Descubriendo el Modernismo: Una Corriente Literaria de Fin de Siglo

Fin de Siglo y el Surgimiento del Modernismo

El Fin de Siglo, un momento histórico que abarca las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX, se caracterizó por una profunda crisis de los valores que habían sustentado la sociedad burguesa. Se produjo una pérdida de confianza en el progreso material, que se había conseguido gracias a los avances científicos y tecnológicos, y en el desarrollo económico que proporcionó la Revolución Industrial. En España, la crisis de fin de siglo se vio agravada por la pérdida de las últimas posesiones coloniales, que más allá de su repercusión económica o política, se interpretó como un síntoma de la decadencia en la que se hallaba sumido el país. Es el llamado Desastre del 98.

El rechazo del mundo burgués se tradujo en la aparición de dos nuevos tipos sociales: el bohemio, un artista rebelde que vive libremente, y el dandi, un individuo extravagante que se considera por encima de todo. Ambos comparten el desdén hacia la mediocridad, el materialismo y la mentalidad conservadora del burgués.

El Modernismo: Una Corriente Literaria Innovadora

Rubén Darío y otros poetas hispanoamericanos adoptaron el calificativo de “modernistas”, como los llamaban despectivamente sus detractores. Fue este poeta el que introdujo el Modernismo en España a partir de las corrientes francesas de Fin de Siglo, principalmente el parnasianismo estético y el simbolismo.

Temas Principales del Modernismo

  • Escapismo: El rechazo del presente (“Yo detesto la vida y el tiempo en que me tocó nacer”, escribe Rubén Darío) se traduce en el deseo de evasión de la realidad insatisfactoria a través de diversos cauces: el pasado legendario, la mitología; la recreación de ambientes refinados como jardines y palacios; el cosmopolitismo, especialmente la fascinación por París; el exotismo y el gusto por lo oriental.
  • El mal del siglo: El estado de ánimo refleja la insatisfacción del artista ante la falta de sentido de la vida. Es un sentimiento de hastío, de melancolía o incluso angustia.
  • El arte por el arte: La búsqueda de la belleza como un fin en sí misma puede entenderse como una reacción contra el sentido práctico propio de la mentalidad burguesa. “El utilitarismo es la antítesis del arte”, afirma Azorín. Así, se sacraliza el arte y, en particular, la poesía.

Estilo y Renovación del Lenguaje Poético

El Modernismo se caracteriza por una profunda renovación del lenguaje poético. El léxico es exquisito e inusual, con abundancia de neologismos y cultismos, buscando siempre la musicalidad mediante aliteraciones, efectos rítmicos y palabras esdrújulas. Significativamente, los poemas se llaman sonatas, arias o sinfonías.

Se emplean símbolos como el color azul, el cisne o el jardín para representar el ideal, la belleza y la poesía. Abundan las referencias sensoriales: es una escritura que recoge las sensaciones que percibimos a través de los sentidos, llena de colores, olores y sonidos, con abundantes sinestesias. Se incorporan innovaciones métricas: se vuelven a utilizar los alejandrinos medievales y se adoptan formas francesas como el eneasílabo y el decasílabo.

Autores y Obras Clave del Modernismo

Rubén Darío

En sus tres libros principales se manifiestan las características del Modernismo literario:

  • Azul (1888): Obra iniciadora, de influencia francesa y preciosista, incluye cuentos y prosas líricas.
  • Prosas profanas (1896): Profundiza en temas del libro anterior como el escapismo y el erotismo; lleva a su máxima expresión la sensorialidad y crea una lengua poética alejada del lenguaje cotidiano.
  • Cantos de vida y esperanza (1905): Abandona el escapismo anterior y hace una reflexión existencial sobre la angustia ante la muerte o la falta de sentido de la vida; busca refugio en la religión; reivindica la cultura española frente a la anglosajona y emplea un estilo más sobrio.

Manuel Machado

En Manuel Machado se alternan dos vertientes poéticas: el Modernismo y el andalucismo. En sus textos de inspiración modernista destaca Alma (1902), donde hace recreaciones de cuadros y episodios del Romancero, y refleja un estado de ánimo (spleen) influenciado por Rubén Darío.

Su interés por el folclore andaluz se refleja en el aprovechamiento de ritmos y estructuras de los distintos palos del flamenco en Cante hondo (1912), que constituye un antecedente del neopopularismo de Federico García Lorca. Escribió obras de teatro en colaboración con su hermano Antonio, como Desdichas de la fortuna y La Lola se va a los puertos.

Juan Ramón Jiménez

Presenta una primera etapa modernista. Sus primeros libros, Almas de violeta (1900) y Platero y yo (1914), presentan símbolos propios y temas de un Modernismo intimista como la nostalgia, la melancolía y la obsesión por la muerte.

Ramón María del Valle-Inclán

Escribió prosa modernista en sus Sonatas (1902-1905), memorias ficticias del marqués de Bradomín, un donjuán “feo, católico y sentimental” que encarna el rechazo de la vulgaridad burguesa propio del Fin de Siglo. Relata cuatro aventuras amorosas llenas de elementos decadentistas: la complacencia en el mal, el erotismo mediante símbolos religiosos, la transgresión de lo establecido y el desprecio a los valores burgueses. Presenta rasgos formales del Modernismo como la musicalidad, la sensorialidad, los recursos estilísticos y la adjetivación.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *