1.1.Definición
El Barroco es un movimiento cultural e ideológico europeo que se
desarrolla durante el siglo XVII. Es fruto de una época de crisis y decadencia,
por lo que los productos e ideología de este movimiento presentan una visión
pesimista y escéptica de la vida, así como una profunda desconfianza hacia la
naturaleza humana.
La palabra “Barroco” presenta en su origen
distintos significados: perla irregular – joya falsa –razonamiento deforme. La
irregularidad, oscuridad y deformidad serán las características del arte y
estilo barrocos que se contraponen a las normas clásicas renacentistas del
equilibrio, el orden y la claridad.
1.2.Contexto europeo
Asistimos en Europa desde finales del siglo XVI y hasta mitad del XVII a un período de crisis general. Las continuas guerras religiosas y políticas, el estancamiento demográfico (fruto de las guerras, hambre y epidemias) y la recesión económica son sus manifestaciones principales.Tras la crisis religiosa contrarreformista, se extienden por Europa los conflictos religiosos y políticos. Persecuciones religiosas, procesos inquisitoriales (Galileo), censura, guerras (de los Treinta Años, guerra de independencia de Holanda respecto a España…), emigraciones o expulsiones (expulsión de los moriscos en España en 1609)… Son continuas las tensiones sociales entre burguesía (con poder económico pero no político, que impulsa los cambios sociales) y las fuerzas del Antiguo Régimen (monarquía, nobleza y clero, que se alían para mantener sus privilegios). En algunos países como Francia y España triunfan los sectores conservadores, mientras que la burguesía vencerá en otros como Holanda e Inglaterra. Esta lucha se convierte también en el enfrentamiento de diferentes formas de gobierno, entre el absolutismo monárquico y las nuevas formas que conseguirán imponerse en países como Inglaterra, con el parlamentarismo, y en Holanda, con la república. La población se estanca o retrocede debido las guerras de religión, guerras como la de los Treinta Años, la peste, la miseria y las emigraciones. Esta crisis demográfica agrava aún más la recesión económica, derivada de la concentración de la tierra en manos de grandes terratenientes que provocó un empeoramiento en las condiciones de vida de los campesinos. Desde un punto de vista cultural, el Barroco es manifestación del desengaño y desconfianza que produce esta época de crisis, que se manifiesta sobre todo en los países católicos contrarreformistas: Italia, España, Portugal e Hispanoamérica, como muestra del alejamiento de los ideales del humanismo renacentista, en especial de la tolerancia y racionalidad. (Desde mediados del XVII, se desarrollará también una nueva corriente clasicista en Francia que se impondrá en el XVIII en toda Europa, y que es reflejo del desarrollo del pensamiento racionalista científico de pensadores como Copérnico, Newton, Descartes, Pascal y Galileo.)
1.3.Contexto español Sociedad, política y religión
Si en Europa la crisis es grave, en España será
extrema. Este periodo está marcado por el aislamiento del país respecto a la
cultura europea y por la progresiva decadencia política y social ya iniciada
durante el reinado de Felipe II. El país y el imperio se desmoronan y España cederá
su supremacía a Francia. Bajo la forma del absolutismo monárquico, tres son los
reyes que gobiernan en este siglo: Felipe III, Felipe IV y Carlos II. El
período se caracteriza por la corrupción administrativa y política producida,
entre otras causas, porque los monarcas ceden el gobierno a los validos
(ministros que gobiernan en nombre del rey, como el duque de Lerma o el
conde-duque de Olivares). El descontento político y social se manifiesta con
sublevaciones en Cataluña, rebeliones en Sicilia y Nápoles, y la independencia
de Portugal y Holanda. Las derrotas militares se suceden: Armada Invencible,
Guerra de los Treinta Añosy Guerra franco-española
(Francia, 1659). Esta situación va acompañada también de un
decrecimiento demográfico a causa de la expulsión de los moriscos, las guerras,
las epidemias, las malas cosechas, la emigración del campo a las ciudades y de
la Península hacia América. El comercio, la industria y la agricultura entran
en decadencia. Aumentan las tensiones y los enfrentamientos sociales, mientras
España continúa siendo la abanderada del catolicismo europeo. La sociedad presenta grandes contrastes y, mientras
los poderosos muestran su poder a través de la manifestación del lujo en
fiestas cortesanas, celebraciones religiosas y representaciones teatrales, la
miseria se muestra en la despoblación del campo, el hambre, la mendicidad y la marginación.
La nobleza continúa manteniendo sus privilegios, se dedica a la política o las
armas y vive de las rentas de sus tierras (aliada con los monarcas e iglesia
frenan el impulso de la burguesía), crece el número de eclesiásticos (forma de
subsistencia), los burgueses e hidalgos enriquecidos compran títulos
nobiliarios (la burguesía busca imitar el estilo de vida del noble, vivir de
rentas sin trabajar), mientras que empeoran las condiciones de vida de
campesinos y artesanos. Se valora el linaje por encima del mérito personal (para
ejercer cargos públicos se necesitaba ser hidalgo -cristiano viejo) y se
afianzan valores como el honor, la fama y la limpieza de sangre (se desprecia
el trabajo considerado una deshonra, aumentan las denuncias e
investigaciones…).
Pensamiento y cultura
La conciencia de crisis genera un hondo pesimismo y descontento, se rechaza la razón y se desconfía del ser humano. En
España, abanderada del catolicismo europeo, se combate y persigue todo lo
burgués y laico. La contrarreforma supone la lucha contra todo lo intelectual y
científico al margen de la fe, se reprime el cultivo del pensamiento
racionalista y la teología alcanza un gran auge. El país está completamente
cerrado hacia Europa. No obstante, es un período de gran florecimiento
artístico y literario, que busca satisfacer las demandas de lujo y ostentación
de las clases privilegiadas.
1.4.La crisis en el arte y la literatura
Como ya hemos mencionado, la crisis y los modos de
vida del siglo XVII quedarán reflejados tanto en el arte como en la literatura
a través de la transformación y superación de la estética renacentista,
mediantela temática que muestra el
desengaño, un arte esplendoroso y de masas, una estética dinámica y dramática,
y el uso de un lenguaje artificioso.
Temática del desengaño
Las obras de arte y literarias muestran la desconfianza
en el hombre y su razón, fruto del pesimismo de la época. Asistimos a la crisis
del idealismo renacentista que se manifiesta mediante un vitalismo frustrado,
que incide en la distancia entre el ideal y la cruda realidad. Se presenta el mundo desvalorizado, como un caos en
el que el hombre está perdido y rodeado de continuos males (mundo al revés,
laberinto o casa de locos). La vida se muestra como lucha y contradicción con
uno mismo o entre uno y los demás, lo que conduce al sufrimiento y la lucha
constantes. La vida aparece como breve y fugitiva, los autores se muestran
obsesionados por el paso del tiempo y utilizan constantemente el motivo de las
ruinas que lo representan. La vida también se muestra como algo inconsistente,
equiparable al sueño, así como apariencia pura que contrasta con la realidad
que esconde verdaderamente (profundo pesimismo que emana del conocimiento de la
realidad) y que hacen que el mundo se convierta en una locura. Por último, se entiende
la vida como una muerte progresiva, la muerte se convierte en una obsesión
constante. A partir de esta visión de la existencia,
encontraremos en las obras de los autores barrocos diferentes actitudes con las
que encarar esta realidad: ascética, vitalista o acomodaticia. Visto lo
desagradable que resulta la existencia, la postura ascética promulga la
necesidad de apartarse de ella, de las apariencias, de la vanidad… para poder
vivir en paz y pendiente de lo realmente importante (vida acorde con los
principios religiosos). Otras posiciones abogan por ser vitalistas, disfrutar a
pesar de todo, aunque muestran un sensualismo confuso y angustioso, una
necesidad ansiosa de aprovechar el tiempo, la vida y sus placeres. También
encontramos posturas acomodaticias que consisten en la aceptación de esta dura
realidad de la cual aprovecharse.
Esplendor y arte de masas
Por otra parte, muchas de las obras de arte del
periodo son respuesta a la demanda de las clases privilegiadas que quieren
plasmar con ellas sus ideales de poder, grandeza y honor (bien como muestras
del lujo económico que solo ellos pueden permitirse en una sociedad en la que
predomina la miseria, o bien como muestras del orden social establecido o de
los principios ideológicos de esta clase dominante). El arte, especialmente el
teatro, se convierte en un arte de masas, que sirve para canalizar el malestar
y transmitir la ideología de la clase dominante.
Estética dinámica y dramática
Frente al arte renacentista equilibrado y ordenado, el arte barroco presenta los siguientes rasgos:
oRenuncia a los cánones clásicos como modelos de perfección formal (abandono de supuestos moldes de perfección, de la armonía, claridad, naturalidad…).
oGusto por lo inestable, dinámico y retorcido (representación de lo pasajero, de la lucha y angustia vital).
oGusto por las contradicciones, contrastes y claroscuros (muestra de la conflictividad, de la confrontación entre apariencia y realidad).
oDramatismo, intensidad, exageración y desmesura (intenta impresionar a través de los sentidos, patetismo, y no de la razón).
oRecargamiento ornamental, apariencia (reflejo del desengaño, la abundante decoración oculta la realidad vacía).
Lenguaje no natural, artificioso
Los escritores se apartan de la naturalidad,
sencillez y armonía renacentista. Abundan ahora los recursos literarios como
muestra de la artificiosidad creativa (creación de palabras, antítesis,
paradojas, juegos fónicos, hipérbatos, metáforas…). El conjunto da como
resultado una impresión de oscuridad, de gran dificultad, y una literatura solo
accesible a unas minorías. Los autores buscan así su propia originalidad
individualista, para provocar la admiración y sorpresa del público, pues
consideran la dificultad sinónimo de belleza artística; fruto de ello, las
obras tienden hacia la exageración, decoración y deformación como formas de
sorprender al lector o espectador (el tema es muchas veces solo un pretexto
para mostrar las habilidades técnicas del creador; la naturaleza se violenta o
transforma para producir belleza, bien a través de la deformación grotesca,
bien a través de la idealización extrema).
1.5. Temas y tópicos literarios
La mayoría de los temas de este período son heredados
del Renacimiento pero con nuevos enfoques y recursos: amor (intensidad pasional,
deformación grotesca…), mitología (complicación formal, deformación grotesca…)
y naturaleza (centro de atención). Junto a los temas anteriores, abundarán ahora los de
tipo filosófico, moral y religioso, especialmente los que muestran el desengaño
ante la existencia: fugacidad y brevedad de la vida, la muerte, la vanidad de
las cosas terrenas, el mundo como teatro, apariencia y realidad… Finalmente, encontramos también temas doctrinales y
políticos, satíricos y burlescos, que reflejan la conflictiva realidad y el
descontento social de la época. Los tópicos cultivados son abundantes y muestran la
profundidad de la crisis de pensamiento: “carpe diem,tempus fugit,homo viator, memento mori, theatrum mundi, vanitas vanitatum”.
1.6. Los géneros literarios
Prosa:
Prosa narrativa:
- Cervantes: Novelas ejemplares, Don Quijote.
- Novela picaresca: Mateo Alemán (Guzmán de Alfarache) y Quevedo (El buscón).
Prosa no narrativa:
- Prosa doctrinal y didáctica: Gracián (El Criticón) y Quevedo (Los Sueños, La cuna y la sepultura).
- ·
Poesía:
Dos tendencias: conceptismo y culteranismo.
Tres grandes autores: Luis de Góngora (culteranismo), Francisco de Quevedo (conceptismo) y Lope de Vega (vitalismo y sencillez).
Teatro:
Destacan dos grandes autores que marcan la renovación del teatro y su evolución: Lope de Vega (Fuenteovejuna,El caballero de Olmedo,Peribáñez…) y Calderón de la Barca (La vida es sueño, El alcalde de Zalamea,El gran teatro del mundo…).