Gabriel García Márquez y el Realismo Mágico
Gabriel García Márquez fue un cuentista, guionista y periodista de fama universal, adscrito plenamente al realismo mágico: una mezcla de realidad y ficción, de exageraciones y sentido del humor. Algunas de sus obras más destacadas son:
- Cien años de soledad
- El otoño del patriarca
- El amor en los tiempos del cólera
También escribió textos teatrales y murió el 17 de abril de 2014 en México.
Crónica de una muerte anunciada: Entre la Novela Policíaca y la Crónica Periodística
En relación con Crónica de una muerte anunciada, algunos críticos la han relacionado con la novela policíaca.
Elementos de Novela Policíaca
Tiene muchos elementos propios de este género: un móvil, unos asesinos, una víctima, violencia en la ejecución del crimen, tensión y suspense. Aunque en este caso el lector sabe desde el principio que Santiago Nasar va a morir, lo que nunca sabrá con certeza es por qué murió. La labor investigadora del narrador no culmina con éxito, pues no se llega a saber por qué fue acusado por Ángela Vicario.
Elementos de Crónica Periodística
Crónica de una muerte anunciada se presenta al lector como una verdadera crónica periodística: recoge una minuciosa cronología de los hechos. Sin embargo, no se trata solamente de una crónica periodística, sino que también presenta una elaboración literaria muy cuidada; no obstante, no se ajusta del todo al género periodístico. Hay una base histórica real de los hechos, pero su tratamiento es fruto de la libre imaginación y la creatividad literaria del autor.
Podemos considerar propios de la crónica periodística los siguientes elementos:
- La base real del suceso (la historia original ocurrió el 22 de enero de 1951, en Sucre, aunque la novela se publicó en abril de 1981).
- La actividad investigadora del narrador, con una actitud notablemente objetiva: el uso del sumario judicial, el informe de la autopsia, las declaraciones del juez instructor.
- Las entrevistas con los testigos.
- La precisión espaciotemporal (horas exactas).
- Los viajes del autor-narrador al lugar del suceso.
- La falta de sorpresa respecto al desenlace, que conocemos desde el principio.
La Fusión con la Literatura y el Realismo Mágico
Por otro lado, hay un estilo que intenta enmarcar los hechos dentro del realismo mágico, convirtiéndose así en literatura, porque los hechos se mitifican, se hacen maravillosos. Los elementos periodísticos se combinan con otros más novelescos, como:
- La modificación de los hechos reales.
- Los cambios en los nombres propios.
- Un amor que vence la ofensa, el rechazo, la soledad, el silencio y el paso del tiempo.
- La aparición de personajes provenientes del mundo mágico de Cien años de soledad, como Gerineldo Márquez.
- Exageraciones propias de aquel mundo, como la bala que atraviesa la plaza del pueblo y convierte en polvo de yeso la imagen de un santo en la iglesia, o las dos mil cartas sin respuesta escritas por Ángela a su frustrado marido.
El Narrador Cronista y sus Fuentes
Pronto se presenta al lector la situación básica del narrador cronista, que ha vuelto al pueblo con la intención de establecer los hechos sucedidos años atrás, en los que él mismo participó. Desde el principio aparece un narrador que cuenta la historia en forma autobiográfica, utilizando la primera persona. El narrador, que además es personaje secundario, plantea su tarea al modo de un periodista investigador, tratando de reconstruir los hechos sirviéndose de diversos elementos de apoyo.
Sus fuentes son:
- Su memoria personal, lo que recuerda del pueblo; sin embargo, es una memoria incompleta, pues le falta información.
- La reconstrucción no es perfecta; incluso hay testimonios contradictorios, lo que confiere veracidad al relato.
- La documentación escrita, como el sumario judicial o el informe de la autopsia.
- Las cartas que la madre del cronista le escribía al colegio, que crean misterio alrededor de la figura de Bayardo San Román.
- El testimonio de muchas personas (las voces de los personajes) con las que se entrevista (por ejemplo, Carmen Amador o Victoria Guzmán).
Estructura y Técnicas Narrativas
Estructura Circular y Narración Fragmentada
La técnica de estructuración de la novela no plantea una narración ordenada de la historia; se nos presenta como una especie de puzle, con constantes quiebros, rupturas, avances y retrocesos, debido a la necesidad del narrador de enlazar su propia memoria con la ajena y contrastarla a través de testigos. Es una novela de estructura circular: cada capítulo tiene un eje temático, y si en la primera frase ya se nos dice que a Santiago «lo iban a matar», en la última lo vemos morir. La evolución de lo narrado es zigzagueante, pero el principio y el final coinciden.
Lenguaje Literario
Utiliza un lenguaje narrativo más propio del relato literario: símiles, metáforas, personificaciones e hipérboles que desmesuran la realidad. En los pasajes más narrativos, la voz del narrador es más objetiva, pero en los descriptivos está impregnada de subjetividad y fantasía.
Polifonía y Perspectivismo
Se observa polifonía narrativa y se configura como novela perspectivística, ya que el mismo narrador recoge, en estilo directo e indirecto, variadas perspectivas de testigos, protagonistas y personajes secundarios. La obra está construida a través de varios puntos de vista, lo que le confiere su aspecto de crónica en curso de realización y explica la variedad de perspectivas.
El continuado entrecruzamiento de los puntos de vista del narrador, de los testigos y de las fuentes escritas otorga a la crónica la clara condición de novela perspectivística.
Algunos ejemplos de esta múltiple perspectiva son:
- Las discrepancias en los testimonios respecto al clima el día del asesinato («Era un día hermoso» / «Era un tiempo fúnebre»).
- Opiniones diversas respecto a Santiago Nasar («Fue el hombre de mi vida»; «Era idéntico a su padre: una mierda») y a Bayardo San Román («Es encantador»; «Se me pareció el mismo diablo»).
- Las actitudes de los personajes varían: pánico, soberbia, serenidad o cinismo.
El punto de vista dominante es el del narrador, especialmente en el recuerdo de la historia de los protagonistas y en la descripción de su origen y entorno familiar. Esto ocurre porque el narrador, en su papel de cronista, ha de reconstruir un caso que consta incompleto en el sumario; un caso del que él mismo ha sido testigo y partícipe, aunque sus recuerdos de los hechos estén un poco borrados de la memoria. Este narrador es uno de los elementos de mayor riqueza y complejidad de la obra: utiliza una forma autobiográfica en primera persona, en su doble condición de personaje y narrador. Como cronista-testigo, recoge en estilo directo los testimonios de diversos personajes. Habla en tercera persona, desde un enfoque omnisciente, cuando relata hechos que conoce por otras vías, actuando como transmisor objetivo de las fuentes.
La Dimensión Trágica
El autor ha conseguido, mediante la alteración de los elementos, darle un hálito de grandiosidad o desmesura que la acercan al ámbito de la tragedia. Por ejemplo, la manera de matar a Santiago o la venganza por honor no hubieran alcanzado esa dimensión si no fueran acompañadas del exceso, de la exageración. No es un simple crimen lo que presenta García Márquez, sino un sacrificio ritual. A esto contribuye también la posible inocencia de la víctima. Para acentuar la fatalidad, Santiago parece inocente e, incluso, es entregado involuntariamente al verdugo por su propia madre. Solo falta el coro, propio de toda tragedia clásica.
García Márquez contó que la idea de transformar sus recuerdos del hecho real en novela surgió cuando se enteró de que los esposos separados (en quienes se basa la historia) volvieron a vivir juntos años después, convirtiendo el suceso en una trágica historia de amor con un final propio del folletín.
Conclusión: Fusión de Periodismo y Literatura
En suma, estamos ante una magistral conjunción de documento e imaginación, en la que se funden periodismo (crónica) y literatura (ficción novelesca).