fase de lo de enamorarse. Ya he pasado la de cometer errores, la de intentar corregirlos, la de llorar, y ahora debo estar en la que asimilo todo y me canso. Me canso de ti y de todos. De ti, y de todos. No encuentro las ganas de dar explicaciones. Aunque tampoco quiero. Claro que querer… ya no sé lo que quiero. Ya no sé qué tipo de aire respiro. He perdido mis bragas favoritas, no recuerdo cuales eran. Y lo peor es que no tengo un plan. Yo siempre guardo ases debajo de la manga, por si algo se estropea tener un parche y arreglarlo. Habrá sido la lluvia o yo que sé, pero ya no me quedan parches. Ni parches, ni libido cuando me pienso contigo.

Ahora sólo me pregunto qué pasará luego. Qué número saldrá en el dado y cuándo saltaré a la otra fase. No es que me muera de ganas, a lo mejor la siguiente es peor. Pero mientras más avance, antes terminará todo esto. Es la única esperanza que me queda. Saber que no es para siempre. Que cuando llegue al último nivel y lo pase, si aguanto, la pantalla se apagará como en los juegos nuevos que anuncian por la caja tonta y podré tumbarme en el sofá sin derramar ni una maldita lágrima, sin sentir que me estoy pudriendo, sin tener que silenciar el teléfono ignorando a todos esos que llaman y no son tú. Y no son tú.



A veces se te quedan grabadas las cosas más raras, cosas a las que no das la más mínima importancia, ni siquiera en el momento que pasan.
Esas las recuerdas a la perfección
… En cambio, las más importantes se te van… se van tan lejos que es como si nunca hubiesen ocurrido
Tengo que decirte algo…No me interrumpas.- dijo de pronto.- Nunca saltas ni arriesgas, prefieres saltar con la pierna doblada. Nunca finalizas lo que inicias, inicias lo finalizado. Nunca haces caso de lo que te dicen, te dicen A y haces B… para ti B siempre es mejor que A. Nunca soportas los climas extremos pero quieres viajar a la Antártida y vivir en el desierto.
Nunca tu intensidad ha durado más que unas horas. Nunca escribes con sentido, pero todo el sentido eres tú. Nunca te comes todo el plato pero te mueres de hambre cada vez que me ves.
Nunca dejas de observarte en el espejo por si olvidas cómo eres. Nunca devuelves las miradas, te mueres de vergüenza demasiado rápido que al final no te da tiempo. Nunca dejas de mirar las nubes, no dejo de pensar qué estarás pensando. Nunca combinas los zapatos con la bufanda, combinas la bufanda con los días.
Nunca quieres llevar reloj y nunca quieres dejar de perderte. Nunca nadie supo cómo contentarte. Nunca dejas de comportarte como una niña. Nunca te has dejado besar si no es por sorpresa. Nunca te gusta compartir paseos, pero adoras compartir una siesta para dos. Nunca sabes qué decir y en cambio siempre lo dices todo. Nunca te preocupas por ti, prefieres estar más pendiente de los demás. Nunca abandonas el miedo, pero sin embargo no tienes miedo a llorar.
Nunca admites que me quieres y aun así me dejas cartas en el buzón una vez por semana. Nunca te gustó el café y adoras las cafeterías. Nunca te bañas cuando vas a la playa, sólo juegas con las olas y corres por la orilla. Nunca quieres que te acompañe hasta la puerta pero te encanta que te espere en cualquier sitio. Nunca llegaré a conocerte del todo.
Nunca dejas que te rescate, prefieres que nos rescatemos juntos. Nunca dejas de hacerme daño, pero nunca he estado tan seguro de que sin ti no podría sobrevivir.-terminó de decir mientras tomaba aire- Es extraño, porque he dicho tantas veces nunca que hasta creo haber perdido la cuenta de todos los siempres.
-Entonces yo…yo nunca hubiera esperado que dijeras algo así, aunque bueno…siempre supe que algún día lo harías.- dijo ella, acariciándolo


Ponerme los zapatos y pensar que esta vez no voy a ir descalza. O sí. Sí, mejor me los quito. Voy sin arnés, sin barreras y sin porqués. Así de vacía; solo yo y lo que siento. Estoy aquí, dispuesta a seguir el camino. Sí, si ya sé que no es recto. ¿Y qué más da…? Yo soy una mujer con curvas.
No me van a convencer de que abandone. Querido miedo, te digo adiós. Y a ti inseguridad. Y a ustedes, dudas. Adiós. Que voy a tropezar igual con o sin zapatos. Que en la vida no hay cuerdas, y que yo no quiero atarme. Que de repente, ¡pum!, he espabilado. Al menos, un poco. Y no crean que me voy a dejar pisar. He renacido un poco. Soy la chica de ayer, pero en hoy. Soy alguien que no va a dejar su vida para otra ocasión.



Bien lo que aquí se plantea es cuanto es lo bastante borracho , y la respuesta es que depende de las celulas del cerebro..
– del cerebro?
– asi es harry , con cada vaso de licor que tomas acabas con cientos de esas celulas , pero eso no importa mucho porque tenemos millones..
Primero mueren las de la tristeza , asi que estas sonriente. Luego mueren las del silencio y todo lo dices en voz alta aunque no haya ninguna razón , pero eso no importa no importa , porque después mueren las de la estupidez y hablas con inteligencia , y por último , las células de los recuerdos , esas son dificiles de matar.
Te vi caer, hondo, y no pude hacer nada. Quise sostenerte la mano y lo único que logré fue lastimar tus expectativas de vida. Tenía tu confianza y tu alma guardadas conmigo para cuidarlas y prometí nunca hacerte daño, siendo lo único que terminé haciendo. Creé un vacío que ahora ni vos ni yo podemos llenar. Te vi caer y no supe que decir, cómo reaccionar. No supe cómo ayudarte aún sabiendo que el remedio a tu dolor era el mismo que el mío: afecto, amor, fidelidad, cariño, estabilidad. Te vi caer y vi mi vida desmoronarse en mil pedazos filosos que te lastimaron y te dejaron enormes cicatrices que son tan mías como tuyas. Te vi, caer y tocar fondo. Te vi llorar y sufrir porque la vida no suele ser justa con quienes lo merecen. Intenté enmendar la equivocación que cometí pero tu cuerpo ya me había alejado lo suficientemente lejos como para que no te sintiera asfixiarme. Tu amor se congeló y con el, mi corazón.


Nada cierto, nada nuevo, nada más que lo que quieras escuchar en un pequeño instante, en un momento de debilidad. El mismo error constante, un paso adelante y dos atrás, la misma piedra en un camino del que no veo el final. Mientras seguimos como ayer, huyendo de una realidad a la que no le caigo bien, o es ella la que me cae mal. Riendo para olvidar, llorando por necesidad. Y aunque no te quise mentir, tampoco dije la verdad.
Tal vez, me sobra el dolor, me falta el valor para decirte adiós. Y sigo alzando la voz, cantando la misma canción que un día me hizo pensar que el amor era cosa de dos era cosa de dos. Nada es cierto, nada nuevo, nada más que lo que quieras ocultar, tras una mascara que no me deja ver lo que hay detrás. Lo que daría por entrar en tu cabeza una vez más para saber que nos pasó…

¿Qué nos hace volver atrás? ¿Qué nos hace pensar que, recordando, se van a arreglar las cosas? Es más, ¿qué nos hace sentir así? El amor (o lo que sea esto) es raro, dulce, asfixiante, desesperante, satisfactorio, agobiante, puro, real, inspirador… pero sobretodo es complicado.Te pasas el tiempo buscando aquéllo que es mejor para ti, esa persona que te ayude a ser feliz, que comparta y sea contigo, y cuando crees que él se parece, resulta ser todo lo contrario.
Pero ¡Oh,oh! Mal asunto. Ya estás ahí, pensando en que no es él, en que no estás enamorada, en que sólo es un capricho, pero no. Estás pensando en él. Ya no hay vuelta atrás. Miras a tu alrededor y las palabras se repiten como si te hubiesen puesto unos auriculares y estuviesen dando al ‘play’ todo el rato… Que le dejes ir, que no te merece, que no te quiere, que te haces daño a ti misma y una larga lista que no para de repetir lo mismo una y otra vez. Y tú dices: ‘Si.. tienen razón’. Y crees que puedes con todo, que el pasado ya se irá, no ahora, pero si más tarde. Y sales a la calle, inspiras y ves que todo eso está hecho para ti, ¡sal a disfrutarlo!

Es entonces cuando le ves o, simplemente, cuando sabes de él. Y ahi la calle se vuelve vacía, sólo está él, mirándote, sin decir nada y tú queriendo que te diga todo. El inspirar se vuelve difícil, te ahogas, te asfixias si no está contigo. Y el resto te da igual porque.. ¡qué demonios! ¿Qué vale el resto si no tienes lo que quieres? Es ahí cuando tú misma lo fastidias TODO. Cuando piensas que él es el que da sentido a tu vida y en realidad está acabando con ella. Cuando piensas que él es quien te ayuda a respirar y en realidad es él por quien no puedes respirar. Cuando piensas que es él el que necesitas y en realidad solo necesitas otros brazos… porque al fin y al cabo, unos amores se borran con otros. Y yo solo necesito una goma de borrar.





Quiero ser en tu vida algo más que un instante, algo más que una sombra y algo más que un afán. Quiero ser en ti mismo una huella imborrable, un recuerdo constante y una sola verdad. Palpitar en tus rezos con temor de abandono. Ser en todo y por todo complemento de ti. Una sed infinita de caricias y besos, pero no una costumbre de estar cerca de mi. Quiero ser en tu vida una pena de ausencia, un dolor de distancia y una eterna amistad. Algo más que una imagen que venciendo caminos, llega, pasa y se va. Ser el llanto en tus ojos y en tus labios la risa, ser el fin y el principio, la tiniebla y la luz, la tierra y el cielo y la vida y la muerte. Ser lo mismo que en mi vida has venido a ser

Lo malo de los sentimientos es que tienen ese modo sigiloso de aflorar cuando menos te lo esperas
No hay momento en mi día en el que deje de imaginar, no hay minuto en el día en el que no me pregunte si existirás, si estarás presente. Es inevitable, el pensamiento siempre está ahí, ¡no me abandona! Quisiera saber si en algún lugar me está esperando, si piensa en mí, si hay tan sólo una oportunidad de estar un segundo junto a él. Creo que correré, quizás llego hasta donde se encuentra, quizás me ayude a buscarlo, quizás aún sin vernos nuestros corazones están conectados.
Tal vez en el preciso momento de pensarlo, él piensa en mí. Estoy ansiosa por verlo, ver su rostro y sus ojos, ¿estará esperándome tal y como yo lo espero a él?, me hago preguntas que sé que sólo él me puede responder. Y esque quiero que sea sólo mío; ya que si hablamos de nosotros, compartir no está en mi vocabulario. No me arriesgo a decir que es enamoramiento, tal vez lo es, más el miedo que tengo a reconocerlo me confunde el alma, el corazón.

He decidido algo… no me cansaré hasta encontrarlo, sólo en ese momento podré descansar y será a su lado. Buscaré lo únicos ojos que me pueden hipnotizar, la boca que me puede calmar y los brazos que me protegerán de todo el mal. Seremos una persona que entregue amor, amor del bueno, amor sano, amor recíproco. Buscaré mi tranquilidad en él, e intentaré ser sólo para él, insistiré en que sea mío, es egoísta pero es mi realidad, mi corazón le pertenece. Y cuando así sea, nuestro futuro comenzará un capítulo que nadie ni nada podrá borrar, porque vivimos para estar juntos. Somos dos individuos que no se separarán, somos invencibles. Es un poco loco pero te buscaré y te encontraré cueste lo que cueste, estás en mi corazón, en mi destino. Correremos hacia nosotros y con el primer abrazo abriremos nuestra historia, con un beso la pactaremos y con mi promesa y tu promesa de amor seremos eternamente UNO

Resistencia: habilidad para recuperarse de los desengaños amorosos; capacidad para volver a lanzarse… Volver a la Vida!».


Báilame el agua. Úntame de amor y otras fragancias de tu jardín secreto.
Sácame de quicio, hazme sufrir… Ponme a secar como un trapo mojado. Lléname de vida, líbrame de mi estigma. Llámame tonto. Olvida todo lo que haya podido decirte hasta ahora. No me arrastres, no me asustes. Vete lejos…pero no sueltes mi mano. Empecemos de nuevo. Toca mis ojos, nota la textura del calor. ¿Por cuánto te vendes? Píllate los dedos. Deja que te invite a un café, caliente claro. Y sin azúcarsin aliento…

Qué difícil escoger el argumento. A día de hoy me gustaría que fuese una de esas películas que comienzan con lágrimas, pero con un final diferente. No soy buena protagonista, desde que empecé con todo esto me sentí más bien un personaje secundario, una amante de los vértices y esquinas. Todo es a mi manera. Pensamos que nadie nos comprende. Es complicado.
¿Podemos ser protagonista y antagonista a la vez? Aunque parezca increíble, podemos… Y las luchas sin motivo, sin razones aparentes, debilitan. Hay heridas que simplemente no pueden cerrarse nunca. Se intentan olvidar, porque tienes que pasar a otro capítulo. Tenemos que enfrentarnos a ellas si queremos llegar al final. Si queremos dejar de mirar atrás. No importa si podemos o no, tenemos que completar la película. La vida no nos informa de que el tesoro -lo que buscamos, necesitamos o anhelamosestá con nosotros todo el tiempo…
¿Soy sincera? Tengo miedo…
Tengo miedo de que nunca haya nadie al otro lado de la cama. Que algún día me levante y no consiga sentir nada por nadie, solo porque no me atrevo a decir que sí. Tengo miedo que las cosas se queden tal y como están; me gustan los cambios, me encantan las sorpresas y las cosas impredecibles (quizá por eso me fije en él). Tengo miedo de que nunca pueda sacarlo de mi mente. Tengo miedo de pensar que algo puede llegar a ser perfecto porque cuando vuelva a la realidad, cuando pise este frío y duro suelo, todo va a dolerme más. No me avergüenza decir lo que siento, lo necesito, esta es la única forma que tengo de desahogarme y sinceramente me encanta. Por eso digo que tengo miedo, no quiero dejar de ser la que soy, ni de hacer lo que hago y no quiero que nadie me aparte de mi mundo, quiero seguir viendo las cosas como las veo, quiero acostarme con ganas de escribir todas las noches, y quiero seguir pensando que todo tiene solución, que las cosas cambian tan rápido como yo quiero que lo hagan y quiero seguir pensando que esto está bien, que mi vida no es tan mala…
¿Me ayudas?



Me daría igual entregar mi vida a esas personas que son mi vida, sería devolverles algo que les pertenece, sin exigir nada a cambio. Quizá un poco de comprensión, nada más. Porque sí, aunque siempre pidamos “amor”, nos confundimos. En realidad queremos que alguien nos entienda, nos apoye cuando caigamos, nos diga: “Hay más oportunidades”, que nos mientan para hacernos sentir que nada es tan malo como parece, que nos dé un abrazo cuando la vida sólo nos da dolor… que exista a nuestro alrededor…

Tenemos miedo, lo sentimos todo el tiempo, nos quedamos con la primera impresión, con lo primero que nos dicen. Preferimos un «no» antes que arriesgarnos por un «quizás». Elegimos ser lo que somos y creemos que eso es lo mejor para nosotros. Nos falta jugárnosla por esa persona, por ese sueño. Arriesgar o acertar, es parte de la vida. Pierde el que no lo intenta, el que se estanca en sus pensamientos. Corremos el riesgo de no crecer, de no esforzarnos, de no conocer ni aprender. Errar no es fallar, sino aprender a ganar. Quizás hoy sea un no, pero nadie te quita la posibilidad de que mañana sea un




Debo aprender a escaparme del pasado, o mejor aun…que no me siga lastimando. A acostarme sin pensar en lo temprano que debo levantarme. Que no importa cuanto me esfuerce… hay cosas que no lograré. A recordar siempre quién soy. A mirar con inocencia. Que llorar no me hace más débil, que no es un motivo de vergüenza. Que aunque ame mucho a alguien… no por eso me va a amar. Y que para amar no se necesita que te amen.
Que no importa cuán lejos esté la gente que yo quiero, porque siempre serán parte de mi corazón. A desbaratar mis propios esquemas. A bañarme en el mar sin mirar el fondo… y sin aterrarme ante tanta inmensidad oculta. A dejar de estar preocupada por la imagen que tienen de mi, sino sólo por la que yo tengo de mí. A hacer lo que me gusta sin estar pensando en qué dirá el resto. Que ser diferente me hace ser especial y única. Que puedo lograr lo que me proponga.
Que uno puede estar rodeado de miles de personas y sentirse solo. A no sentirme sola. A no sacar conclusiones apresuradas. Que puedo equivocarme…, que no se acaba el mundo. A no confiar tanto… o quizá a confiar más. Que no todo es lo que parece. A alegrarme porque mis sentidos me dicen que estoy viva. Que soy la dueña de mi futuro. Que todo lo que hago tiene consecuencias… buenas o malas… A no ser tan orgullosa. A no temer al rechazo cuando le digo a alguien cuanto le quiero. A no temer… En definitiva, a vivir

veces nos disponemos a estrellarnos y no lo sabemos, ya sea casual o deliberadamente, no hay nada que podamos hacer al respecto… Pero siendo la vida como es, una serie de vidas cruzadas e incidentes que escapan a nuestro control, debo decir (si te sirve de algo) que nunca es demasiado tarde, o en mi caso demasiado pronto para ser quien quieras ser… No hay límite en el tiempo, empieza cuando quieras, puedes cambiar o no hacerlo, no hay normas al respecto, de todo podemos sacar una lectura positiva o negativa, espero que tú saques la positiva, espero que veas cosas que te sorprendan, espero que sientas cosas que nunca hayas sentido y a poder ser que yo te las haga sentir. Espero que conozcas a personas con otro punto de vista, espero que vivas una vida llena, que te sientas bien y si ves que no es así espero que tengas la fortaleza para empezar de nuevo…conmigo.

Alguna vez sentiste que te equivocaste con alguien? ¿Qué dejaste pasar la oportunidad? El momento se fue, el tiempo pasó, ya no está ahí. Y meses, años. Seguramente el interés se fue, las ganas, el calor. Dicen que si tiene que ser va a ser. Pero claro, tal vez tenía que ser y no fue. Y ahora tal vez ya no será. También dicen que las oportunidades pasan una vez. Quién sabe… Igual, uno no puede dejar de preguntarse «¿Y si…?»

Bueno, adiós. Has sido muy gentil conmigo. Ahora voy a tomar un buen baño caliente.
Ah… me olvidaba decirte que…
Dilo.
—… Que tengo unas ganas de hacerte el amor que no te puedes ni imaginar. Pero esto no se lo diré a nadie. Sobre todo a ti. Deberían torturarme para obligarme a decirlo.
¿A decir qué?
Que quiero hacer el amor contigo. No una vez solo, sino cientos de veces. Pero a ti no te lo diré nunca. Sólo si me volviera loco te diría que haría el amor contigo, aquí, delante de tu casa, toda la vida.


Me gusta la espuma del mar, me gustan las galletas Cuétara, me gusta dormir, y soñar. Me gusta la melodía que tiene un piano al tocarlo en notas agudas, me gusta el cielo, y la sensación de calor cuando me da el sol en la cara, también me gusta la brisa, y el sonido de las olas, me gusta cantar, me encanta cantar…
Me gustan las caricias, que me retiren el pelo, me gustan las sonrisas, y las horas interminables hablando. Me gusta romper el papel por las líneas de puntos, chupar el Colacao que se queda pegado en la cuchara. Me gusta acercar la cara a los ventiladores y gritar, me gusta correr, sentirme libre.
Me gusta explotar burbujas, y que suenen como una tormenta. Me gusta reír, me gusta el color gris, y el azul, y el negro y el amarillo y el violeta. Me gustan todos los colores. Me gusta coger la nata con el dedo, y la gente que escribe en cualquier sitio, en servilletas, cuadernos, manos, paredes…

Me encanta leer, y evadirme de mi realidad durante muchas horas. Me gustan los cuentos, los que acaban bien. Y también los que no. Me gustan los corazones dibujados en los árboles, y el olor a primavera, y a gasolina, y a nuevo y a papel. Me gusta el olor de muchas comidas, y el de las personas, también el recuerdo que ese olor me trae. También el olor a lluvia, y a café recién hecho, y a tostadas.
Me gusta la gente que se besa por la calle, me gustan los atardeceres, y ver amanecer. Me gustan los vestidos, y los zapatos de tacón, y las gafas de sol… También abrir un libro, y ver fotografías viejas, o entradas de cine. Me gustan las cosas pequeñas, y los detalles. No me gustan las marcas, pero sí las señales. Me gusta ser niña, y adulta a la vez. No me gusta crecer, ni tomar decisiones. Me encanta el silencio, y la música. Me gustan las cosas clásicas y antiguas, pero también lo moderno.
Me gustan las noches, ver la Luna desde el jardín, y las películas de amor. Y tú, tú también me gustas, siempre me gustarás… y me encanta vivir, aun con todo lo que conlleva…




Hay un momento justo antes de dormirte completamente en el que tu conciencia recupera en un instante los momentos más importantes vividos durante lo largo de tu vida. Cada día, cada noche, sin darnos cuenta…
Dicen que el segundo después al flash, aparece la persona que te hace sonreir…e inconscientemente, nos dormirmos…

Llevo todo el puñetero día pensando en lo difícil que es decirle a alguien que le quieres y que precisamente por eso nos quedamos a las puertas de ser felices y que yo no me quiero quedar a las puertas de nada: Te quiero






A veces suceden cosas en la vida, cosas inesperadas, bonitas pero temibles por lo buenas que pueden ser. Sientes miedo, miedo a equivocarte, a tomar la decisión incorrecta, a enamorarte demasiado del momento que estas viviendo.
Pero no temas, no pares, no te rindas, porque la vida esta para vivirla cada momento, así que disfruta del presente y no le temas al futuro. Un futuro que debe de estar cargado de experiencias, y no importa si el resultado es bueno o malo, sino lo que aprendes de ellas cuando acaban, los recuerdos que te dejan y los buenos momentos que has pasado viviéndolas, momentos felices, con risas, muchas risas… Y eso es lo verdaderamente importante, ya que no hay día más perdido que aquél en el que no hemos reído. Recuerda que es de héroes sonreír cuando el corazón llora. Y lo que debes saber es que si luchas puedes perder, pero si no luchas ya estas perdido…


Quieren exterminar la vida, pero la vida no se puede matar, porque mientras haya un hilo de amor la vida se abrirá paso. No hay deseo más fuerte que el de ser amado, es más que un deseo, es una necesidad, es la necesidad de que alguien se alegre de que vos existas. Los ídolos del futbol o del rock, y todos los que se matan por llegar a serlo, todos quieren ser amados, aceptados, adoptados por los demás. Pero tal vez ser amado no se logra buscándolo, forzándolo, tal vez se logra simplemente amando. Hasta el más cruel se conmueve ante el amor.
Una vez que llegó el amor te cambia, para siempre. Desde el más cruel hasta el más inocente, todos necesitamos sentir que somos amados.

¡Narcisos!
Son tus flores favoritas.
¿Cómo has podido encontrar tantas?
He llamado a todas las floristerías de cinco estados, les dije que era la única manera de que mi esposa se casara conmigo.
¡Ni siquiera me conoces!
Tengo el resto de mi vida para conocerte…






Tú dices que quieres morir por Amor, pero no sabes nada de la muerte, ni sabes nada del Amor…

Es como si llegaras al mundo con una caja de lapices.
Tu caja puede ser de 8 ó de 16…
…pero lo que importa es lo que haces con los colores que te dan.
No debe importar si coloreas fuera o dentro de las líneas. Colorea fuera de la página, que no te limiten.


Aquel que dijo más vale tener suerte que talento, conocía la esencia de la vida.
La gente tiene miedo a reconocer que gran parte de la vida depende de la suerte. Asusta pensar cuantas cosas se escapan a nuestro control. En un partido hay momentos en que la pelota golpea el borde la red y durante una fracción de segundo puede seguir hacia adelante o caer hacia atrás. Con un poco de suerte sigue adelante y ganas, o no lo hace y pierdes.


Ni siquiera se cuanto hace que murió… es como si me despertara y ella no estuviera en la cama, porqué ha ido al baño o a la cocina… sin embargo tengo la certeza de que ya no volverá a la cama. Podría… alargar la mano y… tocar su lado de la cama… y sabría que está frío, pero no puedo… sé que no puedo recuperarla. No quiero despertarme por la mañana creyendo que aún sigue aquí… me quedo en la cama sin saber desde cuando estoy sólo… y así…
¿Cómo voy a cicatrizar? ¿Cómo puedo cicatrizar si no siento… el paso del tiempo?

recuerda todos los movimientos, las sensaciones, ese juego de luces, la penumbra entre las rocas… Esa mujer abandonada entre sus brazos, debajo de él, esa pasión que pasa por encima de todo, como si se tratara de un hambre repentina que no se puede controlar y que impide ver lo que hay fuera. Y, como si fuera víctima de un arrebato, se vuelve a ver allí, viviendo esa pasión que ahora le resulta nítida e intensa, de una belleza casi molesta. Escruta excitado en el vacío, en la oscuridad de la noche, y oye una vez más el eco remoto de aquellos suspiros, la respiración entrecortada del deseo y la espléndida hambre de amor. Lo invade una tristeza inesperada que lo transporta muy lejos…


Estabas enamorada?

Sólo por la noche. Él no entendía nada de mí. Sólo mi cuerpo. Y yo entendía el suyo. De día le despreciaba. Pero no podía vivir sin él. Me traicionaba, me humillaba y después con un beso le perdonaba todo.
Una noche no volvió. Se había ido con otra. Sin una palabra. Pero con las prisas, se olvidó la pistola.
Yo pensaba ¿Me disparo o le disparo a él?
Pero de repente me vi frente al espejo y empecé a cepillarme así, despacio, pasada a pasada y se me iban deshaciendo los rizos(…)con la centésima pasada el pelo estaba liso. Me miré.
Él ya no tenía poder sobre mí. Era otra.
Le quiero porque sé que cuando me ponga borracha me llevará a casa en brazos, me romperá las medias con la boca y luego me comprará otras. Me hará el amor contra la pared y se meterá conmigo en la bañera. Se perderá conmigo para después rescatarme de laberintos sin sentido, sacará la espada y me defenderá de viboras, pirañas y putas.
Le quiero porque cose disfraces a mis días malos y los convierte en buenos. Sé que no se enfadará si no me entiende, ni me entiendo y lo mareo. Que no da por hecho que siempre voy a estar ahí pero que tampoco lo duda. Le quiero porque no me hace sufrir porque sí; y le amo porque no me vende amor eterno manoseado. Porque no puede caminar conmigo por la calle sin cogerme de la mano; porque no me compra con regalos, pero tiene mil detalles conmigo. Me encanta que no le guste verme llorar y me haga reír hasta cuando no tengo ganas. Me gusta que me mire, lo mire, y me tiemblen las piernas sin remedio

Quiero que esté loco por mi, y no se le olvide decírmelo los días de resaca y que si se pone animal, sea solo en la cama, y me mate a besos por la mañana. Que si mira a otra, luego me guiñe un ojo, y se ría de mis celos de hojalata. Pero sobre todo espero que no tenga que perderme para darse cuenta de que me ha encontrado


No he venido aquí a hacerle la autopsia a los que fuimos.
No es eso.
Los 2 tenemos claro que no puede ser por encima de razones y discursos. Sólo quiero decirte lo que siento,
soltar lastre, coser las alas, que me digas que a pesar de todo todavía piensas que mereció la pena.

camino de otro corazón donde no sea tan caro soñar

No quisiera que lo que ahora siento algún día se termine, estoy viviendo los mejores momentos de mi vida en este instante y por fin siento que voy por el camino correcto. Voy a superar mis dudas, voy a controlar mis temores y no a dejar que ellos me controlen. Voy a vivir la vida plenamente sabiendo que no siempre va a ser placentera, pero que aprenderé a aprovechar los buenos momentos



Detrás de los latidos secos que deja el reloj, detrás de esta sonrisa a medias, detrás de los amigos, detrás de los espejos y las sombras estas tú. Detrás de las pisadas de los que vienen y van, detrás de un calendario que adelanta marcha atrás.
Por que estás en las canciones, en otros labios y otros besos.Detrás de todo, ahí estas tú.


Ella se vuelve y ve que está muy cerca. Mucho. Demasiado. Los envuelve la penumbra de ese recoveco que se encuentra bajo la copa verde de un gran árbol. Las ramas más largas descienden sobre ellos formando un gran paraguas natural. Los protegen incluso del más simple rayo de luna.
Ahí están, lejos de todo el mundo. Un viento ligero, más cálido, agita algunas hojas y su pelo. Ese mechón rebelde se desliza por su cara y se diría que traza sobre ella un bordado vacilante, un signo de interrogación, un rizo curioso que acaba su recorrido en el borde de la mejilla. Un silencio hecho de mil palabras. Sus miradas y esos ojos que sonríen serenos, conscientes de la belleza del momento. De ese instante que parece durar una eternidad. Él mueve la mano, la alza con delicadeza hacia su cara, aparta ese rizo rebelde y le acaricia el pelo.
Sin dejar de mirarse, lentamente, sus bocas se aproximan con un movimiento milimétrico a la vez que se abren como flores en ese lecho del río. Esos labios rojos, esos delicados pétalos de dos jóvenes sonrisas, casi se rozan ya.

Todos tenemos un sueño, el sueño de vivir en pareja, el sueño de empezar una nueva vida o el sueño de dejar atrás por fin la vida que llevábamos hasta ahora. Aunque algunos sueños, terminen convirtiéndose en una pesadilla de la que querríamos despertar lo antes posible.
Sí, no podemos decidir que sueños se harán realidad, solo podemos esperar, porque a veces los milagros ocurren cuando ya no contamos con ellos
Como te confesé la primera noche: solo tengo un puñado de palabras, y prometí usarlas para hacerte reír. Me puse peluca y sombrero, la cara pintada y el disfraz de aprendiz ingenuo que juega a subirte las faldas.
Puedo decir que tu risa es algo que siempre me he tomado muy en serio. Cada cual tiene su gasolina para rugir, la mía es mezcla de labios y cuentos con leve inclinación de gesto cuando la risa te desborda la boca.

Por supuesto el tiempo es tiempo, y la arena no siempre es playa. Estar ahí, cogerte la mano al dar un paseo, ayudarte a dormir, todo eso. Alguna vez te vi llorar y alguna vez también te vi contener las lágrimas. Te escuché hablar con voz cansada de cuna mientras por dentro había una hoguera de hielos que te quemaban.
Y me quedé en silencio, sin saber qué decir, yo, que te confesé que solo tenía un puñado de palabras y prometí usarlas para hacerte reír. Me quedé en silencio, roto al verte resquebrajada. Asustado y muerto de miedo, como un niño feliz que al mirarse solo ve la pálida cara de un hombre triste al otro lado del espejo.
Tragué saliva, respiré, y pellizqué mis heridas para entender que lo bueno de los malos momentos es que se pasan. Lo malo, es que los buenos también.





Una noche de amor, es un libro menos leído», de Honoré De Balzac.
Pero a veces esta noche puede cambiarte la vida.
Cuando el amor ya no es un drama, sino magia, que de repente convierte a la vida en la cosa más simple y bella del mundo y todo encaja a la perfección. Y tu realidad es exactamente como la habías imaginado. Entonces, las ideas que te faltaban, aparecen.


Decidí dejarme la inocencia en casa, y guardar las poses para otro día. Por un día no quise pedir nada al cielo, porque ya tenía mis manos para construir la vida. Quise no ser para nadie más que para mí misma, y ser la única que viese mi reflejo en el espejo. Me apeteció disfrutar de mi idiotez y no regalar más de lo que me apetece…
Ya no hay ganas de hacer lo de siempre, porque lo de siempre ha perdido el encanto. Podría seguir saliendo de casa con la venda en los ojos y actuar como si todo siguiese igual, pero la hipocresía nunca ha sido lo mío. Así que prefiero llevar mi vida como realmente me apetece y hacer caso omiso a los reclamos de la gente que necesita mi presencia para que su mundo no se derrumbe, para que todo siga como antes, para que el equilibrio este ahí. El equilibrio es imposible.


En mi opinión vamos al cine porque queremos ver cuentos de hadas: una reina durmiente que despierta con el beso de su gran amor, una princesa que deja a un lado sus joyas para abrirse un paso en el mundo, amantes separados que vuelven a reunirse… Pero la vida no es un cuento de hadas y los finales felices son escasos y cada mucho tiempo. En la vida, la joven reina se vuelve una tirana y lleva a sus súbditos a la guerra, por eso necesitamos las películas para recordarnos que a pesar de todo el amor todavía puede florecer hasta en los sitios más improbables, y que a veces hasta los cuentos de hadas se hacen realidad


La magia de librar batallas más allá de lo humanamente soportable se basa en lo mágico que resulta arriesgarlo todo por un sueño que nadie más alcanza a ver excepto tú.


Te quiero mucho.
─ Hoy no.
─ ¿Qué?
─ Hay días que no es cierto, y hoy no es de verdad. Quizá estés más enamorado de la magia que de mí. Te aseguro que me gusta notar la diferencia, hace que los días que es verdad sean especiales.



El amor es voluble, intermitente como el dolor. No hay que hundirse, no hay que confiarse, no hay tampoco que recelar. Hay que llenarse de todo lo bueno que al alcance de uno esté, para renovar el aire deteriorado que respiramos cuando se pasó mal o cuando nos defraudaron. Sobre todo, porque, aunque con excepciones, no hay nunca seguridad en las cosas, una certeza de que se mantendrán como las hemos conocido y con el mismo efecto que nos produjeron un día.
La obligación es la de mantener eso bueno que las cosas o las personas nos dieron, pero es complicado, a la vista está de todos. Siempre mirando hacia adelante, queriendo. Pero no buscar en el amor una cura, que cura sí, pero no desesperada y ciegamente, porque eso significa alargar el problema.

Se miran, se atraen y saben que la vida les cambiaría si pudieran leerse el pensamiento, pero el silencio y los prejuicios levantan un muro alto donde chocan las ganas secretas del uno por el otro, y todo se queda en miradas y en deseos muertos.
Yo fui de los pocos que aprendí que si uno no quiere morir de remordimiento la única opción es correr el riesgo.»
Ya estoy harta que los demás manejen mi vida. Siento que los demás la controlan, y yo quiero tomar mis propias decisiones, la quiero manejar aunque me equivoque.
Quiero poder agarrar yo el control de mi vida, quiero que hasta mis errores sean míos. Quiero decidir yo, quiero equivocarme yo, quiero saber que nadie me manipula ni me maneja. Quiero ser responsable de mis decisiones.
Cuando alguien entra en tu vida y logra imponer su punto de vista hace que sientas, que pienses, que actúes como ella quiere, estás como manipulado, como manejado a control remoto… Y yo no quiero que eso me pase, yo quiero tomar mis propias decisiones, no quiero que la vida decida por mí, yo quiero decidir
Querida Bertie:
Me preguntaste dónde estaba, y quiero contestarte. Estaba en un lugar donde todo era nada, donde cada palabra duele, cada minuto es un paso atrás y el cielo carece de color y esperanza. Intenté salir, pero me perdí. Mientras andaba perdido te conocí; y no me di cuenta de que había encontrado mi hogar. Una sabia amiga me dijo una vez que todos tenemos nuestro hogar, y ahora sé que es verdad. Espero que recibas esta carta… creo que tengo 75 posibilidades. Cuando la recibas sabrás que he encontrado lo que buscaba. Encontré mi hogar, Bertie, cuando te encontré a ti. Espero que tú encuentres el tuyo pronto, y corras hacia él lo más rápido que puedas.
Escríbeme cuando la tengas. Un beso, Joe.

Les costaba ponerse de acuerdo, de hecho rara vez estaban de acuerdo. Discutían todo el tiempo y se desafiaban todos los días, pero a pesar de todas las diferencias tenían algo importante en común: ESTABAN LOCOS EL UNO POR EL OTRO.

Me dedicó esa sonrisa traviesa y abierta que me hacía contener el aliento y me paralizaba el corazón. No podía concebir que un ángel fuera más espléndido. No había nada en él que se pudiera mejorar.



Lo atroz de la pasión es cuando pasa, cuando, al punto final de los finales no le siguen dos puntos suspensivos…

Hoy alguien me dijo… «¿Por qué teniendo una pared entera pintada de rosa te obsesionas con la pequeña mancha negra?» ¿Hasta qué punto podemos obsesionarnos? ¿Hasta qué punto la obsesión nos acerca a la demencia? ¿Cuántos minutos, segundos y suspiros dejamos escapar por aquello que hemos dejado marchar?



Cuando nos abrazamos, nos retroalimentamos de energía. Llevamos vida a nuestros sentidos y reafirmamos la confianza en nuestros propios sentimientos. Algunas veces no encontramos las palabras adecuadas para expresar lo que sentimos, el abrazo es la mejor manera. Necesitamos cuatro abrazos al día para sobrevivir, ocho para mantenernos, y doce para crecer. Un abrazo te hace sentir bien. La piel es el órgano más grande que tenemos y necesita mucho cariño. Un abrazo puede cubrir una gran parte de la piel y da el masaje que necesitas. Es también, una forma de comunicarse. Y siempre, siempre dice las cosas para las que no tienes palabras

Lo atroz de la pasión es cuando pasa, cuando, al punto final de los finales no le siguen dos puntos suspensivos…

Por pedir, pido veinticuatro horas a tu lado en las que nos dé tiempo a todo menos a perder el tiempo. Por pedir, pido que me baste ese día para convencerte de querer estar conmigo por el resto de tus días.
Por pedir, pido y preciso que exista un preciso momento, en el que se te escape un beso… cuando menos te lo esperes, y cuando más lo lleve esperando yo. Por pedir, te pido en una tarde lluviosa, dentro de una casa sin gente, sobre un sofá sin cojines para que sólo puedas abrazarte a mí, en frente de mi película favorita… Bueno, si quieres, en frente de tu película favorita…
Me pido entonces tus dedos acariciando mi brazo, y mis cosquillas jugando al escondite con ellos. Por pedir, pido dar un paseo al mismo paso, frenarnos en seco de repente, y mojarnos los labios sin que nos vea la gente.
Pido, mientras caminamos por cualquier calle, llevarte y traerte al contarte cualquier estupidez, agarrando con mi mano tu brazo, y tu risa fuese la mejor de mis melodías, y después, en un intento por no dejarme ir, me hagas perder todo menos la sonrisa.


veces me quedo mirándolo sin que se de cuenta… cuando está ojeando un libro, o concentrado en el ordenador. Lo miro intentando quedarme con cada detalle de su cuerpo, con cada detalle de su ser. Lo miro y repaso por dentro todo lo que lo quiero, todo lo que hemos vivido juntos, todo lo que he llegado a sentir a su lado. Lo miro deseando que nunca se marche de mi lado. Lo miro y me imagino la misma situación solo que con nosotros de ancianos. Lo miro y creo en el amor eterno.
Y a veces él, distraido, levanta la mirada y me ve observándolo. Me sonríe y me pregunta «¿qué pasa?». Y yo se lo resumo todo en un simple «te quiero», lo beso, y sigo haciendo aquello que estaba haciendo.

Es tarde. Mira el reloj. ¿Sabes qué hora es?
Si. Son las 22:43.
¿Sabes cuánto tiempo llevas con su recuerdo?
Sí, eso también lo sé.
¿Y… te da igual?
Supongo que haga lo que haga va a estar siempre aquí dentro, puesto que el camino que comencé no tiene ni comienzo.
Todo ha sido un reflejo, ha sido como mirarme al espejo todas las mañanas y encontrarme más radiante al pensar, que tal vez, hoy iba a ser el día, sí, el día en que…. ha sido como escuchar esa canción que siempre hablaba sobre lo mismo, pero que nunca me cansé de escuchar.
Ha sido como imaginarme escalar esa cima, y que, al final, estuviera allí… esperándome… Ha sido como sentir que el corazón te engorda un kilo más cada vez que leía sus palabras, cada vez que volvía a aparecer cuando menos me lo esperaba, cada vez que me hablaba, de todo o de nada.
Ha sido como sentirme viva con notar que su mirada no había cambiado, que seguía siendo la misma de hace años…

¿Y por qué has despertado
Me gusta cuando nos abrazamos en un rincón, y se queda a oscuras,
y solo tus ojos y los mios dan luz a todo aquello…


Hay noches en que la tristeza y la soledad la invaden, en esas noches suele preguntarse a donde van los corazones solitarios que aman y sufren en silencio como el suyo; aquellos que no pueden evitar sentirse cobardes al no poder expresar lo que sienten y no comparten sus sueños por miedo a que alguien acabe con ellos en un abrir y cerrar de ojos…
Sueños que espera cumplir algún día, cuando pueda librarse al fin de esa absurda cobardía y rompa las reglas.
Su corazón se siente solitario porque ella tiene miedo, miedo a compartir sus emociones con alguien y ése alguien rompa su corazón en millones de pedazos. Aunque en la vida te rompen el corazón mas de una vez y tienes que pegar cada uno de sus pequeños pedazos una y otra vez.
Es como tropezar, levantarte, tropezar y nuevamente levantarte… y eso también es parte del encanto de vivir.

La moto se detiene y Alex y Niki bajan de ella sonrientes. Se quitan el casco y se dan la mano. Avanzan entre los bancos de la sencilla iglesia. Caminan con el sol en los ojos y en el corazón hasta llegar al altar.
Niki exhala un suspiro, largo, larguísimo. Mira a Alex y en unos instantes pasa por su mente toda su historia. Desde su primer encuentro a la primera salida, desde el primer beso a la primera vez que hicieron el amor. Apenas escucha al sacerdote, que sigue hablando, la homilía de la misa, los invitados que se levantan y vuelven a sentarse marcando los diferentes momentos de la ceremonia.

Estoy enamorada. Soy feliz, no tengo miedo, es mi boda, lo he elegido todo y lo mismo sucederá con todos los momentos de mi vida, los elegiremos mi marido y yo, para nosotros y para nuestros hijos. Parece casi una oración, y en ese instante comprende lo que es la belleza, la felicidad, y se da cuenta de lo corta que puede ser la vida y lo absurdo que es no tener el valor suficiente para ser felices.
Mira alrededor llorando de alegría en su interior y ve todo lo que ama, lo que siempre ha amado y lo que querría amar eternamente. Pero Niki sabe ya que quizá algún día eso no será posible. Por eso debe apreciarlo, vivirlo y respirarlo ahora. Porque la felicidad sólo llama una vez a la puerta. Porque no hay un mañana si no se vive hoy. Y la alegría no se puede posponer. Si un día todo esto cambia seré feliz por haberlo vivido con profundidad, por no haberlo delegado a los demás, por haber disfrutado mientras tuve la posibilidad de hacerlo. Y no seré yo la que diga basta o la que se escape. Jamás.
Oye una voz:
¿Niki?
¿Eh?
Alex la mira sonriente.
Yo he contestado ya a la pregunta de si quiero casarme. He dicho que sí. Ahora te toca a ti. Tienes dos opciones: o dices que sí… – arquea las cejas ligeramente preocupado -, o dices que no…

El sacerdote la observa intrigado. Niki mira detrás. Simona, Roberto, los padres de Alex, los parientes, las Olas y el resto de sus amigos. Todos esperan curiosos y algo asustados su respuesta. Niki exhala un suspiro y vuelve a mirar al frente. Esta vez no tienen ninguna duda. Sonría. Está preciosa, como siempre, más que nunca.
Sí, amor mío. Sí. Quiero casarme contigo – Y después añade, aún más convencida – : Y quiero que sea para toda la vida.



Entiendo que llevamos un fardo de contradicciones y decepciones a la espalda que a todos nos han hecho daño y que también hemos roto más de un corazón,pero no logro entender a esas parejas que convierten el amor en política cambiando el colchón por la mesa de negociaciones, buscando en la estrategia lo que la complicidad no les da.

Es hora de ponerse codo a codo y hacer de la vida un paisaje de esos que sólo pueden ser vistos cuando se miran con 4 ojos a la vez.

No quedarse parados frente al arroyo mirándose mirándose para no romper la imagen en el agua y acabar muriendo de sed. Bébetela toda y olvídate de ti.

Conozco todos las formas de romper un corazón las he fabricado y, como tú, sobre todo, las he llorado
pero nadie va a convencerme de que es posible acercarse al amor con la escuadra y el cartabón.

Calma, a todos un día nos pisaron las entrañas
y nos cubrieron de promesas que no se llegaron a cumplir
pero no hagamos pagar a nuestros futuros amantes
los rencores del pasado.

Este mundo está loco pero aun respiran muchos seres humanos que valen la pena.
Es tiempo de olvidarse de la cabeza y volver a usar el corazón.


¿Por qué Aitor? ¿Por qué has dicho su nombre, Dani?
Por nada, había que romper el momento.
– Dani…
Bueno, no hay más que verte cuando estás con él. Las sonrisas, el toqueteo de pelo, el pestañeo supersónico. Vas con el neón en la frente Lis, y se va a dar cuenta…
– ¿Cuenta de qué?
De que si te mira más de cinco minutos, se va a quedar enganchado a ti
– No voy a estar con él… con Aitor… Me ha rechazado, asique ya no habrá nada con él…
Es una pena…
– ¿Por qué?
Verás Lis…las chicas tenéis una tendencia rara a engancharos a los chicos que os rechazan. Si os hubierais liado igual te hubieras cansado al mes, pero así puedes estar pensando en él en todos los trenes y todos los metros de los próximos cien años…
Entonces todo alrededor se paro, todo menos nuestros corazones que latían cada vez con más fuerza. Nos dijimos lo que infinitas tardes habíamos ocultado, hablaron las palabras a las que tanto miedo teníamos y mirándonos a los ojos fuimos lo que quisimos ser. Éramos dos, dos almas que se daban la mano y leían entre líneas. Nos gritamos las verdades que nadie mas puede oír. Y aunque de nada sirva, aunque tengamos miedo… se y sabes que todo saldrá bien.
La mera idea de hablar de eso con sus amigas la avergonzaba, no digamos con él. Es terrible ser tan indecisa, cambiar de parecer en cuestiones de amor… Querer volver con él… ¿Qué podría decirle ahora? ¿Cómo me justificaría?
Nunca se ha sentido tan sucia, pese a que no lo engañó del todo. La situación le parece absurda. ¿Qué quiere decir “del todo”? ¿Qué hay algo que menoscaba y no menoscaba el amor? ¿Qué hay algo que te empuja a engañar o no?
Sabe de sobra que cualquier relación más estrecha de lo habitual, cualquier sintonía que vaya más allá de la mera amistad, cualquier pensamiento de más sobre otra persona significa alejarse de la historia que uno está viviendo. Es inútil negarlo.
Se siente morir. Madura, diferente, mujer y lejana. El mero hecho de haber pensando en otro, de haber imaginado una nueva relación con él, una nueva posibilidad, un nuevo futuro, sólo eso ya implica el mayor de los engaños…



Una ausencia siempre presente.
Porque no somos una pareja normal y feliz, porque no somos una pareja en absoluto; somos simplemente dos extraños que se chocan por casualidad cuando nuestros respectivos momentos se rozan durante un breve instante. Tú me llevas como un recuerdo, cada vez más pequeño a medida que el tiempo pasa. Yo te llevo como una esperanza que crece con el paso del tiempo. Mi recuerdo de ti es miles de veces más grande que nosotros mismos.


Mentira…, no me había perdido, solo que no me encontraba, porque estaba escondida. Pero no perdida. Siempre, siempre, siempre sale la persona que soy, no importa cómo, no hay forma de eliminar lo que quiero y me gusta. Me di cuenta que me resulta casi imposible, porque siempre, sin querer, tarde o temprano, vuelvo a ser la misma que se queda mirando la nada misma, que cree en la magia del arte con todo su corazón, o que se pierde mirando la luna entre los árboles (y no soy la única, lo cual es bueno).
Creo que nunca jamás voy a poder cambiar mi forma de ser, porque de verdad, no podría vivir sin todos los detalles que me llenan el corazón. Y me di cuenta que tampoco quisiera cambiarlo… me rindo ante mí misma, me rendí. Y no resultó tan malo.
Me gusta pensar que cada día tiene su momento en el que el cielo descarga sobre nosotros una capa de paz y tranquilidad que apenas dura unos minutos. A veces pienso que sirve para protegernos de nosotros mismos, para remediar lo remediable. Aunque no siempre haya vuelta atrás (porque no siempre la hay) esos minutos pueden hacer pensar, o dejar de pensar; que quizás sea lo que más falta haga.



Hay miradas que sin duda dicen más que mil palabras y que al verlas todas juntas son como espejos del alma. Hay miradas que cuando miran son hirientes y lastiman, en cambio hay otras tan serenas que consuelan y acarician.
Hay miradas insistentes, misteriosas, recurrentes y las hay indiferentes, como las de tanta gente. Hay miradas que ocultan verdades que dañan y las hay que en la diaria lucha fortalecen y acompañan.
Hay miradas que perdidas entre miles de miradas andan solas por la vida en busca de otras miradas y hay miradas que cautivan por lo bellas y profundas, como tu mirada azul, que me atrapa día a día.
Hay miradas que por tristes enlutan a quien las viste y hay esas miradas dulces que ennoblecen a quien las luce. Hay miradas que derriten hasta el corazón más duro e iluminan suavemente el pensamiento más oscuro.
Hay miradas que perdidas entre miles de miradas andan solas por la vida en busca de otras miradas…

Las personas dan por sentado que los cuentos de amor tratan sólo sobre el amor de pareja, dejando al margen el amor de madre, el amor paternal, el amor filial, el amor de amigos y, el más marginal de todos, el amor propio”.


En qué piensas?
En cosas bonitas – respondió en voz baja, y por la expresión de sus ojos, comprendió que sabía que pensaba en él. Le alegró que se diera cuenta y deseó que él también hubiera estado pensando en ella.

Soñar. Creer. Luchar. He ahí la clave de todo. Deja de buscar excusas. Creer que con esfuerzo nos es posible todo. Luchar hasta morir por cumplir cada uno de nuestros sueños. ¿Hasta cuando? ¿Hasta que momento? ¿Cual es la señal para tirar la toalla? Hasta que nos demos cuenta que lo hemos dado todo por intentar alcanzar nuestros sueños. Cuando se ha puesto toda la carne en el azador. Cuando una voz en nuestro interior nos señale que ya dio todo lo que podía dar, y ese momento mis amigos, sin temor a equivocarme, solo llega hasta el final de nuestras existencias, en nuestro lecho de muerte, con nuestro último aliento de vida.
Antes es de cobardes. Tenemos que luchar hasta el final. Caer está permitido, pero levantarse es obligatorio. Debemos recordar el valor supremo del ser humano: nunca darse por vencido. No importa la historia, el teatro o el escenario, el poder de cambiar la historia esta en nuestras propias manos, somos dueños de nuestro propio destino.
Sueña. A lo grande. Lucha por lo que amas. Y el universo conspirara para hacer tus deseos realidad.

Si me dices lo que ves, si te digo lo que pienso; haremos lunas con papel y con canciones firmamentos. Es como ver el mar de lejos. Es como no poder volver. Es como no pedirte nada y pedirte todo a la vez.
Y sin saber por qué… sin saber por qué el destino ha vuelto a perdonarme, a hacer válido el intento por volver a ser solo en mi universo: letra en el papel, frío en este invierno… Y tengo lo que hoy no ves, tengo lo que siento y lo que sentiré, como pasa el tiempo y no me perderé, estaré despierta, puedes encontrarme en mi pequeño invierno… Ese al que nunca llega nadie, nadie, nadiePero que se ha fundido por ti, y solo por ti es como lluvia que no llega y es como no aguantar en pie ese alma vieja y verdadera, es algo que siempre tendré… El amor que por ti, SIEMPRE sentiré




El amor (del latín, amor, -ōris) es un concepto universal relativo a la afinidad entre seres, definido de diversas formas según las diferentes ideologías y puntos de vista.

Habitualmente se interpreta como un sentimiento, relacionado con el afecto y el apego, y resultante y productor de una serie de emociones, experiencias y actitudes. Con frecuencia el término se asocia con el amor romántico. Su diversidad de usos y significados, combinada con la complejidad del sentimiento implicado en cada caso, hace que el amor sea especialmente difícil de definir de un modo consistente.

Las emociones asociadas al amor pueden ser extremadamente poderosas, llegando con frecuencia a ser irresistibles. Con todo, el amor interpersonal se considera sano o «verdadero» cuando es constructivo para la personalidad, para lo cual es indispensable tener una buena autoestima.


Le echo cojones y me acerco a él, sin mediar una palabra le miro, le cojo de la mano y lo saco a la calle para que la luna llena presencie el espectáculo que se avecina. Le arrastro hasta mi casa casi con la misma facilidad con la que le desabrocho los botones de la camisa con una mano. En silencio. Dentro, sobre mi cama, empiezo a decirle todo aquello que las palabras no pueden llegar a expresar. Se lo grito. Una vez, y otra, y otra…así hasta 4, y cuando ya no me queda aliento le miro, y me mira, y que se jodan los suizos y sus fábricas de relojes porque paramos el tiempo… Enciendo un cigarro a pesar de que sé que nunca le gustó que fumara a su lado: – Cómo te he echado de menos, coño.

No te fíes si te juro que es imposible,no dudes de mi duda y mi quizás;el amor es igual que un imperdible
perdido en la solapa del azar.


Estoy tratando de decirte que me desespero de esperarte, que no salgo a buscarte porque se que corro el riesgo de encontrarte.
Que me sigo mordiendo noche y día las uñas del rencor,
que te sigo debiendo todavía una canción de amor.

No corras si te llamo de repente, no te vayas si te grito piérdete, a menudo los labios más urgentes no tienen prisa dos besos después.
Se aferra el corazón a lo perdido, cantar es disparar contra el olvido; vivir sin ti es dormir en la estación.




Asaltan las dudas, la desconfianza, el pensar que te va a doler de nuevo el corazón, que te va a doler en la parte más sensible, en la cicatriz que aún no se cerró bien.
Te cierras de pronto. ¿Qué pasa? ¿Qué me ha ocurrido? Bloqueas la ilusión para que el raciocinio te haga reflexionar. Lloras y lloras pero el dolor se hace fuerte. Quieres volver a confiar, quieres volver a emocionarte, quieres volver a saber lo que es el amor.

Hay dos o tres cosas que nunca me has pedido y lo lamenté. Habría sido capaz.
– ¿Qué cosas?
– Comer hormigas. Insultar a los parados que salen del INEM. Amarte como loco…



Cuando me besó, le besé, y él me besó, y yo le besé, y me besó, y le besé, y el mundo se hizo líquido, caliente, pequeño, tenía la piel áspera, la lengua dulce, todo era áspero y dulce y cabía en la frontera simétrica de nuestros labios pegados, que se despegaban a veces, y se volvían a pegar para encontrar otro sabor que era fresco y a la vez ardía, y yo nunca había besado a nadie así, nunca había sentido esa necesidad implacable de besar, y de besar más, de seguir besando, como si me jugara la vida al borde de la boca, como si más allá del cuerpo que me abrazaba no existiera nada, como si los brazos que me estrechaban me protegieran de un vacío negro y compacto que codiciaba la fuerza de mis propios brazos.


Qué imbécil!
Fijaos en ese imbécil, sentado en su banco, fingiendo hacer muecas porque está echando el bazo. ¡Todo excusas!
¿No sería mas sencillo como dice Edith Piaf en La Vie en Rose?
Tomarla entre tus brazos, hablarle al oído, decirle palabras de amor, palabras normales y corrientes… y decirle que en cuanto la ves sientes latir tu corazón
Me hubiese encantado escucharte decir que me habías extrañado, que en mis tiempos de ausencia te volvías loco intentando no olvidarte de mis palabras e inventándote respuestas como las que yo te daba…
Eres la combinación perfecta entre lo que quiero y necesito, entre lo que no tengo y de lo que dependo. Eres todo aquello que no encuentro en nadie más y la verdad es que…te odio por eso, por ser único en mi vida.

Ten cuidado con lo que que deseas.
No por conseguirlo, sino porque estas condenado a no quererlo en cuanto lo consigas…

Mírame. Mírame. Mírame. Avanza.
Todo se vuelve un tanto espeso. Espesez absoluta. Pero, ¿qué más da? Ahógame con tus labios. Déjame sin respiración. Que solo se oiga el quejido de mis pulmones sin aire.
Suéltame, pero no te separes de mí. Apriétame fuerte. Regálame otro beso, espeso, como el gel. Y luego bailemos al ritmo que nos marque la luna. Dancemos entre planetas. Sin respiración. Sin aire. Vacío, pero a la vez lleno. Lléname de Octubre. Vacíame tu calor. Mírame otra vez…y bésame de nuevo.


Todo el mundo sueña.El mendigo sueña con un billete en su vaso y el vaso con una boca que lo bese. Por esa acera pasa un adolescente que sueña con invitar a bailar a Eva y Eva sueña con conocer algún día al futbolista de su carpeta. Los futbolistas sueñan con poder ir con sus chicas al cine y la chica del cine que no les dará las entradas sueña con un fin de semana libre. El parado que se pasa los sábados y domingos al sol sueña con un puesto de-lo-que-sea-en-donde-sea y el inmigrante ecuatoriano que aceptó ese trabajo insalubre antes que él sueña con tener papeles. El funcionario que le denegó el permiso de trabajo sueña con la hora del cigarrillo y de camino hacia al estanco choca con un hombre gris que sueña con ser cantante y que ignora que el cantante sueña con que le miren sin luz de escenario, alguien que quiera mirarle dentro. Tras el concierto su manager sueña con un contrato millonario. Y yo sólo sueño con volver a verte.

No debí haber ido a la iglesia esta mañana, lo siento…
No, no, espera… La culpa ha sido mía, yo soy el único cabrón de esta historia… pero ha servido para demostrar que el matrimonio y yo no estamos hechos el uno para el otro, y ha servido para demostrar algo más… Cuando estaba allí delante del altar, por primera vez en mi vida me di cuenta de que estaba perdidamente enamorado de una mujer, y esa mujer no era la que estaba a mi lado sino la mujer que está delante de mí ahora, bajo la lluvia
– ¿Todavía llueve? No me había dado cuenta…
La verdad es que te quiero desde el primer instante en que te vi… Oye, ¿no irás a desaparecer otra vez?
– No, puede que me ahogue, pero desaparecer no…
Oh claro si… claro, entremos… Espera, antes quiero hacerte una pregunta… ¿Crees que cuando nos hayamos secado y hayamos pasado mucho tiempo juntos, aceptarías no casarte conmigo, y crees que no casarte conmigo podría convertirse para ti en algo que durara el resto de tu vida?… ¿Quieres?
– Sí, quiero…


Pacey, voy a hacerlo porque ayer cargaste con mi bolsa desde el autobús. Voy a hacerlo porque cuando vamos al cine tú vas a comprar las palomitas y me traes una servilleta para que no me limpie las manos en los vaqueros y porque la semana pasada cuando jugábamos al mini-golf diste los primeros golpes para que me aprendiese el recorrido…
– Bueno eso…
Tú me enseñaste a conducir. Y en el baile de fin de curso sabías que el brazalete que llevaba era de mi madre. – (le desabrocha la camisa lentamente) – me besaste primero y la segunda vez contaste hasta diez mentalmente antes de volverlo a hacer por si yo quería impedírtelo. Me compraste una pared… – (le quita la camisa y le besa las manos)
– No te la compré, más bien…
Estuvimos en un barco tres meses y te diste cuenta de que no estaba preparada. – (le quita suavemente la camiseta que cae al suelo) – ¿Vas a preguntarme si ahora lo estoy? Pacey; voy a contar hasta diez y cuando acabe voy a empezar a besarte y si no quieres que lo haga tendrás que impedírmelo. – (le pasa su mano por el torso mientras cuenta mentalmente) – Diez
La mayoría pensamos que lo hecho, hecho esta, que no podemos cambiar nuestro destino por mucho que nos esforcemos y que aquellos que desafían a su destino siempre acaban decepcionados, pues el destino posee el modo de trazar su propio rumbo.Sin embargo antes de rendirnos al destino debemos tener en cuenta el poder del espíritu humano y la fuerza que entraña nuestro libre albedrío.



Protesto señoría
-Improcedente.
-Usted si es improcedente, protesto por la forma en la que se ha tratado a mi cliente, protesto por el hecho de que mis juicios profesionales se hayan visto obnubilados por mis sentimientos hacia mi cliente… Protesto por como parece girar esta sala cada vez que ella aparece, protesto señoría porque amo a esta mujer.

Quién soy? ¿Dónde he acabado? ¿Qué será de mí? ¿Y mi amor? Mi amor fuerte, sólido, firme, casi rabioso, determinado y decidido a pesar del mundo que se oponía a nuestra diferencia de edad. ¿Por qué me has abandonado? Mejor dicho, ¿por qué te he abandonado yo? Aunque, ¿acaso la culpa no es siempre de dos?

Permanece inmóvil en el agua, apabullada por esa infinidad de preguntas sin respuesta. Silencio. Necesito silencio. No me preguntes nada, corazón; deja que me vaya, mente. Sólo una lágrima cae entonces de sus ojos, resbala por su mejilla al amparo de todo y de todos, furtiva, escondida, como una pequeña ladronzuela que acaba de sisar algo en el mercado y se escabulle así, perdiéndose entre la gente, de la misma manera que esa lágrima acaba en el agua poniendo fin a su breve recorrido y a todos los porqués que la habían generado.






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