El modernismo y la generación del 98
la situación política y social a finales del siglo xix y comienzos del xx
durante la última década del siglo xix españa vive inmersa en una aguda depresión económica y social que pone en peligro la estabilidad del régimen de la restauración.
la pérdida en 1898 de las últimas colonias de ultramar (cuba, puerto rico, filipinas y guam) hace poca mella políticamente, sin embargo, para ciertos sectores intelectuales de la españa del fin de siglo, fue un episodio histórico traumático: los jóvenes intelectuales de la época asisten, por tanto, al derrumbe definitivo del imperio colonial español: ven cómo se desmorona la idea de españa como algo fuerte y pujante, a pasar a ser poco a poco una nación de tercer orden.
esta situación de malestar no fue exclusiva de españa. hacia 1885 comienza una “crisis universal de las letras y el espíritu” manifestada en todos los campos del saber humano y que representa la expresión del hondo cambio histórico que se está produciendo en europa y que se materializará en la i guerra mundial de la que españa se mantiene al margen.
la crisis de valores propia del fin de siglo, acentuada a causa de los graves conflictos que tiene que afrontar el país, provoca que los intelectuales inicien una campaña de crítica a la situación nacional. estos autores van a realizar importantes aportaciones a la cultura española del siglo xx en un ambiente de renovación ideológica y artística que ha permitido a la crítica calificar esa etapa como la edad de plata de nuestras letras.
modernismo y 98 como movimiento estético
europa
el pensamiento europeo, o parte del mismo, se vio sumergido, durante el periodo de entresiglos en una creciente incertidumbre moral. la literatura y el arte europeos fueron la conciencia de ese malestar. porque la búsqueda de nuevos estilos, formas estéticas y sensibilidades que pudieron observarse desde la década de 1890, lo que en muchos países se conoció con el nombre de modernismo, revelaba precisamente la necesidad de encontrar respuestas nuevas en un mundo donde muchas de las viejas creencias, ideas y valores parecían haber perdido súbitamente su antigua vigencia.
el cambio de valores intelectuales
frente al racionalismo positivista y al materialismo de finales del siglo xix, los intelectuales reivindican el irracionalismo y el idealismo.
cuatro filósofos influyen poderosamente en los artistas de la época: schopenhauer, kierkegaard, nietzsche y bergson. junto a ellos, las doctrinas de freud van a favorecer este cambio de valores. por influencia del psicoanálisis, la literatura valorará las asociaciones ilógicas como expresiones vivenciales subconscientes.
el cambio de valores estéticos
las manifestaciones artísticas del fin de siglo se caracterizan por su heterogeneidad. la nueva estética recoge elementos de movimientos anteriores como el parnasianismo, el simbolismo y el decadentismo.
España
en el periodo que abarca los últimos años del siglo xix y los primeros del siglo xx se dan a conocer en españa una serie de autores importantes adscritos, tradicionalmente a dos movimientos: el modernismo y la generación del 98. la crítica ha mantenido al respecto dos posturas encontradas. para algunos, son dos grupos claramente diferenciados. para otros, son una misma cosa y representan la forma hispánica de la crisis de fin de siglo.
modernismo y 98 tienen más elementos en común que diferencias. los autores modernistas y los del grupo del 98 pertenecen a una misma generación histórica y forman parte de un mismo fenómeno: el modernismo, que, como movimiento cultural, trae consigo un nuevo clima estético, y en cuyo seno surge un grupo, el del 98, que, sin oponerse al anterior, presenta características propias.
así, mientras los precursores del modernismo son poetas, los del 98 son ideólogos; mientras a los modernistas los mueve la búsqueda de la belleza, a los del 98, la verdad; mientras aquellos se declaran cosmopolitas, estos se sienten profundamente españoles; por último, si la literatura modernista es una literatura de los sentidos, la del 98 es de las ideas. sin embargo, es evidente que a ambos movimientos los une la urgencia de derribar los viejos valores y la conciencia de desastre. todos los escritores que forman parte de esta tendencia tienen en común la ruptura con los gustos deciminónicos. buscan nuevos cauces expresivos y, por tanto, en este sentido, podemos decir que todos los jóvenes literatos son modernos (“modernistas”). modernismo y 98, por tanto, no se pueden separar pues forman parte de algo más amplio (la generación de fin de siglo)
con dos tendencias:
la esteticista, que se correspondería con lo que tradicionalmente se ha llamado modernismo, y la existencialista, que estaría formada por los autores que, desde que azorín lo bautizara, se han considerado dentro de la generación del 98. dos tendencias que, no podemos olvidar, a veces se dieron juntas.
tendencia esteticista. modernismo
el modernismo nace en hispanoamérica hacia 1875 gracias a la obra de poetas como josé martí o manuel gutiérrez nájera, pero será rubén darío quien conformará definitivamente las bases de este movimiento que afectará a todas las manifestaciones artísticas. aunque la lírica es el género más cultivado, la narrativa y el teatro también están representados.
el modernismo, en españa, daba sus primeros pasos cuando rubén darío llegó por primera vez a nuestro país en 1892 y comenzó a consolidarse entre 1892 y 1899, coincidiendo con sendos viajes del nicaragüense a españa; en 1900 ya había triunfado de la mano de juan ramón jiménez.
los autores modernistas, descontentos con la realidad, se enfrentan a la estética dominante y realizan una profunda renovación literaria que afecta tanto a la forma como al contenido.
Temática del modernismo
los temas de la literatura modernista podemos clasificarlos en dos grandes bloques que responden en buena medida a las influencias básicas de los movimientos parnasiano y simbolista.
1. la literatura de los sentidos
.- algunos escritores pondrán sus ojos en la exterioridad sensible, buscando la perfección formal, la belleza. la influencia parnasiana es evidente en estos casos.
2. la literatura de la intimidad.-
otros autores y otras obras apuntan hacia la expresión de la intimidad, de los sentimientos del autor.
Estos sentimientos pueden ser vitalistas y optimistas.
en esta línea literaria se puede apreciar la presencia del simbolismo, y es la que mejor puede explicarnos el modernismo como manifestación de la crisis de fin de siglo. vinculados en mayor o menor medida con uno u otro de los dos bloques de contenidos anteriores, encontramos en la literatura modernista una serie de temas recurrentes:
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La crisis espiritual
– sensaciones de soledad, de melancolía, de tristeza, de desarraigo de una sociedad que no puede ni quiere comprender al artista. esta crisis provocará la exaltación de todo aquello que vaya contra lo racional y real, y así, entrarán en sus obras lo pasional, lo fantástico, el misterio, los sueños…
la expresión de estos sentimientos angustiados la realizarán por medio de símbolos como ‘la tarde’, ‘el otoño’, ‘los parques’, etc…
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La evasión
– este tema deriva del anterior: el escritor se encuentra inmerso en una realidad que le disgusta y tiene que manifestar su disconformidad de alguna manera. algunos autores intentarán transformar la realidad mediante la crítica y la acción política, pero la mayoría preferirá olvidarse de esa realidad, escaparse de ella, a través de tres motivos esenciales: el mundo de los sueños; la evasión temporal hacia mundos pasados supuestamente más bellos y más libres y la evasión espacial hacia mundos exóticos (orientales, sobre todo) en los que encontrar aquello de lo que carece la civilización occidental.
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Cosmopolitismo
– es consecuencia de la necesidad de evasión. muchos autores intentaron buscar la diferencia en los comportamientos aristocráticos alejados de la mediocridad burguesa dominante. ese cosmopolitismo desembocó en una devoción por la gran ciudad y por la vida bohemia.
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El sentimiento amoroso
– el amor en la literatura modernista oscilará entre dos polos opuestos:
§ la idealización del amor y de la mujer, entendido como amor imposible e inalcanzable. el amor irá asociado a sentimientos como la tristeza, soledad, melancolía…
§ concepción vitalista del amor marcada por la búsqueda del sexo y del placer. esta actitud hay que relacionarla con el deseo de los modernistas de rebelarse contra toda norma y moral.
El estilo modernista
la base de la intención estética modernista es la idea de diferenciarse de la mediocridad burguesa (también en literatura) dominante y hacerlo mediante el cultivo de la belleza, ya que la literatura realista (la propia de la sociedad burguesa) había preferido cultivar otros valores (la autenticidad, la crítica, la denuncia…). a esta actitud de búsqueda de la belleza es a lo que llamamos esteticismo que se define, no sólo por una búsqueda del arte por el arte, sino por la apelación a los sentidos a través de sinestesias y abundantes recursos fónicos a través de los que se logra la musicalidad del verso. además, por su búsqueda de la renovación y su gusto por el exotismo, el léxico se enriquece con cultismos y neologismos y con una adjetivación abundante y, en muchos casos, ornamental.
en lo referente a la métrica, los modernistas preferirán los versos largos (dodecasílabos, alejandrinos) y se caracterizarán por la alteración libre de los versos y estrofas tradicionales.
Fases del modernismo
podemos dividir el modernismo en dos fases; una primera (el modernismo canónico) definido por las características que ya hemos mencionado y que mejor definen el modernismo tal y como se entiende habitualmente, es decir, el esteticismo, el escapismo, la literatura de los sentidos y la influencia parnasiana, y una segunda fase (postmodernismo) en la que se relaja el esteticismo y podemos hablar de un cierto compromiso social y existencial.
la línea que separaría las dos fases señaladas podríamos colocarla en el año 1905 con motivo de la aparición del libro cantos de vida y esperanza de rubén darío. por lo que se refiere a los escritores españoles, hemos de decir que la mayoría de ellos (al menos los que han conseguido vencer al tiempo -antonio y manuel machado, juan ramón jiménez, valle-inclán…-) se situarían en la segunda fase.
Tendencia existencialista. el 98
en esencia, la intención que animaba a los escritores que participaban de esta corriente, no era otra que buscar el origen, las causas y las posibles soluciones al problema de españa (el sistema político de la restauración (caciquismo, oligarquía, turnicidad de partidos…) y su incapacidad poner remedio a los problemas del país (abulia1)). la tradicional generación del 98, por tanto, busca, como el llamado modernismo, enfrentarse a la crisis de fin de siglo, aunque los mecanismos escogidos sean, en ocasiones, diferentes.
los autores evolucionan desde el compromiso social y político de su juventud hasta la evasión por medio de la literatura a medida que van envejeciendo.
podemos, por tanto, hablar de una evolución ideológica del grupo que puede dividirse en varias etapas:
Primera etapa: juventud del 98
los primeros años de estos autores vienen dominados por un espíritu de protesta y rebeldía. ideológicamente están cercanos a las posturas más revolucionarias de la época.
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Segunda etapa: el grupo de los tres
en el año 1901, “azorín”, baroja y maeztu publicarán un manifiesto con el que pretenden animar a “la generación de un nuevo estado social en españa”. la intención de este texto y de sus autores no es ya revolucionaria (no pretenden cambiarlo todo), sino más moderada: pretenden reformar el país y entienden que desde la acción política no es posible.
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Tercera etapa: madurez del 98
hacia el año 1910 los autores del 98 han abandonado sus intentos de cambiar españa, centrándose en sus problemáticas individuales vistan con un enorme subjetivismo. este período es el que tradicionalmente se ha considerado más característico de la generación del 98 y viene definido por tres rasgos principales:
su pensamiento enlaza con el de los irracionalismos de la segunda mitad del siglo xix (schopenhauer, nietzsche y kierkegaard).
los temas más corrientes en sus obras girarán en torno a las preocupaciones religiosas y existenciales.
seguirán interesándose por españa, sus problemas y su esencia, pero desde posturas muy subjetivas.
Estética del 98
entre los autores del 98 predomina el uso de la prosa para expresarse. la mayoría de las obras más importantes son novelas o ensayos aunque podemos destacar como poetas a antonio machado, valle-inclán y unamuno teniendo en cuenta que los dos últimos, a pesar de escribir algunas obras de poesía, cultivan fundamentalmente la novela o el ensayo, en el caso del unamuno, o la novela y el teatro en el caso de valle. todo lo contrario de lo que ocurre con antonio machado que es el poeta de la generación. aunque tenga escritos en prosa más o menos apreciables, destaca fundamentalmente por su obra poética. baroja será el gran novelista del 98, entregado por entero a esta labor.
se convierten en auténticos renovadores del panorama literario de principios de siglo y, aunque el estilo es muy personal en lo que se refiere a los autores de los que estamos tratando, podemos citar algunas características coincidentes entre las que destacan:
Subjetivismo
Al igual que los autores románticos (bécquer), asocian el paisaje al estado de ánimo, de ahí que el símbolo de la decadencia española sea la yerma meseta castellana.
predominio del contenido sobre la expresión. reaccionan contra la retórica, el prosaísmo y la grandilocuencia de la literatura anterior. el estilo es sobrio y directo puesto que intentan que éste llegue al lector de la manera más clara posible. sin embargo, cuidan la forma de su prosa, son exigentes y reaccionan contra las imprecisiones o los contenidos confusos. apuestan, por tanto, por un lenguaje sencillo y directo en el que incluyen palabras en desuso o términos propios del habla popular y dialectal (las ven como una muestra del pasado que hay que conservar).
Temas del 98
la decadencia de españa culmina con la pérdida de las colonias, ya mencionado, y esto motiva que los autores del 98 analicen la conciencia nacional, el problema de españa: las causas de sus males, las posibles soluciones, el pasado, el futuro, etc. estos escritores toman una actitud muy concreta ante el problema: buscan el conocimiento de españa viajando por ella, describiendo los campos, las ciudades, los viejos monumentos, para intentar recrear literariamente la historia del país, es decir, no se conforman con un acercamiento sin más al paisaje, es un acercamiento estético, bello, claro. castilla será el eje del paisaje, como representante de la esencia española, de la decadencia. su amor a españa les llevó a analizar las causas de tanto declive a través de tres motivos fundamentales:
#el paisaje:
Viajaron por españa y la describieron, especialmente castilla, como una re-creación del paisaje. había que empezar de cero, y esto no era otra cosa que mirar con ojos nuevos lo que les rodeaba. castilla simbolizaba a toda españa.
# la historia:
No se interesan por la historia con mayúscula, es decir, la de los grandes hombres y las grandes batallas, sino por la historia del pueblo, de las personas que trabajan día a día, la de los hechos cotidianos, la del trabajo, la de las costumbres, la de “los millones de hombres sin historia”, calificada por unamuno como intrahistoria.
#la literatura:
Las fuentes literarias que influyen están muy claras, ya que son un referente histórico y literario. los autores del 98 se interesan por los clásicos de nuestra literatura, como el poema de mío cid, gonzalo de berceo, el arcipreste de hita, jorge manrique, fray luis de león, cervantes, góngora…
por tanto, uno de los principales temas de estos autores será la regeneración del país a través de los motivos mencionados pero, además, otros dos temas serán del interés de estos autores:
# la vida y la muerte, el sentido de la vida, el paso del tiempo.
Estas preocupaciones existenciales estarán representadas fundamentalmente por unamuno, aunque los demás autores también dan muestras de ellas en su obra.
# la religión.
No hay unanimidad entre ellos en cuanto a este tema: desde los católicos fervorosos como azorín y maeztu hasta los agnósticos como baroja, pasando por los dubitativos, como unamuno, vemos representadas en la generación del 98 posturas muy diversas en relación con la religión.
como se ha podido comprobar, modernismo y 98 son dos modos distintos de enfrentarse a la crisis finisecular. sin embargo, lo más importante es aquello que los une pues, independientemente del nombre que se le dé al fenómeno (modernismo, 98, fin de siglo) una característica, común a la mayoría de los movimientos estéticos, agrupa a estos jóvenes de entresiglos: su oposición a lo inmediatamente anterior: en lo literario, se enfrenta al realismo; en lo político, al canovismo de la restauración; en lo religioso, a los corsés institucionales y en lo filosófico, al positivismo.