Dámaso Alonso: Angustia y Desarraigo en ‘Madrid es una ciudad…’ de Hijos de la Ira

Dámaso Alonso: Biografía

Nacido en Madrid en 1898 en una familia galaico-asturiana, Dámaso Alonso mostró un temprano interés por la literatura, con Rubén Darío como influyente principal. Este interés lo llevó a desviarse del camino de ingeniero de caminos que su familia deseaba para él y a licenciarse en Derecho y en Filosofía y Letras. Durante su juventud, coincidió con muchos de los que más tarde serían sus compañeros de generación, adscribiéndosele a la Generación del ’27.

Fue profesor en diversas instituciones académicas de prestigio, entre ellas Oxford, Cambridge y Stanford University. En 1948 fue elegido miembro de la Real Academia Española (RAE) y, en 1959, miembro de la Real Academia de la Historia. Además, recibió el prestigioso Premio Cervantes en 1978.

Contexto de la Obra: Hijos de la Ira (1944)

El poema pertenece al libro Hijos de la Ira, publicado en 1944. Esta obra se enmarca en la llamada poesía desarraigada de posguerra, caracterizada por un tono existencialista, angustiado y crítico, en contraposición a la poesía arraigada, más clasicista y conformista. Alonso, junto con otros poetas, expresa el desconcierto y el dolor ante la condición humana y la realidad española tras la Guerra Civil.

El Poema: «Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres…»

El título completo del poema, tal como aparece en la obra, es: «Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres (según las últimas estadísticas)».

Estudio del Poema

Glosario

Nicho:
En este contexto, cavidad o hueco en un muro, especialmente en cementerios, destinado a albergar un ataúd o una urna funeraria.

Temas Principales

El tema central del poema es la angustia existencial y el desconcierto del poeta ante la finalidad de la vida humana. El yo poético reclama respuestas a Dios, llegando incluso a cuestionar su papel en el mundo terrenal. Otros subtemas relevantes son:

  • La ciudad deshumanizada: Madrid es presentada como una urbe opresora, comparada explícitamente con un cementerio desde el propio título.
  • La muerte: Presente a lo largo de la obra, no solo se refiere al fin físico, sino también a la muerte espiritual de los habitantes de la ciudad y, por extensión, de la época.

Estructura Externa

El poema consta de 9 versos. Se puede dividir en dos partes principales:

  1. Versos 1-6: Describen el dolor y la sensación de podredumbre al vivir en Madrid junto a «un millón de cadáveres», lamentándose y buscando una explicación divina.
  2. Versos 7-9: Expresan una interrogación directa y angustiada a Dios sobre el porqué del sufrimiento y la descomposición espiritual.

El autor utiliza el verso libre y la rima libre, rompiendo con las formas métricas más tradicionales y alineándose con las innovaciones de su tiempo.

Estructura Interna

El contenido progresa de la siguiente manera:

  • Verso 1: El autor describe la ciudad de Madrid como el marco de su sufrimiento.
  • Versos 2-4: Expresa su angustia creciente, intensificada por el insomnio y la sensación de descomposición.
  • Versos 5-9: El autor interpela directamente a Dios, acusándole implícitamente de permitir que su alma y la de los demás se pudran.

Métrica

La métrica del poema es irregular: los versos no tienen la misma medida, ni siguen un esquema de rima fijo, ni se agrupan en estrofas tradicionales. Se trata de versos libres. Según el análisis proporcionado en el texto original:

  • Verso 1: 33 sílabas (con 7 sinalefas).
  • Verso 2: 34 sílabas (sin sinalefas).
  • Verso 3: 48 sílabas (con 6 sinalefas).
  • Verso 4: 29 sílabas (con 2 sinalefas).
  • Verso 5: 22+1 = 23 sílabas (palabra final aguda, con 1 sinalefa).
  • Verso 6: 21 sílabas (con 1 sinalefa).
  • Verso 7: 16 sílabas (con 1 sinalefa).
  • Verso 8: 15 sílabas (con 1 sinalefa).
  • Verso 9: 14 sílabas (sin sinalefas).

(Nota: La exactitud de estos cómputos métricos puede requerir verificación directa sobre el texto del poema).

Estilo y Recursos Lingüísticos

Este poema muestra influencias vanguardistas en su métrica (uso de versos libres) y, según algunas interpretaciones, en su disposición tipográfica, que podría asemejar el poema a un féretro (cajón donde se deposita un cadáver). Es característico de la Generación del 27, a la que Alonso pertenece, el uso de metáforas audaces, aunque en Hijos de la Ira predominan imágenes directas y expresionistas.

En cuanto a los temas, destaca el de la ciudad como espacio inhumano. Se transita de la visión renacentista de la Civitas hominum (ciudad de los hombres) a la de la ciudad-cementerio, donde los individuos sufren. Sin embargo, el tema primordial es la expresión de la angustia existencial, rasgo distintivo de la poesía desarraigada de los años cuarenta, con Hijos de la Ira como obra cumbre.

Los poetas de la Generación del 27 que permanecieron en España tras la guerra, como Alonso, encontraron en los autores de la Generación del 98 un referente para expresar esta angustia.

La presencia de léxico relacionado con la muerte y la descomposición es abrumadora y recurrente:

  • cadáveres (v. 1, y mencionado en el análisis para v. 6, 7)
  • nicho (v. 2)
  • me pudro (v. 2, y mencionado en el análisis para v. 5, 6, 7)
  • podredumbre (v. 8)

Estas palabras y sus repeticiones crean una atmósfera de muerte y descomposición, fundamentalmente espiritual. El poema plantea una pregunta implícita sobre la responsabilidad divina ante una sociedad degradada material y espiritualmente. En un contexto de hambre, miseria y sufrimiento, la fe se tambalea: «¡cómo es posible creer en Dios!», parece clamar el poeta.

El ritmo del poema no se basa en la métrica tradicional, sino en otros procedimientos como paralelismos sintácticos y secuencias tonales similares, destacando las interrogaciones retóricas de los versos finales, que transmiten la tensión y la desesperación del yo lírico.

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