El contexto histórico y la irrupción del Novecentismo
A comienzos del siglo XX, la necesidad de explorar nuevas formas de expresión artística provocó una ruptura con las concepciones tradicionales. La renovación del realismo, iniciada por los modernistas y la Generación del 98, continuó con el Novecentismo. Este movimiento, integrado por intelectuales y pensadores liberales como Pérez de Ayala, Gabriel Miró (Las cerezas del cementerio), Ortega y Gasset, Azaña y Marañón, propuso un proyecto de reforma y renovación de España. Para ellos, la solución a los problemas del país residía en el progreso, la modernidad y el desarrollo sociocultural.
Juan Ramón Jiménez destaca en este periodo, buscando la belleza y la esencia a través de la poesía. Su trayectoria se divide en varias etapas:
- Primera etapa: Influencia modernista (Arias tristes, en busca de la poesía pura).
- Segunda etapa: Depuración de elementos modernistas (Diario de un poeta recién casado).
- Tercera etapa: Sensación de plenitud (Animal de fondo).
Los novelistas novecentistas mostraron una nueva sensibilidad, más optimista y con un afán de modernización basado en el cambio moral. Con ellos, la literatura se volvió minoritaria y elitista, con un cuidado extremo por lo estético.
El impacto de las Vanguardias
El auténtico cambio llegó con las Vanguardias: movimientos artísticos que se desarrollaron desde principios del siglo XX, dando origen al arte moderno. Estas vanguardias supusieron una negación del arte anterior y de lo convencional, buscando la provocación y el rechazo al racionalismo. La I Guerra Mundial fue un elemento clave que desencadenó esta ruptura absoluta.
Su principal contribución a la literatura fue el principio de la libertad creativa absoluta. El artista era libre y soberano, y nada ni nadie podía definir qué era arte, pues no existían reglas. Este arte, por su naturaleza, fue incomprendido por la mayoría de la sociedad.
Características comunes de los Ismos
- Fusión del arte y la vida: Incorporación de elementos cotidianos, como recortes de prensa.
- Antisentimentalismo, antisubjetivismo, antirrealismo: Rechazo de la realidad, suprimiendo cualquier vínculo entre el arte y el mundo. El arte debía ser autónomo. Rebelión contra la literatura psicologista. En poesía, esto dio lugar a la poesía pura, cuya única finalidad era la estética. Estas ideas se recogen en La deshumanización del arte, de Ortega y Gasset.
- Antimimetismo, ininteligibilidad e irracionalismo: Negación del principio de imitación como base del arte. El poeta era un “pequeño dios” que creaba. La pintura abandonaba la figuración y en literatura se producían combinaciones lingüísticas incomprensibles, dando lugar a un arte minoritario y hermético.
- Creación de un nuevo lenguaje y utilización de metáforas irracionales.
- Experimentalismo: El afán de originalidad del artista llevó al extremo de rechazar todo lo anterior y defender la libertad absoluta, con caligramas o la invención de palabras.
- Humorismo e intrascendencia: El arte se concebía como algo lúdico, incluyendo temas antes inusuales, como los deportes o el cine. Se jugaba con el humor.
Los principales Ismos
- Futurismo: Marinetti. Ruptura radical con el pasado. Exaltación de lo nuevo y la civilización mecánica y técnica. Abogaban por la destrucción de la sintaxis.
- Dadaísmo: Tristan Tzara, Hans Arp, Duchamp. Rechazo al mundo racional. Principales aportaciones: defensa de la libertad absoluta, espontaneidad, anarquía y experimentación. Creación de poemas abstractos realizados de forma azarosa.
- Surrealismo: Provocación a la sociedad y la cultura, con el objetivo de cambiar la sociedad luchando contra el orden establecido. Se inicia con el Primer Manifiesto Surrealista, de A. Breton. Utilización de metáforas irracionales y la “escritura automática”. Importancia de lo onírico y de los estados ajenos a la razón.
- Creacionismo: Vicente Huidobro. El poeta crea, como la naturaleza. La metáfora es el eje del poema, prescindiendo de adjetivos innecesarios.
Las Vanguardias en España
España se abrió a Europa, recibiendo influencias vanguardistas. Las primeras manifestaciones en España se deben a Ramón Gómez de la Serna, quien publicó la traducción del Manifiesto Futurista y divulgó los nuevos movimientos sin adscribirse a ninguno. La llegada de Huidobro a España también contribuyó a este desarrollo.
Todas estas influencias se mezclaron en el ULTRAÍSMO, cuya principal figura fue Rafael Cansinos-Assens.