El teatro de fin del Siglo XIX no siguió una trayectoria de ruptura tan intensa como la poesía o la narrativa, aunque comenzaron a aparecer nuevos modos de concebir la obra dramática.
En cuanto al teatro comercial, se tratan de obras de corte tradicional que no plantean conflictos trascendentales. Según los temas distinguimos tres corrientes: el teatro poético en verso, influido por la estética modernista y el drama ROMántico y destacan obras como En Flandes se ha puesto el sol de Eduardo Marquina y La leona de Castilla de Francisco Villaespesa, el teatro cómico que trata costumbres y tipos populares y destacan obras como El santo de la Isidra, Es mi hombre y La señorita de TréVélez de Carlos Arniches, Malvaloca de Álvarez Quintero y La venganza de don Mendo de Pedro Muñoz Seca y la comedia burguesa o de salón, cuyas obras criticaban algunas costumbres de la clase media y trataban de reflejar de forma realista su lenguaje. Destaca Jancito Benavente.
Jacinto Benavente, sus obras pueden clasificarse en función del lugar en el que las situó. La ambientación en interiores burgueses urbanos con escenarios elegantes y personajes burgueses, destaca El nido ajeno, la ambientación en ambientes cosmopolitas que recrea escenarios muy lujosos con personajes de una alta sociedad decadente, destaca La noche del sábado y la ambientación en interiores rurales, con obras protagonizadas por una clase media campesina movida por pasiones, destaca La malquerida. Su obra más representativa y representada es Los intereses creados en la que Benavente sale de los espacios anteriores y recupera personajes arquetípicos del teatro clásico.
En cuanto al teatro renovador destacan:
Miguel de Unamuno, consideraba que la importancia de la obra dramática recaía en la construcción de un personaje y su conflicto interno, por lo que había que reducir al mínimo lo superfluo y ornamental. En sus obras, la acción es esquemática y predominan los diálogos en los que hay un intercambio intelectual de ideas, como en La venda o Fedra. Otra obra destacable es El otro.
Azorín, se mostró partidario transformar el teatro como espectáculo. Su concepción dramática partía de una óptica antirrealista y el eje de sus obras es el diálogo. Destacan Brandy, mucho brandy, la trilogía
Lo invisible y su obra más relevante Angelita, cuyo asunto central es la angustia por el paso del tiempo.
Valle-Inclán, llevó el anhelo renovador que impulsaba su producción narrativa a su obra teatral. Su teatro evoluciónó considerablemente a lo largo de su trayectoria debido a un constante deseo de crear un teatro distinto. Su obra dramática se puede dividir en cuatro etapas: el teatro poético, en sus primeFederico García Lorca, su teatro es poético y refleja un eje dramático básico: el choque entre la libertad y el sentimiento contra el orden y la autoridad que suele acarrear dolor y muerte. De sus obras destacan, su primera obra El maleficio de la mariposa, en su drama histórico Mariana Pineda, la influencia surrealista se manifiesta en Así que pasen cinco años en la que se expresa la oposición entre la realidad y los sueños y El público, en la que el autor vuelca sus preocupaciones acerca de la renovación del teatro y el rechazo de la sociedad contra el amor homosexual y por último Doña Rosita la soltera. Mención aparte requieren sus tres obras dramáticas más importantes, inspiradas en el mundo rural que reflejan el enfrentamiento entre las convenciones y la libertad y la pasión. Bodas de sangre, en la que la fatalidad se cierne sobre la huida amorosa de Leonardo y la Novia que termina con la muerte de ambos hombres y la soledad de las mujeres, Yerma, que refleja la lucha entre instinto y represión y La casa de Bernarda Alba, en la que las convenciones se enfrentan a las pasiones reprimidas. En cuanto al estilo, Lorca utiliza símbolos para revelar la fatalidad que se cierne sobre los protagonistas de sus obras y sus protagonistas femeninas personifican valores absolutos enfrentados entre sí o contra el mundo.Ras obras El marqués de Bradomín, aún no se percibe una ruptura con el teatro de la época, pues en ellas trató temas realistas y su estilo está muy influido por el Modernismo, el ciclo mítico, las obras de esta etapa como Divinas palabras y la trilogía Comedias bárbaras, tienen un estilo en el que destaca la peculiar utilización de las acotaciones, en el ciclo de la farsa, Unamuno es más crítico respecto de los valores y costumbres de su época y ya se ven trazas de lo que será el esperpento, como la deshumanización de los personajes y la degradación del ambiente y del lenguaje, destacan Farsa infantil de la cabeza del dragón y La marquesa Rosalinda, y el esperpento, la técnica del esperpento es la culminación de una carrera literaria en permanente renovación, y supuso una de las revoluciones más profundas en la escena española y europea. Esta técnica consiste en someter a lugares, personajes y situaciones contemporáneas a una visión crítica y deformada que revela el carácter grotesco de la realidad, en este ciclo destacan la trilogía Martes de carnaval y Luces de Bohemia.