Luces de bohemia, primer esperpento valleinclanesco publicado en 1920 en la revista España, constituye el adiós definitivo del autor a la estética modernista y a la bohemia heroica. A través de la identificación entre Max y el escritor romántico francés Víctor Hugo se da por finiquitada la bohemia antiburguesa. El mismo significado de despedida tienen dos acontecimientos más: la presencia de la figura de Rubén Darío, con el que Max evoca el París de Verlaine, y sobre todo, el hecho de ver al marqués de Bradomín (protagonista de las Sonatas) degradado, casi mendicante, aceptando su derrota del brazo de Darío en el entierro de Max. Valle-Inclán es consciente de que los nuevos tiempos hacen imposible la existencia superior del artista aristocrático modernista. Ahora lo que tenemos es, por una parte, un golfo buscavidas (don Latino)
Que poco o nada tiene de heroico, y por otra, una multitud de aficionados, niños de papá que juegan a ser poetas rebeldes y cuyo trabajo será olvidado rápidamente (de hecho, el personaje real que inspira a Dorio de Gádex acabó en el olvido más absoluto). Incluso el propio Max se contagia de la degradación general aceptando el dinero que le ofrece el ministro. Si la vida bohemia ya no es posible, tampoco lo es la estética modernista que la sustenta. Ese descubrimiento lleva a Max a la proclamación de una nueva técnica (el esperpento)
Que sea capaz de ofrecer una visión del mundo tanto más cierta cuanto más deformada. El «ciego hiperbólico andaluz» llega a esta conclusión cuando su vida está concluyendo. En este sentido, se le ha comparado con don Quijote, pues ambos emprendieron un viaje por la realidad española (el de Max marcado por la pobreza, el hambre y la degeneración) y ambos percibieron, antes de morir, la sinrazón de su vida anterior. Además, en ambos casos hay una despedida de una forma de vida (la caballería andante y la bohemia) y un rechazo hacia una estética de carácter evasivo (los libros de caballerías y el idealismo modernista). Por otra parte, Luces de bohemia manifiesta una honda disconformidad con la España de la época y contiene un duro ataque a la realidad española, lo que la aproxima a las preocupaciones de los noventayochistas.
En esta obra nadie se libra de la crítica: gobierno, empresarios, fuerzas del orden e incluso obreros (exceptuando, quizá, el preso catalán y la madre del niño muerto) son retratados como una masa brutal, inculta e incapaz, en consecuencia, de producir la anhelada regeneración de la sociedad española. No en vano, todo ello parece remitirnos a las palabras de Max Estrella: «España es una deformación grotesca de la civilización Europea». También se relaciona con el 98 la renovación literaria experimental que intenta superar el estancamiento de la comedia burguesa de Jacinto Benavente. Valle-Inclán no duda así en acercarse a modelos teatrales considerados menores, como el sainete o el astracán, trascendiéndolos para crear un nuevo género capaz de expresar las inquietudes del autor y plantear su denuncia.Serían igualmente propios de los autores de la Generación del 98 el uso predominante de la prosa, la primacía del diálogo sobre la acción y la recuperación de localismos, arcaísmos o gitanismos («gachó», «chanelo», «beatas», «apoquinar»…). En cambio, la función poética de las acotaciones -en las que encontramos sinestesias, personificaciones o ingeniosas metáforas-, la presencia de cultismos o neologismos («¡Eironeia!») o el cosmopolitismo que traslucen las páginas de Luces de bohemia nos permitirían relacionar esta antitragedia con la estética modernista.
Este contraste intencionado aproxima aún más si cabe la obra a la esencia del esperpento.
A) El tema:
debe ser enunciado de manera concisa, pero no en una palabra, sino en una oración. No debe ser demasiado genérico, hay que precisar. Pero no se trata de contar el argumento ni de hacer un resumen, sino de explicar en una oración breve de qué trata el texto.
B) Rasgos lingüísticos y estilísticos del texto:
Conviene relacionar los rasgos lingüísticos con las distintas funciones referenciales, expresiva (subjetividad), referencial (claridad) y poética (afán estético).
¡Todo lo que afirmes debe estar siempre justificado con ejemplos extraídos del texto y entrecomillados!
Estos son los aspectos que debes mencionar: -Respecto a la subjetividad de la función expresiva: -Presencia de la 1ª persona (verbos, pronombres, posesivos)
-Modalidades oracionales interrogativas y exclamativas. También desiderativas y dubitativas. -Términos modalizados o valorativos (diminutivos, peyorativos, adjetivos calificativos…)
-Respecto a la claridad de la función referencial: -Mucha cohesión gracias, por un lado, a los marcadores del discurso (“en primer lugar”, “por lo tanto”, “por el contrario”, “resumiendo”…), y por otro, a una estructura nítida dividida en párrafos
-Definiciones, ejemplos, aclaraciones, citas… -Tecnicismos, magnitudes numéricas, datos…
-La estructura nítida. Ya no se pide describir la estructura en el examen, salvo que sea un rasgo muy marcado. A menudo, en los textos argumentativos, la división en párrafos con la introducción, el bloque argumentativo y la conclusión ayudan a la claridad.
-Respecto al afán estético, a los rasgos estilísticos de la función poética: -Figuras retóricas frecuentes son las oposiciones, enumeraciones, paralelismos…
-También la metáfora, los símiles son abundantes. -El léxico: neologismos, vulgarismos, vocabulario literario, adjetivación…
-Cualquier otra cuestión que sea llamativa desde el punto de vista lingüísitico: campos semánticos relevantes, estructuras sintácticas repetidas, clases de palabras significativamente abundantes, etc.
D) Tipo de texto:
No basta con decir “Es un texto periodístico de opinión” o “Es el fragmento de un ensayo”. Conviene desarrollar una frase del tipo: “La defensa de una tesis por un lado (se dice cual) y la presencia dominante de la función expresiva, con los rasgos lingüísticos comentados (primeras personas, expresiones valorativas, modalidad oracional variada) nos permite decir que estamos ante un texto argumentativo. Su carácter divulgativo, su actualidad y sus dimensiones indican que pertenece al género periodístico de la columna.