Contexto Sociohistórico y Cultural del Franquismo
La dictadura franquista, iniciada tras la Guerra Civil, sumió a España en un estado desolador, marcado por cientos de miles de muertos, exiliados y prisioneros. Durante los años 40, la censura y la represión asfixiaron la vida cultural. En los años 50, España experimentó una tímida apertura internacional, con su ingreso en la ONU en 1955, aunque sin el reconocimiento de libertades fundamentales. Los años 60 trajeron consigo un cierto desarrollo económico, industrialización y una leve relajación de la censura. Finalmente, en los años 70, el régimen mostró signos de agotamiento, y en 1969, Juan Carlos I fue designado sucesor de Franco.
Posteriormente, en torno a 1914, intelectuales liderados por Ortega y Gasset plantearon nuevas ideas.
Contexto Histórico y Cultural (1898 – Fin de la Guerra Civil)
El periodo comprendido entre 1898 y el final de la Guerra Civil fue una etapa convulsa en la historia de España. El desastre de 1898 supuso la pérdida de las últimas colonias españolas. Tras la regencia de María Cristina, Alfonso XIII accedió al trono en 1902. La creciente agitación social condujo a la dictadura de Miguel Primo de Rivera. En 1931, las elecciones municipales dieron la victoria a los partidos antimonárquicos, provocando el exilio del rey y la proclamación de la Segunda República. Este periodo culminó con la Guerra Civil, que finalizó con el triunfo del bando franquista y el inicio de la dictadura.
En el ámbito cultural y filosófico, Europa vivió una crisis espiritual a principios del siglo XX, que en España se vio acentuada por la crisis política y el desastre de 1898. De esta crisis surgió la Generación del 98, un grupo de autores que expresaron su angustia existencial y su deseo de reforma social.
Ramón María del Valle-Inclán
El teatro de Valle-Inclán, innovador y relegado en su época, evolucionó desde el modernismo hasta la creación del esperpento, su género propio. Su trayectoria teatral se divide en tres etapas:
- Modernista
- Ciclo mítico (con obras ambientadas en una Galicia rural y legendaria)
- Esperpento: caracterizado por una visión deformada de la realidad como crítica social.
Su primera obra esperpéntica, Luces de Bohemia, narra la última noche del poeta ciego Max Estrella, guiado por Don Latino por un Madrid hostil y grotesco. Otras obras destacadas en este estilo son Los cuernos de Don Friolera y La hija del capitán.
Federico García Lorca
El teatro de Lorca es profundamente poético, tanto en su lenguaje como en sus temas, centrados en el deseo imposible y la frustración. Sus obras combinan verso y prosa, poesía y realidad, lo popular y lo lírico.
Tras sus primeras piezas breves, su primer éxito llegó con Mariana Pineda, un drama en verso. Con El público, de carácter vanguardista, defendió la libertad del amor frente a las normas sociales.
Su plenitud teatral se manifestó en su trilogía rural:
- Bodas de sangre: Inspirada en un hecho real, pero convertida en una tragedia universal sobre la pasión y la muerte.
- Yerma: Aborda la frustración de una mujer sin hijos, atrapada por las convenciones sociales.
- La casa de Bernarda Alba: Representa el choque entre la autoridad y la libertad, encarnado en Bernarda y su hija Adela.
Estas obras comparten protagonistas femeninas, conflictos de represión sexual, finales trágicos, ambientación andaluza y una fusión de realismo y poesía.
La Novela Española de Posguerra
Tras la Guerra Civil, muchos escritores se exiliaron y continuaron su labor en un nuevo contexto. En España, algunos autores apoyaron el régimen con novelas patrióticas, mientras que otros, sometidos a la censura, escribieron novelas existenciales que reflejaban la dura realidad del país.
En los años 40, destacan autores como Ramón J. Sender (Réquiem por un campesino español), Arturo Barea (La forja de un rebelde), Max Aub (El laberinto mágico), Rosa Chacel y Francisco Ayala. La narrativa experimentó un cambio significativo en 1942 con La familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela y Nada de Carmen Laforet, obras que rompieron con la literatura propagandística.
En los años 50, surgió una nueva generación de escritores que impulsó la novela social, caracterizada por un realismo crítico y un fuerte compromiso con la realidad de su tiempo. Las características principales de la novela social son:
- Reflejo de la realidad española como instrumento de denuncia de las injusticias sociales.
- Localización en diferentes ambientes.
- Preferencias por temas como la vida cotidiana, la sociedad, la incomunicación y la visión crítica del pensamiento de la época.
- Sencillez en el lenguaje y en la estructura del relato.
- Abundancia de diálogos en estilo directo.
- Acción concentrada en pocos escenarios y en un corto espacio de tiempo.
- Uso del personaje colectivo y representativo.
- Narración objetiva, basada en la observación del comportamiento de los personajes.
En los años 60, la novela española evolucionó hacia una crítica más personal y con innovaciones narrativas. Destacan Miguel Delibes (Cinco horas con Mario), Gonzalo Torrente Ballester (La saga/fuga de J.B.), Juan Goytisolo (Señas de identidad), Juan Benet (Volverás a Región), Juan Marsé (Últimas tardes con Teresa) y Luis Martín-Santos (Tiempo de silencio). Se incorporaron técnicas como el monólogo interior, la narración en segunda persona, la fusión de géneros y el uso del humor y la ironía.
En los años 70, la llamada “generación de 1968” se alejó del realismo y experimentó con nuevas formas narrativas. Luis Goytisolo (Antagonía) y Eduardo Mendoza (La verdad sobre el caso Savolta, 1975) recuperaron elementos de la novela tradicional. También resurgieron géneros marginales, como la novela policíaca con Manuel Vázquez Montalbán. Predominaron el desencanto y la exploración de temas existenciales e íntimos.