Un privado de confianza: Un caballero muy rico y poderoso, que de ser amigo mío, me confesó en secreto que por ciertas cosas que le habían pasado deseaba marcharse de esta tierra para no volver. Añadió que, como me aprecia mucho, piensa dejarme todas sus tierras, vendiéndome una parte y encomendándome el resto. Rey y su privado, ministros envidia a el privado, dijeron que lo querían matar al rey. Rey marcharse de su pecados, rey darle todo al privado, privado tiene un cautivo, conseja se hizo pordiosero de las romerías. No os engañéis, pues nadie busca su perjuicio por procurarle a otro un beneficio; con la ayuda de Dios y los buenos consejos se aparta uno del mal y cumple sus deseos.
Dos en un burro: Quiero hacer a sabiendas de que me conviene, pero estoy dudoso porque si lo hago habrá quien me lo reproche y si no lo hago también me lo reprocharán, y con toda razón. Padre y su hijo, hombres diciendo. Si no dañáis a nadie, hacer lo que os convenga, y que la gente vaya diciendo lo que quiera.
Doña Truhana sueña despierta: Un hombre me ha propuesto un negocio y me ha explicado cómo podría llevarse a cabo, y es un negocio tan provechoso que si Dios quiere que salga según lo previsto me favorece mucho, pues cada paso que dé en ese negocio me rendirá una ganancia y al final acumularé tanto beneficio que el logro en su conjunto será mayúsculo. Doña Truhana, jarra de miel por partidas de de huevo y nacen gallinas, por ovejas y así,.. casaría hijos y por la calle decir que rica ella y se cayó la jarra. Consagrate a las cosas razonables y rechaza los sueños deleznables.
Restos de altramuces: Agradezco mucho a Dios las mercedes que me ha hecho, que son tantas que nunca alcanzaré a corresponderle por ellas. Además, gozo de la honra y prosperidad del mediano hacendado, por lo que puedo darme por satisfecho. Sin embargo, algunas veces me siento tan abrumado por la falta de dinero que llego a desear la muerte. Os ruego que me deis algún consuelo para esta aflicción. Dos hombres, uno comiendo altramuces y otro sus cortezas. Por ser pobre no os desaniméis, que a otros más pobres que vos veréis.
El Deán de Santiago y el Maestro de Toledo: Un hombre vino a pedirme ayuda porque tenía un problema y prometió que, a cambio, haría por mí todo lo que pudiera darme en honra y provecho, así que empecé a ayudarle en lo más posible. Sin embargo, hace poco le pedí un favor y él, pensando que yo no necesitaba de él, me puso una excusa para no ayudarme. Y luego le pedí otro favor y volvió a ponerme una excusa, y lo mismo ha pasado con todos los favores que le he pedido. Deán de Santiago, nigromancia y a Don Illán. Que no te da las gracias por tu ayuda, peor te pagará cuando más suba.
El árbol de la mentira: Tengo unos enemigos con quienes disputo de continuo. Son gente intrigante y se pasan la vida mintiendo, pero lo hacen con tanta destreza y les sacan tanto partido a sus embustes que han conseguido poner a mucha gente en mi contra. Y si yo quisiera admitirles, a buen seguro que me iría también como ellos, pero entiendo que las mentiras no traen nada bueno, así que nunca he querido utilizarlas. Mentira y verdad vivir juntas, árbol plantar y verdad raíces y lo de fuera mentira, raíces comer mentira, árbol caer en mentira y matar. Dejad la mentira y amad la verdad, pues el embustero siempre acaba mal.
La nieve de los almendros: Un hombre viene a menudo a suplicarme que le preste dinero y, aunque siempre le ayudo, se muestra muy desagradecido en cuanto me vuelve a necesitar. Si no le doy lo que me pide, se enfurece como si ya hubiera olvidado por completo lo mucho que le ayudé en el pasado. Rey Abenabet de Sevilla y su mujer Rumaiquiya, especiales espléndido olor, lodo, otro día dijo ella: «Nunca hacéis nada por contentarme». No te perjudiques por favorecer a quien tus favores no ha de agradecer.
El traje invisible: Un hombre ha venido a verme y me ha propuesto un negocio que asegura que me dará grandes beneficios. Sin embargo, me ha pedido que no le hable a nadie del asunto, ni siquiera a la persona de mi mayor confianza. Y tanto me insiste en que guarde el secreto que ha llegado a decirme que si lo descubro, toda mi hacienda, e incluso mi misma vida, correrá peligro. Rey y 3 pícaros, hacer tela que solo puede verla quien es en verdad de aquel a quien cree su padre. Quien te hace recelar de un buen amigo es que quiere engañarte como a un niño.
El Lazarillo ciego: Un pariente y amigo mío, en quien confío mucho, me ha aconsejado que acuda a cierto lugar donde temo ir. Dice que no debo tener miedo, pues prefiere morir antes que dejar que yo sufra daño alguno. 2 ciegos, vecino suyo ir ciudad se mató Paco. Por mucho que te insista un buen amigo, no te metas jamás donde hay peligro.
Una esposa de armas tomar: La boda le beneficiaría mucho, salvo por una pega, y es que le han dicho que su prometida es la persona más iracunda y colérica del mundo. El muchacho moro pobre. Si desde el principio no muestras quién eres, ya no podrás hacerlo cuando quisieres.
El ahogado por codicia: Me han prometido que si viajo a cierto lugar me darán unos dineros, lo que me beneficiará mucho. Sin embargo, temo que si me detengo allí, aunque sea tan solo por breve tiempo, mi vida correrá gran peligro. Hombre que tuvo que pasar un río cuando iba cargado de unas piedras preciosas. A quien por codicia mucho se aventura, muy poco tiempo la suerte le dura.
La beguina diabólica: El otro día conversaba con unos conocidos y nos preguntamos qué tendría que hacer un hombre malvado para causar el mayor daño posible a los demás. Unos decían que tendría que alborotar, y otros que mover guerra o maltratar a sus paisanos, o levantar miedos y hablar mal de la gente. El diablo con una beguina, sirvienta del matrimonio. Para que no te engañen las gentes traicioneras, atiende a lo que hagan y no a lo que parezcan.
El bien y el mal, el cuerdo y el loco: Yo tengo dos vecinos: con uno me llevo muy bien porque nos hemos hecho muchos favores, pero por alguna extraña razón de vez en cuando me perjudica, lo que me causa grandes enojos. Con el otro no tengo gran amistad, pues ni yo le debo nada ni él tiene nada que agradecerme, pero obra de la misma manera, pues de vez en cuando hace unas bellaquerías que me disgustan mucho. Ganado, ovejas: leche y lana y otro el cordero, puercos: leche y lana y otro con lechones.. mujer embarazada, niño, cuerdo dueño de casa de baños. El bien con el bien derrota siempre al mal. Sufrir al hombre malo es una necesidad.
El amigo del Diablo: Un hombre me ha dicho que, echando mano de agüeros y hechicerías, puede darme a conocer mi porvenir y enseñarme artimañas para multiplicar mis bienes, pero yo recelo de todas esas cosas. Hombre con el diablo, robar porque era pobre, Don Martín, soga del cuello en un saco que decía que era de dinero. Quien no pone en Dios su fe y su esperanza, tendrá mala suerte, tendrá mala andanza.
La falsa miedosa: Tengo un hermano que me supera en edad y, por eso mismo, piensa que debo obedecerle como si fuera mi propio padre. Él tiene fama de ser muy buen cristiano y persona muy juiciosa, pero Dios ha querido que yo sea más rico y poderoso, y por esa razón me tiene envidia, aunque intente disimularlo. El caso es que cada vez que le pido un favor me da a entender que no puede ayudarme porque lo que le pido le obliga a pecar, y con esa excusa me va dando largas hasta que dejo de pedírselo. Moro y su hermana, pobres coger mortaja de muertos, hermana descoyuntó por una tela pero le da miedo el ruido de la jarra cuando bebían. Por quien no acepta lo que te conviene, no arriesgues lo que tienes.