La Literatura en la Enseñanza de la Lengua: Desarrollo de la Competencia Literaria

¿Qué es y qué abarca la competencia literaria?

La competencia literaria no solo incluye las habilidades de comprensión lectora, sino que va mucho más allá. Es la manifestación de una competencia lingüística plena y madura. Su adquisición no está condicionada únicamente por la adquisición de conocimientos, sino también por el desarrollo de habilidades, procesos cognitivos y actitudes que la favorecen.

Los contenidos que la conforman se pueden dividir en tres categorías:

• Procedimientos: Engloban dos tipos de habilidades:
  • Lingüísticas y cognitivas generales de la lengua (leer, escuchar, hablar y escribir).
  • Específicas de la literatura (interpretar, analizar, relacionar, valorar y comparar).
• Conceptos: Incluyen diversas propiedades textuales y conocimientos lingüísticos, como:
  • Tradición literaria (historia, autores, obras).
  • Géneros y subgéneros (características, estructura y convenciones).
  • Recursos estilísticos.
  • Propiedades textuales generales y específicas.
• Actitudes: Se busca formar buenos lectores con:
  • Sensibilidad.
  • Búsqueda de placer.
  • Criterio propio.
  • Visión amplia (activa, productiva, participativa).
  • Capacidad de reflexión.

Perfil del Alumno con Competencia Literaria Madura

Un alumno con una competencia literaria madura, es decir, un buen usuario de la literatura, presenta las siguientes características:

• Posee suficientes datos sobre el hecho literario.
• Conoce autores, obras, épocas, estilos, etc.
• Sabe leer e interpretar un texto literario.
• Identifica e interpreta técnicas y recursos estilísticos.
• Conoce los referentes culturales y la tradición.
• Tiene criterios para seleccionar libros según sus intereses y gustos.
• Incorpora la literatura a su vida cotidiana.
• Disfruta con la literatura.

La Enseñanza de la Tradición Literaria

La historia de los autores y sus obras ha sido, durante muchos años, el eje central de la asignatura de literatura. Sin embargo, es frecuente que los profesores se enfrenten a la falta de conocimientos previos de los alumnos al abordar una obra, autor o época.

El principal objetivo de los contenidos extraliterarios es introducir a los alumnos en la tradición cultural a la que pertenecen, proporcionándoles referentes para interpretar los textos y la realidad. Vivimos en una comunidad con una historia y una literatura vinculada a sus antecedentes, lo que se entiende por tradición. Es crucial considerar qué contenidos ayudarán a los alumnos a comprender una obra y cómo deben adquirirlos. Estos contenidos deben proporcionar elementos para comprender una realidad literaria específica, creada por un escritor con un objetivo concreto, dentro de los parámetros de una corriente artística y una época determinada, y dirigida a un público con signos y referentes culturales históricos.

Es importante tener en cuenta que cuanto más lejana sea la obra en el tiempo y el espacio, menos conocimientos previos tendrá el alumno para comprenderla. Por lo tanto, el orden de las lecturas debe seguir un grado de dificultad creciente, priorizando lo más próximo a lo más lejano, en lugar de la secuencia cronológica tradicional. Además, es fundamental analizar los textos desde la sensibilidad y perspectiva actual de los alumnos. Esto facilita la aproximación a obras clásicas importantes, que son fuentes de obras más modernas.

Existen formas de acercar las obras clásicas a los alumnos, como las versiones actualizadas y adaptaciones a otros géneros o medios (con ilustraciones, imágenes, sonido, lenguaje moderno, etc.). Estas versiones ofrecen información sobre aspectos clave como el tema, la trama, la ambientación, la época y la caracterización de los personajes, y pueden atraer a los alumnos para que, posteriormente, se interesen por la versión original.

Finalmente, el uso de la literatura no se limita a la lectura silenciosa, sino que abarca otras actividades de mayor relación social: ir al teatro o al cine, asistir a conferencias, debates y tertulias literarias, etc.

Criterios para la Enseñanza de los Géneros Literarios

Dos reflexiones importantes guían la enseñanza de los géneros literarios:

1. Flexibilizar los criterios de clasificación que separan los textos literarios de los que no lo son.
2. Transmitir a los alumnos la importancia de los aspectos formales y las técnicas estéticas en los textos, destacando que en literatura es crucial cómo se elabora y percibe un mensaje.

Se considera literatura todo texto que representa la función estética o poética. En las obras literarias, generalmente predomina esta función. Los elementos fundamentales de una obra literaria son: el autor, los mitos y referentes culturales, el público, el contenido de la obra y el lenguaje.

Tradicionalmente, se han clasificado los textos literarios según características comunes. La retórica aristotélica dividía los géneros en épica y dramática, a los que se añadió la lírica en el siglo XVIII. Posteriormente, surgió otra clasificación basada en criterios formales como la diferencia entre verso y prosa, y la abundancia de textos narrativos. Los tres grandes géneros resultantes fueron:

• Poesía: Textos escritos en verso. Se subdividen en lírica y épica. Es importante identificar el yo y el tú líricos.
• Narrativa: Textos en prosa que narran hechos realizados por personajes en un contexto determinado. Se distinguen el cuento y la novela. Elementos narrativos importantes son el punto de vista del narrador, la ordenación temporal, la trama y el clímax.
• Teatro: Obras escritas para ser representadas, con la intervención de actores, director, responsables de ambientación, etc. Otros elementos importantes son el decorado, la música y el espacio escénico.

Esta clasificación es útil desde un punto de vista moderno, pero resulta insuficiente en la actualidad. Los nuevos géneros literarios, cercanos al alumno, deben ser considerados en el ámbito educativo. Estos incluyen:

• Literatura infantil y juvenil.
• Periodismo oral o escrito.
• Cine.
• Ensayo.
• Canción.
• Cómic.
• Nuevos géneros dramáticos (con un papel importante de la música o que combinan elementos escénicos no convencionales).
• Textos publicitarios.