Federico GARCÍA Lorca
Biografía:
Federico García Lorca es uno de los poetas y dramaturgos españoles más leídos en España. Nacíó en 1898, en Granada, y murió fusilado en 1936, durante la Guerra Civil. Tuvo una vida breve pero fértil por su gran ingenio y sensibilidad (cualidades visibles en sus obras poéticas y dramáticas), y sentía atracción por la música, la pintura, pero sobre todo, la poesía. Aunque se considera parte de la generación del 27, algunos autores del 98, del Modernismo y de la Literatura Vanguardista influenciaron en sus obras.
Se trasladó a Madrid, donde estudió y terminó la carrera de derecho. Durante la República, recorríó toda España con su proyecto teatral La Barraca. Siendo un firme partidario de la República, llevó a cabo críticas social y moral, aunque no ejercíó ninguna crítica política directa.
Sus obras más significativas son, entre muchos otros, Canciones, Romancero gitano y Poeta en Nueva York en la poesía y, en la dramática, El maleficio de las mariposas, Bodas de sangre y La casa de Bernarda Alba.
Evolución del teatro de Lorca:
La evolución del teatro de Lorca se divide en tres momentos diferentes:
Los comienzos de los años 20
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Lorca comenzó su trayectoria dramática con el Maleficio de la mariposa, pero el fracaso de esta obra le condujo al cultivo de las farsas, primero para guiñol y luego para personas.
Su primer éxito llegó con el drama modernista Mariana Pineda, pero su verdadera obra maestra fue La zapatera prodigiosa. Dos años más tarde, escribíó Amor de don Perlimplin con Belisa en su jardín, otra farsa para personas que presenta un caso de amor trágico.
Hasta los años 30 Lorca experimentó con el teatro simbolista y modernista, el drama y la farsa, etc. Pero a principios de los años 30 inició el camino de la experiencia vanguardista.
La experiencia vanguardista en los años 30
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Tras el éxito de Romancero gitano Lorca sufríó una profunda crisis vital y estética en su estancia en Nueva York. Esa crisis causada por su homosexualidad, sus inquietudes y las críticas le hizo replantear su estilo cambiándolo por uno más surrealista. Poeta en Nueva York fue uno de los frutos de ese cambio.
La primera obra de esta etapa fue El público, auto escrito con la intención de acusar a la sociedad homófoba, criticar a quienes no reaccionan contra la represión, y proclamar los derechos de toda forma de amor. Así que pasen cinco años fue otra de las obras que creo Lorca, donde tiene la frustración íntima como tema.
Se trata de dos obras de amor frustrado y muerte violenta, marcada con tonalidad surrealista (aunque no totalmente) y simbolista. Podríamos decir que son testimonios que nos permiten entrar en la psicología profunda del autor. Por supuesto, tardaron mucho tiempo en ser representadas.
Época de plenitud de los últimos años:
En esta época Lorca dio un giro decisivo hacia un camino propio, cuya carácterística más llamativa es la uníón del rigor estético y el alcance popular. Fueron los años de “La Barraca”. Por este camino encontró la plenitud de su arte dramático y un éxito multitudinario y sin fronteras.
Entre las obras que creo en esta época podemos encontrar: Bodas de sangre, tragedia que trata sobre un adulterio cometido en la noche de bodas; Yerma, tragedia de la mujer estéril que por la frustración llega a matar a su marido; Doña Rosita soltera, drama de la mujer que se marchita esperando al regreso de su novio; La casa de Bernarda Alba, la cima del teatro lorquiano, conocido también como “drama de mujeres en los pueblos de España”.
En general, las obras de esta última etapa la mujer ocupa un puesto central, revelando la sensibilidad de Lorca ante la condición de la mujer en la sociedad tradicional.
Ejes temáticos:
Ya el título de la obra presenta el eje nuclear de la acción dramática de La casa de Bernarda Alba, pues ya la casa representa el espacio físico en el que se determina el tipo de relaciones que se establece entre los personajes.
El tema central de la obra es el enfrentamiento entre un madre autoritaria y convencional (Bernarda), y el deseo de libertad de su hija (Adela) y su madre (Mª Josefa). Este tema hace referencia a la lucha entre una ideología tradicional y otra progresista. Bernarda, tras la muerte de su marido, impone un luto de ocho años, y Adela le muestra rebeldía desde el principio, ofrecíéndole un abanico de flores rojas y verdes, luciendo su vestido verde ante las gallinas… Aunque su último signo de rebelión es su suicidio. Mª Josefa, en cambio, se rebela mediante la locura y expresa sus ansias, pero tanto su postura como la de Adela, ante la opresión de Bernarda, son estériles. Las demás hijas se resignan a su suerte, aunque Martirio se enfrenta a su madre en alguna ocasión.
A parte del tema central, hay otros temas secundarios que Lorca quiso reflejar en el drama:
El amor sensual y la búsqueda del varón son la causa de los enfrentamientos entre las hermanas, como el de Adela y Martirio por Pepe el Romano. Pero también se expresan alusiones al amor y a los hombres en la Poncia, en Mª Josefa…
La preocupación por las apariencias de Bernarda en la obsesión de la limpieza y el miedo a la murmuración, muestran la hipocresía, otro de los motivos recurrentes de la obra.
Por otro lado, el odio y la envidia son sentimientos que se reflejan en toda la obra: el odio de las hermanas por Adela, el de las mujeres del pueblo por Bernarda…
Lorca denuncia la injusticia y las diferencias sociales. Se puede decir que la desigualdad es la causa del drama, pues Pepe el Romano elije a Angustias por su fortuna. Las relaciones jerarquizadas y dominadas por la crueldad y la mezquindad se ven desde el principio de la obra.
Otro tema secundario es la marginación de la mujer y el comportamiento femenino basado en la honra decencia aparentes, y ahí entramos en el último tema, la honra.
En conclusión, podemos decir lo vital y lo mortal se oponen continuamente en esta obra, como en el teatro español tradicional. “Silencio”, la primera y última palabra de Bernarda, refleja que el autoritarismo a vencido al deseo de la libertad, eje central de este drama de mujeres en los pueblos de España.
Planos símbólico, poético y social:
El teatro de Lorca es la obra madura de un poeta, como él lo definía, es la poesía que se levanta del libro y se hace humana. Este género lo podemos dividir en tres planos:
Plano poético:
En sus obras dramáticas se combinan la realidad y la poesía, así sucede en La casa de Bernarda Alba. La obra supera los límites del Realismo, aunque se tomen datos de acción y eso lo haga creíble. No obstante, los personajes, el espacio simbólico, todo esta visto desde una dimensión poética.
El autor se sirve del verso, por ejemplo, cuando Bernarda y las Mujeres rezan en el luto, cuando pasan los segadores, o cuando Mª Josefa canta una nana con la oveja entre brazos.
Los recursos literarios son muy variados. Se integran mezclándose con el lenguaje coloquial, pareciendo así natural y espontáneo. Entre otros, podemos encontrar comparaciones (Poncia: “Mª Josefa tiene unos dedos como cinco ganzúas”), hipérboles (Martirio: “Siegan entre llamaradas”) y metáforas (el infierno equivale metafóricamente al sufrimiento de las mujeres).
Plano simbólico:
Es notable la presencia de símbolos en toda la obra:
Cada color representa un estado de ánimo, un sentimiento. Por ejemplo, el negro simboliza el odio, la tristeza. El verde suele significar la rebeldía. Y cómo no, el blanco, en esta obra representa la pureza, por ello en cada acto las paredes pasan de ser blancas a azuladas.
Los animales tienen también su propio valor simbólico. El caballo simboliza la pasión sexual; la oveja simboliza la imagen del niño y de la fertilidad; el perro, la animalización…
Algunos elementos de la naturaleza tienen su propio significado: las flores, el amor; la luna, la muerte y el erotismo; el agua, el deseo sexual.
Pero también hay otros objetos específicos en la obra con representaciones simbólicas, como el bastón de Bernarda, que simboliza el poder tiránico, o los nombre de los personajes (Bernarda Alba significa “con fuerza o empuje de oso”, Adela significa “noble”…).
En conclusión, el Realismo de la obra es el marco que alberga un mundo simbólico, interior y poético.
Plano social:
En La casa de Bernarda Alba se desarrolla un conflicto entre dos fuerzas mayores: en principio de la autoridad (encarnado por Bernarda) y el principio de la libertad (representado por las hijas).
El primero responde a una visión clasista donde las relaciones humanas están jerarquizadas y los sentimientos de odio y envidia dominan las personas. Por ello, Lorca denuncia la injusticia y las diferencias sociales.
Por otra parte hay una increíble desigualdad de hombre y mujeres ante la ley, y por ello Lorca intenta darnos a ver la marginación de la mujer en la sociedad de su época. La honra y la decencia son los factores que hacen discriminar a la mujer negativamente frente al hombre.
Además, el luto impuesto por Bernarda refleja la estrecha y tímida moral española.
Lorca creo este drama con el subtítulo de “drama de mujeres en los pueblos de España”, dejando ver su visión trágica de la tierra española, una España injusta, antigua y tradicionalista.