Análisis del Poema de Josefina de la Torre
Josefina de la Torre, poetisa canaria nacida en Las Palmas de Gran Canaria (1907), proveniente de una familia burguesa y artística, comenzó a componer a los 8 años. Su obra está influenciada por los autores del 27, compartiendo con ellos la sencillez formal, el lirismo y un lenguaje cercano a la expresión popular.
Contexto del Poema
Este poema pertenece a su tercer poemario, “Marzo incompletos” (1968), un libro de carácter íntimo, aunque con un tono más trágico que sus trabajos anteriores. En él, se abordan temas como el paso del tiempo, la memoria, la muerte, los misterios de la vida, la soledad y el desasosiego.
Tema Principal
El poema expresa el desarraigo de sí misma. La autora busca un sentido a la vida, sintiéndose perdida y cuestionándose constantemente sin encontrar respuestas. Un sentimiento de insatisfacción personal la impulsa a expresar su estado de manera trágica. Este tema se refleja en el título y en los versos 1 y 5. La imposibilidad de tener hijos marcó un punto crucial en su creación.
Estructura Interna
El poema se divide en tres partes:
- Primera parte (versos 1-4): La autora habla del vacío y la frustración que siente en su vida.
- Segunda parte (versos 5-9): Muestra su angustia y dolor por no poder ser madre.
- Tercera parte (versos 10-13): Comienza a valorar la muerte, presente en su día a día.
Estructura Externa
No presenta una división clara. La autora parte de una situación presente (“ahora”), con una mirada al pasado (“y no pude ser tierra”), para volver al presente. Alterna versos heptasílabos y alejandrinos.
Nivel Léxico-Semántico
Se destacan términos relacionados con:
- Partes del cuerpo: Como mecanismo que alude a personas en situaciones de falta de libertad.
- Formas de expresión: “silencio”, “eco”, “sordo”, “vacío”, que refieren a la falta de libertad que supone el silencio.
Aspecto Morfo-Sintáctico
El poema destaca por el uso del estilo verbal, que contribuye a la acción de búsqueda de sí misma. Los sustantivos, mayoritariamente abstractos, potencian el desasosiego de su mundo interior. El orden de los elementos de la oración es lógico, con un encabalgamiento oracional (versos 10-11). La autora se pregunta continuamente el porqué de su dolor, acrecentando su pena. Predominan las oraciones simples, coordinadas copulativas y subordinadas adjetivas, con una finalidad reiterativa y obsesiva por alcanzar la serenidad. Se emplean epítetos como “oscuras paredes”, “torpe vacío”, “desalentado y lento desgranarse”, “sordas paredes”, con connotaciones de soledad, frustración y tristeza. Las anáforas (“y”, “no”, “que”) realzan la búsqueda incesante de sí misma.
Recursos Estilísticos
El poema está marcado por recursos que potencian la situación vital de la poetisa:
- Paralelismos: Al inicio de los versos (“me busco”, “rondo”, “interrogo”, “no acierto”, “no me encuentro”).
- Aliteración: De la consonante “r” en los versos iniciales.
- Hipérbaton: Destacando ideas clave (versos 6, 7 y 16).
- Elipsis: En el verso 3.
- Antítesis: En el verso 15.
- Personificaciones: “mis palabras se liberan”, “la alegría del mar”.
- Metáforas y metonimias: En varios versos (7, 6, 9, 10, 11, 12 y 13).
- Paradojas: “silencio amordazado”.
Conclusión
La libertad es un anhelo humano que se alcanza a través de la lucha, como hizo Pedro García Cabrera.