Crónica de una Muerte Anunciada: Amor, Honor y Destino en la Obra de Gabriel García Márquez

Gabriel García Márquez, autor de Crónica de una muerte anunciada, obra a la que pertenece este fragmento, es un autor que no teme a su lector. Esta obra, publicada en 1981, tuvo una gran aceptación mediática, consagrándola como una de sus obras más importantes. Para García Márquez, su novela representó un acercamiento entre lo periodístico y lo narrativo, y una aproximación a la novela policiaca. Se basa en un sumario policial que recoge un crimen, suspense y declaraciones de testigos. La novela está inspirada en un suceso real, ocurrido en 1951, del que el autor tomó el crimen, los protagonistas, el escenario y las circunstancias, alterándolo narrativamente, pero sin descuidar nunca los datos y las precisiones. Nació en Aracataca, comenzó los estudios de derecho, pero abandonó para dedicarse al periodismo. Desde los años 50 innova y crea obras narrativas de gran calibre tales como El coronel no tiene quien lo escriba, Cien años de soledad o El amor en los tiempos del cólera. Un año después de la publicación de Crónica, en 1982, ganó el Premio Nobel de Literatura como reconocimiento a una larga trayectoria profesional y literaria. Su obra está influenciada por las características literarias propias del Boom Latinoamericano, movimiento literario del cual es el máximo representante. En Crónica están presentes muchos de estos rasgos: tratamiento del ámbito rural, destellos del Realismo Mágico, el uso de novedosas técnicas narrativas y un estilo extremadamente versátil.

Disposición de la Trama Narrativa

Una de estas técnicas la encontramos en la disposición de la trama narrativa. Así, desde el punto de vista externo la obra se divide en 5 partes, que no pueden clasificarse como capítulos al uso. Las partes 2, 3 y 4 son de una extensión idéntica, mientras que el resto son más breves.

Resumen del Fragmento

En el fragmento podríamos hacer el siguiente resumen que justifica su inserción en la cuarta parte de la obra: Tras la repudia de Bayardo San Román, de su esposa, Ángela Vicario, al descubrir que no era virgen, esta comienza una vida alejada del pueblo y de la desgracia que en él había ocurrido tras su acusación de Santiago Nasar como el causante de su deshonra. En este destierro Ángela descubre su profunda obsesión por Bayardo San Román y este, que había sido el origen de su desgracia, se convierte en el objeto de sus más descarnados sentimientos y deseos. Este amor obsesionado crece desde el resentimiento al amor a través de una relación epistolar a través de la cual, Ángela desnuda su alma, crece como mujer en medio de una realidad a medio camino entre el deseo y la locura. Tras muchos años y muchas cartas sin respuesta, Bayardo aparece para quedarse en la vida de la protagonista, cerrando la historia que había comenzado entre ellos muchos años atrás. Así vemos como el tema fundamental de la obra, la aceptación social de la ejecución de un crimen como venganza de una ofensa y la presencia de un férreo código de honor en el que la honra debe ser reparada con sangre. Este fragmento supone un final feliz a una historia rocambolesca trágica ya que no podemos olvidar que la trama posee dos dispositivos de cierre, la muerte en el caso de Nasar y el reencuentro de Ángela y Bayardo. Los personajes que aparecen en este fragmento son los dos sobrevivientes de este triángulo catalizador, Ángela y Bayardo.

Personajes Principales

  • Ángela Vicario: era la menor de una familia, no es creyente, muy recatada respecto a los hombres, sabía lo que hacía en cada caso. Maduró después de lo que le pasó y se volvió ingeniosa. Aunque nadie le pudo sacar nada de lo que pasó aquella noche ni qué pasó con Santiago. La versión más corriente, era que Ángela estaba protegiendo a alguien a quien amaba de verdad. Muy indecisa a la hora de tomar decisiones por sí misma ya que sus padres le impusieron su novio. Tenía un aire desamparado.
  • Bayardo San Román: un hombre que andaba por los treinta años. Bien vestido, galán con las mujeres, persona con la que se puede hablar, culto. Era ingeniero de trenes. Sabía mandar mensajes por código morse y era buen nadador. Por lo que parecía con dinero y le gustaba mucho las fiestas ruidosas y largas, de buen beber y enemigo de los juegos de manos. Es honrado y de buen corazón.

Espacio y Tiempo Narrativo

El espacio narrativo de este fragmento es difuso. Sabemos que la protagonista se encuentra en Manaure con su madre cumpliendo una especie de destierro. En el fragmento no aparecen referencias espaciales concretas más allá de algunas pinceladas que sirven para ubicar a la protagonista dentro de un espacio físico, prolongación de su ubicación emocional. El tiempo constituye una novedad narrativa porque el escritor realiza una serie de viajes a los lugares de los hechos, Manaure en este fragmento, y se puntualizan los casi treinta años que mediaron entre que estos ocurrieran y la redacción de la novela. Es por ello que la figura del narrador es de vital importancia además de constituir uno de los elementos de mayor complejidad y riqueza de la obra. Ello le viene por su papel de cronista al tener que reconstruir un caso que consta, incompleto, en un sumario. Se sitúa en diferentes niveles de temporalidad; en determinados momentos, parte de la narración; con frecuencia se sitúa fuera de ella pues lo sucedido ha tenido lugar en un pasado lejano. Cuando se sitúa fuera de la narración y el discurso se manifiesta por el cauce del diálogo, el narrador se mantiene en una posición objetiva. El continuo entrecruzamiento de los puntos de vista del narrador, de los testigos, de los protagonistas, otorga a Crónica la clara condición de novela perspectivista.

Estilo del Fragmento

En cuanto al estilo del fragmento destaca claramente el tono casi irónico que alcanza la prosa a través de una marcada utilización de recursos literarios recurrentes: paralelismos, la utilización de asíndeton y polisíndeton junto con la profunda utilización de metáforas en muchos casos hiperbólicas además de una serie de recursos narrativos como las premoniciones, la sensualidad léxica o el poder del amor que perdura a pesar de las circunstancias adversas y el transcurrir del tiempo que nos reflejan claramente la presencia del Realismo Mágico. En cuanto a la variedad utilizada por el autor en este fragmento podemos observar un léxico culto que no traslada a una realidad más cercana y prosaica humanizando a los personajes y rebajando la poética del discurso.

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