Cien Años de Soledad: Un Vistazo a la Familia Buendía
El Origen de Macondo y la Maldición Familiar
La historia comienza con José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán, primos que temen consumar su matrimonio por el mito de que sus hijos nacerán con cola de cerdo. Tras un duelo con Prudencio Aguilar, José Arcadio funda Macondo, un pueblo aislado donde nacerán sus hijos: José Arcadio, Aureliano y Amaranta.
El Legado Gitano y la Peste del Olvido
La llegada de los gitanos, liderados por Melquíades, introduce la magia y la tecnología en Macondo. Melquíades se convierte en amigo de José Arcadio y le regala un laboratorio de alquimia. La peste del insomnio y la peste del olvido azotan el pueblo, pero Melquíades regresa de la muerte para curarlos. Antes de morir, deja unos pergaminos en sánscrito que nadie puede descifrar.
Amores, Desamores y Guerras
José Arcadio pierde la razón y muere atado a un árbol, mientras que Úrsula vive más de cien años. José Arcadio tiene un hijo con Pilar Ternera, llamado Arcadio. Aureliano, a pesar de estar comprometido con Remedios, también tiene un hijo con Pilar Ternera. Remedios muere durante el embarazo. Aureliano se convierte en coronel y lidera un ejército en la guerra civil, procreando 17 hijos.
El Auge y Caída de Macondo
Arcadio, designado jefe civil y militar de Macondo, se convierte en un dictador y es fusilado. Aureliano firma un tratado de paz y se dedica a fabricar pescaditos de oro. La llegada del tren y otras tecnologías modernizan Macondo, pero la explotación de una plantación bananera lleva a una masacre de trabajadores. Una lluvia torrencial azota el pueblo durante casi cinco años.
El Fin de la Estirpe Buendía
Tras la muerte de Úrsula, nace el último Aureliano Buendía. Amaranta Úrsula llega a Macondo y tiene un romance con su sobrino Aureliano, quien finalmente descifra los pergaminos de Melquíades. Su hijo nace con cola de cerdo, cumpliendo la antigua profecía. Amaranta Úrsula muere en el parto y Aureliano descubre que Macondo está abandonado. Las hormigas devoran a su hijo, confirmando el destino de la familia Buendía: «las estirpes condenadas a cien años de soledad no tienen una segunda oportunidad sobre la tierra».