Edad Media Española: Sociedad, Cultura y Poesía Épica del Cid

La Edad Media: Política y Sociedad

Se denomina Edad Media al periodo comprendido entre el siglo V y finales del siglo XV. El sistema de organización política y social predominante fue el feudalismo, basado en relaciones de vasallaje a cambio de protección. La sociedad estaba dividida en tres estamentos: la nobleza, el clero y el campesinado (o estado llano). La Iglesia tenía un papel fundamental en la enseñanza y la moral. Cada persona nacía en una determinada situación social y difícilmente podía cambiarla. La mayoría de la población vivía en el campo, en pequeños pueblos. Los deficientes medios de transporte dificultaban las comunicaciones. A partir del siglo XIII, el sistema feudal entró en crisis. Adquirieron más importancia los burgos (ciudades) y entre sus habitantes, los burgueses, surgió una nueva clase social: la burguesía.

Pensamiento y Cultura

La cultura escrita se refugió principalmente en los monasterios, donde los monjes conservaron y transmitieron los saberes de la Antigüedad. Allí se copiaban a mano los manuscritos, que eran escasos. En la cultura medieval predominaba la idea de que el conocimiento fundamental ya estaba establecido (auctoritas), de ahí la importancia de la labor de copia. Se consideraba que el orden del mundo, incluyendo el saber, era obra de Dios y, por tanto, inmutable.

La sociedad medieval era profundamente cristiana y se caracterizaba por el teocentrismo (Dios como centro de todo). La vida cotidiana estaba marcada por la religión. La posición cultural dominante de la Iglesia promovía la idea de la vida terrenal como un tránsito hacia la eternidad, donde se obtendría la recompensa divina.

Existía también una rica cultura popular, de transmisión oral, propia de una sociedad mayoritariamente agrícola.

La aristocracia refinó progresivamente sus modos de vida y costumbres. Algunos nobles llegaron a formar bibliotecas particulares. Aparecieron las primeras universidades en los siglos XII y XIII. El desarrollo del comercio favoreció los viajes y el contacto entre diferentes culturas. Comenzaron a surgir nuevos sentimientos y valores, como un incipiente individualismo. Gran parte de la literatura medieval temprana es anónima, aunque esta tendencia cambió con autores como Don Juan Manuel en España.

En Al-Ándalus convivieron durante siglos gentes de tres religiones: cristianos, musulmanes y judíos. Esta convivencia multicultural facilitó la transmisión de obras orientales y tuvo una notable influencia en las literaturas romances emergentes. Sin embargo, también hubo periodos de tensión y se extendió el antisemitismo. La Reconquista culminó en 1492 cuando los Reyes Católicos tomaron Granada.

Literatura Medieval

En el contexto de las literaturas romances, la Edad Media literaria abarca aproximadamente desde el siglo X hasta finales del siglo XIV o XV. Durante este periodo se formó y consolidó el idioma castellano. Las primeras manifestaciones literarias conocidas en romance peninsular son breves composiciones líricas: las jarchas, escritas en mozárabe. Se desarrolló también la poesía trovadoresca, con importantes focos en Cataluña (en occitano o provenzal) y en Galicia (lírica galaico-portuguesa).

Debido a la importancia de la transmisión oral, muchas manifestaciones literarias medievales, especialmente las narrativas, adoptaron la forma del verso para facilitar su memorización y difusión.

La literatura heroica (épica) refleja el ideal del héroe batallador: fuerte, valiente, religioso, leal a su señor y defensor de su comunidad. Se desarrolló principalmente a través del mester de juglaría y nació al amparo del contexto histórico de la Reconquista.

La literatura didáctica y religiosa fue difundida sobre todo por los clérigos, con el objetivo de enseñar la doctrina cristiana y mostrar el modo de vida considerado correcto. Su principal vehículo fue el mester de clerecía.

La Poesía Medieval

El verso es anterior a la prosa literaria en romance. Al transmitirse a menudo de memoria, la poesía se vinculaba frecuentemente con la música, las canciones y las danzas.

La Lírica Peninsular Primitiva

Presenta distintas manifestaciones según la región y la lengua:

  • Las jarchas: Breves poemas líricos en mozárabe, situados al final de poemas cultos árabes o hebreos (moaxajas). Típicas del sur de la península.
  • Las cantigas de amigo: Composiciones en galaico-portugués, puestas en boca de una mujer que lamenta la ausencia del amado.
  • La lírica tradicional castellana: Aunque existió desde antiguo, no contamos con muestras escritas significativas hasta el siglo XV (recopiladas en cancioneros). Se caracteriza por villancicos y canciones populares.

La Literatura Épica: Mester de Juglaría

Surge el mester de juglaría, oficio propio de los juglares, dedicado a cantar y recitar, entre otras cosas, las hazañas de los héroes. Los juglares eran artistas ambulantes (actores, cantores, recitadores, músicos, acróbatas) que constituían una de las principales formas de entretenimiento popular. Recorrían pueblos, villas y castillos mostrando sus habilidades a cambio de dinero o dádivas. Recitaban sus textos, a menudo extensos, de memoria.

Los poemas épicos que recitaban, llamados cantares de gesta, narraban sucesos de carácter histórico-legendario, mezclando realidad y ficción. Recibían el nombre de cantares porque solían recitarse con acompañamiento musical, y de gesta porque relataban hazañas (del latín gesta). Los cantares de gesta eran generalmente anónimos y de transmisión oral, lo que permitía que se fueran modificando con el tiempo. Posteriormente, algunos autores cultos pusieron por escrito versiones de estos poemas. De los diversos cantares de gesta que existieron en la península ibérica, el único que se ha conservado casi completo es el Cantar de mio Cid.

El Cantar de mio Cid

Se conserva en un único manuscrito copiado en el siglo XIV, firmado por un tal Per Abbat (quien probablemente fue solo el copista, no el autor). Se cree que la composición original del poema data de finales del siglo XII o principios del XIII, relativamente cercana a los hechos históricos que narra (siglo XI). La autoría es desconocida. Algunas teorías apuntan a una autoría doble por parte de juglares (uno de San Esteban de Gormaz y otro de Medinaceli), mientras que otras sugieren un único autor culto, posiblemente con conocimientos jurídicos, dada la precisión en esos aspectos dentro del texto.

Sus 3730 versos se agrupan en tiradas monorrimas (series de versos con la misma rima asonante). Los versos son irregulares (anisosilábicos) y están divididos en dos partes o hemistiquios, separados por una pausa fuerte o cesura.

En el poema se narra la parte final de la vida del personaje histórico Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador. Es importante destacar que se trata de una obra literaria, no de una biografía histórica rigurosa.

El argumento se suele dividir tradicionalmente en tres partes o cantares:

  • Cantar del destierro: El Cid es injustamente desterrado de Castilla por el rey Alfonso VI. Sale de Vivar acompañado por sus fieles vasallos y comienza a luchar contra los musulmanes para ganarse la vida y recuperar el favor real.
  • Cantar de las bodas: Tras conquistar Valencia, el Cid recupera el favor del rey. Este le pide que case a sus hijas, Doña Elvira y Doña Sol, con los Infantes de Carrión, nobles leoneses. El Cid accede a regañadientes.
  • Cantar de la afrenta de Corpes: Los Infantes de Carrión demuestran su cobardía en Valencia. Sintiéndose humillados, deciden vengarse maltratando y abandonando a las hijas del Cid en el robledal de Corpes. El Cid pide justicia al rey. Se celebran cortes en Toledo donde los hombres del Cid desafían y vencen a los Infantes. El poema finaliza con el anuncio de las segundas bodas de las hijas del Cid con los infantes de Navarra y Aragón, lo que supone un ascenso social aún mayor.

La estructura interna del poema está marcada por un doble proceso de pérdida y recuperación de la honra del héroe (primero la honra pública ante el rey, luego la honra privada o familiar tras la afrenta de Corpes).

En el contenido de la obra destacan varios aspectos:

  • Político: Refleja las tensiones entre Castilla y León. El Cid, castellano, se enfrenta a nobles leoneses (como los Infantes) y debe recuperar el favor del rey leonés Alfonso VI.
  • Socioeconómico: Expresa los ideales de la baja nobleza y las gentes de frontera, que aspiran al ascenso social mediante el esfuerzo personal y la lucha en la Reconquista.
  • Individual: Se centra en la figura del héroe, Rodrigo Díaz, que recupera su honra perdida, se gana el sustento («ganarse el pan») y alcanza la máxima gloria.

El lenguaje del Cantar es, en general, claro y sobrio, adecuado para la recitación ante un público variado, en gran parte analfabeto. Utiliza recursos propios de la épica juglaresca, como el epíteto épico («el que en buena hora nació»), las llamadas de atención al auditorio y un estilo formular.

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