Descubre el Movimiento Modernista en la Literatura

El Modernismo: Una Nueva Visión Literaria

A finales del siglo XIX, la confianza en el progreso y la ciencia se vio mermada al no poder ofrecer soluciones a los problemas ni verdades absolutas. Esta crisis general tuvo su reflejo en el ámbito artístico y cultural, dando lugar al Modernismo, una corriente de pensamiento que proclamaba una actitud nueva y renovadora ante la vida, a la vez que un movimiento literario.

El Modernismo Literario

El Modernismo literario surgió en Hispanoamérica en torno a 1880 como réplica a la tradición española y como autoafirmación americana. Los autores buscaban la belleza absoluta y la perfección formal de la obra de arte. El rechazo de la realidad cotidiana e inmediata se traduce en dos alternativas:

  • El Modernismo externo: caracterizado por la evasión y la primacía de lo sensorial, lo exótico, lo fantástico.
  • El Modernismo intimista: caracterizado por una introspección melancólica, pesimista, angustiada.

Influencias del Modernismo

Los escritores modernistas recibieron diversas influencias, entre ellas las de dos corrientes poéticas francesas:

  • El Parnasianismo: que perseguía la expresión de la belleza y la perfección formal.
  • El Simbolismo: que pretendía sugerir por medio de símbolos la verdadera realidad oculta tras las cosas.

Características del Modernismo

Los modernistas, huyendo del prosaísmo, reivindicaron la belleza en todas sus formas: la recreación de lugares y objetos hermosos y la presentación de sensaciones y emociones intensas fueron sus temas esenciales. Frente a la vulgaridad, defendieron lo aristocrático (simbolizado en la figura del cisne), y su rechazo de la realidad en la que vivían los llevó a la evasión en el espacio y el tiempo: hacia épocas pasadas (el mundo clásico y sus mitos, el medieval, el renacentista, el dieciochesco, y también el pasado hispanoamericano) y hacia tierras lejanas y exóticas.

La búsqueda de la belleza llevó a los modernistas a renovar el lenguaje literario, que se volvió cuidado y refinado. Incorporaron:

  • Cultismos
  • Neologismos
  • Vocablos exóticos
  • Palabras elegidas por su sonoridad (acumulación de palabras esdrújulas) y por su capacidad de sugerir sensaciones (táctiles, olfativas, auditivas, etcétera).

Buscaron la musicalidad, a la que contribuyó el empleo de diversos recursos rítmicos, como la anáfora, el paralelismo, la aliteración… y la alusión a instrumentos musicales. También buscaron efectos plásticos con el uso de colores. Abundan adjetivos ornamentales, imágenes sugerentes, símbolos variados y atrevidas sinestesias. Recuperaron las estrofas clásicas (sonetos, silvas, serventesios) modificando el tipo o el número de versos, también estrofas populares como coplas, seguidillas y romances, y junto con ellas, cultivaron el verso libre.

Los metros preferidos fueron el eneasílabo, el endecasílabo, el dodecasílabo y, sobre todo, el alejandrino (tan usado que se llegó a llamar “estrofa modernista”).

El Modernismo en España

El Modernismo en España fue más intimista e introspectivo y careció de la exuberancia y exotismo del de Hispanoamérica. Destacaron:

  • Salvador Rueda: como precursor del movimiento.
  • Manuel Machado: como una de sus figuras más sobresalientes.
  • Juan Ramón Jiménez: en sus primeras etapas, con poemarios como Arias tristes o La soledad sonora. Es una etapa marcada por la influencia de Bécquer, el Simbolismo y el Modernismo, y por una poesía emotiva y sentimental que se expresa en una estructura formal perfecta. Los temas son el paisaje, los sentimientos melancólicos y amorosos, el otoño, etc.
  • Antonio Machado: con Soledades. Una poesía llena de emociones y sentimientos, que trata temas como el tiempo, la soledad, la muerte y Dios, mediante un lenguaje basado en los símbolos que le ofrece el paisaje.
  • Ramón María del Valle-Inclán: en la prosa, con sus Sonatas, que narran las aventuras amorosas del marqués de Bradomín y constituyen la máxima expresión modernista del autor.

La Consolidación del Modernismo: Rubén Darío

El nicaragüense Rubén Darío fue el principal representante del Modernismo literario. Sus constantes viajes le permitieron difundirlo por toda Europa. Su obra Azul… (1888) fue la primera afirmación de este movimiento. Muy influido por lo francés y con abundancia de temas exóticos, consta de composiciones en verso y en prosa: incluye cuentos breves y algunos poemas, en los que se recrea un mundo de hadas, princesas, seres mitológicos, palacios, cisnes… Todo ello presentado con una adjetivación y unas imágenes sorprendentes. En ella exalta lo indígena y rechaza lo español. Se caracteriza por un tono elegante y sentimental y por un lenguaje basado en el ritmo y la musicalidad.

Esta línea elegante y refinada se consolida en su obra Prosas profanas (1896), que supone la consagración definitiva del Modernismo. Destacó por sus innovaciones métricas y verbales. En la obra se incorporan poemas de evasión exótica y aristocrática como los de Azul…, aunque aparecen también temas sociales y españoles. Pero, por encima de todos ellos, el tema predominante es el erotismo.

En Cantos de vida y esperanza se produce un viraje que gira en torno a tres temas: la evasión aristocrática de la realidad, la preocupación social y política y la inquietud personal. Darío empleó un tono más personal, íntimo y reflexivo. Desde el punto de vista estilístico, en esta obra Darío atenúa la búsqueda de una belleza externa, ornamentada, aunque no prescinde de las innovaciones formales.

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