Cuatro Autores Clave de la Literatura Española: Cela, Alberti, Baroja y Sanchis Sinisterra

Camilo José Cela y *La Colmena*

Camilo José Cela, en la novela *La Colmena*, ofrece una visión panorámica y desoladora de las gentes que, en la gran ciudad, sufrieron la guerra. Se trata de un retrato social contado «como la vida discurre exactamente», según palabras del autor. Carece de hilo argumental y presenta la vida cotidiana del Madrid de posguerra, por donde pululan más de 300 personajes. El fragmento reproducido expone… *La Colmena* fue censurada en España, por lo que hubo de ser publicada cinco años más tarde (1951) en Buenos Aires.

Importancia de *La Colmena*

La importancia de *La Colmena* se deriva de sus innovaciones técnicas, algunas de las cuales se pueden observar en el segmento escogido:

  • Reducción del espacio, ambientaciones en espacios cerrados y opresivos (v.gr.: …).
  • Concentración del tiempo.
  • Protagonista colectivo (v.gr.: los diversos personajes…).
  • Relato objetivo, que provoca el giro de la novela española hacia el realismo social, mediante la observación atenta y crítica de la realidad (v.gr.: …).

Cela y los Movimientos Literarios

Cela es un autor de difícil clasificación en algún movimiento literario. Si bien su primera novela, *La familia de Pascual Duarte*, se inscribe dentro de lo que los críticos denominaron tremendismo (donde se narran sangrientas historias rurales, con personajes violentos y desquiciados), su afán innovador es patente en todas sus novelas: en *Mrs. Caldwell habla con su hijo* (1953) ensaya el género epistolar; en *La Catira* (1955) incorpora un abundante léxico hispanoamericano; en *San Camilo 1936* (1969), con una prosa recargada y barroca, se adhiere al experimentalismo en que se encontraba la novela española. Por consiguiente, Cela participó, en ocasiones como miembro fundador, en los principales movimientos literarios de las últimas seis décadas del siglo XX, frecuentando además otros géneros como la poesía, el relato corto o los libros de viajes.

Rafael Alberti y *Marinero en Tierra*

Rafael Alberti, en su poemario *Marinero en Tierra*, ofrece una visión mitificada y vitalista del mar que, desde tierra adentro, siente con nostalgia. Se trata de una reconstrucción de un paraíso perdido, luminoso. El mar no se configura como un espacio real, sino como un mundo mágico y vital, pleno de cromatismo. El poema reproducido expone… *Marinero en Tierra* ganó el Concurso Nacional de Literatura en 1952.

Importancia de *Marinero en Tierra*

La importancia de *Marinero en Tierra* se deriva de sus innovaciones técnicas, algunas de las cuales se pueden observar en el segmento escogido:

  • Amplio repertorio de formas métricas, estrofas populares o cultas (v.gr.: …).
  • Musicalidad (v.gr.: repeticiones y rima).
  • Cromatismo (Alberti mantuvo un interés constante por la pintura) (v.gr.: …).
  • Los temas del mar y de la nostalgia, presentes en varias de sus obras.

Para su expresión, toma las formas de la poesía tradicional que conoce por la labor de algunos poetas cultos del siglo XV y recupera sus técnicas compositivas en un verso ágil, corto y musical (v.gr.: …), lleno de repeticiones (v.gr.: …). Sin embargo, recurre a imágenes y metáforas muy personales que son un signo de su modernidad (v.gr.: …).

Alberti y la Generación del 27

Alberti formó parte de la llamada Generación del 27. Su obra se puede dividir en dos grandes etapas: en la primera se distinguen tres líneas poéticas: neopopularismo, poesía hermética y compromiso ideológico y político; en la segunda surge la vena política, seguida de otra nostálgica presente en casi todos los exiliados, y de una última satírica, ya desde su exilio en Roma. Alberti unió su vocación artística con el activismo político y, junto a su mujer, María Teresa León, participaron activamente en los acontecimientos de su época.

Pío Baroja y *El Mundo es Ansí*

Pío Baroja, en la novela *El Mundo es Ansí* (1912), ofrece una visión panorámica y desoladora de la vida y de la existencia. Se trata de un relato social contado por una primera persona que observa a Sacha Savarof. Esta protagonista, rebelde e incapaz de adaptarse a la realidad, nos va ofreciendo su vida en los más diversos ambientes: el mundo estudiantil de Ginebra, la refinada espiritualidad de Florencia, la vida monótona de un pueblo castellano… El fragmento reproducido expone… *El Mundo es Ansí* constituye una de las cimas de la producción novelística de Pío Baroja. La novela forma parte de la trilogía *Las Ciudades*, donde la realidad española aparece en contraste con la europea.

Características de la Novela de Baroja

La importancia de *El Mundo es Ansí* se deriva de las propias características de la novela de Baroja, algunas de las cuales se pueden observar en el segmento escogido:

  • Disgregación de la trama en cuadros.
  • Uso de la trama folletinesca (intriga) (v.gr.: …).
  • Multitud de personajes (v.gr.: …).
  • Abundancia de diálogo (v.gr.: …).
  • Estilo antirretórico (expresión clara, sencilla) (v.gr.: …).
  • La novela como vehículo de su ideología (el autor expone, a través de sus personajes, las ideas científicas, filosóficas o morales del hombre de su tiempo) (v.gr.: …).

Baroja y la Generación del 98

Baroja es el novelista por excelencia de la generación de fin de siglo (98), entre otras cosas por la abundancia de su obra, que en su extensión solo puede ser equiparable a la de Galdós. Su extensa producción es muy unitaria, porque similares temas y formas de novelar están presentes desde casi sus inicios hasta sus últimas obras. Aun así, la crítica ha distinguido tres grandes etapas cronológicas (hasta 1904, de 1904 a 1913 y de 1914 a 1936). El propio autor propuso una división de su obra en trilogías agrupadas por sus temas, v.gr.: las novelas de aventuras, protagonizadas por un hombre de acción que vive una existencia fuera de lo común (*Zalacaín el Aventurero*, 1909; *Las Inquietudes de Shanti Andía*, 1911); las novelas de tema histórico, que busca en el pasado una explicación a las lacras del presente español (*Memorias de un Hombre de Acción*).

José Sanchis Sinisterra y *¡Ay, Carmela!*

José Sanchis Sinisterra, en la obra teatral *¡Ay, Carmela!*, ofrece una visión panorámica y reflexiva sobre el teatro y el análisis de la realidad política y social. Estrenada en 1987 con un éxito rotundo, sus protagonistas, Carmela y Paulino, son una pareja de artistas insignificantes que representan «variedades a lo fino» en los teatros populares más humildes. Paulino y Carmela representan, respectivamente, la humillación y la rebeldía; él pierde su dignidad por sobrevivir y ella prefiere morir a sufrir más humillaciones. Mediante estos personajes el autor reflexiona sobre el poder, las fronteras del teatro y su valor para mantener viva la memoria. El fragmento reproducido expone… *¡Ay, Carmela!*, que forma parte de la trilogía titulada *El Escenario Vacío*, fue escrita con motivo del 50 aniversario del levantamiento franquista y aunque no se trata de un drama político, la relación entre la acción dramática y la realidad española de la Guerra Civil es evidente.

Innovaciones Técnicas en *¡Ay, Carmela!*

La importancia de *¡Ay, Carmela!* se deriva de sus innovaciones técnicas, algunas de las cuales se pueden observar en el segmento escogido:

  • El metateatro, o reflexión sobre el propio artefacto teatral, sus reglas y condiciones.
  • Confrontaciones críticas entre los personajes (v.gr.: …).
  • Dramaturgia austera, reducción del teatro al propio texto.
  • Comicidad dentro del drama (v.gr.: los personajes ridículos…).
  • La reivindicación de la memoria histórica (v.gr.: …).

Sanchis Sinisterra y el Teatro Contemporáneo

Sanchis Sinisterra es un autor de difícil clasificación en algún movimiento literario. Junto a José Luis Alonso de Santos y Fermín Cabal es uno de los dramaturgos que más atención presta al carácter ideológico y estético del texto. Los tres comparten las mismas influencias (en especial la de Bertolt Brecht) y una postura subversiva y transgresora del modelo de comedia burguesa. La trayectoria de este dramaturgo valenciano nacido en 1940 combina la escritura con la dirección y la docencia, lo que le convierte en guía de muchos dramaturgos de nuestro tiempo. Sus primeras obras se encuadran en el realismo crítico de los años setenta y, bajo la influencia de Brecht, Kafka y Beckett, conseguirá un modelo que funde lo misterioso y enigmático con la innovación y la búsqueda formal. *Ñaque* (1980), que fue un gran éxito internacional, definió una de las tendencias más características de los años 80: el metateatro. En 1992 publicó la *Trilogía Americana*, sobre la interculturalidad y la imposibilidad de reconstruir la historia. *El Cerco de Leningrado* (1994) es una sátira sobre el oportunismo político en los años de la transición española.

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