Conectores Textuales y su Función en la Escritura
Los conectores textuales son elementos lingüísticos que establecen relaciones entre las ideas dentro de un texto. Se clasifican en diferentes tipos según la relación que establecen:
Lógicos Marca las relaciones del significado | – Suma – Contraste – Causa-efecto – Consecuencia – Condición – Finalidad | – y – pero – porque – así – si – para que |
Orientadores Guían la interpretación del texto | – Modificadores oracionales – Otros conectores | – Desgraciadamente – Asentimiento – Atenuación – Advertencia – Duda – Énfasis |
Ordenadores del discurso | – Introducen – Introducen tema – Enumeran – Ejemplifican – Explican – Resumen – Concluyen – Espacio – Tiempo | – Para empezar – En cuanto a – En primer lugar – Por ejemplo – Es decir – Resumiendo – Para concluir – Arriba – Ahora |
La Generación del 27: Dámaso Alonso y Otros Autores
Dámaso Alonso nació en Madrid y pasó su infancia en La Felguera (Asturias). Estudió en Madrid. Se le considera miembro de la Generación del 27, también se le suele encuadrar dentro de la primera generación de la posguerra. Licenciado en Derecho y en Filosofía y Letras, tomó parte activa en las actividades de la Residencia de Estudiantes. Allí conoció a Federico García Lorca, a Luis Buñuel y a Salvador Dalí; también conocerá en 1917 a Vicente Aleixandre, con el que convivirá en la España franquista. Colaboró en la Revista de Occidente y en Los Cuatro Vientos. Enseñó en Oxford dos años y luego fue catedrático de la Universidad de Valencia y posteriormente de Filología Románica en la Universidad de Madrid. En 1948 fue elegido miembro de la Real Academia de la Historia. También recibió el Premio Cervantes en 1978. Murió de una gripe en 1990.
Luis Rosales nació en Granada en 1910. En 1930 se traslada a Madrid para estudiar Filosofía y Letras, obteniendo el doctorado. Inició su actividad literaria en la revista Cruz y Raya, dirigida por Pablo Neruda y José Bergamín. En la capital de España conoció a los Panero (Juan y Leopoldo), compañeros de la que se conocerá después como Generación de 1936 (o de la posguerra). En agosto de 1936, recién iniciada la guerra civil española, sucede el arresto a Federico García Lorca que estaba refugiado en la casa familiar de los Rosales, creyendo estar a salvo de represalias por su afinidad a la izquierda, ya que en esta familia había destacados miembros falangistas. Desde 1937, Rosales colabora en la revista falangista Jerarquía hasta su desaparición. En 1962 ingresó en la RAE. En 1982 recibió el Premio Cervantes. Falleció en Madrid en 1992.
Benito Pérez Galdós: Un Cronista de la Sociedad Española
Benito Pérez Galdós nace en Las Palmas de Gran Canaria en 1843. Fue a estudiar a Madrid, donde muere en 1920, lugar que le sirvió de escenario para algunas de sus obras más representativas.
Sus novelas representan una mentalidad progresista, reflejando sobre todo la clase media, donde los personajes transmiten la vida cotidiana con una lengua representada en todas sus formas: callejera, coloquial y rica. Utiliza un narrador omnisciente y alterna narrador y diálogo.
Las novelas se clasifican en:
- Novelas de primera época o de tesis: Se contraponen las ideas religiosas intolerantes con las más liberales.
- Novelas contemporáneas: Se centran en la vida madrileña de su tiempo, donde los protagonistas son de todas las clases sociales.
- Novelas espiritualistas: Corresponden a la última etapa del autor, donde se fija más en la bondad o la justicia social.
La Narrativa Hispanoamericana en el Siglo XX
En los primeros años domina la novela surrealista.
A partir de los años 40 influyen nuevas técnicas de narrativa donde se utiliza el llamado realismo mágico, donde se une la realidad y la fantasía, y se publican novelas como El señor presidente de Miguel Ángel Asturias.
La novela de los 60 se conoce como el «boom» de la narrativa hispanoamericana, donde tiene un gran éxito y enriquecen las novelas anteriores manteniendo rasgos del realismo mágico. Se publican novelas de calidad como Rayuela de Julio Cortázar y La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa.
Después del «boom» continúa la producción narrativa con figuras como Ricardo Piglia e Isabel Allende.
La Lírica de Posguerra (Generación del 36)
Tienen una tendencia tradicional y son partidarios del fascismo como Luis Rosales o Leopoldo Panero.
En la lírica de los 40 existen 2 ramas: los que se quedan, divididos en existenciales (Luis Rosales – La casa encendida) y los de evasión (surrealismo – Ory e Intimistas – García Baena) y los del exilio (Generación del 27 excepto Aleixandre, D. Alonso y G. Diego).
En la lírica de los 50 el protagonista comienza a ser colectivo, y se comienza a mirar al exterior del mundo, no únicamente hacia dentro del autor, dejando influencia y despertando conciencias como Blas de Otero y Gabriel Celaya.
En la lírica de los 60 se mezclan los años 50 + 40 utilizando un lenguaje experimental, estético y adornado.